Finian Cunningham, periodista irlandés , especialista en temas internacionales.
Fidel Castro falleció , a los 90 años , después de décadas de lucha por la justicia social, no sólo para su Cuba natal, sino para todos los pueblos del mundo. Incluso en sus años de enfermedad, el revolucionario siguió luchando, activamente, con artículos de política internacional y, en defensa de la causa del socialismo.
Su importancia histórica se manifiesta en el hecho que sobrevivió a 11 presidentes de los Estados contando a Barack Obama. Todos estos presidentes implementaron una inhumana política destinada a estrangular económicamente con un bloqueo comercial a Cuba, una pequeña isla del Caribe.
Varios de estos líderes aprobaron planes criminales para asesinar a Fidel y complotaron por un cambio de régimen. Todos fracasaron. Castro venció y murió tranquilamente en su cama después de haber vivido intensamente su vida .
La noticia de su muerte resonó en todo el mundo, incluso aquellos países occidentales, que más de una vez se confabularon para hacer fracasar la revolución cubana, se han visto obligados, imponentes, en reconocer el legado de Fidel. Los canales de noticias interrumpieron su programación con la « noticia» de su muerte. La CNN en Estados Unidos y la británica BBC tuvieron que correr raudos en emitir retratos biográficos de Fidel y su pasado revolucionario.
A pesar de los desaires predecibles que hacen referencia a una «figura autoritaria», incluso los “publicistas profesionales de occidente” han debido admitir que Fidel liberó a su pueblo de la miseria y la pobreza, legando Cuba un considerable desarrollo social, y, aún más importante, dando a los pueblos del mundo una inspiración gigantesca para que continúen combatiendo por mundo más justo para todos. Es incontrovertible ; Fidel defendió el socialismo, al tiempo que denunció la explotación capitalista y la agresividad imperialista.
En Estados Unidos los primeros titulares sobre su fallecimiento pusieron en evidencia la ideología los medios más importantes. El Washington Post envilecido al máximo publicó : «El ex dictador cubano Fidel Castro ha muerto». El uso de la palabra «dictador» es gratuita y sin duda tiene la intención de ocultar la grandeza de Fidel, incluso en el momento de su muerte.
The New York Times, pretendió ser un poco más generoso con el titular: «Fidel Castro ha muerto a los 90. El revolucionario cubano fue un “némesis” de 11 presidentes de Estados Unidos».
Estas floridas palabras – de aparente homenaje- contienen el veneno de la difamación. A continuación The New York Times atribuye al «apóstol de la revolución», «traer la Guerra Fría al Hemisferio Occidental en 1959 … ,colocando al mundo al borde de una guerra nuclear [en 1962]».
No fue Castro quien trajo la Guerra Fría al hemisferio occidental, ni tampoco incitó a una guerra nuclear. En ambos casos, la responsabilidad recae sobre los Estados Unidos. Sin embargo, de manera insidiosa, los medios estadounidenses atribuyen a Fidel, la maldad de sus propias gobiernos.
En 1960, meses después que Fidel derrocara a Fulgencio Batista – corrupto dictador apoyado por Estados Unidos – el líder de una revolución triunfante visitó oficialmente EE.UU. en un gesto de amistad. Sin embargo, el entonces presidente Eisenhower se negó a recibirlo.
A cambio, Eisenhower promulgó los primeros embargos diplomáticos y comerciales a Cuba, en represalia por las políticas económicas de Fidel. Estas políticas estaban orientadas a eliminar décadas de pobreza para la mayoría del pueblo cubano como consecuencia de la acción de los mafiosos provenientes de Estados Unidos.
En abril de 1961, bajo la presidencia de John F. Kennedy, la CIA y el Pentágono puso en marcha la invasión de Playa Girón con un ejército mercenario formada por partidarios del dictador Batista. Cuando Kennedy dio marcha atrás a un asalto militar a gran escala (y las fuerzas de Fidel derrotaron a las fuerzas invasoras) la CIA y los exiliados cubanos decidieron no perdonar la «traición» de JFK . Se juramentaron “volar la cabeza del presidente” , hecho que ocurrió el 22 de noviembre de 1963 en Dallas.
