Soberanías y solidaridades en el laberinto español

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descargaIntervención del Profesor de Economía Mundial Ramón Franquesa en el Foro Internacional «No al Euro», Italia 

Soberanía implica la posibilidad de poder decidir sobre todos los asuntos que les afectan, por parte del sujeto soberano. Por tanto soberanía popular, implica la posibilidad de conocer y decidir por parte de la ciudadanía. El concepto de Soberanía Popular supone que el Estado y el gobierno que lo representa, es creado y sostenido por el consentimiento de su pueblo.

En el pasado, las tiranías impedían que la ciudadanía pudiesen acceder al gobierno de sus Estados, Pero parece que hoy nos encaminamos a una nueva sustracción de la soberanía popular, sobre la base de anular la capacidad del ejercicio operativo del estado, particularmente en el ámbito económico. Así el ordoliberalismo, al que no le resulta posible negar el derecho a que las mayorías voten a sus gobiernos, lo que ahora plantea es que esos gobiernos no puedan entender de determinados aspectos de la vida social, especialmente los de carácter económico.

Europa ha sido la cuna y escenario de grandes revoluciones desde 1789, mediante las que la ciudadanía ha conquistado espacios efectivos de control social, sobre multitud de ámbitos, incluido el económico. En particular el siglo XX Europa conoció, la conquista de la jornada de 8 horas, la Revolución Rusa y tras la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo de un protección pública que garantizaba un conjunto de derechos económicos, sociales y laborales, muy por encima de otros lugares del mundo.

Pero la construcción de la UE ha acabado resultando un proceso perverso, que ha servido para revertir esas conquistas sociales. La UE se justificó para evitar la repetición de la confrontación entre pueblos, pero ha acabado siendo la causa de un nivel de ruptura social y confrontación nacionalista, que nos retrotrae a los peores momentos de la pasada historia europea.

La primera trampa de ese proceso fue la creación de un mercado único sin políticas estructurales, ni armonización fiscal, ni de derechos sociales. Planteado como algo provechoso para los consumidores, ha terminado por resultar un huracán para el empleo y las formas productivas de la Europa más pobre y atrasada. Con ello la polarización entre los territorios y clases sociales aumento. A ello más tarde se añadió la libertad de circulación de capitales. La liberalización de mercancías y capitales, sin un marco común de derechos laborales y de deberes fiscales, ya portaba la semilla de una competencia a la baja entre los trabajadores, que podía erosionar los avances sociales alcanzados. Pero sería la perdida de soberanía monetaria a finales de los 90, lo que provocó un salto cualitativo de los desequilibrios.

Cuando con la crisis del 2007 los efectos se desvelaron como claramente negativos, entonces el discurso oficial paso a culpabilizar a las victimas (y no a los verdugos de este proceso). Se incrementó el racismo entre Estados y dentro de los Estados. Mientras que los financieros de toda Europa eran rescatados generosamente de sus aventuras especulativas y evitaban ir a la cárcel por el saqueo de ahorros e inversiones fallidas, los pueblos del sur eran sometidos al control de la Troika y sus hombres de negro. A los alemanes sus medios de comunicación les contarían que era la pereza de los griegos lo que había causado su desgracia (ocultando que trabajan de media muchas mas horas). Entre los catalanes su gobierno liberal, culparía a los otros españoles del desastre de su sanidad, ocultando que esta provocado en su mayor parte por una privatización salvaje, que ha beneficiado a grandes multinacionales de la sanidad y subsidiariamente a miembros del gobierno nacionalista.

Para prevenir una respuesta de la ciudadanía a su clamoroso fracaso, las instituciones europeas, aún reconociendo a sus súbditos el derecho a votar, se aseguraron que el Parlamento Europeo no tuviera competencias (ni presupuesto) para resolver las problemáticas más acuciantes de la ciudadanía. En los discursos florecían los panegíricos al concepto de ciudadanía europea, pero en la práctica crearon un entramado institucional que substraía a las personas comunes las competencias económicas esenciales: el derecho al control de la moneda, la posibilidad de una política fiscal efectiva, la capacidad de los gobiernos que eligen para desarrollar políticas económicas y sociales favorables a las grandes mayorías, etc.

Un ejemplo bien claro, de esa nula voluntad de transparencia, fue la prohibición de poder efectuar una recogida de firmas dirigidas al llevar una ILP al Parlamento Europeo sobre la negociación del TTIP con EEUU.

La imposición del euro, en particular, es una cuestión de especial importancia en la sustracción de soberanía. Con el se cerró la posibilidad de promover políticas dinamizadoras de la actividad económica, se derivó el control de la moneda desde los parlamentos plenamente competentes de los estados, a un BCE fuera de todo control democrático. Un BCE independiente de los parlamentos nacionales y del Parlamento Europeo, pero altamente vinculado a los poderes financieros privados. Que por cierto, sin ningún tipo de de pudor aportarían la mayor parte de sus directivos (que hubiesen podido ser funcionarios de carrera, especialistas de la universidad pública o la investigación, cuadros sindicales, etc.).

