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Siria: ¿Fin de la partida?

images (1)«Washington ha sido la gran derrotada. Su incapacidad para ganar la guerra ha demostrado su enorme debilidad frente a Rusia. A partir de ahora habrá que contar con Putin en el concierto internacional». 

Eduardo Luque Guerrero, analista internacional

 

El lugar es Montreaux, cerca de Ginebra; la fecha, el 22 de enero. Con toda probabilidad se realizará allí la II Conferencia Internacional sobre Siria. Están invitados más de 30 países.

El escenario es bien diferente a la primera reunión, en junio del 2012. La derrota militar de la oposición es una evidencia; tanto es así que los combates entre los propios miembros de la oposición están permitiendo al ejército sirio el control territorial de amplias zonas. Especialmente, el cerco a los escasos bastiones de la oposición en Aleppo (segunda ciudad del país) será el centro de los combates en los días previos a la citada conferencia.

La guerra siria ha pasado por varias fases: la primera desde febrero del 2011 hasta la primera conferencia de Ginebra en junio de 2012 fue un  montaje periodístico que perseguía la caída del gobierno. Los grupos militares de la oposición seguían directrices directas de la OTAN. Se trató de hacer creer que efectivamente había una revuelta popular. El ESL fue la apuesta de occidente, aunque sólo era una etiqueta que describía algunos grupúsculos y algunos oficiales que habían desertado a cambio de substanciosas primas, mercenarios e instructores occidentales.

Según fuentes de la misma oposición el número de desertores sirios dentro del ESL no superó nunca el 4%. Su primer dirigente, el coronel Riad al-Assad,  fue nombrado porque su apellido infundía confusión en Occidente haciéndole pasar por un familiar enfrentado al propio presidente sirio.

La segunda guerra se extiende desde la reunión en París de los “Amigos de Siria” en julio del 2012 hasta la segunda conferencia de Ginebra en enero del 2014, una guerra de desgaste que pretende la destrucción del país y la rendición del gobierno. La penetración de más y más grupos salafistas auspiciados por Arabia Saudita, Qatar y Turquía, las derrotas militares a manos del Ejército Sirio y Hezbola arrebató el control al ELS hasta hacerlo desaparecer.

Se evidencia que el Ejército Sirio Libre (ESL) es en realidad un invento franco-británico. Desde su creación el 29 de julio de 2011, el ESL nopresentó ninguna alternativa política, más allá del derrocamiento del presidente Bachar al-Assad, nunca se  manifestó a favor de la laicidad del estado, nunca habló de educación, de cultura o trabajo….. Nunca formuló el menor esbozo de algo que se pareciera a un programa político alternativo.

Su hombre fuerte, el coronel Selim Idriss, era un antiguo desertor del ejército sirio. A cambio de una jugosa prima de enganche (se han destinado más de 60 millones de dólares a comprar a los desertores sirios) dirigió teóricamente el grupo aunque acabó vendiendo material militar proporcionado por occidente al propio ejército sirio fiel a Assad y a los militantes de Al-Qaeda. Con el botín recogido se instaló en Qatar y finalmente en Turquía.

Nunca existió la supuesta revolución popular en Siria, sino una agresión externa orquestada a golpe de mercenarios y de miles de millones de dólares. La supuesta “revolución siria “protagonizada por desertores del ejército que, casi con las manos vacías se enfrentaban al tirano, no era sino una invención romántica destinada al consumo publicitario, tanto de los medios de la OTAN como de sectores de la izquierda, que han querido ver en esta retórica la realización de todos sus sueños.

La OTAN, Arabia Saudita y Qatar han creado la oposición siria. Su masa de maniobra está formada por mercenarios de Al Qaeda, fanáticos y en algún caso, como algunos militantes provenientes de Arabia Saudita, presos condenados a muerte o a largas condenas de cárcel por robo o asesinato. Cada día que pasa, con cada nuevo asesinato masivo cometido por los “luchadores por la democracia contra el nuevo sátrapa”, se hace más y más claro algo que veníamos afirmando desde el inicio del conflicto en Siria: que la “supuesta revolución “no es sino el último engendro de los servicios de inteligencia occidentales.

Como en Libia, la “primavera siria” no es más que un montaje que ha necesitado de la colaboración imprescindible no sólo de los medios, que para eso cobran, sino del soporte intelectual y político de una pseudo-izquierda cada día más perdida, más desorientada, más ensimismada en otra cosa que no sean sus propios intereses políticos-electorales.

Aún es hora que intelectuales de una parte nada desdeñable de la izquierda europea encabezada entre otras rutilantes estrellas por Ignasi Ramonet  (Ver Le monde diplomatique enero 2013. Nº 207)[1] o Santiago Alba Rico, así como el coro de “intelectuales caviar”, agrupados bajo el altisonante nombre de “Intelectuales en defensa de la Humanidad”, muestren algún tipo de rectificación.

Otra parte de la izquierda, alguna autoproclamda anticapitalista, ecologista o ecosocialista….) institucionalizada o con aspiraciones de serlo, miden toda acción política desde el cálculo de rentabilidad electoral; es decir aquello que los “medios “de propaganda definen como lo políticamente correcto.

Occidente se ha quedado sin pantalla protectora, sin cartas de negociación. Washington, desaparecido el ESL, desacreditadas otras opiniones como la Coalición Nacional Siria o el Consejo Nacional Sirio,  apoyará al Frente Islámico, un grupo terrorista wahabí con apoyo saudí, implicado en ejecuciones y secuestros masivos. Los medios, para hacerlo aceptable, vuelven a recrear la imagen romántica de los desertores sirios ahora militantes del Frente Islámico.

Las matanzas, a sangre fría de heridos de otros grupos tomados prisioneros tal y como lo denuncian las propias agencias de la oposición señalan bien a las claras cual es la situación real en el campo de batalla.

La posición de EEUU demuestra también su enorme debilidad. La navegación de EEUU carece de brújula. Obama tiene una debilísima situación tanto interna como externa. Las derrotas militares en Afganistán e Irak, el escándalo sobre el espionaje…Quiso intervenir en Siria pero no pudo, el presupuesto militar, entre otras consideraciones no hubiera permitido una intervención militar enormemente costosa y en absoluto segura.

Ahora utilizan la retórica para ganar posiciones en las negociaciones, promoviendo el veto contra Irán. Mientras dejan caer que mantendrán el apoyo militar a la oposición. El patético presidente francés, representante de Israel en la mesa de negociaciones, asegura que puede atacar en solitario a Siria; las carcajadas resuenan en las cancillerías.

La firme posición de Rusia, China y el apoyo de los países del BRIG a una solución política, ponen de manifiesto la nueva correlación de fuerzas que se está gestando. La Casa Blanca ha diseñado una política de reacción pero no de anticipación. La iniciativa diplomática rusa sobre Siria descolocó a Obama que encontró una salida para lavar su cara en la destrucción de las armas químicas y en paralelo en el acuerdo con Irán. Así se asegura un final de mandato mejor del previsto.

Hoy es impensable una nueva guerra contra enemigos como Irán por ello y en giro copernicano ha ofrecido un principio de acuerdo al país persa.

La segunda conferencia internacional sobre Siria despierta tantas expectativas como preocupaciones. Porque en esta fase hay claros vencedores y claros derrotados.

El primer vencedor y el primer derrotado es el propio pueblo sirio, que tiene que sufrir en su cuerpo la destrucción de su país a manos de mercenarios extranjeros en una guerra de desgaste impuesta por nada. La incapacidad de Washington para proponer alternativas políticas a gobiernos que no le son afines acaba generando el caos más absoluto.

Los otros tres grandes derrotados han sido Francia, convertida en la muleta de Israel, Arabia Saudita, Qatar (que han apostado enormes sumas por la caída del gobierno de al Assad) Turquía, cuyo presidente Erdogan ha sido uno de los grandes promotores del ataque a su vecino.

Las revelaciones de la prensa turca en torno a la corrupción facilitada por las enormes sumas de dinero enviadas a los grupos terroristas afines a Turquía, le pueden costar fácilmente el gobierno al partido en el poder. Jordania, punto de concentración de las milicias opositoras, padecerá con toda seguridad importantes movimientos sociales provocados por la guerra contra su vecino.

Israel se ha mantenido en un segundo plano, pero dando un apoyo logístico imprescindible, sobre todo en la zona de los altos del Golán, a las milicias de la oposición y siendo parte activa a nivel de inteligencia.

La posición de este país se debilita, su aislamiento político preocupa ostensiblemente incluso a los sectores más «ultras». El Reino Unido ha mostrado sus flaquezas, su dependencia de Washington. La Unión Europea una vez más ha demostrado que no existe, como ya sabemos no es sino un grupo de acreedores y deudores.

España se ha convertido en el «gran altavoz de la oposición terrorista”. Los días 9y 10 enero tuvo lugar en Córdoba una reunión de grupos de la oposición Siria para coordinar y decidir su participación en la conferencia de Ginebra. Nuestro ministro de exteriores, el señor Margallo,  no ha tenido ningún reparo en reunirse y confraternizar con personajes perseguidos en muchos países occidentales con acusaciones gravísimas de terrorismo y delitos de «lesa humanidad”.

