Socialismo21 » 28 enero, 2014

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J.C. Monedero: “Emplazamos a los partidos antitroika para salir de estas aguas estancadas”

descarga“Podemos es un aguijón en la complacencia de la política institucional. Son vitaminas para la desobediencia y la falta de resignación”

Entrevista a Juan Carlos Monedero

Aitor Rivera El Diario

El profesor de Ciencias Políticas de la UCM Juan Carlos Monedero (1963, Madrid) encabeza con su firma el manifiesto que sirvió de pistoletazo de salida de Podemos, el proyecto político que tiene su cara más reconocible en el también politólogo y presentador de televisión Pablo Iglesias.

Los motivos que le han llevado a implicarse directamente en Podemos los expone en su último libro ‘Curso urgente de política para gente decente’ (Seix Barral, 2013) y, dice, siguen plenamente vigentes. Monedero visita la redacción de eldiario.es para exponer su visión de la crisis económica y política y para emplazar a las fuerzas de izquierda a abrirse y sumar para detener “el austericidio” impuesto por la troika.

Pregunta. El libro se titula ‘Curso urgente de política para gente decente’. ¿No hay gente decente en la política española?

Respuesta. Casi lo contrario. “Curso urgente” porque se está cambiado en contrato social en Europa: o nos damos prisa o, si se consolida, luego será muy difícil cambiarlo. Y “decente” porque la gente tiene que entender que lo que está pasando ocurre porque ha delegado y se han quedado sin herramientas para gestionar su propia vida. La decencia y la dignidad comparten raíz en su origen indoeuropeo ‘dec’ que hace referencia a algo que te pertenece y no te pueden quitar ni en la peor de las condiciones.

En un mundo donde todo se ha convertido en mercancía, incluida la política, o recuperamos el control de las decisiones colectivas o estamos condenados a ser objetos mercantiles en un mundo sin dignidad.

P. Dice que el contrato social se está modificando, ¿pensábamos que era inamovible, que no hacía falta protegerlo porque no corría peligro?

R. Hay una arremetida del capital. Se ha venido haciendo fuerte para cambiar las reglas básicas de convivencia. Por ejemplo, estas mismas Navidades una empresa se permitía el lujo humillante de sortear un puesto de trabajo como señal clara de que hemos perdido lo que ha sido el pivote de nuestra democracia, que es el derecho a un trabajo digno.

P. En el libro dice que no podemos delegar y que tampoco vale con recordar que somos inocentes mientras señalamos que hay políticos que son unos sinvergüenzas.

R. El proceso de delegación ha implicado una cartelización de los partidos: dejan de ser órganos de la sociedad y pasan a ser del Estado. Ya no viven de las cuotas ni se definen por cuestiones ideológicas sino por captar el mayor número de votos. Entienden que es más importante tener detrás a un medio de comunicación que un sindicato; se identifican más con líderes que con ideologías…

Si tú delegas todo (tu ocio, tu educación, tu participación política) al final estás desarmado y, si por las razones que sea, se te cierra el acceso a esos elementos no tienes herramientas para defenderte. Has entregado tus armas, el que iba a defenderte se ha convertido en tu enemigo y ni siquiera entiendes qué ha pasado. Como dijo Ortega y Gasset: “Lo que nos pasa es que no sabemos qué nos pasa”.

P. Parece que la gente esté perpleja, que no entiende.

R. Todo se ha convertido en mercancía y nosotros también, por lo que somos objeto de subasta en el mercado cotidiano. La gente canalla está muy envalentonada porque, si todo son mercancías, lo único que les separa de ser el nuevo emperador es el dinero. Pero la gente decente, la gente que no quiere ser devorada pero no quiere devorar; que no quiere ser víctima pero tampoco verdugo; que no quiere vivir en el mundo avasallando y humillando…

Con las armas melladas del viejo pensamiento no entendemos nada. Si queremos enfrentar los cambios en el mercado de trabajo con los criterios productivistas de jornada laboral de ocho horas, de competitividad del modelo anterior no vamos a ningún lado. Cometemos errores como alargar la edad de jubilación o la jornada laboral.