La introducción del euro, en un proceso iniciado con el Tratado de Maastricht, supuso el final del papel regulador de los bancos centrales y la privatización del control de la política monetaria. Pero su capacidad de gangrenar el tejido productivo de los países del sur de Europa no se manifestaría hasta casi 10 años más tarde. Durante unos años, hubo un enorme flujo de capital especulativo hacia el sur de Europa, lo que provoco aumento de precios y disminución de la inversión productiva. A pesar de que los salarios quedaron congelados, el nivel de consumo no se resintió a corto plazo, porque fue muy fácil acceder al crédito por un tiempo, Ese descontrol bancario y financiero, provocaría una expansión de las actividades especulativas, que irían secando las posibilidades de inversión generadoras de empleo y riqueza material.

Cuando con la crisis del 2007 todo salto por los aires, los pueblos empezaron a sentir crudamente las consecuencias de la trampa en se les había colocado. Fue entonces cuando las gentes (y muchos supuestos expertos que se limitaban a actuar de papagayos del discurso oficial), advirtieron que la perdida de capacidad de los estados para regular la economía, en ningún momento fue acompañada de ningún intento para que las instituciones comunitarias asumieran ese papel. Al contrario, esas instituciones renunciaban explícitamente a hacerse responsables de atender los problemas que el modelo podía provocar: paro, radicalización de los ciclos económicos, regresión de la distribución de la renta…

Entonces fue evidente, no solo que los ciclos económicos seguían existiendo bajo el capitalismo, sino que los estados al perder la capacidad de emisión monetaria, habían perdido un instrumento publico para equilibrar ingresos y gastos, un instrumento para frenar la economía especulativa y un instrumento para recuperar la competitividad sin sacrificios salariales ni de empleo.

Los ciclos no habían desaparecido y la recesión se adueñaba de la situación con una dureza superior a la de 1929. Entonces se desveló que el sistema monetario europeo, al sustraer la emisión monetaria del control y servicio de las instituciones publicas, implicaba la perdida de un mecanismo fundamental de protección de la producción interna y ponía el estado a los pies de los financieros. Si con la emisión monetaria soberana son los bancos los que están en una situación de debilidad (al poder ver devaluados por la inflación, los créditos que dieron), con el euro seria el Estado quien quedase al albur del precio del préstamo de dinero. Con ello los gobiernos de esos Estados, las instituciones que los ciudadanos podían elegir y controlar, quedaban en manos del poder financiero.

Gracias a este mecanismo, el poder financiero conseguiría que fuesen los representantes del pueblo teóricamente soberano, quienes se viesen obligados a imponer terribles sacrificios a sus gentes.

Por supuesto esto iba a provocar grandes conflictos políticos y de legitimidad a esos gobiernos.

 

Si volvemos al tema de la soberanía popular y entendemos por ella la capacidad de la ciudadanía para decidir sobre todo aquello que afecta la vida social, es fácil intuir que uno de los problemas que plantea su ejercicio, es el enorme campo que ello puede afectar.

Efectivamente, dado que la vida social implica potenciales decisiones sobre infinidad de aspectos, una forma de secuestrar la la soberanía en la práctica, en su sentido profundo, es introducir ruido y ocultar las potenciales decisiones mas importantes, bajo miles de opciones entre cuestiones banales. Es decir, desorientar a los ciudadanos sobre el orden de prioridades de los problemas que sufren, dimensionando los de menor envergadura, para ocultar aquellos que tienen mayor incidencia en la vida social.

Si compartimos la apreciación que el eje central del conflicto social es la distribución de la riqueza, es fácil deducir que las mayores tensiones en el ejercicio de la soberanía deberían situarse entorno a esta cuestión.

Pero quienes se benefician de una posición de privilegio a costa de perjudicar a mayorías, tratan de evitar la lucha de clases, en particular en el ejercicio de la soberanía en aspectos que les pueden perjudicar. Ellos son conscientes de que las amplias mayorías. si disponen de la adecuada información, exigirían el ejercicio de su soberanía. Para evitarlo buscarán mecanismos para tratar de obstruir su ejercicio, por diversos caminos, que eviten una rebelión ciudadana.

Una vía puede ser narcotizar la sociedad con sexo, cotilleo, fútbol, telebasura o videojuegos: lograr que los jóvenes parados cacen pokemons en lugar de banqueros. Pero si la recesión golpea duro es posible que ello deje de funcionar. Los romanos que eran muy sabios recomendaban “panem et circenses”, pero el circenses a solas no parece que funcione, porque la gente piensa y tiene necesidades de las que no se puede siempre olvidar.

