Con un lleno hasta la bandera, tres primeras espadas de la economía crítica española, Alberto Garzón, profesor de Economía Aplicada y diputado de IU, Carlos Berzosa, catedrático de la misma disciplina y ex Rector de la Universidad Complutense de Madrid, y Pedro Montes, ex economista del Banco de España, presidente de “Socialismo 21” y miembro del Consejo de Redacción de Crónica Popular, debatieron el miércoles, 6 de Febrero, en el Ateneo de Madrid en torno a la hipotética salida de España de la zona euro, en un acto organizado por Crónica Popular conjuntamente con la Agrupación Ateneísta “Juan Negrín” y presentado por el médico y miembro de dicha agrupación, Sergio García Reyes.
El aforo de la sala Ciudad de Úbeda del Ateneo no fue suficiente para el numeroso público que pretendió asistir al acto y muchas personas se vieron imposibilitadas de presenciar el debate, retransmitido en directo desde “Crónica Popular”. Sin embargo, asistieron más de trescientas personas, muchas de ellas sentadas en el suelo y otras de pie, en la sala y en el pasillo que conduce a dicho espacio. Entre los asistentes, y junto a numerosos militantes de la izquierda de mediana y más edad, destacaba la presencia de muchos jóvenes del movimiento 15M.
En sus intervenciones, Garzón, Berzosa y Montes enmarcaron la cuestión sometida a debate en la actual crisis del capitalismo español e internacional, a la deuda, pública y privada, de España y a las políticas del más rancio neoliberalismo que se están aplicando en nuestro país para reducir el déficit a costa de los trabajadores y de las capas sociales más desfavorecidas de nuestra sociedad, reduciendo los derechos sociales y privatizando la Sanidad pública y la Educación; unas políticas que, siguiendo los dictados de “la troika”, fueron iniciadas por el Gobierno del PSOE presididas por Rodríguez Zapatero y están siendo ejecutadas implacablemente por el Gobierno de los banqueros presidido por Rajoy y que han conducido al paro a 6 millones de españoles.
Pedro Montes: Salir del euro para recuperar la soberanía
Pedro Montes fue el primero en intervenir y centró directamente la opción de la salida de España de la zona euro como una alternativa real y necesaria para poder recuperar la soberanía económica y monetaria, actualmente perdida y sometida a las órdenes de “la troika”. Tal como recordó Sergio García Reyes en la presentación del acto, su posición a favor de esta opción no es producto de una reflexión de última hora. La planteó por primera vez en 2008, tras haberse expresado de forma sumamente crítica ya en 1999 con el Tratado de Maastrich.
Pedro Montes afirmó que el destino de nuestro país depende de la solución que tenga la crisis del euro y la vinculación de la economía española con Europa. Señaló que la izquierda siempre ha estado muy equivocada sobre el significado y las consecuencias de la integración europea y que no ha querido enterarse durante mucho tiempo, y sigue sin hacerlo, del monstruo que representa la unión monetaria. En su opinión, no había condiciones económicas para la implantación del euro pues las desigualdades profundas entre las economías europeas y la desaparición del tipo de cambio como variable básica para mantener la competencia en el mercado de los países más débiles y conseguir en equilibrio de su balanza de pagos introducía una contradicción aguda. Por otra parte destacó que la regla de tres simple por la que a un mercado único correspondía una moneda única, como ocurre en una economía estatal, no era aplicable a la unión monetaria europea desde el momento en que nunca se proyectó la unidad fiscal entre los países de la eurozona, de modo que el papel redistributivo del estado muy intenso en cada economía desaparecía el caso europeo con un presupuesto mínimo de apenas el 1% del PIB. Políticamente, además, el euro era un dogal para las políticas progresivas, como se ha demostrado antes y después de su implantación, y un arma de la burguesía para acosar los derechos de los trabajadores, pues si mantener la competitividad era esencial, sin tipo de cambio, se abrió las puertas a todo tipo de agresiones a los trabajadores, como ha sucedido antes y ahora con crudeza insólita con la aparición de la crisis.
