Socialismo21 » 6 marzo, 2013

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Ese hombre llamado Hugo Chavéz

entrevista-carlos-martinez-attac-inaki-gabilo-L-rKKxP5-175x130Carlos Martinez

Politólogo. Ha trabajado en una Unidad de Análisis al servicio de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.

Era cariñoso y simpático. Sin embargo, la derecha, la oligarquía y la inmensa mayoría de los medios de comunicación que son propiedad de ambas, le presentaron como a un dictador. Dieron una imagen de él cual si fuera mitad déspota y mitad inculto sargento chusquero. Hugo Rafael Chávez Frías, militar de carrera y diplomado en Estado Mayor, era licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, poseía una gran cultura, siendo un lector empedernido.

Chávez era un llanero, como le escuche decir docenas de veces mientras trabajé para él, unos breves pero intensos meses, hace ahora un año. Un llanero, es un hombre de Los Llanos de Venezuela, con mentalidad agraria, pero también de jinete rebelde, de lancero de Bolívar  Por eso cantaba, bailaba y era sencillo. Sencillo como los lugareños, alegre y con algo de sangre negra, por parte de su abuela paterna. Chávez hablada como el pueblo venezolano, por eso le entendían tan bien. Chávez heredó el espíritu libre y rebelde de los llanos.

La burguesía venezolana siempre lo despreció, le llamaban “el negro” como mote despectivo. Él siempre habló orgulloso de sus gotas de sangre negra.

Hugo Chávez, no era como los políticos y políticas al uso en el estado español. Hablaba con convicción, contundencia y frases rotundas, entendibles por y para su pueblo. Chávez no hablaba para las élites, mucho menos para contentar a las oligarquías. Chávez hablaba para su gente, para los pobres de Venezuela, de América y del mundo. Por eso no sentía vergüenza de cantar en público canciones llaneras, los cantos populares de su tierra, que en varias ocasiones le contemple desgranar. Era la vida, era tremendamente vitalista. Se desbordaba en palabras, pero sobre todo en acciones, en hechos, en programas.

Chávez visitaba obras, interpelaba en público a directores, alcaldes o ministros y si hacía falta les reprendía. Hugo Chávez presentado en Europa Occidental como un machista, tenía sin embargo a numerosos ministras en su Gabinete, así como el PSUV gran número de diputadas y numerosas mujeres, al menos tantas como hombres, ocupan los altos cargos de la Administración. También los Consejos Comunales están llenos de mujeres activistas, yo diría que más que hombres.

Hugo Chávez que en ocasiones hacía retransmitir en directo en tv consejos de ministros. Se comentaba en Miraflores (sede presidencial) que ponía en serios aprietos a sus ministros solicitándoles datos, acciones en marcha y fechas concretas de ejecución. Era infatigable sencillamente. Trabajar a su servicio eran horas de trabajo, seguimiento y duras jornadas de reflexión, lectura e informes diarios. Otras y otros en condiciones todavía más duras que el autor.

Pero lo que aquí me interesa resaltar -pues ya habrá cientos de artículos mucho más eruditos- era su carácter humano y su compromiso altermundista.

A Chávez lo vi por primera vez en el Foro Social Mundial de Belem en Brasil. Allí en medio del éxtasis de los militantes jóvenes del Movimiento de los Sin Tierra, nos habló con su sencillez y profundidad. Se declaró feminista y tuvo palabras de aprecio para Ignacio Ramonet y otros intelectuales europeos y Latinoamericanos del pensamiento crítico allí presentes. Cuando finalizó las muchachas y los muchachos latinoamericanos presentes, en especial brasileños, se abalanzaron al escenario y Hugo cual un cantante de rock se desprendió de una toallita que llevaba para enjugarse el sudor y la arrojó al público, a su público que era parte de la juventud revolucionaria latinoamericana. Chávez volvió a sellar su compromiso con el Foro Social Mundial. En ese mismo acto organizado por el MST cuyos activistas sencillamente lo amaban y lo aman, junto a Evo Morales, Rafael Correa y Lugo -el presidente electo derrocado en Paraguay- afirmó que allí estaban, comprometidos con la causa de la revolución y el socialismo internacional ” Un doctor de Harvard, un indio, un obispo y un soldado juntos”, que había de todo en esa banda del nuevo internacionalismo, un cura, un intelectual, un indio cocalero y un soldado del pueblo.

