Socialismo21 » 27 septiembre, 2013

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Seguimos en las calles y sin miedo. El 28S jaque al rey

images (2)Primer aniversario del 25S:
Dijeron que seguirían en las calles y lo han cumplido

Ana Barba, periodista

El día 25 hizo un año. Un año en el que ha quedado de manifiesto que las razones para salir a la calle estaban justificadas. Un año de expolio continuado de los derechos sociales adquiridos con siglos de lucha y sufrimiento. Hoy hay más motivos, si cabe, para volver a salir a la calle y exigir nuestros derechos. Podemos volver a leer el manifiesto de entonces y comprobar que está totalmente vigente (*)

El 25 de septiembre de 2012 atrajo al Rodea el Congreso a numerosas personas de fuera de Madrid. Venían en coches particulares y en autobuses. Muchos de estos autobuses fueron los detenidos en las afueras de la capital e identificados por la policía sus ocupantes. Se incautaron las máscaras de Anonymus que algunos portaban. Al parecer las consideraban peligrosas. Pero lo auténticamente peligroso era el armamento del que dotaron a la policía ese día: fusiles de asalto y fusiles repetidores.

Muchos temimos entonces un resultado sangriento de la jornada. En todo caso, la represión fue totalmente desproporcionada con un movimiento pacífico de ciudadanos desarmados. Porque, no debemos olvidarlo, fue un acto pacífico. Incluso los once diputados de Izquierda Plural que decidieron salir a la calle fueron maltratados por la policía.Estos once diputados de Izquierda Plural que se unieron al 25S y salieron del Congreso fueron criticados y alabados casi por igual.

Desde los analistas afines al 15M se valoró como un primer paso, pero se le achacó tibieza a este grupo: deberían haber renunciado a su acta de diputados antes de salir a la calle. Otros analistas, más reflexivos, opinaban que era importante tener dentro a alguien que defendiera la voz de la calle.

De igual modo, el llamamiento inicial de PEP de acampar hasta que se iniciara el proceso constituyente y el más realista de la Coordinadora 25S de pedir la dimisión del Gobierno y la disolución de las Cortes, fueron apoyados y criticados a partes iguales. Una mayoría de la población estaba de acuerdo en que había un problema, incluso en el análisis de dicho problema, pero no se ponía de acuerdo en cual debía ser el mecanismo para resolverlo.

El despliegue policial, la imagen de los manifestantes sentados, los cánticos y los lemas que coreaban, circularon por las redes sociales, incluso por los medios tradicionales,  y están en la memoria de todos.

Las imágenes de la represión policial dieron la vuelta al mundo y dejaron en entredicho el talante supuestamente democrático del Gobierno. Se hizo muy popular el valiente camarero de la cafetería del paseo del Prado que defendió a los manifestantes.

Fue una noche muy larga, con mucha tensión, incluso miedo. Al día siguiente, la Coordinadora emitió un comunicado:

  1. A pesar de los graves incidentes de ayer, queremos transmitir una idea positiva: el 25s ha sido un éxito de afluencia masiva. Dos generaciones han roto el consenso de hierro de la transición y generado una protesta social sin comparación en la reciente historia española. Pase lo que pase a partir de ahora, el 25s es ya un punto y aparte.
  2. Ha resultado imposible evitar el desborde un escenario que había sido crispado y criminalizadohasta la exageración y la caricatura por la Delegación de Gobierno. Como se ha mostrado, las personas, de toda edad y condición, que han salido a la calle no querían dar ningún golpe de Estado, sino visibilizar el secuestro de la democracia que, a pesar de nuestra protesta, sigue teniendo lugar bajo la excusa de la crisis económica. En este sentido, es un hecho que la convocatoria ha sido un ejemplo de coraje político de la ciudadanía frente al intolerable chantaje del miedo.
  3. Ante un poder que es sordo y ciego, nos reafirmamos en nuestra posición de desobediencia civil no violenta, así como condenamos las estrategias de provocación y de infiltración policiales que, como aparecen en algunos medios, fueron utilizadas en la concentración de ayer para disolver a los participantes de la concentración. Somos los primeros en lamentar que el foco en las escenas violentas que ayer desgraciadamente se produjeron deje de lado la cuestión de fondo que nos sacó a la calle y que no es otra que la ocupación efectiva de nuestra capacidad de decisión política. Hasta el momento de las cargas, la convocatoria transcurrió de forma cívica y responsable y ha quedado de manifiesto que la acción no perseguía interferir el transcurso normal de la Cámara. El apoyo que la convocatoria ha tenido por parte de algunos diputados y grupos parlamentarios evidencia asimismo que la iniciativa no buscaba, como se anunció, “ocupar” literalmente el Congreso, sino llamar la atención sobre la funesta distancia que existe entre este y la ciudadanía. Que varios cargos públicos de Izquierda Plural que simplemente se encontraban en la acera sufrieran también la actuación desproporcionada del cuerpo policial muestra la irracionalidad de un Gobierno que solo acierta a esconder su debilidad y falta de legitimidad de forma autoritaria.
  4. Esta no ha sido una simple manifestación de quejas, sino una manifestación política. Sería un grave error que, tras estos hechos, el Gobierno no escuchara esta voz y siguiera haciendo caso omiso a la desesperación y sufrimiento que está causando su gestión en la población española.