Contrariamente, a la imagen que promueve el New York Times , bajo los gobiernos de Eisenhower y Kennedy, fueron los Estados Unidos lo que trajeron la Guerra Fría al hemisferio occidental. No fue Fidel Castro.
Si Castro respondió a la agresión estadounidense ,estrechando lazos con la Unión Soviética, fue indudablemente, por una política de defensa patriótica. En realidad, la crisis de los misiles, de octubre de 1962 fue el resultado de la inflexible política de guerra contra Cuba practicada por los Estados Unidos, llegando a un dramático momento que Kennedy y Jruschov se vieron frente a un terrible un desenlace nuclear.
La instalación de las armas nucleares soviéticas en territorio cubano, a 90 millas de los Estados Unidos fue ,en primer lugar, un acto legítimo de soberanía por parte del gobierno cubano, y, en segundo lugar, un razonable acto de autodefensa producto de la criminal agresión norteamericana el año anterior en Bahía Cochinos.
No fue Fidel Castro el que «llevó al mundo al borde de la guerra nuclear». Fue la agresiva política de EE.UU. hacia una empobrecida nación ,recientemente independiente, cuyo pueblo empezaba a ejercer su derecho a la libre determinación, con un gobierno de inspiración socialista.
Con su fanfarronería habitual los funcionarios del pentágono disfrutaban de presumir que fue F.J.Kennedy quien obligó a los soviéticos a retirar los misiles nucleares de territorio cubano. En realidad pasan por alto un hecho muy importante; el acuerdo para evitar una guerra nuclear, entre Kennedy y Jruschov ,estuvo fundamentado en el compromiso de EE.UU. de abandonar sus planes de guerra encubierta contra Cuba.
Los EE.UU. no han cumplido su compromiso de permitir que Cuba viva en paz. Los planes para asesinar a Fidel Castro, y a otros dirigentes cubanos, continuaron durante las siguientes administraciones , al igual que los actos de sabotaje y terrorismo de estado como la voladura de un avión civil cubano en 1976.
El embargo comercial impuesto por Estados Unidos, contra una isla de solo 11 millones de habitantes, se inició en 1961 y continúa sin cambio alguno hasta hoy en día. Aunque Barack Obama, se ufane de un aflojamiento, que es definitivamente «cosmético». Sin embargo, la crisis de los cohetes de 1962, obligó a EE.UU. a renunciar a otra abierta agresión como Bahía de Cochinos.
Fidel Castro ha sido un gigante que ha atravesado dos siglos. Fue un gigante del intelecto y de la humanidad. Fidel mantuvo – como en los días de su juventud- su compromiso con los oprimidos, con la liberación de los explotados, con una sociedad humanista y con la justicia social. Fidel ha sido una faro para el mundo, incluso después de muerto . Ni siquiera, sus formidables enemigos políticos pueden disminuir su lúcida estampa revolucionaria .
The New York Times dice que Fidel » fastidió a 11 presidentes estadounidenses «. Otra tentativa de difamación. Fidel no los fastidió; Fidel los superó a todos, con una humanidad que ha oscurecido la corrupción de los políticos norteamericanos
En su magnífica herencia política , habrá que destacar que la lucha de Fidel muestra, con elocuencia, la naturaleza agresiva, destructiva, y belicista del sistema político de Estados Unidos.
El mundo ha podido observar claramente, que a junto a la difamación, los gobiernos de Estados Unidos desencadenaron una Guerra Fría, que de manera imprudente pudo empujar a una guerra nuclear. Esta es una de las lecciones históricas legada por Fidel, que es tan importante ahora, como lo fue entonces.
La permanente agresión a Cuba, hoy también se expresa en una peligrosa hostilidad hacia Rusia, China o contra cualquier país que desafíe el comportamiento hegemónico de EE.UU. Una comprensión cabal de la historia de la revolución Cubana y del rol de Fidel Castro permite entender la causa real y los responsables de las políticas agresivas en el mundo de hoy.
Incluso en la muerte, el espíritu revolucionario de Fidel vive, enseña, inspira.