El objetivo confesado por el ministro es “dejarles hablar y facilitar el camino hacia una plataforma unitaria que pudiese dialogar”. Nada de eso importa cuando lo que está en juego en la participación de grandes constructoras españolas en la reconstrucción de las infraestructuras devastadas por los mismos terroristas salidos de España en algunos casos.

Washington ha sido la gran derrotada. Su incapacidad para ganar la guerra ha demostrado su enorme debilidad frente a Rusia. A partir de ahora habrá que contar con Putin en el concierto internacional. El presidente sirio es el gran vencedor: ha conseguido mantener la unidad del país y su forma de gobierno; va a la conferencia de Ginebra II como el gran vencedor.

Hará pequeñas concesiones en algunos ministerios de forma transitoria, mientras eso le permita iniciar la reconstrucción del país y afrontar las elecciones presidenciales de este año, que con toda seguridad podrá ganar (los informes de la OTAN señalan que la aceptación popular hacia su presidente superará el 70%) Hezbola es también un claro vencedor, ha demostrado en su primera guerra ofensiva su capacidad militar para movilizar grandes masas de combatientes y tecnología de última generación como “Drones”, artillería, carros de combate o misiles guiados.

Irán es el otro gran vencedor, tras el acuerdo con Washington por el tema nuclear, el país persa se convierte de hecho en una potencia regional a tener en cuenta. El gobierno iraní no sólo ha ayudado a ganar la guerra sino que podrá pasar su petróleo y gas a través de Siria hacia el Mediterráneo.

Oriente Medio está en la frontera de una gran transformación. Los flujos de poder cambian, nuevas potencias regionales, nuevos actores, reclaman su lugar. El futuro de esta zona se dibuja con letras de sangre en las calles de Damasco.

 

 

 

 

 



[1]Es preciso apreciar las capacidades adivinatorios de Ignasi Ramonet cuando escribía: “Se puede estar en contra de la estructura actual de Naciones Unidas, o estimar que su funcionamiento deja mucho que desear. O que las potencias occidentales dominan esa organización. Son críticas aceptables. Pero, por ahora, la ONU constituye la única fuente de derecho internacional. En ese sentido, y contrariamente a las guerras de Kosovo o de Irak que nunca tuvieron el aval de la ONU, la intervención actual en Libia es legal, según el derecho internacional; legítima, según los principios de la solidaridad entre demócratas; y deseable, para la fraternidad internacionalista que une a los pueblos en lucha por su libertad.“

 

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Unidad de la izquierda o «La vida de Brian»

descarga«La izquierda no estará a la altura de las necesidades de los trabajadores y de la ciudadanía si tira la toalla y va separada a montar cada uno su pequeño chiringuito. Sería una irresponsabilidad y les pasaría factura.

 Agustín Moreno, sindicalista

Unidad en situaciones límite. En la China invadida por Japón en diciembre de 1936 los generales nacionalistas conminaron a Chiang Kai-shek a firmar una tregua con los comunistas. Es el incidente de Xi’an por el que los dos partidos acordaron suspender la guerra civil y formar un Frente Unido que concentrase todas sus energías contra los japoneses. En la España corrupta y decadente de 1930 el Pacto de San Sebastián unió a toda la oposición de cara a unas elecciones municipales que permitieron que el país se levantara republicano el 14 de abril.

Hay ejemplos en la historia que nos enseñan que hay que hacer un esfuerzo de inteligencia y generosidad en favor de la unidad. Y la situación que vivimos aquí y ahora es pavorosa. Analizando el desempleo, según la EPA del IV trimestre de 2013 se han destruido 198.900 empleos en 2013, España tiene 622.700 parados más desde que Rajoy gobierna, hay 700.000 hogares sin ningún ingreso, 3,5 millones de parados llevan más de un año sin trabajar y 1,8 millones familias tienen a todos sus miembros en paro.

Con la reforma laboral, la devaluación de salarios y la precariedad han conseguido que tener un empleo no asegure poder vivir de él. Se está desmantelando el débil estado de bienestar con recortes y privatizaciones. Y la derecha en el poder quiere instaurar un estado policial ajeno a la democracia.

Las elecciones europeas en clave interna. En mayo de 2014 hay elecciones al Parlamento europeo. Pero la Unión Europea es un proyecto caduco y sin credibilidad ante los ciudadanos y los pueblos por muchas cosas y, más recientemente, por su incapacidad para buscar soluciones a la crisis fuera del ajuste permanente, el empobrecimiento de la población y el desmantelamiento del estado social.

Más allá de los discursos huecos y grandilocuentes, poco cabe esperar de estas elecciones en términos reales que no sea la utilización del Parlamento Europeo como caja de resonancia. Pero tienen más importancia de lo que parece: podrían significar la derrota de las posiciones neoliberales y del bipartidismo, desencadenar una crisis interna importante en la derecha y, en el supuesto más óptimo, crear las condiciones para el inicio de un proceso constituyente.

Pero hablemos claro. Hay dos escenarios posibles:

a) Un escenario de división de la izquierda, muy baja participación y triunfo del PP (o del PSOE) con menos de un cuarta parte del electorado y una abstención de más del 50%.

b) Un escenario de unidad y de victoria de una amplia coalición de la izquierda y los movimientos sociales que derrotase claramente a la derecha y forzase un anticipo de elecciones generales, ante la constatación de que les falta legitimidad para seguir hundiendo el país.

La derecha busca poder seguir presentándose como “ganadores” de las elecciones para justificar su brutal política económica y el recorte de libertades. La experiencia de la izquierda es que pierde con la división; ahí están las movilizaciones separadas del 23 de noviembre de 2013por los mismos objetivos, que hizo que fueran un relativo fracaso.

La locura de la fragmentación y sus consecuencias. Si nos dirigimos hacia el primer escenario de falta de unidad, sería una ocasión histórica perdida que disuadiría de ir a votar a muchas personas. Hay muchas fuerzas que buscan el apoyo y el voto de la izquierda, de la indignación y del rechazo al PP: IU-Izquierda Plural, Suma-La gente primero, las izquierdas nacionalistas, Equo-Compromís, Frente Cívico Somos Mayoría, Podemos de Pablo Iglesias-Izquierda Anticapitalista, asambleas del 15-M, Partido X, Unidad Ciudadana de Juan Torres y todo tipo de plataformas ciudadanas, fuerzas republicanas, etc.

Un tremendo batiburrillo condenado a la impotencia y a la frustración de los electores si no hay unidad.  Aunque no todas cristalizarán en candidaturas electorales y algunas se fundirán, estamos hablando de entre cuatro y media docena de propuestas que atomizarían el voto de la izquierda. Claro que es legítimo el derecho a presentar candidaturas que tiene todo el mundo y que siempre defenderé. Pero los votantes deben saber que, a pesar del colegio electoral único, los que no saquen un número suficiente de votos no rentabilizan los apoyos en términos de representación.

La competencia entre las candidaturas de izquierda en vez de sumar y empujar todos en la misma dirección, es división, enfrentamiento, echar la culpa a los otros, con la consiguiente abstención entre los votantes. Supone un balón de oxígeno para la derecha y la continuidad de los ajustes y políticas autoritarias. Y sobre todo es la pérdida de una gran oportunidad de acelerar plazos para el desalojo de la derecha del poder y tener que esperar a 2015 a ver si cunde el sentido común ante las elecciones municipales y autonómicas y generales.

Las gentes de  la izquierda no quieren programas brillantes o candidatos de relumbrón si van separados; priorizan la unidad para derrotar las posiciones liberarles que están acabando con todo. La división nos hace pasar del “Somos Mayoría” a somos un porcentaje relativamente pequeño. Del “Sí se puede” al vamos a esperar a 2015 a ver si somos capaces. Y  hay una grave pregunta a hacerse: ¿si no se ponen de acuerdo los diferentes sectores de la izquierda, se merecerían el voto de los perjudicados de la crisis?

¿Es posible la unidad de la izquierda? Sí. No es difícil configurar un programa de mínimos, y tendría una base política y electoral importante que recibiría con alivio y entusiasmo la buena nueva. Pero hay que evitar varios elementos negativos:

1. Priorizar la autoconstrucción de los partidos antes que la unidad. Esa es la tentación de algunos que creen que primero hay que obtener alguna representación para consolidarse como organización para negociar después pactos electorales en 2015 desde posiciones de fuerza. Es un error estratégico sobre qué es hoy lo fundamental, porque aún en el caso de que obtener un eurodiputado ello no va a mejorar sustancialmente la situación de la gente.

2. La pugna por estar en las candidaturas que hace que aparezca muchas veces lo más mezquino de la condición humana, barnizado de diferencias ideológicas y programáticas para justificar que no ha sido posible el acuerdo. Y esto debe de ser algo totalmente ajeno a las gentes y electores de izquierda.