Después ya  en Venezuela, tuve la suerte de participar en el acto de constitución del Gran Polo Patriótico. En Caracas, cerca de Miraflores y en la calle, desgranó la gran aventura del frente antineoliberal, amplio, participativo y popular en el que un líder carismático ponía todas sus esperanzas. Porqué Hugo Chávez y eso debe servirnos de ejemplo, potenció un gran movimiento unitario popular y amplio, el Gran Polo Patriótico, de forma que aun teniendo  la fuerza electoral suficiente, junto con los socialistas del PSUV, llevó en sus listas a comunistas del PCV, que eran minoritarios y a socialdemócratas antineoliberales del MEP y del PTT Maneiro. Ojalá la lección se aprenda por estos lares.

Deseo finalizar manifestando mi repulsa por muchas falsedades que sobre el presidente Chávez, se están diciendo en el estado español, con un jefe de estado vitalicio e impuesto por un dictador, y a pesar de ello muchos periodistas se atreven a cuestionar su “pureza democrática“, afirmando la dificultad de los medios de información, la mayoría en manos públicas. Esta afirmación, es una monstruosa mentira. La mayoría de las cadenas de televisión venezolanas son privadas y la mayor parte de los periódicos también. Basta con viajar a Venezuela y comprobarlo. Pero afirmaré más, con menos ataques de lo que los periódicos y cadenas privadas constantemente profieren contra el que era su jefe del estado, si estás afirmaciones se hicieran aquí en España, para criticar al monarca vitalicio y no electo heredado de Franco, muchos medios ya hubieran sido cerrados y/o procesados. Por esto, al dolor que sufro por la muerte de un gran hombre de estado, gran socialista y humanista, lo veo incrementado por tener que escuchar tanta falsedad de tipos que jamás han estado en Venezuela, ni contrastado sus informaciones. Pero la mentira tiene las patas muy cortas y el cariño de su pueblo no se podrá ocultar.

Hugo Chávez, nos hizo mucho bien a toda la humanidad. Los verdes europeos debieran ahora recordar y en especial los centro-europeos su decidida actuación junto a Evo Morales en la cumbre de Cophenague, cuando la abandonaron y se solidarizaron con las reivindicaciones ecologistas y en defensa de la Madre Tierra, en lugar de criticarle con criterios eurocentristas y racistas.

Termino  pidiendo a las personas de izquierdas e informadas que puedan leer este artículo, que cuando analicen las actitudes y la obra de Hugo Chávez,  piensen como Latinoamericanos. A nosotras y nosotros tanta supuesta pureza y, muy supuesta horizontalidad, no nos ha servido, ni para hacerle cosquillas al sistema, mientras que los líderes latinoamericanos y sus pueblos sí que están creándole problemas al capitalismo depredador.

 

 

 

 

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Con Chavéz


chiquitin
José Manuel Martín Medem

El cáncer más cabrón ha devorado lo que más nos duele pero lo mejor de América Latina le debe a Hugo Chávez la salud política de la dignidad y de la movilización del coraje para que lo que está cambiando no se joda. Las muchas palabras que se van a desbordar no deben paralizar lo necesario: la coherencia de lo acumulado para que el protagonismo personal se convierta en océano colectivo..

Los que lo celebran no lo respetan ni muerto pero las próximas elecciones en Venezuela van a ser el homenaje popular de la mayoría que por primera vez pudo participar en una democracia que contagió a América Latina.

Un abrazo para el pueblo venezolano en la solidaridad de los que sabemos lo que es bueno.

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CHÁVEZ

piquerasAndrés Piqueras, Profesor Universidad Jaume I

Supe por primera vez quién era Chávez, en 1992, en mi primer viaje a Venezuela. Justo cuando el comandante Chávez, junto con otros militares del MBR200, se levantó en contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez que venía asesinando a la población venezolana alzada contra las políticas de muerte que tres décadas antes que en Europa imponía el Gran Capital en América Latina (las tristemente célebres Políticas de Ajuste Estructural, que ahora empezamos a conocer aquí).

