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Avanza la crisis en Izquierda Unida

descarga (1)Declaración de integrantes de la Dirección Federal

La Pluralidad de IU pide cambios profundos en la organización

‘Ante el reto de cambiar el país, Izquierda Unida debe cambiar’

Los acontecimientos históricos que hemos vivido en las últimos tiempos, con la masiva movilización del 22 M; los resultados de las elecciones europeas, que han reflejado sendos seísmos en los ámbitos de la Unión Europea y el Estado español; y la reciente abdicación del rey, que abre un periodo de inestabilidad y turbulencias en el régimen de la transición; plantean un reto considerable a quienes tienen la voluntad de transformar el país en beneficio de la mayoría de la sociedad y de todos los pueblos del Estado, entre los cuales se encuentra Izquierda Unida.

El intenso hundimiento de los dos grandes partidos del “sistema del 78” en las recientes elecciones europeas, ha sido acompañado por un notable incremento de las opciones situadas a la izquierda del PSOE que, en conjunto, han reunido más del 20% de los votos. El resultado de la Izquierda Plural al triplicar votos y convertirse en la tercera fuerza política del país, junto a la potente irrupción de Podemos, han sido los principales factores del ascenso de las fuerzas transformadoras y son ya una base indispensable para afrontar los próximos retos y responsabilidades.

Para Izquierda Unida e Izquierda Plural los resultados de las elecciones europeas deben hacernos reflexionar sobre las causas de no haber cumplido con las expectativas electorales que señalaban de manera general un ascenso mayor, un mínimo de 12 % de los votos. Los estudios postelectorales indican que un 25% de los electores a Podemos, es decir, unos 300.000 votantes, habían votado anteriormente a IU, y alrededor del 32% procede de gentes que habían votado al PSOE.

Estos estudios demuestran que es necesario profundizar en las causas de dicha “movilidad” del electorado y que no puede zanjarse con explicaciones insuficientes, del tipo “Podemos ha pescado en caladeros electorales en los que no podía entrar Izquierda Unida”, o que “ha recogido el voto del descontento del 15M”.

En nuestra opinión, a los problemas de coherencia entre discurso y práctica, que lastran la imagen de la organización, se les une el déficit en la gestión de la comunicación, que no ha sido capaz de construir medios alternativos ni lanzar mensajes nítidos, y, especialmente, en el grave déficit de integración de la pluralidad, tanto la interna de Izquierda Unida en la campaña electoral, como de la pluralidad de la misma candidatura con respecto al conjunto de la ciudadanía y la izquierda social.

Los graves errores en la gestión del Bloque Social y Político, no pueden despacharse sólo con la asunción de responsabilidades individuales, que las hay, sino con una reflexión más profunda ¿Por qué no se hicieron propuestas al espacio de Suma para que pudieran participar en la candidatura en puestos de salida? ¿Por qué no se gestionó a través de primarias con listas abiertas en ese amplio colectivo, cuando estas mismas ideas se propusieron y defendieron en los órganos de IU a principios de año?

Los formidables recursos humanos y políticos de los que está dotada Izquierda Unida, y que jugaron un papel de liderazgo en las marchas del 22M, hubieran permitido conectar de modo natural con amplios sectores sociales; en cambio no fueron incluidos en la lista electoral, así como otros cuadros que sintonizan con los nuevos movimientos sociales y cívicos, sea por su juventud, su discurso, o su trayectoria en las luchas, etc., también fueron ignorados.

Tampoco se ha tenido la inteligencia para integrar, o visibilizar más, a aquellos activos de IU que podían haber recogido los sectores críticos de nuestro electorado; ni las potencialidades de la candidatura de la Izquierda Plural han sido utilizadas de modo suficiente como para dirigirse hacia los sectores que, previsiblemente y tras romper con el PSOE, buscaban aliento en otras candidaturas a su izquierda.

Deseamos que la reflexión y los cambios necesarios en Izquierda Unida vayan en dirección de superar los déficits en la gestión de la pluralidad interna de IU y de la Izquierda Plural. Solamente con una Izquierda Unida que integre y respete su rica pluralidad a todos los niveles, tendremos la credibilidad como para dirigirnos al conjunto de la sociedad, a las organizaciones, movimientos y personas, que desean organizar el cambio político social. Solo así tendremos la autoridad política y moral como para proponer y gestionar las alianzas, frentes y liderar el movimiento de la mayoría social para el cambio urgente que necesitamos en el país, y que pide la sociedad.

Apostamos por avanzar resueltamente en esa dirección, conscientes de que en este camino Izquierda Unida ya no es el único referente, y de que las vacilaciones, errores, sectarismos o ausencia de iniciativa y altura políticas, pueden debilitar a Izquierda Unida en beneficio de otras opciones. Opciones que, por otra parte, junto a la ilusión que han despertado tienen importantes retos y riesgos a superar.

Debemos volcarnos pues, con estas asunciones, en la creación de un espacio de confluencia amplio, en el que converjamos con la ciudadanía movilizada y con el resto de la izquierda social y política, asumiendo objetivos de regeneración democrática, de democracia participada y nuevos roles y modelos de funcionamiento en las relaciones política-sociales, para poner en pie una alternativa creíble y capaz de transformar nuestra sociedad.

Izquierda Unida sigue siendo decisiva en la construcción de la fuerza social y política que transforme el estado español. No defraudamos esa esperanza.

Madrid 16 de junio 2014

Firman los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal de Izquierda Unida:
Montserrat Muñoz, Diosdado Toledano, Antonio Cortés y José Antonio Mesa.

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