Otro camino es intentar demostrar que no hay alternativa, amparándose en el recurso a la ciencia económica, social o biológica. En la historia reciente hemos visto como las clases dominantes se han amparado en el racismo, en la genética o la economía, para tratar de demostrar que no había alternativa. En el pasado la justificación de esta ausencia de alternativa tenia un carácter ideológico o religioso (Dios ha creado un mundo de ricos y pobres, etc.), hoy sin embargo la supuesta falta de alternativa se sustenta en sesudas disquisiciones de carácter económico, que repetidamente la historia demuestra no tienen validez empírica, pero que la academia y los medios de comunicación hegemónicos persisten en defender como verdades absolutas.

Otro recurso para el poder es la represión de la ciudadanía. Se crea una situación de alarma permanente, inventando o impulsando si es necesario un enemigo externo, que inevitablemente recurre a un terrorismo que justificara el terror de Estado contra su propio pueblo. Así, se reprime la contestación, se controlan las redes sociales y los medios de comunicación. Se limita la libertad de expresión. Se llega a encarcelar o secuestrar a aquellos que filtran informaciones, a la vez que se somete a silencio los datos sobre paraísos fiscales y los privilegiados. También se prohíben o limitan las luchas laborales por antipatrioticas. Se recurre al terrorismo empresarial, las listas negras, las detenciones de sindicalistas y estudiantes. Sospechosamente, en ningún lugar los recortes se han aplicado al ejercito o la policía. Nada nuevo bajo el Sol, los europeos ya vieron esa película antes de la primera y segunda guerras mundiales en el siglo XX.

Pero también tienen otro recurso: tratar de disimular las contradicciones económicas, potenciando conflictos de distinta naturaleza. Para ocultar los problemas mas acuciantes para las personas, un buen método es resaltar otros conflictos con el fin de provocar en el plano subjetivo una desorientación de prioridades.

Desde el punto de vista económico debería estar claro que el primer problema que tiene la ciudadanía es asegurarse sus condiciones de subsistencia material. Se trata del primum vivere mas elemental. Por supuesto, ello no justifica que las personas renuncien a decidir sobre otros aspectos menos perentorios, como puede ser la religión que profesan o la prioridad entre las lenguas que emplean en su vida cotidiana. Pero debería resultar evidente, que para poder ejercer la soberanía en cuestiones de esa naturaleza, es condición previa para poder ejercer su decisión, tener asegurado comida, vestido, vivienda o salud.

Y a la inversa, cuanto mejores son las condiciones de vida material de un pueblo, cuanto mejor es su calidad de vida, más fácil es encontrar formas de convivencia y acomodo entre culturas, creencias y nacionalidades diversas, mas sencillo resulta resolver las contradicciones que en la vida social se dan en el seno del pueblo, en el interior de las grandes mayorías sociales.

Pero el sistema no esta en absoluto por resolver las contradicciones y conflictos sociales en el seno del pueblo, sino en el divide et imperia. Es decir, en estimular cualquier conflicto. Tampoco nada nuevo bajo el Sol. En los últimos decenios hemos visto en el Tercer Mundo como se financiaba alternativamente todo tipo de bandería religiosa o nacionalista desde los lobbies del poder, a veces contra movimientos emancipatorios, a veces simplemente para vender armas y apropiarse de los recursos de pueblos devastados por al guerra. La CIA, la OTAN, los grandes bancos apoyan y financian frecuentemente simultáneamente grupos enfrentados, o a grupos que más tarde serán catalogados de enemigos irreconciliables y encarnación absoluta del mal.

Quienes piensan que Europa esta fuera de esta escalada se engañan. Cuando el sistema se descompone y los pueblos amenazan con empoderarse, los poderes económicos no renunciaran a estimular conflictos en el el ámbito cultural, en aspectos como la religión o el nacionalismo. No es casual que problemas que los pueblos de Europa creían superados por el desarrollo de la historia, reaparezcan ahora con una extraordinaria virulencia, precisamente en este momento.

Por supuesto, hay que dejar claro, que ese empleo perverso, no supone la ilegitimidad de esos sentimientos. Al contrario, minorías nacionales o religiosas son objeto de trato injusto, provocativo, de marginalizacion o de agresiones, lo que retroalimenta la desorientación y el conflicto en el seno de las clases populares.

La crisis ha provocado un creciente malestar en el seno de nuestras sociedades. Hoy nuestra ciudadanía está sometida a una terrible presión psicológica: aceptar que vamos vivir peor que nuestros antecesores. Y las personas buscan explicaciones a ello y muchas desgraciadamente, las encuentran en los conflictos de identidades culturales. Y ello, a pesar de que la explicación objetiva de su malestar es sencilla y evidente: vivimos peor porque se ha secuestrado la capacidad de controlar a los mas ricos. Y esta oligarquía ha sido capaz mediante el recurso a los medios de comunicación que poseen, de introducir en la agenda de la vida cotidiana de una parte de la ciudadanía otras prioridades. Han logrado alterar la percepción de la realidad de amplios sectores de las clases populares.

