ANTE EL GOLPE DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL CONTRA LA SOBERANÍA POPULAR:
LA DEMOCRACIA DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES ESTÁ EN PELIGRO, ¡MOVILIZACIÓN SOCIAL YA!
Vivimos estos días en el estado español la mayor crisis institucional desde el 23-F. No es sólo fruto de un choque entre el poder legislativo y un tribunal constitucional que incumple las normas de su renovación, sino que tiene raíces más profundas. El capitalismo neoliberal enfrenta una enorme crisis sistémica que se manifiesta también como crisis de representación política (EEUU, Reino Unido, Bolivia, Perú….. son algunos ejemplos).
El modelo de “democracia de los derechos y libertades” que se había promovido hasta el momento está dejando de ser útil para el neoliberalismo. La reivindicación democrática que ha conseguido victorias importantes, por más limitadas que estas sean, son un peligro para el sistema. La democracia parlamentaria comienza a ser una carga para conservar el poder.
El Neoliberalismo utiliza todos los medios para mantener su dominación, en ocasiones son golpes de estado disfrazados de “revoluciones de colores”, golpes de estado con el apoyo de Estados Unidos y el ejército, agresiones militares para desestabilizar y controlar los recursos de los países, también los llamados golpes “blandos” que se amparan en la interpretación torticera de las leyes.
En esta nueva época donde está en cuestión el orden neoliberal a escala mundial, el capitalismo potencia los movimientos políticos más reaccionarios. La democracia representativa por más imperfecta que sea, en ocasiones, se vuelve peligrosa. Las alternancias políticas que aseguraban en muchos países que, gobernasen los que gobernasen, siempre mandasen los mismos se están rompiendo. Las guerras de rapiña tensionan las sociedades. Los pueblos miran con angustia un futuro cada vez más incierto. El neoliberalismo no duda en corromper fuerzas políticas que defienden el orden establecido, o bien, financiar y promover los movimientos más reaccionarios en la búsqueda de mantener el control político.
Nuestro país no es ajeno a estos movimientos. El surgimiento de Vox, oculto siempre entre las filas del PP, es fruto de esta ola. Ha sido desde la judicatura donde la extrema derecha ha iniciado su particular “marcha sobre Roma”. Su ariete y su parapeto son las altas instituciones del Estado. No dudan en utilizar cualquier medio. El Tribunal Constitucional al condicionar las normas y propuestas que emanan de la voluntad popular ha puesto en jaque a la democracia española.
La extrema derecha ha decidido dar un golpe de Estado. Antes fue la Guardia Civil; hoy son las togas. El objetivo es similar: se quiere escamotear la voluntad popular representada por las Cortes. La derecha ha iniciado el asalto al poder, no es un hecho aislado al que estamos asistiendo; es un conjunto de acciones coordinadas que abarcan múltiples escenarios, desde el mediático hasta el social-laboral o la degradación de los servicios públicos. La debilidad de las organizaciones que se consideran de izquierda, creyendo aún que son posibles acuerdos con una derecha “moderada” que no existe, desarma a la ciudanía, la confunde y la desmoviliza.
En estos años hemos visto como la degradación de la justicia hacía de ésta el refugio de las fuerzas más reaccionarias. Es así como casos de corrupción de enorme gravedad, en muchos casos, han quedado impunes. Desde los ejecutivos que se autodenominan “progresistas”, en la época de Zapatero y ahora Pedro Sánchez, se ha apostado por un acuerdo con la derecha reaccionaria para renovar los órganos caducados. Ha sido un enorme error. La derecha española tiene profundos “ticks” antidemocráticos. La derecha ha bloqueado y copado, corrompiéndola de esta forma, la función judicial. Hoy vemos como miembros del Tribunal Constitucional con sus cargos caducados y con sustitutos nombrados, se niegan a abandonar la institución. Los órganos judiciales en manos de la extrema derecha se han erigido en una tercera cámara con derecho de veto al margen de la voluntad popular.
En este escenario la posición del ejecutivo frente a estos hechos ha sido muy débil, y no afronta con coherencia la defensa de la soberanía parlamentaria. Los órganos judiciales están enormemente desacreditados. La extrema derecha los ha utilizado de forma torticera y partidista. El gobierno llamado de “progreso”, las organizaciones que forman parte de la coalición, o le dan apoyo parlamentario, no han sabido o no han querido afrontar la grave crisis institucional que afecta al régimen del 78, convocando a la ciudadanía a movilizarse en defensa de las libertades públicas ahora amenazadas.
Tampoco ha cumplido el compromiso electoral de derogar la “ley mordaza”, etc., lo cual ha desmovilizado a las fuerzas progresistas. La misma reforma del código penal en curso, agrava las penas contra la protesta social, cuestión que ha sido denunciado por numerosas organizaciones sociales y políticas que exigen la supresión de dicha penalización. Librar la batalla sólo desde la vertiente institucional, en el marco de un régimen monárquico corrupto y obsoleto, no es suficiente.
La pérdida de soberanía popular es intolerable. En 2011, bajo el gobierno de Zapatero en alianza con Mariano Rajoy se cedió a las imposiciones del Banco Central Europeo para modificar la Constitución española con el artº 135 que consagra las políticas de ajuste y austeridad sin consultar a la ciudadanía. En la actualidad, el sometimiento a los intereses del imperialismo norteamericano y la OTAN, arrastra al pueblo español, que no ha sido consultado, a una espiral belicista y al incremento del gasto militar con la excusa de la guerra entre Ucrania y Rusia. Ahora sufrimos el golpe de un Tribunal Constitucional en circunstancias de ilegitimidad al no haberse renovado.
Ante la gravedad del momento, Socialismo 21 llamamos a la ciudadanía a manifestarse y organizarse reivindicando la defensa de las libertades democráticas ahora amenazadas, e iniciar un proceso político para superar este régimen descompuesto y agotado, que tras el debate público, habrá de culminar en una Asamblea Constituyente que proclame la República, democratice el poder judicial, garantice la paz desvinculándose de la OTAN y proclamando la neutralidad de España, que sirva a los intereses de la clase trabajadora y de la mayoría ciudadana, avanzando en la justicia social, la igualdad, el federalismo y la cooperación entre los pueblos.
22 de diciembre de 2022
SOCIALISMO 21