A partir de ahí, afirmó Pedro Montes, las consecuencias no se hicieron esperar: déficits exteriores muy intensos y crecientes, insólitos y desconocidos en la historia de la economía española, y una acumulación desorbitada de deuda con el exterior, fácilmente financiada al principio con la desregulación de los mercados financieros y la confusión que introducía la emisión de deuda en la moneda común igualando la calidad de todos los países. En 2007, el déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente llegó a representar el 10% del PIB. En 2011 la posición bruta exterior de la economía española era deudora por nada menos, subrayó Montes, de más de 2,3 billones de euros. Para él, la crisis de la economía española ya estaba gestada antes de la irrupción de la crisis monetaria internacional en septiembre de 2008 con la quiebra del banco americano Lehman Brothers.
Pedro Montes señaló que la respuesta que se han propuesto para la crisis es el ajuste interno de precios y salarios para mejorar la competitividad, un ajuste retorcido, desigual y depresivo, por la imposibilidad de atajar el déficit exterior con la sencilla y eficiente modificación del tipo de cambio. Por otra parte, en la medida que la crisis desató a partir de 2008 unos déficits enormes de las administraciones públicas, la deuda pública ha crecido intensamente hasta alcanzar los pasivos financieros de las administraciones públicas más de 1 billón de pesetas al finalizar 2012. “La deuda externa así como la deuda del sector público nos devoran”, señaló Montes, y “todos los ajustes llevados a cabo no han disminuido ni en un céntimo ni una ni otra”. La conjunción del ajuste interno y la austeridad impuesta por la troika europea ha dado unos resultados desoladores, como lo ponen de manifiesto todas las cifras económicas, en particular la del paro con los 6 millones de personas.
El ex economista del Banco de España valoró que, realmente, hay dos alternativas ante la situación, pues no es creíble ni viable la apuesta de algunos ingenuos por construir otra Europa sobre las bases de la Europa de Maastricht y las consecuencias perversas y terroríficas que ha tenido. Por un lado, está todavía la inmensa mayoría de la izquierda que, a pesar de renegar, apuesta o acepta la política de ajustes, recortes y austeridad. Y, en este sentido, recordó que, “en el nombre de una Europa que constituye ahora el contexto capitalista más salvaje – no se habla del nivel de vida actual- hay que seguir aplicando una recetas que no llevan a una agonía continua sin esperanza de solución a los graves problemas de la sociedad española”. La otra alternativa, que defiende Pedro Montes con vehemencia, es la de recuperar la soberanía económica perdida con la integración en la moneda única de modo que con una política monetaria propia y una política fiscal no sometida a las exigencias de los mercados y la troika europea se puede hacer frente a la situación a través de procurar liquidez y lograr que el déficit público pueda financiarse por algún tiempo a través de la emisión de moneda”.
“Esta alternativa, puso de manifiesto Montes, es traumática pero sin olvidar la situación dramática que vive la sociedad española debido a la crisis promovida por el euro. No cabe ocultar los inconvenientes y problemas que tiene descolgarse de Europa, pero tras un período confuso y convulso sería posible iniciar una recuperación global de la economía que atendiese no sólo aspectos monetarios sino que pusiera en marcha otro modelo económico y social. La izquierda no quiere afrontar todavía el dilema agudo que tenemos cuando el tiempo, como indico finalmente Montes, es un dato esencial pues cuanto más profunda sea la crisis mucho más problemas habrá que resolver.
Alberto Garzón: el capitalismo español está agotado
Una posición distinta y contraria a la salida del euro fue la que expresó el diputado por Málaga de IU, Alberto Garzón, que, tras afirmar que “el capitalismo español está agotado”, situó la salida por la izquierda de la actual crisis en un cambio del modelo productivo. El diputado más joven de la actual legislatura puso de relieve que el Tratado de Maastrich determinó una política económica encorsetada y que la implantación del euro es sólo un corsé más.
En su opinión, la actual crisis no está determinada por el euro. Y, como demostración de tal aseveración, subrayó el hecho de que, por ejemplo, la crisis la está padeciendo también Gran Bretaña que no aceptó en su momento formar parte de la zona euro.