En el caso español, la perdida de nivel de vida y derechos, ha favorecido el incremento del secesionismo, particularmente en Cataluña. Pero no ha sido el único factor. Los recortes del Tribunal Constitucional al Estatuto de Cataluña que había sido refrendado por el voto popular y por el parlamento español, el desprecio por la lengua y la cultura catalana desde el gobierno del estado, que la percibe no como una riqueza sino como un problema y que busca apelar al patriotismo español frente al separatismo, para legitimarse en tiempos de turbulencia, han sido factores que han estimulado el secesionismo sin duda.

Pero ¿Cual ha sido el motor determinante de esa ruptura social? El pueblo de Cataluña, como zona industrial de sectores devastados por la globalización, ha sufrido con la recesión graves recortes en sus niveles de vida. Entre 2008 y 2011 se produjo una creciente reacción social: Fue en Cataluña donde nacieron la Plataformas de Afectados por las Hipotecas que acaban poniendo cerco a los desahucios, donde surge una fuerte contestación estudiantil a la subida de las matriculas, donde sus maestros realizaron enormes manifestaciones que colocaron al gobierno entre las cuerdas, fracasando en su intento de oponer los padres a los maestros, también en Barcelona el 11 de mayo en solidaridad con Madrid, se iniciaria un proceso de ocupación publica de las plazas contra el sistema… Todo ello culminó en una movilización autónoma, que desbordó a las viejas fuerzas políticas de la izquierda, que rodeó el Parlamento de Cataluña y obligó a su Presidente a pasar en helicóptero el 15 de junio de 2011.

Es en este momento que el partido nacionalista conservador, que había apoyado el pago de la deuda, que repetidamente había apoyado las medidas ordoliberales de los partidos estatales (populares o socialistas), plantea la opción independentista, como formula de salir de la crisis.

Para una parte de la población de Cataluña (en especial los profesionales, los habitantes de las zonas rurales, pero también los jóvenes), esto resultaría una opción atractiva. No era necesario pelear en la calle, el enemigo estaba a centenares de kilómetros, y ahora la policía iba a proteger las manifestaciones en lugar de apalearlas. Sin duda resultaba más atractivo resolver ese conflicto mediante un referéndum, que no continuar en las duras luchas desarrolladas de 2008 a 2011. rápidamente un sector de los empresarios locales, incluidos los medios de comunicación de empresas catalanas (que en el pasado glorificaban la dictadura que prohibía el uso del catalán) se pusieron al servicio del proyecto. En unos meses, el independentismo paso del 10% a casi el 50% y se convirtió en el eje de la política catalana. Por supuesto, ello fue aprovechado por el partido popular, para pedir a la ciudadanía harta de sus corrupciones y recortes, que era imprescindible darles apoyo para salvar a la patria española.

Hoy en Cataluña tenemos abierto un proceso de secesión que divide por la mitad a nuestra población. El independentismo se alimenta de la reivindicación del derecho a decidir y la soberanía popular. Pero la paradoja la encontramos en que el partido nacionalista conservador que lidera el actual proceso, ha impuesto que sus socios renunciaran a cuestionar la UE o la permanencia en el euro. independencia de España, publicitariamente para alcanzar un país mejor, pero renunciando a devolver a la ciudadanía su soberanía monetaria, fiscal y de decidir sobre política económica. Es decir apelación retorica a una soberanía limitada a las banderas que no resolverá los problemas reales, que están en la base del malestar.

¿Como intervenir en una situación tan complicada? Desde luego no hay soluciones fáciles en el marco de la vida social real, en que los sentimientos están profundamente acentuados en las personas. Sin embargo, es posible actuar desde una perspectiva de inclusión, de búsqueda de creación de unidad popular, de superación de los conflictos culturales, situando enérgicamente en un primer plano los conflictos económicos de clase y buscando formulas inclusivas que permitan una convivencia común y solidaria, que sea totalmente respetuosa con las culturas de cada persona.

Para avanzar algunas propuestas en esta dirección podríamos señalar:

1. Explicando cuales son las causas objetivamente reales del malestar, es decir la dictadura del capital financiero mediante la instrumentación de la comisión europea y artilugios como su sistema monetario o el TTIP.

2. Planteando recuperar soberanía popular en estos terrenos, con propuestas argumentadas y articuladas. Especialmente en el ámbito económico: ruptura con el sistema euro, impago de la deuda ilegitima, oponerse al TTIP-CETA-TISA, etc.

3. Articulando complicidades en el marco europeo para plantear formulas de cooperación entre pueblos, en una dirección opuesta a la competencia, para afrontar las agresiones de los grandes poderes financieros y los estados y organismos multilaterales que les amparan.