P. Pero eso se intentó en Francia y aquella experiencia duró poco y fue un fracaso en términos políticos.

R. Porque el enemigo es global y las respuestas son nacionales, por lo que estás condenado a fracasar. Por eso es tan importante reinventar Europa, porque la única posibilidad que tenemos es en un ámbito supranacional. Sin cambiar el euro, las políticas de austeridad, sin replantear la autonomía del capital financiero…

P. No hay que salir de Europa, entonces.

R. Abandonar Europa sería como romper los telares porque generaban desempleo cuando lo que hay que hacer es ponerlos a tu servicio, igual que no se trata de romper los ordenadores sino de hacerte hacker. No se trata de romper el euro sino de reinventar otra Europa y otra moneda común.

Hace 40 años la izquierda hizo el diagnóstico de la crisis del Estado social y la derecha compró ese diagnóstico pero planteó una terapia más agresiva que consistía en cambiar el sentido común: abrir las fronteras, privatizar los bienes públicos, controlar los medios de comunicación, rebajar el acceso a las universidades, convertir a la escuela en una especie de formación profesional, …

Nos han convertido en zombis, en una sociedad de empresarios donde el mensaje es que cada uno seamos empresarios de nosotros mismos, de manera que nos organizamos en la vida como empresarios: estudias para colocarte mejor, te autoexplotas, etcétera.

P. Competimos entre nosotros como si fuéramos empresas

R. Sí, y se asienta en tres elementos: el mercantilismo, la individualidad y, en tercer lugar, a través de la desconexión. En un mundo supuestamente conectado hay una gran desconexión que se traduce en el hecho de que no conoces a tu vecino, que vivimos en ciudades donde realmente no podemos encontrarnos ni conocernos. No quedan espacios para salirte, como Neo en Matrix, no hay nada que te chirríe para dar un paso a un lado y decir: “pero qué vida llevo, si trabajo más que un esclavo en Grecia; si no soy feliz; si casi todo lo que hago lo hago con la nariz tapada”.

P. Ese no vernos en las calles, no conocernos y no interactuar se rompió el 15M.

R. La pregunta que me hacen mucho por América Latina es: “oye, el 15M solo ha valido para traer al PP y para empeorar las condiciones de vida”. Pero ese es un mal análisis porque todo este empeoramiento iba a venir igual, forma parte del modus operandi del régimen del 78. Lo puso en marcha el PSOE y lo ejecuta el PP, pero podría ser perfectamente al revés: lo podía haber puesto en marcha el PP y lo habría ejecutado el PSOE sin mover un músculo.

Sin el 15M nos pasaría lo mismo pero encima la gente vería que es la única alternativa. El 15M les ha enseñado que esto no es una crisis, que es una estafa. Gamonal es una señal de la importancia del 15M, es una expresión del aprendizaje puesto en marcha desde entonces. Los vecinos desconfiaron de un alcalde que les dijo, “vale, tenéis razón, regresad a vuestras casas”. Y la gente dijo: “no, he aprendido que si regreso a mi casa estoy perdido”. Y la gente se quedó.

Al mismo tiempo el 15M es una válvula de presión para los partidos de la izquierda. Ha apelado a la estructura de los partidos desde el centro a la izquierda: PSOE, IU, ICV, Bildu… está haciendo su tarea donde le corresponde.

P. Dice que el trabajo del 15M es lento por definición. ¿Podemos es una manera de acelerar el proceso ante la urgencia en la que estamos?

R. Podemos es un aguijón en la complacencia de la política institucional. Son vitaminas para la desobediencia y la falta de resignación. Podemos es una piedra en el estanque: no es una piedra contra nadie, remueve unas aguas que estaban estancadas y donde había mucha gente que quería que entrara oxígeno y no entraba.

Somos ciudadanos normales implicados de siempre en la política que reclamamos que la ciudadanía se implique y encuentre razones para saber que sí que se puede cambiar las cosas y para emplazar a los partidos políticos antitroika y antiaustericidio con compromiso radical con los derechos humanos para que den los pasos necesarios para salir de esta resignación y de estas aguas estancadas.