Su “por ahora” para hablar del levantamiento fracasado como hijo del pueblo, que pronunció cuando le detuvieron, marcó el principio de una nueva era en la relación entre Gobierno y sociedad en Venezuela.

Es cierto, como se ha dicho, que Chávez ha representado una experiencia nueva para la izquierda, que le ha costado mucho digerir y que tendrá que aprender a interpretar, más allá de esquemas tópicos  (ni caudillo popular a lo Pancho Villa, ni populista -por más que se empeñen en presentarlo así- a lo Perón, ni “comandante en jefe” tipo Frente revolucionario, ni líder guerrillero triunfante a lo Ché o Fidel). Todavía recuerdo cómo en Argentina, en 1999, me decían los compañeros que no querían saber nada con milicos. Sus razones tenían, pero este era un “milico” diferente.

Chávez es una construcción colectiva propia de la por más tiempo imposible cohabitación nacional entre un sistema representativo totalitario que privatizó la política para la burocracia oligárquica, y una “sociedad excluida” sin cauces de expresión ni de acceso a ningún beneficio de la enorme riqueza del país. Una población que según las propias fuentes oficiales estaba en la pobreza en más de un 60%, siendo a la vez la más desarticulada de todo el continente (sin apenas organizaciones sociales o políticas).

Chávez es en cierto modo el parto de esas circunstancias propias de un modelo corrompido hasta el tuétano, que se desgasta a sí mismo, y es incapaz también de ofrecerse a sí mismo por más tiempo la alternancia. Se trata del mismo capitalismo periférico que luego empezó a estallar en Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia y poco a poco en todas partes.

Chávez es el producto de mil luchas, y de otras tantas brutales represiones de una población cansada de vivir en la miseria mientras los petrodólares inundaban las cuentas de la oligarquía económico-política del país [que se adueñó privadamente de todo el ciclo de producción, distribución y consumo]. Una oligarquía que alternándose en dos partidos, COPEI y ADECO, evadió del país en treinta años el equivalente a 5 planes Marshall, que se embolsó en torno a 300.000 millones de dólares, y que hizo cómplices suyas a las burocracias de unos sindicatos totalmente verticalizados, las mismas que hoy hacen huelgas para la patronal contra la democracia (por eso mismo, ¡qué asombroso!, sin perder el salario).

Chávez es el resultado del descabezamiento de las escasas organizaciones y movimientos populares, de la eliminación sistemática de líderes y opositores llevada a cabo por los gobiernos que se llamaron “democráticos”. La autodenominada Coordinadora Democrática que ha venido saboteando el país durante el gobierno bolivariano, agrupa o representa a los mismos que masacraron o aplaudieron las masacres de Caracas (“caracazos”) en 1989 y 1992, y los asesinatos estudiantiles de 1991, los mismos que dejaron a un país exhausto tras vender todos sus recursos a las multinacionales de la OCDE. En ella está la escuálida burguesía venezolana, que se benefició con la miseria de todos los demás.

Chávez, y el sector del Ejército que le ha apoyado, tenía la fuerza que a una población masacrada ya no le quedaba. Es la propuesta del gentío cuando el gentío, desangrado, ya no pudo ir más lejos por sí mismo, y militares “nacionalistas” se levantaron para tomar el relevo y proponer una alianza cívico-militar prácticamente sin precedentes en la historia latinoamericana.

Por eso poco importa lo que Chávez-persona sea. Lo importante es que fue modelado por esa población que empezaba a ser pueblo, a ser sujeto social, y él tuvo que expresar su discurso, tuvo que aprender a ser ella. Lo importante es que por primera vez en la historia venezolana Chávez-pueblo ha abierto la posibilidad de que la “sociedad excluida” de siempre se autoorganice,  ha abierto la esperanza de que en breve ya no se necesite de él, como la mariposa ya no precisa de la crisálida, que sólo tiene sentido para posibilitarla.

La “revolución bolivariana” comenzó con desigual éxito a sentar los cimientos de esa metamorfosis: los círculos bolivarianos, los círculos de producción, los sindicatos bolivarianos, la Asamblea de Barrios, la Asamblea Popular, querían significar eso. Por primera vez hubo posibilidades para la población venezolana de una “cultura política”, de una formación social.