4. Promoviendo desde el reconocimiento del derecho a decidir sobre todo (incluidas las fronteras que se otorga cada colectivo humano) y desde el reconocimiento de la soberanía popular, propuestas de convivencia y cogestion para controlar desde la sociedad, desde la mayoría social hoy excluida, la gestión de la política económica.

Si se trata de votar entre quedar igual o independizarse, hoy el pueblo de Cataluña esta dividido por la mitad. Pero en cambio hay una posición muy mayoritaria de partidarios de un proceso constituyente federal, si ello fuera posible. Ni los nacionalistas españoles, ni los nacionalistas catalanes admiten que eso pueda ser una opción. Unos prohíben cualquier tipo de referéndum, otros en sus referendums informales solo dejan escoger entre todo igual o independencia. Pero sigue siendo posible construir una mayoría amplia por una salida constituyente, conjuntamente con el resto del pueblo español.

Las ultimas elecciones dieron el mejor resultado a las fuerzas de nuevo tipo (En Comú Podem) que sobrepasó de largo a los nacionalistas de todo tipo y permitió situar de nuevo en el primer plano la contradicción económica, el conflicto de clase.

Por otra parte los movimientos sociales siguen manteniendo su pulso perseverante y paciente en la defensa de escuelas, hospitales, pensiones, parados, contra los deshaucios, etc. mostrando que la lucha es el camino, que no hay atajos que nos permitan una salida fácil y glamurosa al despòjo que estamos sufriendo. Nuestra separación no es entre quienes hablamos preferentemente catalán o castellano, sino entre quienes sufren los recortes y quienes se benefician de ellos. Las gentes de los comunes y de la CUP-CC comparten cotidianamente la lucha y la represión. Es más duro, porque obliga a seguir peleando en las calles, a quedarse frente los medios de comunicación del sistema (en manos de ambos nacionalismos), a pelear con plutocratas que viven en nuestro territorio y hablan como nosotros, pero no son de los nuestros. Es mas duro, pero es el único camino efectivo para recuperar la soberanía y emanciparnos.

Si un estado admite una deuda externa ilegítima, que alcanza el 100% del PIB, su pueblo no es soberano. Ese estado se convierte en un verdugo de su pueblo, para extraer una renta eterna e impagable, que tenderá a aumentar por el peso de los intereses que genera. El euro ha convertido a los estados soberanos de antaño, en gobiernos coloniales de una metrópoli residente en los parquets financieros y los bancos privados que controlan el BCE. Cambiar las fronteras y crear estados nuevos que se sometan al dictat del sistema monetario europeo, no es alcanzar ninguna soberanía. Es mantener la esclavitud de la mayoría bajo distintas formas.

Cualquier ejercicio de soberanía que atienda al primum vivere esta obligado a poner en cuestión la deuda y el sistema monetario, que la provoca y mantiene. Para efectuar ese ejercicio de soberanía y sobrevivencia sera necesario un altísimo apoyo social y complicidades con los ciudadanos de las naciones vecinas. En el caso de Cataluña, incluidas las otras naciones que componen España. Por tanto, si queremos romper esa jaula en que nos han encerrado, en el caso español es necesario alcanzar formulas de cooperación y solidaridad entre sus pueblos y naciones en primer lugar; y además con los pueblos vecinos que compartimos condena de cárcel en el seno de la UE y su sistema monetario.

16 Set 2016

 

Sovereignties and solidarities in the Spanish maze

Ramon Franquesa, Plataforma Emancipem-nos del Euro, Catalunya-Spain

Sovereignty implies the possibility to decide on all matters affecting them, by the sovereign subject. Popular sovereignty therefore implies the ability to hear and decide by citizenship. The concept of Popular Sovereignty means that the State and the government that represents it, is created and sustained by the consent of its people.

In the past, tyrannies prevented the public could access the government of their states, but it seems that today we are moving to a new subtraction of popular sovereignty, based on void the operational exercise of the state, particularly in the field economic. Thus ordoliberalism, which will not be denied the right to vote majorities their governments, which now arises is that these governments can not address certain aspects of social life, especially in the economic area.

Europe has been the cradle and the scene of great revolutions since 1789, by which the people has conquered effective social control spaces on many areas, including economic. In particular the twentieth century Europe met, the conquest of the 8-hour day, the Russian Revolution and after World War II, the development of public protection that guaranteed a set of economic, social and labor rights, well above other places of the world.

But the construction of the EU has ended up being a perverse process, which has served to reverse these social conquests. The EU is justified to avoid a repetition of the confrontation between peoples, but has ended up being the cause of a level of social breakdown and nationalist confrontation, which brings us back to the worst moments of the last European history.