Las primarias pueden ser estupendas siempre que no dificulten la unidad, que es lo realmente importante. Estoy seguro de que muchos votantes de la izquierda se sentirían a gusto, hasta con un sistema como la insaculación (meter nombres de personas capaces de las diferentes fuerzas de izquierda en una bolsa e ir sacándolos para ordenar la lista electoral). Lo importante es que la gente se ilusione, salga de su casa el  domingo 25 de Mayo y vaya a votar para derrotar a la derecha. Más que los nombres de las personas concretas

3. El fatalismo de que la izquierda no tiene arreglo. Las ideas tienen un gran peso para crear escenarios de cambio. Porque cuando se dice que algo es imposible, lo convierte en una profecía que se cumple. Es buen momento para acabar con viejas maldiciones y prejuicios. Claro que podemos y debemos cambiar las experiencias negativas del pasado. Las condiciones no deben ser  muchas. Yo propongo estas dos condiciones para la unidad:

  • Generosidad y prudencia. No se puede dejar pasar una gran oportunidad, no cabe escudarse en críticas al oportunismo, al afán de protagonismo, a las viejas descalificaciones a los “picos de oro”. No se puede ignorar la realidad. Y esta realidad es la siguiente: IU no ha sido capaz de cubrir todo el espacio existente en la izquierda, de avanzar hacia una convergencia muy amplia. Por eso, junto con otras razones, ha surgido Podemos y demás iniciativas que me parecen muy interesantes en la medida en que busquen sinceramente la unidad. Lo cierto es que han agitado las aguas de la izquierda real y son un referente para muchos activistas de las mareas y del 15-M, y son bien vistos por sectores de IU.
  • Sería fundamental conseguir una candidatura única y potente y disputar al PP y al PSOE la mayoría el 25-M. Plasmar de esta manera una gran convergencia de la izquierda. No tendría ninguna explicación ir separados a las elecciones teniendo un programa prácticamente idéntico.
  • La unidad de IU-Izquierda Plural, Podemos, asambleas del 15-M, Frente Cívico y todas aquellas organizaciones y plataformas que quieran sumarse, puede y debe ser la Syriza española. Y aquellos que no quieran estar, que opten por su autoconstrucción como fuerza política: recibirán la sanción de los electores. El acuerdo no es fácil, pero no es en absoluto imposible. Habrá que poner encima de la mesa la generosidad de los grandes y la prudencia de los pequeños, engrasada con la participación de los militantes y la conciencia de la trascendencia histórica del acuerdo.

He escrito en otras ocasiones que este país no tiene un gobierno a su altura. Tampoco la izquierda estará a la altura de las necesidades de los trabajadores y de la ciudadanía si tira la toalla y va separada a montar cada uno su pequeño chiringuito. Sería una irresponsabilidad y les pasaría factura. Todavía confío en la inteligencia colectiva y el sentido común de la supervivencia. Lo contrario sería seguir jugando a La vida de Brian o a la izquierda sin arreglo.

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La Conferencia de Ginebra 2 y la lucha contra el imperialismo

 

05 2012Miguel Manzanera Salavert, filósofo

«Siria se ha convertido en el frente principal de la batalla por la hegemonía mundial en el terreno militar. Esa realidad fue escenificada con toda claridad ante los atónitos ojos de la humanidad, a través de la crisis de las armas químicas en la primavera pasada. Esa escaramuza tuvo cierto parecido con la crisis de los misiles, que enfrentó a los EE.UU. con la U.R.S.S. por motivo de la revolución cubana en octubre de 1962; en el sentido de que la crisis siria estuvo cerca de convertirse en una guerra mundial entre las grandes potencias».

La Conferencia de Ginebra 2 ha comenzado con los peores augurios. No es posible confiar en una solución pronta para el conflicto civil sirio, que ha generado una tremenda catástrofe humanitaria en el país: han perdido la vida a más de cien mil personas, más de dos millones se han exiliado en el exterior y hay seis millones de desplazados dentro de Siria. Las pérdidas económicas se calculan por billones.

El ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados) ha dado la voz de alarma ante esa situación de emergencia. Como ha subrayado el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, para evitar un agravamiento de la situación es necesario que estas conversaciones de paz alcancen su objetivo; si no es posible lograr un alto el fuego inmediato, al menos deberían establecerse las condiciones para aliviar el sufrimiento de la población civil que padece el conflicto.

Sin embargo, nadie confía demasiado en los resultados de las conversaciones. Por un lado, la oposición se presenta dividida en múltiples facciones diferenciadas y con tácticas divergentes: el CNS (Consejo Nacional Sirio) ha abandonado la Conferencia antes de empezar; la CNFROS (Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria) asistirá con reticencias; el principal partido kurdo, PYD (Partido de la Unión Democrática), ha sido excluido de las conversaciones; las milicias islamistas están divididas a su vez en dos bandos, el frente al-Nusra y el EIIL (Estado Islámico de Irak y Levante), enfrentados entre sí en una guerra abierta que ha costado más de 1.000 muertes; etc., así hasta más de 40 organizaciones armadas algunas y pacifistas otras cada una con sus propias perspectivas políticas.

El punto de coincidencia de la mayor parte de ellas, exige la dimisión del presidente Bashar al-Asad, también esgrimida por el representante de EE.UU., John Kerry, como condición indispensable para alcanzar un acuerdo. Pero la falta de coherencia en las fuerzas opositoras hace sospechar que tras la destrucción del Estado sirio se abriría un escenario similar al que hoy impera en Libia, como en el Líbano o Irak: una permanente guerra de baja intensidad.

Por su parte, la delegación gubernamental niega el objetivo de las conversaciones pueda ser destituir a al-Asad, y subraya que sólo el pueblo sirio puede elegir o revocara a su jefe de Estado en unas elecciones democráticas; esto ha sido defendido también por los aliados del gobierno sirio, Rusia e Irán.

En consonancia, su propuesta consiste en celebrar elecciones libres con las suficientes garantías, para lo cual se hace necesario erradicar el terrorismo que azota a la población siria. De hecho, ya se han producido contactos entre los Estados europeos y el régimen sirio, para combatir el terrorismo islámico. Pero por algún motivo desconocido –pues las dos organizaciones son ramas de al-Qaeda-, los EE.UU. y sus aliados apoyan al frente al-Nusra en su lucha contra el EIIL.

A partir de ese panorama dantesco es de prever que entre esas posiciones irreconciliables se produzca un diálogo de sordos. Pero lo que subyace en este conflicto sirio es algo mucho más terrible y más decisivo: detrás de cada uno de los dos bandos sirios en disputa, el gubernamental y la oposición, se alinea cada uno de los grandes bloques militares que se han ido formando en la última década, herederos de los bloques de la guerra fría.

Por un lado, la alianza imperialista agrupada por la OTAN, vencedora de la guerra fría contra el antiguo Bloque del Este; mantiene sustancialmente su poderío militar, pero ha visto cuestionada su hegemonía en el último lustro por causa de la crisis económica y por la emergencia de nuevas potencias mundiales.

Por otro lado, los llamados países emergentes, engloban prácticamente al resto del mundo -Rusia, China, India, Brasil, Irán, Sudáfrica, América Latina, África,…-; se aprestan a retomar la lucha contra las viejas potencias coloniales todavía dominantes. Una lucha que toma formas fundamentalmente económicas, pero tiene sus ribetes militares permanentemente presentes. Es posible pensar, entonces, que en las Conversaciones de Ginebra se van a definir los contornos de la nueva guerra fría a escala internacional.

Decía Samir Amín en un artículo reciente, que las fuerzas anti-imperialistas son ahora más débiles que hace un siglo. Tal vez sea verdad; o tal vez sean nostalgias de viejo combatiente, que ha visto hundirse las ilusiones que nacieron de la revolución rusa. En todo caso, a mí me parece por el contrario, que el imperialismo se presenta más débil cada día que pasa. Precisamente porque los gastos en armamento se multiplican de año en año, la maquinaria militar crece hasta límites de ciencia ficción, y su aparato bélico es más y más sofisticado como única forma de mantener su primacía.

Véase la producción de armas de destrucción masiva, el uso del terrorismo por parte de las agencias de inteligencia y en especial el apoyo a los terroristas islámicos, las tácticas militares en boga –el escudo antimisiles, los drones y los asesinatos selectivos de opositores-, los genocidios que no cesan, etc… Esa violencia es el síntoma de una decadencia imparable del imperialismo capitalista. Especialmente porque todo ello está ocultado a las ingenuas masas de ciudadanos consumistas, demócratas sin conciencia, mediante campañas de propaganda edulcorada difundidas desde los medios de comunicación,…Un mundo como había previsto Orwell; sin duda, el escenario apocalíptico de una civilización en estado senil.

Siria se ha convertido en el frente principal de la batalla por la hegemonía mundial en el terreno militar. Esa realidad fue escenificada con toda claridad ante los atónitos ojos de la humanidad, a través de la crisis de las armas químicas en la primavera pasada. Esa escaramuza tuvo cierto parecido con la crisis de los misiles, que enfrentó a los EE.UU. con la U.R.S.S. por motivo de la revolución cubana en octubre de 1962; en el sentido de que la crisis siria estuvo cerca de convertirse en una guerra mundial entre las grandes potencias.