P. ¿Y qué es, entonces, Podemos?

R. No es un partido ni una candidatura ni un programa, porque todas esas cosas las tiene que hacer la gente desde abajo y discutiendo. Con Podemos no queremos ni unas nubes ni la luna, queremos el cielo entero. Y como dice el poeta Juan Carlos Mestre, “las estrellas son para quien las trabaja”.

P. El manifiesto con el que se lanzó Podemos es muy amplio y habla de nacionalizar la banca y también del 99% y “de los de arriba y los de abajo”.

R. Y habla de la emoción. Claro.

P. Pero me refiero más a los diez puntos del manifiesto.

R. La política es agregación y cuando agregas cosas en el resultado final hay cosas que te gustan más y otras que te gustan menos. Yo me identifico más con la primera parte; otros, que han encontrado también razones para apoyar a Podemos, igual se identifican más con los diez puntos.

En cualquier caso lo que está emocionando por todo el Estado es precisamente lo novedoso, el emplazamiento para construir una nueva política, por tanto cuando tengamos que discutir las bases programáticas lo que va a pesar más no son las estructuras burocráticas, sino el entusiasmo de quien otra vez entiende que no está escrito que haya que resignarse.

P. Esa renovación, antes de lanzar Podemos, intentaron ejecutarla en una estructura preexistente como es IU.

R. Yo ahí no estaba. Nosotros nos empezamos a preguntar qué estaba pasando cuando se rompe Suma [el intento de armar una candidatura amplia alrededor de IU] porque como ciudadanos pensábamos que iba a haber la inteligencia suficiente como para implicar a la ciudadanía.

Nos damos cuenta de que hace falta que surja algo desde fuera que aguijonee esa lógica perversa y complaciente que no le importa perder una oportunidad tan importante como unas elecciones europeas en un momento donde la troika nos está asfixiando.

Algunos que hacemos este análisis le planteamos a Pablo: “tenemos obligaciones como ciudadanos; no podemos quedarnos mirando cómo se nos desmorona nuestro país; tenemos que hacer lo que nos toca como ciudadanos y tenemos que decir a la ciudadanía ‘vamos que podemos, vamos a reemocionarnos”.

P. Decía antes que en la antigua política existe una preponderancia del liderazgo sobre la ideología y sin embargo Podemos necesita un liderazgo reconocible para presentarse y lograr apoyos.

R. No es una contradicción, sino una lectura correcta de la debilidad de la democracia española. Es evidente que presentar a Pablo es un recurso para romper las inercias: ojalá los partidos progresistas españoles hubieran tenido la fortaleza suficiente como para impedir la reforma del artículo 135 de la Constitución o para plantar cara a las políticas de recortes que golpean el artículo 1 de la Carta Magna.

Pero la constatación de esta profunda debilidad es que solo se podemos tirar una piedra; y una piedra la tira un brazo, pero la piedra no es lo relevante, sino las olas que produce. Y es en las olas donde Podemos es un proyecto radicalmente de la ciudadanía. Y esa ciudadanía empoderada va a elegir quién quiere que encabece la lista, que no tiene por qué ser Pablo Iglesias.

La contradicción no es sino la única salida que se nos ha ocurrido en un momento de gran debilidad de la democracia española.

P. El objetivo primero es crear una red de círculos por toda España que irán destinados a formar un partido y luego concurrir a las Europeas.

R. Hay pasos previos. El primero es crear esos círculos donde puede estar gente que puede estar militando en diferentes partidos. A mí me emocionaría que los círculos de Podemos se encargasen de los comedores populares en todo el Estado y que fuéramos nosotros desde esos círculos quienes ayudáramos a toda la gente con dificultades para alimentarse. Y puedes militar en IU, Equo o IA y encontrarte en algo novedoso donde lo que nos interesa es lo que nos une, no lo que nos separa. Y eso permitirá reencontrarnos a todas las fuerzas progresistas sobre la base de lo que compartimos.

Una vez que tenemos esas estructuras estamos emplazando a las fuerzas para que asuman nuestra metodología: que abran las primarias a toda la gente.

P. Cayo Lara ya ha rechazado unas primarias abiertas.

R. Igual no es una decisión que le corresponde a Cayo Lara sino a los órganos de dirección de IU porque IU es un partido democrático.