The first trap of this process was the creation of a single market without structural policies and fiscal harmonization, or social rights. Conceived as something beneficial for consumers, has finally become a hurricane for employment and the poorest and most backward productive forms of Europe. This polarization between regions and social classes increased. A later this freedom of movement of capital was added. The liberalization of goods and capital, without a common framework for labor rights and tax duties, and carried the seed of a race to the bottom among workers, which could erode the social progress achieved. But would the loss of monetary sovereignty to the late 90s, which caused a qualitative leap of imbalances.

When the crisis of 2007 the effects were revealed as clearly negative, then the official discourse step to blaming the victims (and not the executioners of this process). racism between states and within states increased. While financial across Europe were rescued generously of their speculative ventures and avoided going to jail for looting failed savings and investments, the southern states were under the control of the Troika and black men. The Germans their media would tell them it was laziness of the Greeks what had caused his misfortune (hiding half working many more hours). Among the Catalan liberal government, he blames the other Spanish disaster of his health, hiding that this caused mostly by a wild privatization, which has benefited large multinational health and alternative members of the Nationalist government.

To prevent a response of citizens to their clamorous failure, European institutions, while recognizing their subjects the right to vote, they ensured that the European Parliament does not have powers (or budget) to solve the most pressing issues of citizenship. In the speeches bloomed panegyrics to the concept of European citizenship, but in practice created an institutional framework that deprive ordinary people essential economic powers: the right to control the currency, the possibility of an effective fiscal policy, capacity governments that choose to develop economic and social policies favorable to the majority, etc.

A clear example of the unwillingness of transparency, the ban was to make a collection of signatures aimed to bring a popular legislative initiative to the European Parliament on TTIP negotiating with the US.

The imposition of the euro, is a matter of particular importance in the removal of sovereignty. With the possibility of promoting policies invigorate economic activity was closed, control of the currency was derived from the fully competent parliaments of the states, to ECB outside any democratic control. An independent ECB of national parliaments and the European Parliament, but highly linked to private financial powers. By the way, without any modesty they would contribute most of their managers (who had been career officers, specialists from the public university or research, trade union cadres, etc.).

The introduction of the euro, in a process that started with the Treaty of Maastricht, marked the end of the regulatory role of central banks and the privatization of control of monetary policy. But their ability to gangrene spread at the productive fabric of the countries of southern Europe not manifest itself until almost 10 years later. For several years, there was a huge influx of speculative capital into southern Europe, which caused rising prices and declining productive investment. Although wages were frozen, the level of consumption was not affected in the short term, because it was easy access to credit for time. That banking and financial decontrol, would cause an expansion of speculative activities, which would drying possibilities employment-generating investment and material wealth.

When the crisis of 2007 all jump into the air, people began to crudely feel the consequences of the trap had placed them. It was then that people (and many so-called experts who merely act parrot the official line), warned that the loss of ability of states to regulate the economy, at no time was accompanied by any attempt to Community institutions assume that role. On the contrary, those institutions explicitly renounced to take responsibility for addressing the problems that the model could cause: unemployment, radicalization of economic cycles, regression of income distribution …

That was evident not only that business cycles still exist under capitalism, but states losing the capacity for monetary issue, had lost a public instrument to balance income and expenditure, an instrument to curb the speculative economy and an instrument for regain competitiveness without wage employment or sacrifices.

The cycles had not disappeared and the recession took possession of the situation with a hardness greater than that of 1929. Then it was revealed that the European monetary system, by subtracting the monetary emission control and service of public institutions, involved the loss of a fundamental mechanism of protection of domestic production and put the state at the foot of the financiers. If the sovereign monetary issue is the banks that are in a weak position (power see devalued by inflation, the credits received), with the serious euro the state that remain at the mercy of the price of borrowing money. This governments of those States, the institutions that citizens could choose and control, remained in the hands of financial power.

Through this mechanism, financial power get them to be representatives of the theoretically sovereign people, who they saw forced to impose terrible sacrifices its people.

Of course this would cause great political and legitimacy conflicts to those governments.

 

If we return to the issue of popular sovereignty and mean by it the ability of citizens to decide on all matters affecting social life, it is easy to see that one of the problems of its exercise, is the huge field that it may affect.

Indeed, since social life involves potential decisions on many aspects, a way to hijack sovereignty in practice, in its deepest sense, it is to introduce noise and hide potential major decisions, under thousands of options banal questions. That is, disorient citizens on the priorities of the problems faced, the smaller dimensioning, to hide those who have the greatest impact on social life.

If we share the appreciation that the central axis of social conflict is the distribution of wealth, it is easy to deduce that the greater tensions in the exercise of sovereignty should lie around this issue.

But those who benefit from a privileged position at the expense of hurting majorities, try to avoid the class struggle, particularly in the exercise of sovereignty in ways that can harm them. They are aware that the vast majority. if they have the right information, they require the exercise of its sovereignty. To avoid this they will seek mechanisms to try to obstruct the exercise, in various ways, to avoid a citizens’ rebellion.

