«Proponemos algo sencillo: que el candidato o la candidata surja de un proceso abierto a todos los ciudadanos sin control de censo, y eso es sencillo de hacer».
Elorduy de Diagonal entrevista a P. Iglesias
Tras una participación intensa en debates televisivos, Pablo Iglesias (Madrid, 1978) presentó el 17 de enero Podemos, una iniciativa electoral de cara a las elecciones europeas de mayo. Su paso ha generado un debate en torno a la representación de la izquierda en las instituciones.
En un principio, Podemos ha apelado a las individualidades, no a colectivos o a movimientos, ¿por qué esta estrategia?
El análisis del que partíamos era la extrema debilidad de la izquierda social y de los movimientos y de sus articulaciones. Llegamos a la conclusión de que íbamos a hacer un gesto de audacia. Éramos conscientes de que íbamos a recibir críticas, y críticas justas.Normalmente, quien tiene que asumir las críticas es quien hace algo, no quien plantea un diagnóstico correcto.
Si hubiera organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales mucho más fuertes no tendría sentido este tipo de actuación ni sería llamativo que alguien como yo fuera a los medios de comunicación. Entendíamos que esa debilidad necesitaba de gestos que sirvieran para generar lo que para nosotros es imprescindible: un empoderamiento desde abajo a partir de un gesto de ruptura que fuera capaz de ilusionar a la gente.
La izquierda de la que venimos ha tenido dificultades para salir de su propio gueto. Con un gesto así lo que pretendíamos era correr. Si esto no sirve para que se produzcan formas de empoderamiento social y popular en barrios, ciudades y pueblos, habremos fracasado, aunque tuviéramos un magnífico resultado electoral.
Para que esto funcione, los círculos que plantea Podemos tienen que estar mucho más definidos. ¿Cómo se articula esa fórmula de liderazgo y empoderamiento?
Cuando decimos que no somos un partido ni queremos serlo, no sólo asumimos la belleza de la afirmación, sino también sus contradicciones. No hay un comité de dirigentes que ha hecho un diseño de lo que va a ocurrir en los próximos meses. ¿Existe un plan preciso para ver lo que tienen que hacer los círculos de Podemos? Evidentemente, no. Somos conscientes de que la forma movimiento es irrepresentable, incontrolable. No estamos llamados a ser líderes de nada, y no porque la existencia de líderes esté mal,sino porque los procesos de desbordamiento implican que haya portavoces que puedan funcionar mientras la gente quiera.
¿Cómo interactúa Podemos con IU antes y después de las europeas?
La mano tendida hacia IU es sincera y parte de un análisis triste. La izquierda política española, con todas sus características, es una condición para que puedan ocurrir muchas cosas. Creo que no se puede prescindir de las organizaciones políticas de la izquierda tradicional independientemente de sus bagajes, de los que unos me gustan y otros no me gustan. Creo que ese proceso de encuentro se tiene que dar.
Ojalá sea antes de las elecciones europeas si podemos confluir en torno al método. Si no se puede dar, yo seguiré trabajando para que ese encuentro se produzca después. Sé que los encuentros raramente se dan partiendo de las buenas intenciones, ni siquiera en el nivel de los movimientos sociales, sino de la fuerza que tengas. Si demostramos que Podemos deja de ser el proyecto que tienen en la cabeza Pablo Iglesias y unas cuantas personas más y se convierte en apuesta política y en una forma de organización, el encuentro de la izquierda será no sólo deseable, sino inevitable, ni siquiera ellos lo podrán evitar.
¿Es una piedra de toque la posibilidad de pactos con el PSOE?
