La Unión Europea, el coronavirus, los recortes y la corrupción

La Unión Europea, el coronavirus, los recortes y la corrupción

Carlos Martinez *

arbitraje, claúsula Telefónica, Comisión europea, Consejo de la UE, Corporate Europe Observatory, Europa de las multinacionales, intereses empresariales, Miguel Arias Cañete, Parlamento Europeo, política corrupta, puerta giratoria, Salir del Euro

La Unión Europea no solo nos ha fallado –a las clases populares y trabajadoras- con la pandemia del COVID 19, ya antes lo hizo. Cada vez que ha habido necesidad de adaptaciones a normas EU, crisis capitalistas y otras turbulencias, la UE ha propiciado privatizaciones y recortes sociales. Así en la crisis financiera de 2008 y al objeto de “superarla” obligó a duros y crueles recortes en sanidad, pensiones, salarios… y una reforma constitucional que fue una intromisión inaceptable convirtiendo al Reino de España en rehén de la deuda.

 Antes y en tiempos de la incorporación a dicho club mercantil, había obligado a cerrar mediante las llamadas reconversiones industriales a astilleros, siderurgias, grandes fábricas metalúrgicas y minas. Al mismo tiempo los grandes empresarios españoles deslocalizaban la industria y cerraban -ellos, la patronal española- el textil y la confección o numerosas fábricas de todo tipo de productos. Entre la UE y los socios de la CEOE se cargaban la industria española. La UE alemana destinaba España a sol, playa, turismo y ladrillo e incluso dañaba seriamente a nuestra agricultura y ganadería. A cambio apoyos para construir autovías y que los productos industriales del norte y Alemania en espacial, así como los turistas llegarán más rápido. También de algunos millones para proyectos de desarrollo en zonas agrarias al objeto de “turistificarlas” también. Dinero para hostales y chorizo artesano con el precio de destruir la industria y frenar agricultura y ganadería. Eso por no hablar de la globalización neoliberal y la famosa competitividad.

 Ahora cuando la UE y cientos de miles de empresarios patriotas nos ha dejado sin fábricas ni para hacer mascarillas, quieren discutir nuestro derecho a salud y torearnos con apoyos comunitarios ante la pandemia. Nos dan la espalda y dicen que no a más fondos. Gracias al socialista portugués Antonio Costa por su claridad.

La respuesta no pueden ser sino nacionalizaciones de empresas estratégicas y sanitarias y revertir toda la sanidad privatizada a pública. Porque cuando la Troika con el Banco Central Europeo más la Comisión Europea obligaron a recortar tras el crack de 2008, Rajoy y el PP, se aplicaron con todas sus energías a ello y además se propició la aparición de pingues negocios y corrupción a mansalva, con un saqueo conocido y la introducción de la picaresca en estos procesos de recorte y favorecer el negocio privado.

 Ante todo esto surge ya imparable un debate social y político y es la terrible injusticia y desigualdad que sufrimos. Por lo que otro tipo de sociedad más humana y democrática es necesaria y eso es el socialismo. Socialismo -que no es un partido sino una organización social con reparto de la riqueza y gestión democrática, no en base a intereses privados de una minoría- y no un capitalismo que falla y no resuelve problemas, solo dividendos para unos pocos.

A esto sumamos en el Reino de España la carga de la corona que siempre nos ha fallado y es parte del tinglado gran-empresarial, élites en torno a Madrid, colaboradora imprescindible de esta situación. No deseo pues, ni yo, ni muchas corrientes y organizaciones  contribuir a lavar su imagen de corrupción y despilfarro, ocultándola tras supuestas visitas a tinglados hospitalarios y un liderazgo social inexistente, fabricado artificialmente, por tanto caro e innecesario.

*Es politólogo, secretario general del PSLF y del consejo científico de Attac España

La Unión Europea, el coronavirus, los recortes y la corrupción

Carlos Martinez *

La Unión Europea no solo nos ha fallado –a las clases populares y trabajadoras- con la pandemia del COVID 19, ya antes lo hizo. Cada vez que ha habido necesidad de adaptaciones a normas EU, crisis capitalistas y otras turbulencias, la UE ha propiciado privatizaciones y recortes sociales. Así en la crisis financiera de 2008 y al objeto de “superarla” obligó a duros y crueles recortes en sanidad, pensiones, salarios… y una reforma constitucional que fue una intromisión inaceptable convirtiendo al Reino de España en rehén de la deuda.

 Antes y en tiempos de la incorporación a dicho club mercantil, había obligado a cerrar mediante las llamadas reconversiones industriales a astilleros, siderurgias, grandes fábricas metalúrgicas y minas. Al mismo tiempo los grandes empresarios españoles deslocalizaban la industria y cerraban -ellos, la patronal española- el textil y la confección o numerosas fábricas de todo tipo de productos. Entre la UE y los socios de la CEOE se cargaban la industria española. La UE alemana destinaba España a sol, playa, turismo y ladrillo e incluso dañaba seriamente a nuestra agricultura y ganadería. A cambio apoyos para construir autovías y que los productos industriales del norte y Alemania en espacial, así como los turistas llegarán más rápido. También de algunos millones para proyectos de desarrollo en zonas agrarias al objeto de “turistificarlas” también. Dinero para hostales y chorizo artesano con el precio de destruir la industria y frenar agricultura y ganadería. Eso por no hablar de la globalización neoliberal y la famosa competitividad.