P. ¿Tendrán que asumir el manifiesto?

R. No, no.

P. Pero ya hay partidos que asumen las primarias abiertas

Pues ahí nos tendremos que poner de acuerdo. Si compartimos una metodología que implica emplazar a la ciudadanía a que se corresponsabilice, de lanzar un mensaje a los partidos de que tienen que empezar a cambiar su forma de operar y meter elementos heredados del 15M en su funcionamiento y mantener un presupuesto político amplio de lucha contra el austericidio y defensa de los derechos humanos, ahí tenemos una base de entendimiento.

Sería una frivolidad que eso que asombró al mundo y que generó una mirada de simpatía en todo el planeta de repente lo dilapidemos. Seríamos unos frívolos. Por eso hemos decidido tirar esta piedra al estanque.

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Siria: ¿Fin de la partida?

images (1)«Washington ha sido la gran derrotada. Su incapacidad para ganar la guerra ha demostrado su enorme debilidad frente a Rusia. A partir de ahora habrá que contar con Putin en el concierto internacional». 

Eduardo Luque Guerrero, analista internacional

 

El lugar es Montreaux, cerca de Ginebra; la fecha, el 22 de enero. Con toda probabilidad se realizará allí la II Conferencia Internacional sobre Siria. Están invitados más de 30 países.

El escenario es bien diferente a la primera reunión, en junio del 2012. La derrota militar de la oposición es una evidencia; tanto es así que los combates entre los propios miembros de la oposición están permitiendo al ejército sirio el control territorial de amplias zonas. Especialmente, el cerco a los escasos bastiones de la oposición en Aleppo (segunda ciudad del país) será el centro de los combates en los días previos a la citada conferencia.

La guerra siria ha pasado por varias fases: la primera desde febrero del 2011 hasta la primera conferencia de Ginebra en junio de 2012 fue un  montaje periodístico que perseguía la caída del gobierno. Los grupos militares de la oposición seguían directrices directas de la OTAN. Se trató de hacer creer que efectivamente había una revuelta popular. El ESL fue la apuesta de occidente, aunque sólo era una etiqueta que describía algunos grupúsculos y algunos oficiales que habían desertado a cambio de substanciosas primas, mercenarios e instructores occidentales.

Según fuentes de la misma oposición el número de desertores sirios dentro del ESL no superó nunca el 4%. Su primer dirigente, el coronel Riad al-Assad,  fue nombrado porque su apellido infundía confusión en Occidente haciéndole pasar por un familiar enfrentado al propio presidente sirio.

La segunda guerra se extiende desde la reunión en París de los “Amigos de Siria” en julio del 2012 hasta la segunda conferencia de Ginebra en enero del 2014, una guerra de desgaste que pretende la destrucción del país y la rendición del gobierno. La penetración de más y más grupos salafistas auspiciados por Arabia Saudita, Qatar y Turquía, las derrotas militares a manos del Ejército Sirio y Hezbola arrebató el control al ELS hasta hacerlo desaparecer.

Se evidencia que el Ejército Sirio Libre (ESL) es en realidad un invento franco-británico. Desde su creación el 29 de julio de 2011, el ESL nopresentó ninguna alternativa política, más allá del derrocamiento del presidente Bachar al-Assad, nunca se  manifestó a favor de la laicidad del estado, nunca habló de educación, de cultura o trabajo….. Nunca formuló el menor esbozo de algo que se pareciera a un programa político alternativo.

Su hombre fuerte, el coronel Selim Idriss, era un antiguo desertor del ejército sirio. A cambio de una jugosa prima de enganche (se han destinado más de 60 millones de dólares a comprar a los desertores sirios) dirigió teóricamente el grupo aunque acabó vendiendo material militar proporcionado por occidente al propio ejército sirio fiel a Assad y a los militantes de Al-Qaeda. Con el botín recogido se instaló en Qatar y finalmente en Turquía.

Nunca existió la supuesta revolución popular en Siria, sino una agresión externa orquestada a golpe de mercenarios y de miles de millones de dólares. La supuesta “revolución siria “protagonizada por desertores del ejército que, casi con las manos vacías se enfrentaban al tirano, no era sino una invención romántica destinada al consumo publicitario, tanto de los medios de la OTAN como de sectores de la izquierda, que han querido ver en esta retórica la realización de todos sus sueños.