Por primera vez desde el hundimiento de la U.R.S.S. en la década de 1990, la OTAN veía contestada su hegemonía militar en el mundo. Y cuando todo el mundo esperaba la destrucción de Siria –como había sucedido poco antes con Libia-, las potencias occidentales recularon ante el desafío.

Ese hecho ha servido para mostrar a la población mundial una nueva correlación de fuerzas a escala internacional. En primer lugar, la OTAN no ha conseguido el control de las regiones que ha invadido, ni en Afganistán, ni en Irak, ni en Libia. Tal vez el motivo principal se deba a que sus aliados integristas, Arabia Saudí, Qatar y demás monarquías feudales del Golfo Pérsico, tienen su propio proyecto histórico independiente y actúan según criterios que no concuerdan con los intereses occidentales; de tal modo, han impulsado la creación de bandas integristas que actúan desde una ideología medieval, y en las que no es posible confiar para un proyecto medianamente moderno.

Por eso, la OTAN no puede dominar ya en Oriente Medio como hicieron hace un siglo las potencias coloniales, Francia e Inglaterra. Pues incluso si consiguiera destruir completamente la región como ha hecho con Irak, no tiene delegados que realicen la labor de garantizar la influencia permanente de la civilización europea en la región. Entre las fuerzas de oposición a los Estados soberanos y laicos de orientación socialista que consiguieron establecerse durante el siglo XX en los países de cultura musulmana, los liberales están en minoría. Por eso, Los ejércitos humanitarios enviados por la alianza neoliberal se limitan a destruir lo que encuentran a su paso. Es la nueva barbarie nacida de las entrañas de la civilización capitalista en decadencia.

En el desarrollo de esa situación ha nacido una nueva correlación de fuerzas en la región. La OTAN no ha conseguido destruir la República Siria, después de apoyar durante tres años el asedio continuado por parte de la oposición armada, con ingentes pérdidas humanas y materiales. La inestabilidad se mantendrá todavía durante tiempo, pero la consolidación del Estado sirio parece indiscutible, si bien tendrá que hacer concesiones a los kurdos en materia de soberanía.

Paralelamente, en Egipto la protesta de la población contra el gobierno de los Hermanos Musulmanes trajo el golpe militar y un importante riesgo de guerra civil; a pesar de ello, es una muestra clara de que la ciudadanía ha reaccionado ante el peligro y no se ha dejado engañar por los cantos de sirena de esa especie de liberalismo integrista que ha nutrido la violencia contra las Repúblicas laicas de la región.

El Estado surgido del golpe no es la mejor solución, ni tiene el apoyo mayoritario de la población –como se ha demostrado en el referéndum constitucional, donde ha votado menos del 40 % de los electores-; pero, como el gobierno de al-Asad, es el mal menor y quizás la única posibilidad real de un Estado soberano para el país dentro de la coyuntura actual.

A pesar de todas las dificultades Irán se mantiene incólume y consigue aguantar el desafío que le ha lanzado occidente con el bloqueo económico. Rival de EE.UU. y sus aliados regionales, ha conseguido anotarse pequeños triunfos en la guerra regional, apoyando a al-Asad en Siria y a Hezbollah en Líbano y pactando con el gobierno de Bagdad favorable a una alianza anti-imperialista.

Esas victorias han resultado decisivas para contener la ofensiva de la OTAN e Israel, de modo que Irán se muestra como un actor principal en la región. En resumen, la ofensiva de la OTAN en Oriente Medio está paralizada y no obtiene resultados favorables para los intereses occidentales. Incluso desde el punto de vista económico las relaciones de la OTAN con los Estados del Golfo Pérsico se encuentra en retroceso: Arabia Saudí comercializa su petróleo con China, más que con los EE.UU.

Tal vez sea la razón para que la propaganda bélica convenza cada vez menos a la población europea. Después de haberse demostrado que la falsedad de la información sobre las armas de destrucción masiva en Irak, ahora la credibilidad del discurso imperialista es cada vez menor. Hemos sabido que el gas sarín empleado contra la población civil siria fue utilizado por la oposición armada apoyada por la OTAN y sus aliados integristas, y no por el régimen sirio como pretendían los gobiernos aliados.

Las mentiras de la guerra de Irak se han repetido ahora en Siria, como se difundieron para atacar Libia con total impunidad. Por eso no es creíble el informe de tres abogados que acusan al régimen sirio de 11.000 muertes en sus cárceles, aparecido justamente la víspera de las negociaciones en Ginebra. Esa falta de credibilidad no exime, evidentemente, para que se haga una investigación imparcial y objetiva acerca de los hechos ocurridos en Siria, que determine las violaciones de los derechos humanos en aquel país.

Es de esperar que la OTAN tenga cada vez más dificultades para convencer de la necesidad de la guerra humanitaria a los ciudadanos conscientes. Sin embargo, la población europea, empujada a la necesidad por la crisis económica, puede echarse en brazos de las ideologías de extrema derecha y apoyar la guerra como medio para salir de la crisis económica, cargando las consecuencias de sus errores en los países colonizados.

No sería la primera vez que pasara algo así. Evitar un ciclo destructivo, como el que llevo a las dos guerras mundiales en el siglo pasado, es un deber de la ciudadanía consciente y los políticos honestos. La propia Iglesia católica parece haberlo entendido así al elegir un Papa como Francisco I, sustituyendo a Benedicto XVI.

La Conferencia de Ginebra debería acabar con el apoyo de la OTAN a los grupos armados que operan en Siria y un acuerdo entre los contendientes para alcanzar un alto el fuego permanente. No será el caso. Pero las divisiones dentro de las fuerzas opositoras, el enfrentamiento armado entre las propias milicias islámicas, la incapacidad de la inteligencia occidental para dirigir efectivamente esa oposición armada y el veto a la intervención de las fuerzas de la OTAN por parte de Rusia y China, anuncian el declinar del bando opositor al Estado sirio y la victoria de las fuerzas de izquierda.

La presión de la oposición armada, especialmente de las milicias integristas, continuará por algún tiempo todavía en toda la región, como agentes de la política exterior de los Estados del Golfo Pérsico; pero el Estado sirio dentro de un frente del rechazo anti-imperialista, se consolidará con toda probabilidad.

Una vez estabilizado el Estado sirio, para estas fuerzas de izquierda quedan varias cuestiones pendientes en la zona. Entre ellas citaré tres:

1. Se debe pacificar la región erradicando el terrorismo y propiciando una revolución democrática que restituya en la región las alianzas progresistas y laicas entre los pueblos.

2. Se hace necesario aclarar la cuestión kurda y plantear su estatuto nacional, lo que podría redundar en la división de Turkía, Siria, Irak e Irán.

3. Hay que revisar la situación de Israel, que debe convertirse en un Estado palestino democrático, aboliendo su estatus de Estado teocrático y reaccionario. Estas condiciones, que completarán la revolución democrática nacional, todavía sin realizar tras la retirada del colonialismo europeo, serán el fundamento del futuro desarrollo regional hacia el socialismo.

 

 

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IU y Podemos: Los desafios para construir la alternativa

 43-45-3-e4326-150x150Manolo Monereo Pérez , Politólogo

La propuesta realizada por Pablo Iglesias tiene el mérito de abrir el debate en la izquierda para unas elecciones europeas hasta ahora sin alma y sin ideas.

De la iniciativa asombra la audacia: un joven y brillante publicista de la izquierda interpela a la tercera fuerza política del país (IU) y se ofrece, en determinadas condiciones, para liderarla electoralmente, en el marco de una coalición política más amplia a construir. Si a los hombres políticos se les mide por la confianza en sí mismos y por la fuerza de su decisión es claro que estamos ante una persona que dará mucho que hablar en el futuro.

Desgraciadamente, Pablo lo sabe tan bien como el que más, los problemas de IU no son solo de cabecera ni de candidatura, son pura y llanamente de estrategia  política para la necesaria y compleja  tarea de construir la alternativa a la crisis del Régimen nacido en la transición y, más allá, disputarle el gobierno y el poder a la plutocracia que nos domina y aplasta. Este marco es desde donde hay que analizar los dilemas y los problemas de una fuerza política real que trabaja en condiciones extremadamente difíciles y que tiene los defectos y las virtudes  de las izquierdas alternativas europeas realmente existentes.

Quizás, para situarnos en lo concreto, deberíamos comenzar sabiendo desde dónde y cómo IU parte en estas elecciones  europeas, que como es sabido, inauguran un ciclo electoral de tres  años, para, posteriormente, intentar  comprender y encontrar salidas a problemas nada simples y que requerirán decisiones  firmes y contundentes. Cuando se es la tercera fuerza  política del país y referente de una parte significativa y creciente de las clases subalternas no queda otra. Siguiendo  aquello que aconsejaba Danton para las circunstancias excepcionales: Audacia, Audacia y Audacia.

Lo primero, IU es parte del GUE (Grupo de la Izquierda Unitaria Europea) y miembro del Partido de la Izquierda Europea (PIE) como tal tiene un programa común y un candidato único: Alexis Tsipras, presidente de SYRIZA. Lo que se quiere decir es lo siguiente: IU es parte de un proyecto político que agrupa a 36 organizaciones de la izquierda europea que la fortalece  y le permite una coordinación estable y permanente con un espacio social y cultural más allá de las fronteras estatales.