Seguimos en las calles y sin miedo.”

Fue tanta la fuerza ciudadana desplegada esos días que el 29 de septiembre se volvió al Congreso. No voy a contarlo yo, lo van a contar ellos, mediante el comunicado que emitieron sobre ese día:

Texto leído en la plaza de Neptuno a las 20h

El pasado 25S nos convocamos a rodear el Congreso de los diputados para rescatarlo del secuestro de la soberanía popular llevado a cabo por la Troika y los mercados financieros. Una ocupación ejecutada con el consentimiento y la colaboración de la mayoría de los partidos políticos. A pesar de las constantes amenazas, las manipulaciones mediáticas y la intensa campaña para infundir temor en la población, decenas de miles de personas acudimos a la cita y dijimos alto y claro que no tenemos miedo, que estamos juntas en esto y que no vamos a pararnos hasta que dimitan y se inicie un proceso constituyente.

El gobierno nos respondió con golpes, infiltraciones, detenciones, violencia indiscriminada, heridos y un despliegue policial absolutamente inédito. Sin embargo… perdió. Las imágenes de la represión han dado la vuelta al mundo y la visita de Rajoy a la ONU quedó completamente ensombrecida por la capacidad organizativa y comunicativa que hemos demostrado. El debate sobre la legitimidad de la acción del 25 se ha abierto, y hoy toda la sociedad española habla de ello, debate, opina, toma posición. Hemos iniciado una gran conversación y este es el camino que queremos seguir.

Por mucho que gobierno y medios de comunicación traten de convertir nuestras reivindicaciones en un problema de orden público, salir a la calle a reivindicar derechos es hacer política, manifestarse es hacer política, tomar la palabra es hacer política.

Seguimos aprendiendo. Hoy, 29 de septiembre, las calles se han vuelto a llenar con miles de personas que dicen basta y que quieren tirar del freno a una realidad que se está volviendo cada vez más insoportable. Y además, hoy, salimos para acompañar y sentirnos acompañados por nuestros hermanos y hermanas portugueses, griegos e italianos, rodeando su propio parlamento. Los “Cerdos” son ellos, nosotros y nosotras somos el sur de Europa, y sin el sur de Europa, no hay Europa posible.

Seguimos rodeando el Congreso porque queremos dar un salto en la movilización social y poner en el centro la recuperación de la soberanía y del poder ciudadano, es decir, de la democracia. En este año y medio hemos aprendido a integrar, a pensar y actuar colectivamente, entablando alianzas imprevisibles: mareas de todos los colores tomando la ciudad; vecinos y vecinas parando desahucios, funcionarios y funcionarias cortando calles… Ahora sabemos descifrar complejos conceptos económicos y legales, cuidarnos y cuidar a las demás, comunicarnos mejor, gestionar espacios de participación y discusión en las redes, las plazas,y los centros de trabajo; reírnos de la violenta estupidez del poder, ante la que, cada vez más, resistimos en lugar de correr. Hemos logrado ampliar los métodos de las viejas formas de lucha, y hemos llevado a cabo iniciativas que queremos seguir desarrollando desde abajo, sin atajos y paso a paso. Porque creemos que el tiempo de las decisiones tomadas por unos pocos ha terminado; porque, frente a quienes quieren dejarnos sin futuro, tenemos los medios y la inteligencia colectiva para decidir y construir la sociedad que queremos; porque no necesitamos falsos intermediarios, sino recursos y herramientas colectivas que fomenten activamente la participación política de todas las personas en los asuntos comunes.

Seguimos rodeando el Congreso para decirles a quienes dicen mandarnos que no, que desobedeceremos sus imposiciones injustas, como la de pagar su deuda, y que defenderemos los derechos colectivos: la vivienda, la educación, la salud, el empleo, la participación democrática, la renta. Para iniciar un proceso que permita que los responsables de la crisis dejen de ser impunes, para que los pirómanos que han provocado nuestra crisis no sean recompensados y empiecen, en cambio, a ser juzgados.