La OTAN, Arabia Saudita y Qatar han creado la oposición siria. Su masa de maniobra está formada por mercenarios de Al Qaeda, fanáticos y en algún caso, como algunos militantes provenientes de Arabia Saudita, presos condenados a muerte o a largas condenas de cárcel por robo o asesinato. Cada día que pasa, con cada nuevo asesinato masivo cometido por los “luchadores por la democracia contra el nuevo sátrapa”, se hace más y más claro algo que veníamos afirmando desde el inicio del conflicto en Siria: que la “supuesta revolución “no es sino el último engendro de los servicios de inteligencia occidentales.

Como en Libia, la “primavera siria” no es más que un montaje que ha necesitado de la colaboración imprescindible no sólo de los medios, que para eso cobran, sino del soporte intelectual y político de una pseudo-izquierda cada día más perdida, más desorientada, más ensimismada en otra cosa que no sean sus propios intereses políticos-electorales.

Aún es hora que intelectuales de una parte nada desdeñable de la izquierda europea encabezada entre otras rutilantes estrellas por Ignasi Ramonet  (Ver Le monde diplomatique enero 2013. Nº 207)[1] o Santiago Alba Rico, así como el coro de “intelectuales caviar”, agrupados bajo el altisonante nombre de “Intelectuales en defensa de la Humanidad”, muestren algún tipo de rectificación.

Otra parte de la izquierda, alguna autoproclamda anticapitalista, ecologista o ecosocialista….) institucionalizada o con aspiraciones de serlo, miden toda acción política desde el cálculo de rentabilidad electoral; es decir aquello que los “medios “de propaganda definen como lo políticamente correcto.

Occidente se ha quedado sin pantalla protectora, sin cartas de negociación. Washington, desaparecido el ESL, desacreditadas otras opiniones como la Coalición Nacional Siria o el Consejo Nacional Sirio,  apoyará al Frente Islámico, un grupo terrorista wahabí con apoyo saudí, implicado en ejecuciones y secuestros masivos. Los medios, para hacerlo aceptable, vuelven a recrear la imagen romántica de los desertores sirios ahora militantes del Frente Islámico.

Las matanzas, a sangre fría de heridos de otros grupos tomados prisioneros tal y como lo denuncian las propias agencias de la oposición señalan bien a las claras cual es la situación real en el campo de batalla.

La posición de EEUU demuestra también su enorme debilidad. La navegación de EEUU carece de brújula. Obama tiene una debilísima situación tanto interna como externa. Las derrotas militares en Afganistán e Irak, el escándalo sobre el espionaje…Quiso intervenir en Siria pero no pudo, el presupuesto militar, entre otras consideraciones no hubiera permitido una intervención militar enormemente costosa y en absoluto segura.

Ahora utilizan la retórica para ganar posiciones en las negociaciones, promoviendo el veto contra Irán. Mientras dejan caer que mantendrán el apoyo militar a la oposición. El patético presidente francés, representante de Israel en la mesa de negociaciones, asegura que puede atacar en solitario a Siria; las carcajadas resuenan en las cancillerías.

La firme posición de Rusia, China y el apoyo de los países del BRIG a una solución política, ponen de manifiesto la nueva correlación de fuerzas que se está gestando. La Casa Blanca ha diseñado una política de reacción pero no de anticipación. La iniciativa diplomática rusa sobre Siria descolocó a Obama que encontró una salida para lavar su cara en la destrucción de las armas químicas y en paralelo en el acuerdo con Irán. Así se asegura un final de mandato mejor del previsto.

Hoy es impensable una nueva guerra contra enemigos como Irán por ello y en giro copernicano ha ofrecido un principio de acuerdo al país persa.

La segunda conferencia internacional sobre Siria despierta tantas expectativas como preocupaciones. Porque en esta fase hay claros vencedores y claros derrotados.

El primer vencedor y el primer derrotado es el propio pueblo sirio, que tiene que sufrir en su cuerpo la destrucción de su país a manos de mercenarios extranjeros en una guerra de desgaste impuesta por nada. La incapacidad de Washington para proponer alternativas políticas a gobiernos que no le son afines acaba generando el caos más absoluto.