La segunda  cuestión es conocida pero merece la pena detenerse en ella. IU es una organización federal, de carácter programático, donde coexisten partidos políticos estatales y regionales y que, además, esto hay que subrayarlo, está en  un proceso abierto de alianzas con fuerzas soberanistas de izquierda. Para decirlo con mayor precisión y a ser posible con mayor claridad: IU, como realidad y como proyecto, es un archipiélago de las izquierdas existentes y no un espacio único y homogéneo. Eso significa que estructuralmente, por así decirlo, la toma de decisiones es siempre difícil y que el gobierno de las contradicciones es una tarea permanente.

Claro está que esto comporta problemas y tensiones  cuya  resolución exige gran tenacidad y mucho, mucho, tiempo ¿Cómo combinar la pluralidad con la coherencia programática y la necesaria unidad de acción? ¿Cómo organizar mecanismos de decisión que promuevan la participación y que, a su vez, permitan la toma de decisiones en los tiempos reales de la política? IU forma parte de un grupo parlamentario estatal (Izquierda Plural) con Iniciativa y la Chunta y en plataformas unitarias en diversas comunidades autónomas, que pretendemos no solo revalidar sino ampliarlas lo más posible en estas elecciones con nuevas fuerzas como Anova, Batzarre y algunas más; todas ellas, hay que insistir, agrupaciones políticas soberanas e independientes especialmente celosas  de su singularidad, sobre todo, cuando  van en alianza con una fuerza estatal. Debería tenerse en cuenta que la gran apuesta que hace IU aquí y ahora es establecer alianzas estables con las izquierdas nacionalistas, lo que obliga a delicados equilibrios y, sobre todo, pensar más allá de lo estrictamente electoral.

Hablar de primarias en y desde IU obliga  a tener en cuenta esta realidad. Lo que colectivamente se haga debe asumir todas las contradicciones reales e intentar con mucha tenacidad y radicalidad gobernarlas. En lo concreto: se debe respetar a las minorías internas y a las fuerzas políticas soberanas e  independientes que se alían con IU, que legítimamente quieren representación electoral y, a la vez, ser capaces de innovar y tomar nota de la nueva situación social y cultural. La unidad es lucha y conflicto, no la paz celestial. IU es una fuerza real,  eso tiene costes y ventajas: debe tener en cuenta  su dinámica y lógica interna y debe hacerla compatible con las demandas que provienen de nuestra base electoral y, más allá,  de una parte significativa de la sociedad que quiere cambios en la economía, en la política y en los partidos, también en IU.

Hacer primarias en una fuerza como IU no es fácil. Los que las piden desde fueran lo hacen casi siempre con ventaja: saben que no se puede hablar de toda la candidatura, solo de la cabecera de la misma, es decir,  reconocen  que un sistema electoral mayoritario en torno a un  líder no parece demasiado compatible con las dinámicas unitarias, el respeto a las minorías, a las demás fuerzas política aliadas y genera contradicciones no pequeñas con el ideario republicano de la izquierda.

Aún así IU debería responder con audacia e inteligencia a las demandas que vienen de su base electoral y política abriendo el debate en profundidad, facilitando la participación y señalando con mucha precisión y rotundidad su discurso político que no puede permanecer oculto por el debate entre personas.

Las primarias pueden ser una alternativa viable si contribuyen  a ir más allá de nuestros límites actuales, engarzan con la movilización social y, lo fundamental, hacen que el sujeto democrático-popular sea más potente, tenga mas confianza en sus propias fuerzas para devenir  y  ser  poder constituyente.

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España es un mal negocio

Carlos_Martinez_presidente_Attac_EspanaCarlos Martínez , Politólogo.

La profunda crisis que vive el estado español y el deseo de territorios muy activos, emprendedores y cultos de marcharse e independizarse tiene su explicación, no solo por una cuestión identitaria e idiomática, que también, sino sobre todo por la actitud autoritaria, chula, despectiva y altanera de muchas y muchos españolistas y centralistas patrioteros, que dicho sea de paso, no existen solo entre la derecha.

Pero no solo eso, hay más claves que analizar y si bien este artículo no desea ser un trabajo científico, sino divulgativo como muchos de los míos, si al menos pretende tener rigor.

Para comenzar para cualquier persona sensible y cabalmente democrática, honrada y cumplidora con sus obligaciones fiscales, el vivir en un Estado, cuya jefatura está implicada en escándalos desde hace ya muchos años, salsa rosa constante y que es una institución heredada de una dictadura –incluso en el caso de que se le pudiera otorgar un papel positivo en la transición,- no deja de serle muy frustrante. Que el partido en poder sea un partido inmerso de lleno en casos de corrupción, fraudes fiscales y concursos en la administración trucados en favor de “donantes”, le  resulta inaceptable. Tan impresentable al menos como la corrupta CiU y Unió.

Cualquier persona demócrata e informada sabe que el Reino de España, es un estado bananero, ridículo, corrupto y en crisis económica, social y política. Que esa crisis le incluye además al principal –por ahora- partido de la oposición, igualmente lastrado por casos de corrupción e igualmente monárquico a pesar de la que está cayendo, con lo cual la alternativa real puede ser imposible. Es decir, si esta persona solo se informa por “El País” por ejemplo o por “La Vanguardia” o el “Correo” puede pensar que solo hay dos alternativas políticas y ambas desautorizadas por sus contradicciones, carencia de ideas o su apoyo al régimen del 78, amén de su pacto de sangre dinástico y de apoyo al objetivo de déficit, ahora además y por su voluntad, por imperativo constitucional.

Por tanto las ganas de permanecer en semejante Estado no son digamos imperiosas, de no ser que crea en él por profundas convicciones. Si además es objeto por haber nacido en una determinada nación  de chistes, burlas, boicots, desprecios y criminalización indiscriminada, cerramos ya el círculo.

Para que pagar impuestos a un Estado corrompido, injusto y dominado en exclusiva por un establishment madrileño o radicado en Madrid. Con unos medios informativos centralistas y centralizados y unas infraestructuras financiadas por todos, pero pensadas para fortalecer Madrid o más bien su burguesía, aunque como la T4 (Nueva terminal del aeropuerto de Madrid) sean la historia de un gran fracaso.

La oligarquía radicada en Madrid y muchas de las personas que están culturalmente colonizadas por ella soslayan algo muy importante y es que España no es Uruguay. No lo es porque ojalá tuviéramos la calidad democrática de Uruguay y su presidente, no, sino por el peso abrumador de su capital y el hecho de que la mayor parte de su población habita en ella. No, es el caso del estado español. La Comunidad de Madrid, ni es la más poblada, ni la más grande, ni tiene la consideración y simpatía de muchos habitantes del estado, sean de donde sean –incluso por razones futbolísticas-, pero no solo por eso.

Ciudades como Valencia, Barcelona, Bilbao, Sevilla o Las Palmas, se han hecho a sí mismas, en cualquier caso con el apoyo de sus respectivas conurbaciones o áreas de influencia. Son grandes, pobladas y disponen de servicios, pero estas ciudades, no son las únicas, hay más y en la mayor parte de ellas las burguesías locales, los indianos o un puerto, la industria local u otros factores como una gran Universidad, han contribuido a crearlas y hacerlas crecer. El centro, el centralismo y la Villa de Madrid, necesitó su Carlos III.

Sí. Ser Corte y capital, sede de muchísimas empresas de todo tipo que tienen radicada su producción o clientela en otros territorios pero su oficina central en la ciudad manchega de referencia de forma que la sede conforma el todo, así como a causa de ser el recipiente de toda la burocracia del Estado, nos encontraríamos  ante la gran ciudad, la mayoría de cuyos habitantes son a su vez sus víctimas. Estos factores enumerados son la consecuencia de su fortaleza. Pero ojo, fortaleza creada y construida por personas trabajadoras llegadas de todos lados buscando empleo y/o cercanía a las oligarquías dominantes.

A esto añadimos el centralismo borbónico, consustancial a la esencia del Reino de España. Si la historia es la maestra de la vida, la dinastía francesa afincada en el reino, se implantó tras una guerra contra los otros reinos “periféricos” sus derechos y sus leyes. Los borbones llevan el germen centralista en sus genes. No puede haber federalismo en el estado español, con una monarquía, es así de simple y a su vez la monarquía borbónica constituye un escollo insuperable al objeto de lograr un libre pacto de federación de las naciones, nacionalidades y realidades nacionales de España.

De hecho y a pesar de los esfuerzos del matrimonio Aznar, Madrid está sufriendo una profunda crisis de prestigio, económica, política y moral. La Comunidad con más casos de corrupción a sus espaldas. Con una burguesía cerril, reaccionaria y que lidera al resto de las burguesías más reaccionarias de España, hace del propio pueblo de Madrid su principal víctima aplicándole recortes sanitarios y educativos, desmantelamiento de todo lo público, encarecimiento abusivo e inmisericorde del transporte público y barrios de cientos de miles de personas azotados por el paro y el empobrecimiento, mientras sectores de población cercanos a los poderes dominantes les apoyan aún en sus miserias y despropósitos. Los centralistas ponen a Madrid, como ejemplo y esto no solo no cuela, sino que es un grave error.