Algunas de sus medidas también comenzaron a ser esperanzadoras: transformación institucional sin par, racionalización y conversión progresiva de la política fiscal, acuerdos con las comunidades indígenas para que recuperen el control de sus tierras, aguas y subsuelos, alfabetización y programas de nutrición infantil, reivindicación nacional de los recursos, fijación estatal de las tarifas eléctricas, creación del Banco de las Mujeres, Operaciones Milagro, Ley de Tierras para comenzar a distribuir las mismas a costa de los latifundios, “siembra del petróleo” para invertir buena parte de sus ganancias en el campo, Misiones sociales…

Demasiadas cosas para que los poderosos de la Tierra se quedaran de brazos cruzados. El gobierno de Aznar y las multinacionales españolas, que junto con el PSOE, se apresuraron a saludar el “derrocamiento” de Chávez (los primeros en el mundo)* y el según ellos “triunfo de la democracia frente al populismo” tras el fallido golpe de abril de 2002, no han dejado en todo este tiempo de vilipendiarle.

Chávez, que ha permitido que los media queden en manos de la burguesía, ha tenido que vérselas con lo mismo, sólo que en su propia casa (¿qué gobierno europeo permitiría eso?). Un presidente que se propone la tarea de distribuir la riqueza y al mismo tiempo no puede permitirse el lujo de incumplir de golpe con el FMI, ni de cortar el suministro energético a EE.UU., ha jugado permanentemente en la cuerda de la muerte.

Y es muy probable que al final haya terminado pagando con su vida tanta osadía. Su muerte es probablemente otro magnicidio más de los muchos perpetrados por EE.UU. en América Latina y el mundo.

La “democracia” de los poderosos, ya se sabe, sólo vale cuando les vale a ellos. Cuando a nadie se le ocurre desafiar a las diferentes versiones de lo mismo que han preparado.

Chávez se rebeló e intentó cambiar la base histórica de la sociedad probablemente más desestructurada de América, donde los niveles de individualismo, corrupción como hábito de vida en todas las esferas, desconfianza mutua e informalidad, se unieron a la falta de redes, estructuras u organizaciones sociales que pudieran dar cuerpo a algo remotamente parecido a una ciudadanía. El síndrome consumista formado en torno al gran surtidor del petróleo, la subordinación ideológica y el arraigado oportunismo, se acompañaron de una violencia estructural y uno de los niveles más altos de delincuencia en el mundo (durante muchos años Caracas ha figurado entre las 5 ciudades más peligrosas del planeta).

En las más de 10 veces que después del 92 volví a Venezuela junto a sus movimientos sociales, comprobé instalada la corrupción y el “trepismo” incluso en los círculos más cercanos a Chávez. Demasiada tarea para un solo hombre.

Según el oro negro se vaya haciendo más y más escaso, el petróleo de Venezuela cobrará cada vez más importancia. Según las contradicciones del Gran Capital estallen entre sí e impidan su dinámica de acumulación, más brutal se tornará. Un gobierno hecho por la gente (aunque todavía sin protagonismo político de las grandes mayorías), es, de todas formas, un “peligro intolerable”.

Todo depende ahora de la capacidad de esa gente venezolana de ser pueblo. Es decir, de tener muy clara su conciencia de clase y saber quiénes y dónde están sus enemigos.

Y lo mismo para el resto de poblaciones latinoamericanas.

El legado en el que agruparse y protegerse que deja Chávez no es despreciable. ALBA, UNASUR, CELAC, el Sucre, el Banco del Sur, la Universidad del Sur, TeleSur, lazos de mutua ayuda con países de otros continentes…

Por todo ello…        ¡muchas gracias Hugo Chávez!

Sabes que para muchos ya eres el nuevo Bolívar.

* Para una versión documentada sobre la implicación del gobierno español en el fallido golpe a Chávez de abril, ver http://www.pce.es/mundoobrero. Documento del 24.05.02.

 

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Hugo Chávez, un hombre bueno que vivirá para siempre

victor riosVictor Ríos

Investigador del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra

Tiempo habrá para aquilatar serenamente la contribución de Hugo Chávez Frías en la ingente tarea de saldar la histórica deuda social y cultural contraída por los Imperios y las oligarquías locales con las clases populares de su amada patria, la República Bolivariana de Venezuela, de su Patria Grande, Nuestra América, y de todos los pueblos y personas humildes del planeta. Tiempo habrá para dar a conocer más y mejor en esta vieja Europa datos y experiencias de los procesos de transformación impulsados por Chávez y la revolución bolivariana desde su primer triunfo electoral en diciembre de 1998 hasta nuestros días.