Ni el gobierno de Zapatero, ni el de Rajoy nos han escuchado. Ambos han traicionado a sus propios votantes llevando adelante medidas que prometieron que nunca pondrían en marcha. No obedecen a los ciudadanos, no tienen la valentía ni interés para hacerlo. El gobierno Rajoy, por lo tanto, no nos sirve y exigimos su dimisión.

Hoy se han presentando los presupuestos generales del Estado para el año que viene. Esos presupuestos son el resultado de una reforma de la Constitución ejecutada a medias entre el PSOE y el PP sin que la ciudadanía pudiera decir nada al respecto. Esos presupuestos dedican mucho más dinero a pagar una deuda ilegítima que a las necesidades sociales que puede articular una salida colectiva de la crisis. Esos presupuestos son una vergüenza para la soberanía nacional, para la democracia. Y por eso tenemos que pararlos.

Queremos hacer un llamamiento a una nueva movilización cuando los presupuestos se discutan en el Parlamento. Queremos estar de nuevo aquí esos días para decirles que no, que se acabó gobernar sin preguntar.

Exigimos también el cese de la criminalización, la libertad de la persona aún detenida y que se retiren todos los cargos imputados a las otras compañeras que asimismo fueron vejadas y maltratadas en virtud de unas diligencias intolerables en un estado de derecho. Que se abra una investigación sobre la actuación policial durante el día 25.

Estos días hemos visto que podemos, si nos organizamos, si nos comunicamos, si usamos nuestras redes e infundimos confianza, calma, inteligencia colectiva. Por eso os proponemos que participéis en la Coordinadora25S, no sólo aquí en Madrid, sino en todas partes, que organicéis vuestros propios nodos de esta red, que hagáis vuestras las convocatorias… Nos están quitando lo poco que quedaba por defender. Nos queda absolutamente todo por construir.

No tenemos miedo. Los presupuestos de la vergüenza, los vamos a rodear. Que se vayan. Sí se puede.

Dijeron que seguirían en las calles y lo han cumplido, lo hemos cumplido, apoyando toda causa justa, toda reivindicación asumible, toda defensa de las causas de los más débiles: la PAH, las Mareas, La Plataforma Antirrepresiva, y un largo etcétera han sido causas participadas y apoyadas desde el 25S, a lo largo de este año tan duro, tan injusto, en el que cada vez se nos priva a los ciudadanos de más derechos y se nos imponen más deberes. Es una lucha que debe seguir hasta la batalla final, que será de victoria o de esclavitud.

Manifiesto de la coordinadora 25s (25-9-12)*:

La democracia está secuestrada. desde el 25s vamosrescatarla.

Rodearemos el Congreso de los Diputados para rescatarlo de un secuestro que ha convertido a esta institución en un órgano superfluo. Un secuestro de la soberanía popular llevado a cabo por la Troika y los mercados financieros y ejecutado con el consentimiento y la colaboración de la mayoría de los partidos políticos. Partidos que han traicionado sus programas electorales, a sus votantes y a la ciudadanía en general incumpliendo promesas y contribuyendo al empobrecimiento progresivo de la población.

Rodeamos el Congreso después de más de un año de intensas movilizaciones en todos los sectores sociales y tras comprobar que no puede haber democracia cuando las instituciones que dicen representarla se mueven por intereses que no son los de la mayoría. Porque no tenemos nada que hablar con un poder que ha demostrado sistemáticamente ser ciego, sordo y mudo a justas y concretas demandas de igualdad y justicia social. Lo rodeamos para rescatar a la política de un régimen económico insostenible y depredador: el sistema capitalista.

Rodeamos el Congreso porque queremos dar un salto en la movilización social y poner en el centro la recuperación de la soberanía y del poder ciudadano, es decir, de la democracia. Hemos creado numerosos procesos de lucha, espacios de participación y discusión en las redes y en las plazas, en los barrios y en los centros de trabajo, y hemos llevado a cabo iniciativas que queremos seguir desarrollando desde abajo, sin atajos y paso a paso. Porque creemos que el tiempo de las decisiones tomadas por unos pocos ha terminado; porque, frente a quienes quieren dejarnos sin futuro, tenemos los medios y la inteligencia colectiva para decidir y construir la sociedad que queremos; porque no necesitamos falsos intermediarios, sino recursos y herramientas colectivas que fomenten activamente la participación política de todas las personas en los asuntos comunes.

Rodeamos el Congreso para decirles a quienes dicen mandarnos que no, que desobedeceremos sus imposiciones injustas, como la de pagar su deuda, y que defenderemos los derechos colectivos: la vivienda, la educación, la salud, el empleo, la participación democrática, la renta. Para iniciar un proceso que permita que los responsables de la crisis dejen de ser impunes, para que los pirómanos que han provocado nuestra crisis no sean recompensados y empiecen, en cambio, a ser juzgados.