Pero el problema no solo es Madrid o mejor dicho la burguesía que lo tiene por base. Una democracia se basa en el constante derecho a decidir. A decidir un parlamento, un gobierno, un jefe del estado –bueno, eso en Uruguay, no en España- así como a dotarse de leyes para el bien común y un libre pacto federativo entre ciudadanos.

Pero esto en el Reino de España, es negado por sus fuerzas vivas y apoyado por amplios sectores del pueblo. El problema es que se piensa y es cierto que las independencias de Cataluña y del País Vasco, pueden hacer quebrar la caja de la Seguridad Social española y el Fondo de Pensiones y Jubilaciones público, pero no se hace ningún gesto de simpatía hacia quienes pueden ayudar de forma clara a impedir esa quiebra.

Es decir para muchos habitantes de otras naciones del estado español, se tiene la sensación de que su obligada pertenencia al Estado es producto del egoísmo de territorios que no se plantean la independencia, pero que necesitan y eso es cierto, las aportaciones e impuestos que ellos generan.

Es decir la unidad del Reino de España, es vista como una imposición y no fruto de un acuerdo federativo. Es producto de la rapiña de unas oligarquías económicas y políticas, que tomando Madrid como centro de operaciones controlan, juegan, dominan y hablan de España, como si fuera su coto de caza o su cortijo.

El principal enemigo del federalismo y de la aceptación del pacto de los pueblos, es la chulería, la dominación y la ausencia de una democracia real, de calidad y eficiente en el Reino de España.

La crisis de este estado es real. Pero nada se hace por resolverla. Un periodo constituyente sería imprescindible y el reconocimiento de las diferentes culturas y leguas también. Vivimos de espaldas unos a otros. Cantamos canciones en inglés pero si alguien lo hace en catalán siempre hay el gracioso mal educado que exige la traducción. Se pronuncian los nombres de forma correcta en la legua anglosajona, incluso en árabe pero si alguien se llama Josep siempre hay el imbécil que le dice José.

A las personas de izquierdas, nos debe quedar claro que el conflicto es de clase. Que la burguesía catalana y no digamos la valenciana o la andaluza son tan injustas, egoístas, dominadoras y explotadoras como la castellana, madrileña o la vasca. El problema que vivimos hoy es de implantación de un modelo neoliberal injusto y en eso coinciden todas las grandes patronales, bancas y burguesías. Todos los ricos son iguales.

Por tanto la lucha de clases puede ser otro elemento que favorezca el pacto federal. Además la lógica estatal unitaria, se impone entre las y los de arriba. La globalización capitalista une las luchas de los ricos del mundo contra las clases populares y trabajadoras.

Por tanto creo que al margen de los señoritos hemos de buscar nuestra propia vía de liberación.

Pero hechas estas consideraciones de clase, para mi imprescindibles, no dejo de reconocer que el Reino de España, se ha vuelto una madrastra incomoda, impuesta y gruñona. El PP y la extrema derecha, que son lo mismo, más la monarquía hacen el resto. Por si faltaba algo, las fuerzas del régimen monárquico, reforman en horas su Constitución y nos entregan a bancos y especuladores de la deuda liquidando aspectos sociales positivos del texto del 78, lo que supone  todo un despropósito. Toda una operación al objeto de liquidar el bienestar en beneficio de los poderosos.

Por lo que yo finalizaría afirmando que España es un mal negocio para las naciones que la integran, pero también, por supuesto y en mayor medida para sus clases populares. La salida de la crisis financiera y capitalista en general que las oligarquías españolas han encontrado es el empobrecimiento generalizado del pueblo, los recortes salariales, el fin de la libertad sindical, la reducción cruel y salvaje de las prestaciones sociales y la liquidación de los sistemas de providencia, solidaridad y cultura, todo en beneficio de las oligarquías y las burguesías hispanas, sean de Madrid o no.

Hay un hecho positivo en el sentido de lo unificadora y federal que puede ser la lucha de clases y es que en las Marchas de la Dignidad, que precarios, personas paradas y trabajadoras van a realizar sobre Madrid el 22 de Marzo, fuerzas sociales de todo el estado, incluidos sindicatos, asociaciones y asambleas nacionalistas de izquierda e independentistas van a avanzar con sus hermanos de clase de otros territorios hacía Madrid. Por primera vez en mucho tiempo todas las fuerzas sociales e indignadas de todo el estado van a caminar juntas.

España en manos de sus oligarquías es un mal negocio. La plutocracia y la burguesía rentista españolista nos han hundido, fracasado y vendido el estado español a otras potencias extranjeras y a poderes financieros internacionales, luego que dejen de hablar de una vez, de España y de la patria. Son unos traidores.

 

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La Unión Europea una nueva colonización (II)

images (1)Héctor Illueca y Adoración Guamán*

La Unión Europea se ha construido a golpe de falacias. Desde su creación, con la Comunidad Económica Europea en 1961, la defensa de la paz y de la libertad han aparecido como objetivos idealizados, en un espacio supranacional aparentemente basado en relaciones de igualdad y solidaridad entre los pueblos europeos. Este ideal actuó como un potente cebo para la ciudadanía del sur de Europa, muy especialmente la española, la portuguesa o la griega, que salían de sus dictaduras con el ansia de entrar en lo que parecía el club de la democracia y la prosperidad. A esta idealización contribuyó de forma notable el publicitado crecimiento económico que en el ámbito de la antigua UE-15 se produjo (en beneficio de unos más que de otros) durante casi dos décadas y que dotó de legitimidad y de un atractivo innegable al proyecto europeo.

No obstante, pronto se demostró que aquel “club” no era garantía ni de la democracia ni de la prosperidad, sino una trampa para inhibir la primera y arrumbar la segunda. En realidad, y como veíamos en un texto anterior, la trampa europea encubría una nueva colonización basada en relaciones de fuerza y caracterizada por el dominio de los países del norte europeo, fundamentalmente de Alemania. El Tratado de Maastricht y la aparición del euro desencadenaron una guerra comercial que ha devastado las economías de los países periféricos y lleva camino de hacer lo propio con sus sistemas políticos, destruyendo la soberanía y desmantelando el bienestar de los estados que se encuentran en dificultades. Pronto se evidenció que aquella prosperidad había derivado de un previo y continuado desarrollo económico y social conseguido en el plano nacional por estados enmarcados en el constitucionalismo social de posguerra, con dinámicas intervencionistas y planteamientos redistributivos que la unión económica y monetaria ha eliminado por completo. Se trata, en palabras de Emmanuel Todd, de la negación de Europa.

En este contexto, se antoja imprescindible desbordar los márgenes impuestos y atreverse a plantear la ruptura con las limitaciones que impiden el avance de un programa realizable de transformación social. En nuestra opinión, la salida del euro constituye una alternativa necesaria para recuperar la soberanía y superar la gravísima crisis que atravesamos. Se trataría, junto con la negación al pago de la deuda ilegítima, del primer paso de una estrategia constituyente que pretenda el reequilibrio de la economía en el marco de un desplazamiento del poder económico y social hacia el Trabajo, situando al Estado en el puesto de mando de la economía.

La estrategia tiene numerosos y diversos eslabones. De entrada, es previsible que la devaluación monetaria provoque un incremento de la deuda externa, pues debería liquidarse en una moneda mucho más valiosa que la nuestra y sería imposible continuar satisfaciéndola. Por lo que respecta a la deuda pública (alrededor de 300.000 millones de euros), parece ineludible la suspensión de pagos y la realización de una auditoría pública para asegurar una quita sustancial que aligere el aplastante peso de la deuda sobre nuestra economía. En particular, consideramos que debería declararse ilegítima la contraída por el Estado en la reestructuración y rescate del sistema financiero, que ha supuesto una obscena socialización de las pérdidas acumuladas por la banca en la financiación de las burbujas bursátiles e inmobiliarias.

Por lo que respecta a la deuda privada, los bancos estarían bajo presión y tendrían que afrontar quiebras. Las tensiones que experimentaría el sector financiero harían insoslayable la nacionalización del mismo y la creación de una banca pública con el fin de garantizar los depósitos y asegurar una financiación estable a las pequeñas y medianas empresas. Además, y fundamentalmente, el control público del crédito haría posible afrontar los desequilibrios de fondo que han provocado la crisis, convirtiendo la banca pública en un instrumento clave para revertir la financiarización de la economía y transitar de un modelo dependiente basado en la especulación a un modelo basado en la economía real, productiva e industrial.