Con Chávez, el bravo pueblo venezolano ha sembrado e irradiado múltiples y valiosas enseñanzas para nosotros, hoy, aquí y ahora. Por ejemplo, una Constitución que ya la quisiéramos tener por estos pagos, con posibilidad de referéndums revocatorios de todos los cargos electos a mitad de sus mandatos, desde el Jefe del Estado hasta los concejales; con la incorporación de nuevos órganos de poder ciudadano, y de tantos otros derechos económicos, sociales y culturales que aquí se desconocen. Con Chávez se han impulsado unas políticas sociales de resultados reconocidos por organismos internacionales como la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud, la CEPAL… Con ellas el pueblo venezolano y los de los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) están caminando hoy en la dirección opuesta a los europeos. Es decir, reduciendo la exclusión, la pobreza y las desigualdades. Las cifras cantan. Pero en estas líneas no voy a adentrarme en ellas.

Pues escribo desde el profundo dolor y tristeza que me atenaza en estos momentos. Sentimientos que en estas horas comparten muchos, muchos millones de mujeres y hombres venezolanos, latinoamericanos, caribeños y buenas gentes de todo el planeta. Sentimientos que me conducen directamente a evocar algunos de los momentos compartidos con un hombre bueno, un hombre a la vez audaz y realista, una persona que ya en vida pasó a ocupar un lugar indiscutible en la historia de Venezuela, de América Latina y de la lucha internacional de los pueblos por su liberación nacional y su emancipación social. Un hombre cuya contribución a hacer realidad el viejo proyecto de una unión latinoamericana y caribeña libre y soberana ha dejado sus frutos en lo que hoy ya es la ALBA, la UNASUR y la CELAC.

Para mí ha sido un enorme privilegio, un gran honor, haber podido tratarlo en persona, acompañarlo en algunos de sus viajes internacionales y trabajar para él y al servicio de su pueblo con la intensidad y la exigencia que él era el primero en aplicarse a sí mismo de manera cotidiana. Recuerdo cuando entraba de pronto en el despacho para recabar una opinión sincera sobre un discurso recién pronunciado, su sentido del humor y su campechana autenticidad, cómo esbozaba una sonrisa franca y abierta al presentarme como miembro de su comitiva ante el presidente Zapatero en una visita de éste a Venezuela, diciéndole: «mira, éste es un subversivo compatriota tuyo que me traje aquí a trabajar conmigo». No olvidaré lo a gusto que se sentía departiendo con personas muy humildes durante una visita realizada al Bronx en compañía del embajador Bernardo Álvarez, aprovechando su estancia en Nueva York para intervenir en el 60º Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2005. Al acercarme a felicitarlo tras su vibrante discurso, me espetó en seguida: «no Víctor, esto no es obra mía sino de todos, soy yo quien agradezco a todo el equipo la tarea realizada». Cuán lejos están estos pequeños ejemplos, y tantos otros que guardaré para siempre en mi corazón y mi memoria, de los estereotipos forjados por sus detractores, interesados en combatir el cariño y el afecto que su pueblo le profesa, y temerosos del «efecto contagio» que ello podía provocar en otras tierras.

Su decisión de plantear la necesidad de poner rumbo a un socialismo del siglo XXI, comentada en una reunión privada en el marco del Encuentro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad celebrado en Caracas en diciembre de 2004, y luego lanzada en público en el Foro Social Mundial de Porto Alegre en enero de 2005, marcó un hito en la historia del socialismo y del movimiento revolucionario latinoamericano e internacional. Recuerdo las reflexiones y elaboraciones de múltiples documentos realizadas entonces en su Despacho de la Presidencia, a las que contribuían activamente múltiples compañeros venezolanos como Haiman El Troudi, Luis Bonilla, Luis Vargas o Gonzalo Ramírez, y cooperantes internacionales que estaban entonces allí como Marta Harnecker, Juan Carlos Monedero, Michael Lebowitz u otros que aportaban sus fecundas reflexiones desde aquí, como Paco Fernández Buey.

