Pedro Montes,Economista.
El IV Congreso del PIE, celebrado en Madrid del 13 al 15 diciembre, tiene una posición muy contundente y explícita sobre Europa, y ha aprobado con una plataforma programática atractiva para las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Incluso ya ha designado al candidato que propondrán para presidir la Comisión, al dirigente griego de Syriza, Tsipras, hoy en la cresta de la ola por las favorables expectativas electorales en su país, arrastrado al infierno por la Troika.
El documento político presentado y debatido, sin duda fruto de un trabajado consenso entre las 28 organizaciones europeas que integran el PIE, con una reconocida heterogeneidad política entre ellas, es de una claridad insuperable, pero también, y al mismo tiempo, de una ingenuidad sorprendente. Por ello, un congreso formalmente muy importante ha quedado reducido a una anécdota política, pues no afronta las tareas que son necesarias para sacar a Europa de su paralización, ni plantea correctamente las alternativas posibles ni, en fin, propone soluciones para rescatar en el estricto sentido de la palabra a los países atrapados en crisis desoladoras.
Basta leer la introducción de ese documento, o la carta de presentación de la Plataforma programática del presidente saliente y entrante, Pierre Laurent, para dar por conocida la esencia de la política del PIE.
Tiene, cómo no, una descripción muy correcta de la situación de Europa. Es lo más fácil de hacer en una realidad de rasgos tan marcados. “Europa está atravesando la peor crisis de su historia, desde los años 30 y tras la segunda guerra mundial”. “La situación llega a ser insoportables para los pueblos de Europa. La austeridad y el autoritarismo se aplican como parte de la estrategia de la oligarquía europea para dominar a los pueblos”. “La senda escogida por la UE lleva a un callejón sin salida Esta opción arrastrar al continente entero hacia la recesión y lleva a la unión europea a una crisis existencial”.
Más deficiente y menos certero es el análisis de las causas del desastre europeo, como si se evitase mirar de frente los problemas y de ese modo preparar el terreno para las propuestas y soluciones que se propugnan. “Europa ha sido arrojada a esta situación por la crisis del sistema financiero capitalista”. “A la vez está el diseño neoliberal de la unión europea bajo el control y supervisión de los mercados financieros”. “La crisis global del capitalismo, tras décadas de acumulación de beneficios y gigantesca redistribución de la riqueza y del poder a favor del capital afecta a todos los países en todos los aspectos de la vida cotidiana”.
Análisis de las causas del desastre.
En efecto, todo verdad, la crisis global, la perversión capitalismo en general, el neoliberalismo como sustrato ideológico, la política abusiva de la burguesía y la agresividad de los mercados. Pero no es toda la verdad porque no hay ninguna explicación específica de la crisis de Europa. Sin perjuicio de que la crisis financiera internacional de 2008 promoviese y agravase la crisis europea, esta estaba ya engendrada por la naturaleza y carencias del proyecto de Maastricht, que ciertamente era un proyecto neoliberal que no tuvo la oposición debida de la izquierda en general.
Y la posición política. “Hay que tomar decisiones cruciales”. Bien. “No se mantendrá el estatus quo actual”. Correcto. “Proponemos trazar una raya divisoria de forma que se pueda fundar una nueva Europa basada en los intereses de la gente y el respeto a la soberanía para así restablecer el significado de la integración europea”.
Literatura confusa, pero que aclara Laurent: “Las consecuencias de las políticas de austeridad y los retrocesos democráticos hacen peligrar la idea misma de una unión europea”. “Cada vez somos más quienes sentimos la necesidad de refundar Europa. Sería un crimen permitir que Europa se hunda por la vía del retroceso social y democrático. Pero tampoco sería ninguna solución dejar que Europa se rompa volviendo a la guerra entre naciones y pueblos y a los repliegues nacionalistas y xenófobos. Proponemos otra vía: la de la refundación de Europa sobre nuevas bases”.
La palabra clave: la refundación.
La refundación de Europa sobre otras bases que para el PIE son las siguientes:
- Resistir la austeridad. Por un nuevo modelo de desarrollo.
- Recuperar el poder para el pueblo. Por una revolución ciudadana.
- Por la Europa social y de los derechos.
- Para un comercio justo con el mundo. Rechazar el gran mercado transatlántico.
- Por una Europa de la paz.
Un prolijo desarrollo de estos objetivos constituye el grueso de los documentos del Congreso, cuya consecución representaría ciertamente un cambio radical de Europa en la línea de los valores progresistas que alientan a la izquierda.
Sin embargo dos cuestiones esenciales deja el Congreso sin resolver. La primera, además de pronunciarse y describir otra Europa como plataforma electoral, Qué hacer para intentar modificar las bases actuales de lo construido y el funcionamiento de Europa? La segunda, con la experiencia y conocimientos acumulados por todos los partidos integrantes del PIE, ¿no cabe tener dudas de que sea posible conseguir refundar otra Europa sin una confrontación drástica de clases y poderes en el seno de los países?
Inútil es buscar mención alguna, siquiera de pasada, a estas preguntas en las propuestas del PIE. Toda queda confiado a una cuestión de fe, que mueve montañas pero no a la izquierda.
La cuestión esencial es: ¿Prepara el PIE para la luchas táctica y estratégicas que tendrán lugar en las sociedades europeas para romper con la actual situación.
Y, segundo y primordial: ¿Cabe pensar que es posible una refundación de Europa en los términos que proclama el PIE. Se trata, en mi opinión, de una cuestión de fe.