En paralelo, el Estado debería nacionalizar los sectores estratégicos (servicios públicos, transporte, energía y comunicaciones) y promover una política de inversiones públicas que, manteniendo la protección y defensa del medio ambiente como pilar fundamental, contribuyese a modificar y renovar la estructura productiva del país, deteniendo los procesos de desindustrialización y especialización productiva que derivan de una inserción asimétrica en la economía europea. Como han destacado algunos autores, la crisis económica está provocando un preocupante deterioro de nuestra capacidad productiva motivado por la debilidad de la actividad inversora, la descapitalización del tejido industrial y la descualificación de la fuerza de trabajo, ahondando la fractura productiva que separa al centro de la periferia[1]. En este contexto, la reconversión del modelo productivo deviene una tarea urgente, so pena de embocar una rápida y dramáticatransición al subdesarrollo. En definitiva, se trata de iniciar una trayectoria de crecimiento diferente, caracterizada por la intervención pública en la economía, la colaboración de un sistema bancario público y el respeto al principio de sostenibilidad ecológica.

Como correlato de lo anterior, la estrategia constituyente tendría que abordar dos aspectos cruciales para detener y revertir la ofensiva neoliberal: una reforma fiscal progresiva y una profunda reestructuración del mercado de trabajo, como expresión de una nueva racionalidad económica que sirva a los intereses de la mayoría social. En efecto, la extensión de la base imponible a los sectores más poderosos y la persecución del fraude fiscal permitirían expandir el gasto público y mejorar las prestaciones sociales, especialmente sanidad y educación, que han sufrido un importante deterioro a causa de los recortes presupuestarios. Del mismo modo, harían posible la reorganización del sistema de pensiones transfiriendo recursos de los presupuestos generales del Estado para garantizar la sostenibilidad del sistema y el poder adquisitivo de las prestaciones[2].

En lo que atañe al mercado de trabajo, urge una respuesta contundente y efectiva a la emergencia social provocada por la situación de paro y precariedad generalizados, otorgando a la legislación laboral un necesario protagonismo político. De entrada, nos enfrentamos a la necesidad de desandar el camino andado durante las dos últimas décadas, retomando la creación de empleo decente como eje nuclear de la política económica. En este sentido, las últimas reformas laborales aprobadas por el PSOE (2010-11) y el PP (2012-13) deben ser expresamente derogadas. Las nuevas normas laborales deberían incentivar la creación de empleo decente, estable y con salarios dignos, mejorar las condiciones de trabajo, prestando una atención especial a la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, a la corresponsabilidad y a la inserción laboral de la juventud así como reforzar la negociación colectiva. Partiendo de esta base, una de las estrategias para combatir el paro que permite una salida progresista y solidaria a la grave situación actual es la reducción de la jornada laboral de manera generalizada para facilitar la colocación de los trabajadores desempleados. Esta medida estratégica debería complementarse con un incremento significativo del salario mínimo interprofesional y con la extensión de la protección por desempleo, a fin de contrarrestar los efectos más nocivos del ajuste interno y alumbrar un modelo diferente de distribución de la riqueza producida por la sociedad.

En los anteriores párrafos hemos resumido la estrategia que, en nuestra opinión, permitiría superar la dinámica colonial en la que nos encontramos tras la implantación del euro. Por supuesto, el empleo del término “constituyente” tiene un significado preciso y congruente con la hoja de ruta anteriormente esbozada: la clave es impulsar un proceso constituyente para realizar una transición democrática completa, que solvente las graves carencias arrastradas desde la dictadura y que refleje un nuevo equilibrio de fuerzas entre clases y entre géneros. No puede haber un reequilibrio de la economía a favor de los trabajadores sin una profunda transformación del Estado en un sentido republicano, plurinacional y democrático, con pleno respeto al derecho a decidir de los pueblos. Una transformación que refleje una gran alianza político-social para sustituir mecanismos de gobierno ineficientes y corruptos por la transparencia y la participación popular permanentes. Esta alianza existe de manera potencial en nuestra sociedad y podría materializarse si las izquierdas políticas y sociales se aglutinasen en un giro radical alrededor de una estrategia constituyente que dispute la hegemonía a la oligarquía.

 

[1] ÁLVAREZ PERALTA, I.; LUENGO ESCALONILLA, F. y UXÓ GONZÁLEZ, J.Fracturas y crisis en Europa. Madrid, Clave Intelectual, 2013.

[2] Vid., en esta línea, el documento “En defensa del sistema público de pensiones”, disponible en http://documentopensiones.org/

*Héctor Illueca, Doctor en Derecho e Inspector de Trabajo y Seguridad Social
Adoración Guamán, Doctora en Derecho y Profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social

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Entrevista a José Coy: El 22 de Marzo andando a Madrid

imagesRamón Pedregal C.

José Coy es miembro de la mesa estatal del Frente Cívico Somos Mayoría, es un activista social bien conocido en los movimientos más combativos, apreciado y respetado por su entrega y solidaridad a los sectores siempre en riesgo de exclusión.

Mantenemos una conversación con él tan sólo para que nos cuente de primera mano todo lo que tiene que ver con esa fecha tan importante como es el 22 de Marzo, fecha que se pasa de boca en boca para venir a Madrid andando desde todos los puntos geográficos, reuniendo en una misma voluntad de poner fin al castigo del gobierno y sus socios sobre el pueblo trabajador, a quienes sin falta tienen necesidad de una vida digna, sin paro o con protección social, para poner freno al pago de la deuda ilegítima, para hacernos con el derecho a una vivienda y la recuperación de los servicios públicos. José Coy tiene la palabra.

¿Cómo surge la idea del 22M?

José Coy: Surge tras ponernos en contacto diversas personas afectadas por la crisis y los recortes, somos personas que participamos en los movimientos de resistencia contra las políticas del gobierno al servicio de la troika y los bancos. Con esas políticas unos y otros expulsan a miles de familias de sus casas y están provocando un aumento masivo de la precariedad, la exclusión y la pobreza, así como una perdida alarmante de derechos humanos y sociales que tanto ha costado conseguir tras décadas de conquistas sociales producto de la lucha social y sindical. También el 22 M surge de la necesidad de hacer confluir las luchas y de dotarlas de una continuidad con una estrategia común de confrontación, porque necesitamos poner contra las cuerdas a un gobierno lleno de corrupción y prepotencia que solo gobierna al servicio de una minoría.

¿Quiénes pueden participar en las mismas?

J.C.: Pueden participar en ellas todas las personas que están siendo perjudicadas por el gobierno. Desde los pequeños autónomos que nos hemos visto obligados a cerrar, hasta los jóvenes que no pueden independizarse por que no tienen trabajo. Todo aquel que sea victima de este gobierno y de la crisis estamos obligados a levantarnos si queremos salir de esta situación, no tenemos futuro si no nos rebelamos con contundencia y masivamente. Por supuesto estamos abiertos a que participen todas las organizaciones y colectivos así como sectores, que estén de acuerdo con nuestras reivindicaciones, no puede ser de otra manera si queremos garantizar una movilización muy potente.

¿Cuáles son los objetivos de las marchas de la Dignidad?

J.C.: Las marchas de la dignidad pretenden iniciar un camino de conflictividad permanente de alta intensidad que sea capaz de hacer cambiar la actual situación de ataque sistemático contra la mayoría de la población. Igualmente queremos acabar con la resignación que crece cada vez más, y demostrar que podemos unirnos por abajo para conseguir recuperar derechos perdidos por las sucesivas reformas laborales y recortes practicados en muy poco tiempo con la excusa de la crisis. Hay alternativas que queremos poner en el corazón y la cabeza de la gente como la insoportable deuda externa que nos ahoga, En este sentido podemos comprobar cómo en América Latina a partir de no pagar la deuda y de enfrentarse a sus acreedores pudieron remontar sus crisis.

Creo que es imprescindible que vuelvan al sector publico los sectores estratégicos de la economía y que nunca debieron privatizarse. Lo que estamos viendo con las empresas eléctricas es de vergüenza. Por otra parte no podemos permitir que haya trabajadores y trabajadoras en paro que no tengan prestaciones sociales.

Hay que garantizar una renta básica a quienes no percibimos ningún tipo prestación, que somos más de un tercio de la población desempleada. Los suministros básicos hay que garantizarlos, no podemos permitir que las victimas inocentes de la crisis se queden sin luz ni agua. Por otra parte debemos defender la enseñanza y la sanidad y la paralización inmediata de los desahucios de las viviendas.

¿Qué colectivos se encuentran actualmente detrás de la organización?, ¿es el SAT el promotor o hay varios sujetos detrás?

J.C.: Detrás de esta movilización están la mayoría de los colectivos y movimientos que han articulado luchas y resistencias contra las políticas de este gobierno y el anterior. Diego Cañamero ha repetido varias veces que esta movilización no es solo del SAT. Lo cierto es que ha mediados de verano se produjo un encuentro en Córdoba en la que estuvimos presentes diversos activistas a titulo individual de varios colectivos como la PAH, Frente Cívico, SAT… en la que estuvo presente también Julio Anguita y Diego Cañamero, y allí estuvimos reflexionando sobre diversas iniciativas entre ellas las marchas a Madrid. Se acordó compartir esa idea con más colectivos y territorios y promover un encuentro amplio que se produjo el 3 de septiembre en la parroquia de San Carlos Borromeo, en Vallecas, así empezó todo.