Los otros tres grandes derrotados han sido Francia, convertida en la muleta de Israel, Arabia Saudita, Qatar (que han apostado enormes sumas por la caída del gobierno de al Assad) Turquía, cuyo presidente Erdogan ha sido uno de los grandes promotores del ataque a su vecino.

Las revelaciones de la prensa turca en torno a la corrupción facilitada por las enormes sumas de dinero enviadas a los grupos terroristas afines a Turquía, le pueden costar fácilmente el gobierno al partido en el poder. Jordania, punto de concentración de las milicias opositoras, padecerá con toda seguridad importantes movimientos sociales provocados por la guerra contra su vecino.

Israel se ha mantenido en un segundo plano, pero dando un apoyo logístico imprescindible, sobre todo en la zona de los altos del Golán, a las milicias de la oposición y siendo parte activa a nivel de inteligencia.

La posición de este país se debilita, su aislamiento político preocupa ostensiblemente incluso a los sectores más «ultras». El Reino Unido ha mostrado sus flaquezas, su dependencia de Washington. La Unión Europea una vez más ha demostrado que no existe, como ya sabemos no es sino un grupo de acreedores y deudores.

España se ha convertido en el «gran altavoz de la oposición terrorista”. Los días 9y 10 enero tuvo lugar en Córdoba una reunión de grupos de la oposición Siria para coordinar y decidir su participación en la conferencia de Ginebra. Nuestro ministro de exteriores, el señor Margallo,  no ha tenido ningún reparo en reunirse y confraternizar con personajes perseguidos en muchos países occidentales con acusaciones gravísimas de terrorismo y delitos de «lesa humanidad”.

El objetivo confesado por el ministro es “dejarles hablar y facilitar el camino hacia una plataforma unitaria que pudiese dialogar”. Nada de eso importa cuando lo que está en juego en la participación de grandes constructoras españolas en la reconstrucción de las infraestructuras devastadas por los mismos terroristas salidos de España en algunos casos.

Washington ha sido la gran derrotada. Su incapacidad para ganar la guerra ha demostrado su enorme debilidad frente a Rusia. A partir de ahora habrá que contar con Putin en el concierto internacional. El presidente sirio es el gran vencedor: ha conseguido mantener la unidad del país y su forma de gobierno; va a la conferencia de Ginebra II como el gran vencedor.

Hará pequeñas concesiones en algunos ministerios de forma transitoria, mientras eso le permita iniciar la reconstrucción del país y afrontar las elecciones presidenciales de este año, que con toda seguridad podrá ganar (los informes de la OTAN señalan que la aceptación popular hacia su presidente superará el 70%) Hezbola es también un claro vencedor, ha demostrado en su primera guerra ofensiva su capacidad militar para movilizar grandes masas de combatientes y tecnología de última generación como “Drones”, artillería, carros de combate o misiles guiados.

Irán es el otro gran vencedor, tras el acuerdo con Washington por el tema nuclear, el país persa se convierte de hecho en una potencia regional a tener en cuenta. El gobierno iraní no sólo ha ayudado a ganar la guerra sino que podrá pasar su petróleo y gas a través de Siria hacia el Mediterráneo.

Oriente Medio está en la frontera de una gran transformación. Los flujos de poder cambian, nuevas potencias regionales, nuevos actores, reclaman su lugar. El futuro de esta zona se dibuja con letras de sangre en las calles de Damasco.

 

 

 

 

 



[1]Es preciso apreciar las capacidades adivinatorios de Ignasi Ramonet cuando escribía: “Se puede estar en contra de la estructura actual de Naciones Unidas, o estimar que su funcionamiento deja mucho que desear. O que las potencias occidentales dominan esa organización. Son críticas aceptables. Pero, por ahora, la ONU constituye la única fuente de derecho internacional. En ese sentido, y contrariamente a las guerras de Kosovo o de Irak que nunca tuvieron el aval de la ONU, la intervención actual en Libia es legal, según el derecho internacional; legítima, según los principios de la solidaridad entre demócratas; y deseable, para la fraternidad internacionalista que une a los pueblos en lucha por su libertad.“

 

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