A route can be drugging society with sex, gossip, football, reality shows or video games: getting young unemployed hunt Pokemons instead of bankers. But if the recession hits hard it may stop working. The Romans who were very wise recommended «panem et circuses» but the circus alone does not seem to work, because people think and have needs that can not always forget.

Another way is to try to show that there is no alternative, relying on the use of economic, social or biological science. In recent history we have seen how the ruling classes have been covered on racism in genetics or the economy, to try to prove that there was no alternative. In the past the justification for this absence of alternative had an ideological or religious nature (God has created a world of rich and poor, etc.), today however the alleged lack of alternative is based on economic brainy character disquisitions, who repeatedly history shows no empirical validity, but academia and hegemonic media persist in defending as absolute truths.

Another resource for power is the repression of citizens. A permanent state of alarm is created, inventing or driving if an external enemy, which inevitably resorts to terrorism to justify state terror against its own people is necessary. So, the answer is repressed, social networks and media are controlled. Freedom of expression is limited. You will get to imprison or kidnap those who leak information, while the data on tax havens and privileged undergoes silence. Also they prohibit or limit labor struggles unpatriotic. It uses the lockout, blacklisting, arrests of trade unionists and students. Suspiciously, nowhere cuts have been applied to the army or police. Nothing new under the sun, Europeans have already seen that movie before the first and second world wars in the twentieth century.

But they also have another resource: try to disguise economic contradictions, enhancing conflicts of different nature. To hide the most pressing problems for people, a good method is to highlight other conflicts in order to provoke the subjective level disorientation of priorities.

From the economic point of view should be clear that the first problem that citizenship is to ensure conditions of material subsistence. Primum vivere is the most basic. Of course, this does not justify people give to decide on other less peremptory aspects, such as the religion they profess or priority between languages they use in their daily lives. But it should be obvious that in order to exercise sovereignty in matters of this nature, it is a precondition to exercise their decision, have ensured food, clothing, housing or health.

Conversely, the better the conditions of material life of a people, the better their quality of life, the easier it is to find ways of living and accommodation between cultures, beliefs and nationalities, the easier it is to resolve the contradictions in social life are given within the people, inside the great social majorities.

But the system is not at all to resolve social contradictions and conflicts within the people, but the divide et imperia. They encourage any conflict. Nothing new under the sun. In recent decades we have seen in the Third World as alternately funded all kinds of religious or nationalist faction from the lobbies of power, sometimes against emancipatory movements, sometimes simply to sell weapons and appropriating resources of devastated countries by the war. The CIA, NATO, large banks often supported and financed both warring groups, or groups that will later be cataloged irreconcilable enemies and absolute evil incarnate.

Those who think that Europe is out of this escalation is deceiving. When the system breaks down and threaten to empower the people, the economic powers not renounce stimulate conflicts in the cultural field, in areas such as religion or nationalism. It is no coincidence that problems that the people of Europe believed overcome by the development of history, now reappearing with extraordinary virulence, precisely at this time.

Of course, we must make clear that perverse that job, does not imply the illegitimacy of those feelings. On the contrary, national or religious minorities are subjected to unfair, provocative assaults of marginalization or treatment, which feeds the confusion and conflict within the popular classes.

The crisis has led to a growing malaise within our societies. Today our citizenship is subject to a terrible psychological pressure: accept that we live worse than our ancestors. And people seek explanations for this and many unfortunately, are in conflict of cultural identities. And this, despite the objective explanation of his discomfort is simple and obvious: we live worse because it has kidnapped the ability to control the richest. And this oligarchy has been able through the use of the media they own, to introduce into the agenda of the daily life of a part of citizenship other priorities. They have managed to alter the perception of reality of large sectors of the popular classes.

In the Spanish case, the loss of living standards and rights, has favored the increase of secessionism, particularly in Catalonia. But it has not been the only factor. The cuts of the Constitutional Court over the Statute of Catalonia which had been endorsed by popular vote and the Spanish parliament, contempt for the Catalan language and culture from the state government, which is perceived not as an asset but as a problem and that seeks to appeal to Spanish patriotism against separatism, to legitimize itself in times of turbulence, they have been factors that have stimulated certainly secessionism.

But what has been the decisive engine of this social breakdown? The people of Catalonia, and their industrial sectors are devastated by globalization, but has suffered severe recession with cuts in their living standards. Between 2008 and 2011 there was a growing social reaction: It was in Catalonia where the Platform of People Affected by Mortgages that just laying siege to evictions, where a strong student response to rising enrollments arises, where his teachers made huge demonstrations were born which they placed the government on the ropes, failing in his attempt to oppose parents to teachers, also in Barcelona on May 11th in solidarity with Madrid, a process of occupation of squares against the system would begin… All this culminated in an autonomous mobilization, which overflowed the old political forces of the left, which surrounded the Parliament of Catalonia and forced its president to go by helicopter on June 15th, 2011.

