Hoy vemos con alegría el despertar y el ansia de Justicia en el corazón de los ciudadanos. La idea de una Asamblea Constituyente para España se abre paso cada vez mas, y las personas comienzan a informarse sobre este derecho de todos los pueblos del mundo.
La necesidad urgente de una profunda transformación en una institucionalidad, hecha a medida de los intereses económicos y abriendo las puertas al saqueo de los derechos y libertades, obliga a los ciudadanos a realizar un ejercicio consciente de soberanía.
Frente a esta realidad, urge hoy dejar claro algunas ideas que no corresponden a la verdadera inspiración de una Asamblea Constituyente. Ahora que esta idea empieza a florecer con fuerza, existen sectores políticos que desean acaparar el poder constituyente. Planean una forma de destruir el hermoso sueño; gran posibilidad de acabar con los sufrimientos de muchos ciudadanos mediante la activación del poder constituyente que reside en el Pueblo. Desean sustituir esa voluntad popular por la voluntad de unos pocos políticos, y nuevamente arrebatarle la posibilidad real de ejercer un cambio positivo a través de su propia determinación.
No va a pasar demasiado tiempo, hasta que el poder constituido acepte que es necesaria la elaboración de una nueva constitución, eso sí, será su deseo apartar de nuevo al pueblo, arrebatarle su capacidad de crear, afirmando que solo de parlamentos, senados y cortes saldrá esa nueva constitución…se equivocan! Olvidan que la Asamblea Constituyente es un derecho inherente de los pueblos y naciones, y no se limita a jurisdicciones ni reglamentos constitucionales. Todo país donde la voluntad general de su pueblo lo exija puede llamar a Asamblea Constituyente.
En el caso que los gobiernos o sectores políticos dominantes se opongan o intenten detener este proceso, la ciudadanía (mientras sea mayoría) tiene toda la facultad democrática de llamar a plebiscito nacional para realizar una Asamblea Constituyente y redactar una nueva constitución. Es el pueblo el único poseedor del poder soberano de construir, elegir o revocar la constitución política que ha de dirigir sus destinos en el tiempo.
Para evitar la manipulación de los profesionales de la política la nueva constitución que nazca desde abajo con la participación activa del pueblo deberá transformar de raíz está seudo-democracia que ya no representa a nadie. Nacerá una Constitución con una democracia directa, participativa, colaborativa, producto de una autentica revolución democrática que impida sustraer la voluntad popular a una casta o a los grupos económicos.
Políticos y Banqueros nos han llevado a la crisis más grande en años. Hoy el poder constituido pretenden que los pueblos del estado español paguemos su estafa financiera. Una nueva Constitución deberá asegurar nuestra soberanía económica, entregada en estos días formalmente a “ los hombres de negro”.
En las Grupos constituyentes crece el clamor por auditar la deuda , suspender su pago y dejar el euro. Lo más posible es que un camino como este termine imponiéndose. Está de por medio nuestra dignidad.
Todos los pueblos tienen derecho a tomar las riendas de su propio destino, avanzar hacia la felicidad que merecen y les ha sido negada. Existen lugares en el mundo, donde la felicidad de sus habitantes es el indicador que toman como referencia para medir su progreso, mientras en otras naciones, como España, se antepone el rescate de los bancos por encima de rescatar a las personas de la pobreza, el sufrimiento y la desesperanza.
Rescatemos la democracia, la libertad, la igualdad y la justicia. Rescatemos la sanidad, la enseñanza gratuita y de calidad, rescatemos derechos sociales logrados con tanto esfuerzo por nuestros mayores a través del tiempo. Rescatemos nuestra soberanía económica. Rescatemos el derecho del pueblo a ejercer su poder constituyente.