 Ahora cuando la UE y cientos de miles de empresarios patriotas nos ha dejado sin fábricas ni para hacer mascarillas, quieren discutir nuestro derecho a salud y torearnos con apoyos comunitarios ante la pandemia. Nos dan la espalda y dicen que no a más fondos. Gracias al socialista portugués Antonio Costa por su claridad.

La respuesta no pueden ser sino nacionalizaciones de empresas estratégicas y sanitarias y revertir toda la sanidad privatizada a pública. Porque cuando la Troika con el Banco Central Europeo más la Comisión Europea obligaron a recortar tras el crack de 2008, Rajoy y el PP, se aplicaron con todas sus energías a ello y además se propició la aparición de pingues negocios y corrupción a mansalva, con un saqueo conocido y la introducción de la picaresca en estos procesos de recorte y favorecer el negocio privado.

 Ante todo esto surge ya imparable un debate social y político y es la terrible injusticia y desigualdad que sufrimos. Por lo que otro tipo de sociedad más humana y democrática es necesaria y eso es el socialismo. Socialismo -que no es un partido sino una organización social con reparto de la riqueza y gestión democrática, no en base a intereses privados de una minoría- y no un capitalismo que falla y no resuelve problemas, solo dividendos para unos pocos.

A esto sumamos en el Reino de España la carga de la corona que siempre nos ha fallado y es parte del tinglado gran-empresarial, élites en torno a Madrid, colaboradora imprescindible de esta situación. No deseo pues, ni yo, ni muchas corrientes y organizaciones  contribuir a lavar su imagen de corrupción y despilfarro, ocultándola tras supuestas visitas a tinglados hospitalarios y un liderazgo social inexistente, fabricado artificialmente, por tanto caro e innecesario.

*Es politólogo, secretario general del PSLF y del consejo científico de Attac España

La Unión Europea, el coronavirus, los recortes y la corrupción

Carlos Martinez *

La Unión Europea no solo nos ha fallado –a las clases populares y trabajadoras- con la pandemia del COVID 19, ya antes lo hizo. Cada vez que ha habido necesidad de adaptaciones a normas EU, crisis capitalistas y otras turbulencias, la UE ha propiciado privatizaciones y recortes sociales. Así en la crisis financiera de 2008 y al objeto de “superarla” obligó a duros y crueles recortes en sanidad, pensiones, salarios… y una reforma constitucional que fue una intromisión inaceptable convirtiendo al Reino de España en rehén de la deuda.

 Antes y en tiempos de la incorporación a dicho club mercantil, había obligado a cerrar mediante las llamadas reconversiones industriales a astilleros, siderurgias, grandes fábricas metalúrgicas y minas. Al mismo tiempo los grandes empresarios españoles deslocalizaban la industria y cerraban -ellos, la patronal española- el textil y la confección o numerosas fábricas de todo tipo de productos. Entre la UE y los socios de la CEOE se cargaban la industria española. La UE alemana destinaba España a sol, playa, turismo y ladrillo e incluso dañaba seriamente a nuestra agricultura y ganadería. A cambio apoyos para construir autovías y que los productos industriales del norte y Alemania en espacial, así como los turistas llegarán más rápido. También de algunos millones para proyectos de desarrollo en zonas agrarias al objeto de “turistificarlas” también. Dinero para hostales y chorizo artesano con el precio de destruir la industria y frenar agricultura y ganadería. Eso por no hablar de la globalización neoliberal y la famosa competitividad.

 Ahora cuando la UE y cientos de miles de empresarios patriotas nos ha dejado sin fábricas ni para hacer mascarillas, quieren discutir nuestro derecho a salud y torearnos con apoyos comunitarios ante la pandemia. Nos dan la espalda y dicen que no a más fondos. Gracias al socialista portugués Antonio Costa por su claridad.

La respuesta no pueden ser sino nacionalizaciones de empresas estratégicas y sanitarias y revertir toda la sanidad privatizada a pública. Porque cuando la Troika con el Banco Central Europeo más la Comisión Europea obligaron a recortar tras el crack de 2008, Rajoy y el PP, se aplicaron con todas sus energías a ello y además se propició la aparición de pingues negocios y corrupción a mansalva, con un saqueo conocido y la introducción de la picaresca en estos procesos de recorte y favorecer el negocio privado.

 Ante todo esto surge ya imparable un debate social y político y es la terrible injusticia y desigualdad que sufrimos. Por lo que otro tipo de sociedad más humana y democrática es necesaria y eso es el socialismo. Socialismo -que no es un partido sino una organización social con reparto de la riqueza y gestión democrática, no en base a intereses privados de una minoría- y no un capitalismo que falla y no resuelve problemas, solo dividendos para unos pocos.

A esto sumamos en el Reino de España la carga de la corona que siempre nos ha fallado y es parte del tinglado gran-empresarial, élites en torno a Madrid, colaboradora imprescindible de esta situación. No deseo pues, ni yo, ni muchas corrientes y organizaciones  contribuir a lavar su imagen de corrupción y despilfarro, ocultándola tras supuestas visitas a tinglados hospitalarios y un liderazgo social inexistente, fabricado artificialmente, por tanto caro e innecesario.

*Es politólogo, secretario general del PSLF y del consejo científico de Attac España

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