“La crisis no se resuelve sólo con políticas monetarias”, dijo. Los problemas – añadió – van mucho más allá de los monetarios y, siendo evidente que hay una crisis monetaria, hay también una enorme crisis que se corresponde con la desigualdades reales de las economías europeas. En particular, subrayó la debilidad de la economía española frente a la poderosa economía alemana, que es la fuente fundamental de los problemas que recorren Europa. Comparada con las exportaciones alemanas las exportaciones Europa españolas son bastante insignificantes.
Analizando las posibilidades que se abrirían con la salida del euro, admitió que la devaluación podría ser una solución siempre que no se magnifiquen sus consecuencias pues, normalmente, en el caso de la Europa actual con profundos desequilibrios exteriores entre los países se establecería “una carrera de devaluaciones competitivas” que dejarían sin efecto las devaluaciones de cada país. De tal forma, vino a decir, la vuelta a una moneda propia y su devaluación con objeto de hacer más competitiva a la economía española se convertiría en una medida sin resultados positivos.
Asimismo, resaltó los problemas de inflación que podría originar la vuelta a la peseta y puso de manifiesto las insuficiencias que tiene el BCE para afrontar los problemas reales de los países, cuando tiene negada la financiación directa a los estados. Por eso insistió en el papel esencial de la política y la necesidad de crear un contrapoder social que haga frente a las imposiciones emanadas de los mercados y los poderes económicos europeos. “L a solución corresponde a la política, al poder, y este hay que crearlo”, terminó afirmando.
Carlos Berzosa: “Si esto sigue así, tenemos que salir del euro”
El ex Rector de la UCM, Carlos Berzosa comenzó recordando algunas posiciones de la izquierda española en la época de la transición. Y a este respecto rememoró cómo en aquellos años, estando todavía en la clandestinidad el PCE, partido al que perteneció desde sus años de estudiante universitario, los representantes del PSOE en unas jornadas celebradas en la Universidad de Barcelona plantearon no la creación de una Banca pública sino directamente la nacionalización de la Banca. Aquellos socialistas eran Alfonso Guerra y Miguel Boyer. Sin embargo, apuntó, cuando formaron parte del Gobierno hicieron todo lo contrario: iniciaron la privatización del sector bancario público.
No dejando de reconocer que la alternativa propugnada por Montes podría llegar a ser inevitable, Berzosa señaló que con la salida del euro se conseguiría aparentemente más soberanía ya que permitiría devaluaciones monetarias que en un primer momento mejorarían la competitividad, si otros países no hacen lo mismo. Pero, añadió, “no resolvería el problema de fondo que es que continuarían los ajustes vía salarios y empleo como ante cualquier crisis como el capital ha hecho siempre. Un ejemplo la crisis de los setenta”.
Carlos Berzosa planteó que ve en ella muchos problemas, para empezar que el capitalismo financiero es el capitalismo realmente existente impuesto por la hegemonía del neoliberalismo. “Una devaluación podría representar un balón de oxígeno, pan para hoy y hambre para mañana, cuando – afirmó – “es necesario acometer reformas profundas del sistema económico y social. La deuda externa se multiplicaría por el impacto de la devaluación de la nueva moneda, siendo todavía por consiguiente más impagable”, algo que el público asistente compartía con satisfacción: el nada debemos nada pagamos de la calle, se expresó también en el ambiente de la sala. También destacó que en el desenlace que pudiera tener la crisis del euro habría que tomar en consideración muy fundamental los la situación política si, por ejemplo, siguiera gobernando la derecha.
Y, aunque no se mostró decididamente a favor de la opción propuesta por Pedro Montes, al final, afirmó:”Si esto sigue así, tenemos que salir del euro”. Para terminar, lanzó a los asistentes al acto un mensaje político claro: “salir a la calle, tomar la calle, unificarse la izquierda y preparar una alternativa global”.
Un breve coloquio final puso fin al acto, del que cabe destacar las palabras de Pedro Montes afirmando que él no había debatido sobre qué hacer con el euro sino que se había limitado a proponer una alternativa, pues está seguro que el euro no sobrevivirá a su actual configuración, si bien no se sabe cómo será su final y por tanto sus consecuencias. Pedro Montes fue verdaderamente tajante. “Yo no debato en torno a la salida del euro. La propongo”.