Nosotros no vamos a bajar línea, sino que vamos a abrir la discusión. Me parece que los pactos con el PSOE plantean un problema de tipo estratégico que es aspirar a ser la fuerza política bisagra de una fuerza política que no es igual que el PP pero que se mueve en las mismas claves de régimen, que tienen que ver con su concepción de Europa, su concepción de la entrega de soberanía y en el fenómeno de las castas políticas. ¿Eso quiere decir que los que llegan a acuerdos con el PSOE son unos traidores? No creo que necesariamente sea así. Pero quien piense que en este país se puede transformar algo aspirando a ser el socio menor en un Gobierno con el PSOE se equivoca. Ésta es la opinión de Pablo Iglesias, en Podemos hay no sólo diferencias de matiz, sino distintas posiciones.
Sin embargo, eres tú quien aparece en Cuatro y escribe en Público.
Si juego el papel que estoy jugando es porque hemos asumido utilizar algo que es el resultado de una interacción de factores: por una parte el “estilo Tuerka”, de intervención en los medios, que pusimos a funcionar primero en el programa [La Tuerka, que se emite en TeleK] y después con mayor o menor alcance en medios de masas.
En mi caso, el alcance fue enorme y decidimos utilizarlo para hacer política, con todas las contradicciones que eso implica, porque ¿qué pasa si Vasile o Lara descuelgan el teléfono y dicen “aquí no se llama más al coleta”? Pues que habremos perdido un instrumento de propaganda política crucial y que además no está en nuestras manos. Así de precario y de fino es el terreno en el que nos movemos.
En el caso de que se dé ese bloqueo mediático, seguiremos haciendo La Tuerka como venimos haciendo y seguiremos saliendo en los medios de comunicación más afines al movimiento si quieren que salgamos. Éramos conscientes de las contradicciones a las que nos enfrentábamos, de las críticas que iban a venir y también de la brutalidad de un gesto como el nuestro en los ámbitos políticos de los que provenimos, pero también pensamos que esto ha generado una ilusión de la que estamos satisfechos. Encontrar mil personas en Asturias y 700 en Zaragoza revela que hacemos algo digno de respeto.
¿Qué plazos se marca Podemos de aquí a mayo?
No estamos agobiados por los plazos. A partir del 9 de febrero estableceremos los contactos con movimientos sociales e iniciativas ciudadanas para hacerles una propuesta en torno al método, y esa propuesta es sincera. Si alguien piensa que se puede negociar puestos en listas no nos conoce y no ha entendido nada.
Proponemos algo sencillo: que el candidato o la candidata surja de un proceso abierto a todos los ciudadanos sin control de censo, y eso es sencillo de hacer. Entenderemos si IU u otras formaciones como Anova o las CUP nos dicen que, a pesar de la hermandad o la simpatía, no se dan las condiciones. En ese escenario, de acuerdo con unos pocos, o con nadie más, valoraremos la fuerza y el respaldo que tenemos. Si nos vemos en una dirección similar a la que llevamos, seguiremos adelante.
¿Cómo encaja el uso del término patriotismo en el modelo europeo de Podemos de cara a unas elecciones que se juegan en ese espacio?
La cuestión de la patria responde a una disputa del lenguaje. Hay una crítica implícita a la manera en la que la izquierda ha regalado el discurso del sentido común. La noción que yo manejo identifica la patria con los derechos sociales, la libertad, y la opone con la noción de patria que amenaza los derechos de los catalanes y los vascos. Se trata de disputar el lenguaje en los medios.
A pesar de que el Parlamento Europeo es una institución con capacidad legislativa disminuida, muy vulnerable a la presión de los lobbies, es al fin y al cabo un espacio que permite discutir de Europa y decir que el problema no es Europa sino esta Unión Europea y una institucionalidad puesta al servicio de los bancos y las élites que acaba con todo.
Aunque me gustaría construir un futuro en una gran alianza con los europeos del sur, y me gustaría construir ese futuro en el marco de una Europa de los pueblos, ¿quién soy yo para decirle a un vasco o un catalán o un gallego que se tiene que identificar con un proyecto de país de países? Creo que en este caso lo fundamental es una alianza de la ciudadanía en la defensa de la democracia, de la soberanía entendida como esas atribuciones estatales que permiten la existencia de servicios públicos y el derecho a decidir sobre todas las cosas.