Nos manifestaremos alrededor del Congreso porque queremos recuperar la responsabilidad sobre nuestro propio futuro sin aceptar imposiciones. Para decirles a quienes tienen secuestrada la democracia que ha llegado el momento de irse y para exigir la dimisión de este Gobierno como primer paso, porque vamos a liberarla iniciando un proceso constituyente. Un proceso de participación directa abierto en el que determinemos y pongamos en marcha las instituciones políticas, herramientas de participación y mecanismos jurídicos y políticos que necesitamos para garantizar que las decisiones colectivas sean completamente efectivas. Un proceso constituyente sostenido y cuya definición colectiva comienza, pero no termina, el 25S.

Rescatar el Congreso es lanzar una invitación a que se articulen y unan otros movimientos sociales como la lucha de los funcionarios por la defensa de los servicios públicos, las diversas “mareas” y otras luchas por la igualdad y la justicia social. Significa negarnos a aceptar el miedo, la impotencia y la desorientación surgidas de la reducción de lo político a lo económico y sus consecuencias fascistas, xenófobas, racistas y machistas. Y buscar una salida colectiva.

Invitamos a todas las personas que quieran acompañarnos a rodear el Congreso, a decir ¡basta! y a continuar este camino para rescatar la democracia y la soberanía.

Queremos derechos, democracia, justicia y libertad para todo el mundo.Hasta aquí hemos llegado, no tenemos miedo. Nos vemos el 25S… y más allá.

*Este manifiesto es fruto del debate en las asambleas de esta Coordinadora, un esfuerzo de síntesis de los motivos para rodear el Congreso que compartimos y otra de las voces por las que puedes sentirte apelado/a para acudir.

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La trampa de la austeridad

186530_1280989971_5597357_nMiguel Manzanera Salavert

El estremecedor informe que Intermón-Oxfam  hizo público el pasado 18 de septiembre, nos informa de que la brecha entre ricos y pobres está aumentando estos años, y de que, si todo sigue igual, en el 2025 en España habrá 8 millones de nuevos pobres. Uno de cada tres nuevos pobres europeos será español. Esta noticia no pillará de sorpresa a nadie.

Las encuestas que elabora el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) para confeccionar su barómetro de opinión, muestran que desde principios de este año los españoles piensan que la situación económica y política es desastrosa. Cerca del 90% de los españoles cree que la situación económica es mala o muy mala y muy pocos pronostican que vaya a mejorar próximamente. Otro tanto opina que situación política es muy mala, y tampoco se cree que vaya a mejor.

La cuestión es si los españoles van a dejar que todo siga igual, y si la resignación es el sentimiento predominante entre nuestros conciudadanos. Aunque ya ha habido algunas reacciones ante la calamidad que se nos avecina, la movilización de la ciudadanía resulta todavía escasa para la magnitud de los problemas que tenemos por delante. La razón de esa atonía puede tal vez encontrarse en que los españoles todavía están despertando del sueño del bienestar en el que han estado sumidos.

El sistema político y económico español parecía muy sólido a la mayoría de los españoles hace tan solo cinco años. Si miramos los resultados electorales del 2004, con una participación de más del 75%, el bipartidismo alcanzó más del 80% de los votos. En el 2008, con una participación similar, el bipartidismo alcanzó el 83,7%.

Según auguran las encuestas el resultado de las próximas elecciones europeas en mayo de 2014 será muy diferente, y se pronostica que entre los dos grandes partidos de la monarquía, PP y PSOE, apenas juntarán entre el 50% y el 60% de los sufragios.

Sin duda será en ese momento cuando comience el proceso de cambios que requiere nuestro orden social, para evitar el vaticinio de Intermón-Oxfam. Pero ¿realmente sabemos qué resulta necesario para evitar caer en el abismo? A tenor de las experiencias de este último lustro, el pasado desde que sufrimos la crisis, la respuesta a esa pregunta debería ser no.

Ni los gobernantes saben qué hacer, ni los ciudadanos saben a quién encomendarse. Pero las recomendaciones del Informe son claras: Invertir en personas (dar prioridad al empleo, al estímulo económico y al desarrollo). Invertir en los servicios públicos (educación y sanidad). Fortalecer la democracia institucional (participación y transparencia, y democracia en el ámbito laboral)Desarrollar sistemas fiscales justos (reformas fiscales progresistas).

Justo todo lo contrario es lo que hace el actual gobierno de España. Como consecuencia, si queremos que nuestro país no se hunda completamente, parece necesario cambiar urgentemente este gobierno y las políticas que nos están llevando a la miseria.

Esperemos que esa conciencia no llegue demasiado tarde a la ciudadanía.

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