Las preguntas que nos hacíamos eran muchas y el presidente Chávez animaba a avanzar sin dilación en las reflexiones para traducirlas en acción política y de gobierno en la que el pueblo organizado tuviera también una participación activa. ¿Qué balance hacer de los socialismos del siglo XX? ¿Cuál debía ser el papel del bolivarianismo y de otras corrientes de pensamiento emancipador latinoamericano en la formulación de una propuesta socialista revolucionaria para Venezuela y para América Latina? ¿Cómo plantear la transición de la economía y los valores propios del rentismo petrolero heredado hacia una política económica que pusiera dicha renta al servicio de un nuevo modelo productivo y de relaciones sociales? ¿Cómo ir transformando los viejos aparatos del Estado para avanzar hacia un Estado Comunal, basado en una democracia participativa y protagónica de nuevo cuño?

Hugo Chávez no se cansaba de hacer pedagogía de modo permanente, de explicar su proyecto, proponer innovaciones y escuchar las demandas de su pueblo, de querer verificar siempre el grado de cumplimiento de la acción de gobierno aprobada y el buen uso de los recursos dispuestos. Comprendía y exigía. Exigía y comprendía. Y así ha sido hasta el agotamiento de sus fuerzas. Como botón de muestra no hay más que ver la retransmisión hecha por Venezolana de Televisión del Consejo de Gobierno del 20 de octubre de 2012, a los pocos días de su clara victoria en las elecciones presidenciales.

Hoy en la prensa el titular es unánime, pero no los sentimientos. Los medios digitales libres de verdad, independientes de los poderes económicos, describen el hecho luctuoso y acogen textos escritos por plumas que destilan tristeza y dolor. Los grandes grupos empresariales mediáticos internacionales y españoles -algunos venidos a menos en solvencia y a nada en credibilidad-, traficantes de información sin escrúpulos, como hemos tenido ocasión de ver muy recientemente, por fin pudieron poner el titular que estaban deseando semana tras semana. Pero a éstos últimos, el pueblo venezolano, los pueblos latinoamericanos y caribeños, y los que aquí nos sentimos solidarios con ellos y unidos hoy en su dolor, les vamos a mostrar que una vez más se equivocan: como Martí, Bolívar, Zapata, el Ché y tantas personas anónimas que han dado lo mejor de sí por forjar una humanidad justa y libre en una tierra habitable, Hugo Chávez Frías llegó para quedarse. Y vivirá para siempre. En el corazón de los venezolanos humildes, de los venezolanos buenos, y de todos los hombres y mujeres de cualquier rincón del planeta que no dejaremos de agradecerle que se haya dejado la vida en mostrar que sí se puede plantar cara a los poderosos, dar visibilidad y dignidad a las personas más humildes y transformar las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías sociales cuando éstas se dan cuenta del poder que tienen al perder el miedo y luchar unidas.

Seguir su ejemplo de compromiso con los de abajo, en Venezuela y en cualquier parte, nos hará sin duda mejores y más libres. Ese es el compromiso de su pueblo cuando inunda las calles anunciando que todos somos Chávez. Ese es el legado y el reto que nos deja. Permítanme que, con los ojos húmedos y un nudo en la garganta, les anuncie algo humildemente, pero a la vez con mi deseo expreso de contribuir a ello con gran convicción: ahora más que nunca, Chávez no se va.

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España y Chávez: la historia no nos absolverá

pascual-serranoPascual Serrano, periodista
«Hugo Chávez quedará como el líder que mejoró como nadie las condiciones de vida de los venezolanos más desfavorecidos, que impulsó de un modo ya irreversible la unidad latinoamericana y que dio ánimos y esperanzas a la humanidad de que un mundo más justo, fuera del capitalismo, es posible. Por eso los venezolanos le seguían votando y su revolución seguirá adelante. Muchos españoles se habrán quedado sin saber todo eso. Ese es el crimen mediático del que la historia no nos absolverá».
Los trece años de presidencia de Hugo Chávez en Venezuela y el desarrollo de la revolución bolivariana pasarán a la historia como el mayor fenómeno político mundial del que más cosas han contado los medios de comunicación para, paradójicamente, desinformar de la realidad. Comencemos por las odiosas comparaciones.