El nombre del movimiento, Marchas de la Dignidad 22M, lo propusieron los compañeros de Extremadura del campamento Dignidad. Y finalmente, tras un periodo de consultas y debates en los territorios y entre las diversas organizaciones en la asamblea estatal que se celebro el18 de septiembre en la misma parroquia se consensuó la fecha y los objetivos.

¿Cómo se está preparando el 22 de marzo?

J.C.: Básicamente estamos concentrados en construir por abajo estructuras de apoyo a las marchas y en la preparación de una gran manifestación tras el recibimiento en Madrid. Se están haciendo también actos muy masivos y se están incorporando cada día mas colectivos y personas afectadas por la crisis y los recortes. Desde el gobierno, los bancos y la patronal nos lo están quitando todo y por eso vamos andando a Madrid, Pues Madrid es la sede de los poderes políticos y económicos.

Una vez finalizadas las marchas, ¿se espera que surja una plataforma o similar?, ¿Se prevén mas movilizaciones tras el 22M?

J.C.: Todavía es pronto para decidirlo, pero si que quienes estamos en la coordinación estatal de las marchas tenemos la idea de ir hacia un movimiento estable y unitario. Algo similar a un movimiento de movimientos y mareas. Desde el Frente Cívico creemos que necesitamos un plan de lucha en torno ha un programa común y unas reivindicaciones fuerza, con un calendario global de lucha. Las movilizaciones que se han realizado hasta ahora -muchas de ellas muy masivas- no han servido para cambiar las políticas del gobierno. Por tanto tenemos que endurecer y masificar aun más el conflicto social mediante la desobediencia civil activa y la extensión de la conflictividad a más sectores y territorios.

Dicho de otra manera, tenemos que organizar la rebelión ciudadana, con todo lo que ello conlleva y para eso hace falta generar estructuras unitarias y transversales, por abajo en los barrios de las ciudades, los pueblos, comarcas, centros de trabajo y estudio. Tenemos que acabar con esa minoría de poderosos que nos están destrozando la supervivencia y el futuro a la mayoría social.

Por mucho que nos cuenten que estamos saliendo de la crisis, lo cierto es que la crisis – estafa, ha llegado para quedarse por mucho tiempo. Posiblemente vayamos – sino lo evitamos – a un estado de crisis permanente en forma de empobrecimiento creciente de la mayoría social, como sucedió en América Latina y otros países donde el neoliberalismo y el totalitarismo ha sido la doctrina dominante hasta que llegaron las revoluciones bolivarianas . La Troika quiere convertir a los pueblos del sur en la China europea.

Sin derechos fundamentales, sin convenios, con mano de obra cada vez más barata y explotada, con una gran bolsa de reserva de trabajadores y trabajadoras inmersos en el desempleo y una vida muy precaria. No lo podemos consentir por que ello nos conduciría a una sociedad llena de miedo y frente al miedo esta la dignidad. Estamos seguros que si la sociedad responde a las movilizaciones planteadas para el 22M y las que vendrán después, quien empezara ha tener miedo será la casta política y económica que dirige nuestro país. Para ello tenemos que convertir todos los territorios en un gigantesco GAMONAL.

José Coy, nos reuniremos el 22 de Marzo en Madrid.

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Trinchera de la crisis, asalto a la recuperación

Pedro-Montes1

«La crisis para la inmensa mayoría proseguirá dura y prolongada.Lo de la recuperación es todavía más burlesco, porque se trata de generar ilusiones en una población desesperada, dispuesta en cierta medida a creerse cualquier buena noticia».

Pedro Montes, Economista

Los rasgos de la Gran Guerra, cuyo comienzo tuvo lugar hace cien años, han influido en Rajoy, y así, para referirse a la situación de la economía, ha afirmado que hemos abandonado las trincheras de la crisis y hemos iniciado el combate en el frente de la recuperación. Todo un lenguaje militar propio del aniversario de 1914.

Como es sabido, la guerra ocasionó 16 millones de muertos y otros 20 millones de heridos, y en efecto fue la guerra de las trincheras y de los asaltos. Incompetentes militares, pensando más en su gloria que  en las condiciones reales del combate, ordenaban asaltos temerarios donde los soldados desprotegidos eran arrasados por las balas enemigas.

Rajoy cae en el mismo error de apreciación y se equivoca  completamente, si bien con consecuencias bien distintas en este caso,  puesto que solo se trata de proseguir con la campaña de propaganda del gobierno. Sin embargo, ni ha acabado la crisis ni hay condiciones para la recuperación.

Ante la desoladora situación económica y social del país  dejemos al margen la política- mencionar que la crisis está superada es un atrevimiento irresponsable,  propio de las prácticas de nuestros gobiernos. Si el de Zapatero nunca se enteró de que venía una crisis,  el de Rajoy la da por superada en medio de un gran desastre, con una  incompetencia manifiesta y los perversos objetivos de  justificar tantos desmanes y  engañar a los ciudadanos en la búsqueda de votos.

La crisis para la inmensa mayoría proseguirá dura y prolongada. Lo de la recuperación es todavía más burlesco, porque se trata de generar ilusiones en una población desesperada, dispuesta en cierta medida a creerse cualquier buena noticia. Torturando y escrutando convenientemente a las estadísticas se pueden encontrar aquí o allá algunos datos positivos siempre.

Que si la bolsa sube, que si la prima de riesgo baja, que si  crecimiento intertrimestral del 0,1% o del 0,3% del PIB, que si de nuevo el capital extranjero (hotmoney) está entrando, que si en el mes de noviembre el paro…

Pero, frente a esos datos y contra la consigna de recuperación  gobierno, lo que hay que temer es que la crisis, por cualquiera de las razones que afectan a la inestabilidad económica mundial, la crisis del euro, y la quiebra y degradación financiera de muchas instituciones españolas, se agrave y nos retrotraiga en cualquier momento a la peor de las perspectivas.

Los hechos que atenazan a la economía española

Y esto no es un juego de pronósticos, de agoreros frente a optimistas, sino una hipótesis muy probable basada en los hechos que tienen atenazada  a la economía española.

Cuando estalló la crisis financiera internacional en septiembre de 2008, la deuda acumulada por los agentes económicos y los países fue el principal problema de las economías y la cadena interminable de los activos y pasivos financieros la principal vía por la que se transmitió la conmoción de la quiebra del banco de inversión americano Lehman Brothers.

La liquidez mundial fluye de nuevo pero no sobre la base de sistemas saneados sino para evitar todavía el hundimiento de empresas y sistemas financieros no solventes y horadados. Nuestro país es un caso particularmente grave de esa posición de insolvencia no remediada.

Al final de 2007, la posición financiera  de nuestro país arrojaba unos pasivos brutos frente al exterior de 2,24 billones de euros, una de las cifras más altas del mundo. Descontados los activos o derechos frente al exterior, resultaba una posición neta negativa de 0,82 billones de euros. Pues bien, a pesar de la profunda depresión económica que ha tenido un reflejo importante en la evolución de la balanza de pagos por cuenta corriente, al punto de que en estos momentos se registra un modesto superávit, la posición bruta exterior al finalizar el primer semestre de 2013 era de 2,27 billones de euros y una posición neta de 0,92 billones; unos 100,000 millones  por encima de la 2007.

Sin entrar en más detalles, la dependencia financiera de la economía española con el exterior es tan alta que bastará un resfriado por alguna zona del mundo para que nos veamos atrapados en una peligrosa pulmonía.

Pero si del endeudamiento exterior se pasa al endeudamiento público, los datos son más estremecedores, como para pensar que sin alguna solución milagrosa el país no podrá soportar dentro de muy poco las cargas financieras de la deuda pública, y no tanto por el nivel como por el ritmo vertiginoso de la acumulación de ésta, por una evolución del déficit público que se muestra bastante incorregible en medio de una grave depresión. Los intereses de la deuda, más del 5% del PIB

La popular ya prima de riesgo puede saltar en cualquier momento y por cualquier incidente. Cifras del Banco de España, deuda según el protocolo de déficit excesivo del boletín estadístico: al final de 2007 la deuda de las administraciones públicas ascendía a 382.000 millones de euros, el 36,3% del PIB. Al finalizar el tercer trimestre de 2013 esa deuda se elevó a 955.000 millones de euros, el 93,4% del PIB. Esos millones deben renovarse continuamente y suponen unos pagos públicos por  intereses de más del 5% del PIB.

Caben análisis más desglosados y detallados, pero no son necesarios para respaldar la tesis de que no hay mejora de fondo en  la economía española para justificar una recuperación digna de tal nombre, mientras que hay motivos para temer que  en cualquier momento se desate una nueva conmoción.

La contumacia con la que el gobierno vende que hemos doblado la esquina de la crisis, y la receptividad que parece tener ante una población aplastada por el paro, los ajustes y la austeridad, y ante otras fuerzas políticas deseosas de que todo fuese a mejor para evitar tener que afrontar una realidad que requiere una ruptura con la situación actual, puede durar algún tiempo, meses. Pero para la izquierda que lucha por un cambio profundo del sistema,  el fondo de la crisis seguirá reclamando una intensificación de su actividad defensiva y propuestas de choque.

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