It is at this point that the conservative Nationalist Party, which had supported the payment of the debt, which had repeatedly supported the Ordoliberals measures of the state parties (popular or socialist) raises the independence option, as formulated out of the crisis.

For a part of the population of Catalonia (especially professionals, people in rural areas, but also young people), this would be an attractive option. It was necessary to fight in the street, the enemy was hundreds of kilometers, and now the police would protect demonstrations rather than beat. Certainly was more attractive resolve that conflict through a referendum, which did not continue in the hard struggle developed rapidly from 2008 to 2011. A sector of local entrepreneurs, including Catalan media companies (which in the past glorified the dictatorship that prohibited the use of Catalan) were placed at the service of the project. In a few months, the pace independence 10% to almost 50% and became the axis of Catalan politics. Of course, it was used by the popular party, to ask the sick citizenship of their corruptions and cuts, it was essential to give support to save the Spanish homeland.

Catalonia today we open a process of secession that divides in half our population. The feeds separatism claim the right to decide and popular sovereignty. But the paradox is found in the conservative nationalist party that leads the current process, it has imposed its partners to question the EU resign or stay in the euro. independence of Spain, by advertising for a better country, but renouncing citizenship restore monetary, fiscal and decide on economic policy sovereignty. Is rhetorical appeal to a limited sovereignty to the flags that will not solve the real problems, which are at the base of discomfort.

How to intervene in such a complicated situation? Of course there are no easy solutions in the context of real social life, because feelings are deeply accented in people. However, it is possible to act from a perspective of inclusion, seeking creation of popular unity, overcoming cultural conflicts, placing strongly to the fore economic class conflict and seeking inclusive formulas that allow a common and harmonious coexistence, that is fully respectful of the cultures of each person.

To advance some proposals in this direction we could say:

1. Explaining what are the real causes of the malaise objectively, ie the dictatorship of finance capital through the implementation of the European Commission and gadgets as its monetary system or TTIP.

2. Raising regain popular sovereignty in these areas, with argued and articulated proposals. Especially in the economic sphere: break with the euro system, non-payment of the debt, oppose TTIP-CETA-TISA, etc

3. Articulating complicities in the European framework to propose formulas for cooperation among peoples, in a direction opposite to competition, to address the aggressions of the great financial powers and the states and multilateral organizations that protect them.

4. Promoting from the recognition of the right to decide on all (including the borders that every human group is granted) and from the recognition of popular sovereignty, coexistence and co-management proposals to control from society, excluded from the social majority today, management of economic policy.

If it comes between remain equal or vote independence, today the people of Catalonia is divided in half. But instead there is a majority position in favor of a federal constitutional process, if possible. Neither the Spanish nationalists, nor the Catalan nationalists support that may be an option. Some prohibit any kind of referendum, others in their informal referendums leave only choose among all equal or independence. But it is still possible to build a large majority for a constitutional output, together with the rest of the Spanish people.

The last elections gave the best result to the forces of a new type (En Comú Podem) that surpassed long nationalists of all kinds and again allowed to place in the foreground the economic contradiction, class conflict.

Moreover social movements continue to maintain their pulse and patient perseverance in the defense of schools, hospitals, pensions, unemployed, against evictions, etc. showing that the struggle is the way, there are no shortcuts that allow us an easy and glamorous exit to dispossession are suffering. Our separation is not between those who speak Catalan or Castilian preferably, but among those suffering cuts and those who benefit from them. The people of common (ECP) and CUP-CC shared daily struggle and repression. It is harder, because it forces continue fighting in the streets, to stay in front of the media system (in the hands of two nationalisms), to fight plutocrats who live in our territory and speak like us, but are not ours. It is harder, but it is the only effective way to regain sovereignty and emancipate.

If a state allows an illegitimate foreign debt, which reached 100% of GDP, its people are not sovereign. That state becomes an executioner of his people, to extract an eternal and unpayable income, which tend to increase the weight of the interest generated. The euro has become sovereign states of old, colonial governments in a metropolis resident financial parquets and private banks that control the ECB. Changing borders and create new states to submit to the European Monetary System diktat, is not to achieve any sovereignty. Slavery is to keep most different forms.

Any exercise of sovereignty that meets the primum vivere is obliged to question the debt and the monetary system, that causes and maintains. To perform this exercise of sovereignty and survival a high social support and complicity with the citizens of the neighboring nations will be necessary. In the case of Catalonia, including other nations that make up Spain. Therefore, if we want to break that cage in which we have locked in the Spanish case it is necessary to reach formulas of cooperation and solidarity among peoples and nations first; and also with neighboring peoples who shared prison sentence within the EU and its monetary system.

September 16, 2016

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