Mientras en España votábamos a gobiernos que han llevado a un 21,1% de la población por debajo del umbral de pobreza y disparaban al 45% la pobreza infantil, el Hugo Chávez estigmatizado en nuestros medios reducía la pobreza de Venezuela un 44%, según datos de la CEPAL, lo que suponía que cinco millones de venezolanos dejaron de ser pobres.

Venezuela ocupó, por cuarto año consecutivo, el primer puesto regional en apoyo a la democracia, con un 77% de respaldo popular que se demuestra con una participación electoral de más del 80 %, el 55% de la cuál votó a Chávez en las últimas elecciones presidenciales. En 1998 la participación era tan solo del 54%. En España, en cambio, un 86% asegura que la situación política es mala o muy mala y un 93% de españoles está a favor de modificar la Constitución. En las últimas elecciones generales la abstención, junto con el voto nulo y el blanco, sumaron el 30%, y Mariano Rajoy fue presidente del gobierno por el apoyo a su partido de tan solo el 22% de los españoles.

Mientras Hugo Chávez subió el gasto social al 60% de todos los ingresos nacionales percibidos, en España, en 2010, fue del 25,7% del PIB. Cuando España se ha convertido en el país con más desigualdad social de la eurozona, Venezuela, entre 1998 y 2008, vio una disminución del 17’9% de esta desigualdad social, según la CEPAL.

Mientras 14 millones de venezolanos acceden a alimentos subsidiados por el Estado y el 61% de la población venezolana compró este año alimentos en puntos de venta del Estado, en España aumenta el IVA de los alimentos del 8 al 10% y decenas de miles de ciudadanos dependen de la caridad de comedores sociales privados para subsistir.

Durante 2011 el gobierno venezolano ha repartido 146.022 viviendas entre los más empobrecidos. En España, según el Consejo General del Poder Judicial, se producen 526 desahucios diarios ( Público, 2-10-2012).

Gracias a estas políticas, Hugo Chávez ha sido el líder político que más apoyo ha ido logrando en la urnas y en la calle de su país durante más de una década pero, curiosamente, es el que ha sufrido en España más editoriales críticos, más insultos, más acusaciones de dictador, más mentiras y más conspiraciones mediáticas para derrocarle. Al final los medios lograron su objetivo: que Hugo Chávez tuviera una mala imagen en España. Según el Barómetro del Real Instituto Elcano de diciembre de 2010, Chávez era con diferencia el líder peor valorado por los españoles: recibe un 1,7 en una escala de 10. Pero no son los españoles quienes deben elegir al presidente venezolano, son los venezolanos, y éstos no eran rehenes de los medios españoles porque podían apreciar cada día sus políticas. No es la primera vez que la valoración de un líder político es muy diferente fuera que dentro de su país. Mientras los ciudadanos soviéticos maldecían a Mijaíl Gorbachov, al que responsabilizaban del derrumbe de su confederación y el fin de las ayudas estatales, la opinión pública internacional, gracias a la campaña mediática mundial, veía en el último presidente soviético el hombre que llevaba la democracia a la Unión Soviética.

Sin duda la opinión pública que posee más rigor y conocimiento del líder es la que vive bajo sus políticas y no la que las conoce a través de medios de comunicación. Por tanto podemos afirmar que las víctimas del crimen mediático no han sido ni Hugo Chávez ni los venezolanos. Han sido los ciudadanos españoles, a los que se les ha negado la posibilidad de conocer y comprender lo que sucedía en Venezuela.

En la historia de Venezuela, de toda América Latina, y en el recuerdo de todos los hombres y mujeres del mundo que hayan buscado la verdad entre las tinieblas desinformativas de los grandes medios, Hugo Chávez quedará como el líder que mejoró como nadie las condiciones de vida de los venezolanos más desfavorecidos, que impulsó de un modo ya irreversible la unidad latinoamericana y que dio ánimos y esperanzas a la humanidad de que un mundo más justo, fuera del capitalismo, es posible. Por eso los venezolanos le seguían votando y su revolución seguirá adelante. Muchos españoles se habrán quedado sin saber todo eso. Ese es el crimen mediático del que la historia no nos absolverá.

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