Pepe Escobar, periodista The Asia Times
Aumenta el número de muertos con el último terremoto geopolítico que aflige a Occidente: El Partido Socialista en Francia está muerto. La derecha tradicional está en coma. Lo que solía ser la extrema izquierda está vivita y coleando.
Sin embargo, lo que podría ser un impacto de lo nuevo no es todavía exactamente un shock terminal. Cuanto más sucesos, aparentemente, giran hacia “el cambio” más permanecen sin moverse por el momento . Una nueva normalidad del “sistema” se ha reciclado con Emmanuel Macron y con Marine Le Pen del Frente Nacional, que se disputarán la presidencia francesa el próximo 7 de mayo.
El resultado fue el esperado, sin embargo “los Le Pen”, con una campaña mediocre,
“rebautizados” con la figura femenina de “Marine”, apenas lograron pasar a la segunda ronda
Marine mantuvo a sus incondicionales pero no aumentó su base de votantes. El otro candidato del régimen, Emmanuel Macron, no es más que un producto artificial, un holograma meticulosamente diseñado para vender una ilusión.
Sólo los ingenuos pueden creer que Macron encarna el cambio cuando es el candidato de la Unión Europea, la OTAN, los mercados financieros, la maquinaría de Clinton y Obama, el establishment francés, los oligarcas de los “business” y de los seis principales grupos de comunicación franceses. Es la estupidez de la falsa izquierda de Blair.
Jean-Luc Mélenchon, el líder de la izquierda radical de la “Francia Insumisa”, logró igualar a la derecha católica François Fillon, mientras , el insípido candidato del PS, Benoit Hamon, robó a Mélenchon la posibilidad de competir en la segunda ronda.
En cuanto a Marine Le Pen, perdió casi cuatro puntos en el recuento final. Con una semana extra, Fillon podría haber igualado a Marine, a pesar de Penelope-gate,
Marine tiene un oportunidad extremadamente difícil el 7 de mayo Ella hará un frenético tour por la “Francia profunda” para activar un debate sobre la “ identidad francesa” y aprovecharse de un choque entre nacionalistas, patriotas, soberanistas contra los globalistas pro-UE y los partidarios de la “modernidad líquida urbana”.
¿Que quieren ambos candidatos?
Fillon y Hamon han hecho público un llamando a votar por Macron. Sin embargo parte de los votantes descontentos de Fillon pueden sentirse inclinados a votar por Marine; teniendo en cuenta Fillon se oponía visceralmente a Macron que él describió como “Emmanuel Hollande.”
Un rápido vistazo a las promesas está al orden del día . En una palabra; Marine ofrece un hipotético modelo que “favorece el pueblo francés” , Macron ofrece ambiguas “reformas profundas”.
El plan de Macron es ahorrar 60 mil millones de euros de fondos públicos y enviar al paro a más de 120.000 funcionarios. Esta es una receta certificada para el siguiente escenario “nos vemos en las barricadas”.
Marina dice que disminuirá el déficit – reduciendo el presupuesto de la sanidad publica, la contribución francesa a la UE, y combatiendo el fraude fiscal.
Ninguno de los dos pretende aumentar el salario mínimo y reducir el IVA. Ambos quieren disminuir la presión fiscal sobre los empresarios y los dos quieren luchar contra el “Uberization” del trabajo, favoreciendo de esta manera a las empresas francesas (Marine) y a las grandes corporaciones europeas (Macron).
La prioridad absoluta de Marine Le Pen es reducir las ayudas sociales a los extranjeros y restituir el “poder de compra”, de pensionistas y trabajadores de bajos ingresos. No dice una palabra sobre el desempleo.
Las “profundas reformas” de Macron se centran en el seguro de desempleo y las pensiones. Sostiene que habrá una protección por el paro de carácter universal con administración por el estado. Todo el mundo estaría cubierto, también los despedidos. Marine y Macron coinciden en un punto; hay que reducir las prestaciones de salud por ser muy costosas.
Europa se encuentra en el corazón de la diferencias entre Marine y Macron luchar; la primera es partidaria del Frexit contra el “nuevo proyecto europeo” de Macron.Todo el mundo en Bruselas “votó” por Macron porque propone un presupuesto para la zona euro y Ministro de Hacienda Europeo . En breve: Bruselas con esteroides. El Frexit de Marine debería ser decidido por un referéndum.
Marine quiere disminuir la admisión legal de inmigrantes a 10.000 personas al año (actualmente es de 200.000), colocar un impuesto al empleo de trabajadores extranjeros, y suprimir las ayudas sociales. Por el contrario, Macron se apunta a lo que llama una Francia abierta a la inmigración y, “fiel a sus valores”.
En política exterior Marine quiere una “realineación estratégica” con Moscú sobre todo para luchar contra el terrorismo yihadista salafista.Macron, al igual que los EE.UU y como gran parte del establishment francés, sufre de “ruso-fobia”. Aunque reconoce que Europa debe llegar a un acuerdo con Rusia pero defiende las actuales sanciones.
Macron es de opinión que la deuda pública y gastos de los servicios públicos son los únicos responsables de la deuda francesa, por lo que hay que tener “coraje político” para promover las reformas.
El sociólogo Benjamin Lemoine es uno de los pocos intelectuales que ha desvelado públicamente quien está realmente detrás de Macron. Son los grandes del capitalismo financiero que esperan preservar el valor de la deuda de sus acreedores y que por tanto tienen terror a cualquier tipo de negociación con los deudores.
Como controlan sin contrapeso los medios de comunicación y su narrativa , han sido capaces de equiparar el “riesgo político” – de Marine o Mélenchon – con el riesgo que pueden llegar a correr sus posiciones privilegiadas.
Lo que realmente está en juego en Francia – y en la mayor parte de Occidente – gira en torno a los intereses contrapuestos de “masters” de la especulación financiera y los ciudadanos que luchan por salvaguardar los servicios públicos y la justicia social.
El choque entre “Emmanuel Clinton” y “Marine Le Trump” ni siquiera podrá arañar la superficie de un conflicto de fondo.
