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¿Tiene futuro el socialismo en el estado español?

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«La crisis del PSOE hoy en día es fruto de esas renuncias, traiciones y olvidos. De construir un partido con algún ciento de mil de afiliados sin ideales trasformadores y de cambio al sistema capitalista y sumisos a la monarquía y a los poderes fácticos …»

Carlos Martínez, Politólogo. 

Comenzaré aclarando en mi convicción y saber, que el socialismo del estado español fue construido por un sector del movimiento obrero, de carácter inequívocamente marxista y enraizado en la lucha de clases y la organización de la clase obrera para la defensa de sus intereses, su organización y ser su instrumento político. El Partido Obrero como le gustaba definirlo a su fundador, Pablo Iglesias, que era un marxista ortodoxo.

Los tiempos cambian y el PSOE también, pero hasta la llegada al poder en el mismo de Felipe González, el PSOE no rompe su tradición marxista, republicana y su carácter de partido de la clase obrera. González transforma al partido de los socialistas en un partido socialdemócrata moderado, adelantado a la tercera vía y levanta -asumiendo reivindicaciones y luchas obreras y populares- un estado del bienestar asentado y financiado sobre el endeudamiento público y las privatizaciones de sectores públicos industriales y de servicios.

No es el objetivo de este artículo describir una época, pero sí constatar un hecho. A cambio de avances en protección social, se deslocaliza la industria pesada, se privatiza y se introduce un liberalismo económico que la derecha de la UCD no había sido capaz de implementar.

Felipe rompe con el marxismo, pero también con la socialdemocracia. Une la suerte del partido de Pablo Iglesias al régimen del 78, no impide la aparición de la corrupción y, a cambio de avances sociales, destruye todo lo que signifique construcción del socialismo y control democrático sobre los poderes económicos.

Esto se hace no atacando a la oligarquía, sino pactando con ella o simplemente entendiéndose con sus demandas y tranquilizando sus inquietudes al permitir que ésta se siga enriqueciendo sin límites. El socialismo pasa a mejor vida, desaparece y se convierte tan solo en un mito que permite mantener una ficción electoral.

Muchas y muchos socialistas del estado español han ido abandonando el partido y marchándose a sus casas o a otros espacios, al no estar conformes con la deriva neoliberal de sus direcciones, quedando las cúpulas del PSOE en manos de personas ya sin ningún entronque con la escuela socialista-marxista, la experiencia republicana y la lucha de clases. Una serie de profesionales de clase media que se convierten en “profesionales”, sin ideología concreta y sin pasado reivindicativo luchador, se erigen en la clase “modernizadora” y “progresista” que nunca más socialista.

La crisis, pues, del PSOE hoy en día es fruto de esas renuncias, traiciones y olvidos. De construir un partido con algún ciento de mil de afiliados sin ideales trasformadores y de cambio al sistema capitalista y sumisos a la monarquía y a los poderes fácticos en una parte mayoritaria, excepto corrientes críticas y algunas rebeliones por las bases, siempre laminadas.

De vez en cuando, -en la oposición claro-, se desempolvan viejas reivindicaciones o se asumen exigencias de las clases populares que, excepto en el terreno de los derechos civiles, jamás se cumplen después en los gobiernos. Como consecuencia de ello, el lobo ya no viene más, el voto útil deja de ser una tabla de salvación. El lobo ahora es una profunda crisis de credibilidad.

Crisis del socialismo cupular dinástico

La cuestión es muy sencilla, si el socialismo no desea construir una sociedad alternativa al capitalismo. Defender el sector público y ampliarlo no solo en las tres patas del estado del bienestar (educación, sanidad, pensiones)  sino igualmente implementando la propiedad pública de sectores estratégicos como la banca, la electricidad y las energías, el transporte y las comunicaciones e intervenir contándole las alas a las oligarquías dominantes

¿Entonces para qué sirve un partido que se llama socialista? Para nada y si encima forma parte de un engranaje corrupto y cruel con la gente como es el régimen monárquico de 1978, todavía vigente, menos. Si la suerte del PSOE se une a la monarquía corrupta y católico-conservadora y al PP derechista, clasista, corrupto y autoritario, un PSOE hermanado al PP no hace ya falta y por tanto surgen nuevos autores.

El rescate del socialismo, no es un capricho intelectual, ni menos un deseo personal. Es una necesidad real, pues en el estado español hay un poso, una tradición y una memoria histórica que sabe que se puede avanzar hacia la igualdad, el reparto y la justicia, hacía la democracia económica y la economía al servicio de las personas desde la democracia y la libertad. Socialismo en libertad, justicia en libertad y amplia propiedad pública democráticamente controlada.

Freno a la pobreza y el desempleo, protección social y vida digna desde un ambiente libre y buscando la felicidad. Defendiendo la tierra, el oxígeno, el agua y la naturaleza como bienes públicos y de uso y disfrute colectivo.

Por el rescate del socialismo

Como socialistas alternativos es necesario que sepa la sociedad que no solo nos proponemos acabar con la corrupción, mandatos limitados y salarios en la cosa pública indecentes. Sino que como socialistas queremos primero regular y luego reapropiarnos colectivamente de la riqueza. No podemos decir que los políticos son corruptos y muchos no lo son, aunque sí es excesivo el número de ellos. Pero,   sin embargo, no podemos callar ante la corrupción y el atraco de los banqueros, los ricos, los industriales y constructores grandes, poderosos y desposeedores de los bienes públicos.

Frente a esto hay una alternativa que se llama el socialismo. Un socialismo que grandes personas como Salvador Allende trataron de impulsar u otros como Pepe Múgica lo ejemplifican con su vida personal, sencilla, austera y comprometida.

El PSOE oficial ha cortado toda utopía de raíz, impidiendo el debate de ideas y todo sueño emancipador que cuestione no solo ya el régimen monárquico, sino a las oligarquías capitalistas que nos extorsionan y dominan.  Con Borbones en la cúspide del estado, el federalismo es imposible y el estado plurinacional y pluricultural una quimera, así de sencillo es.

El problema es que todos y todas esas “profesionales” no solo han arruinado el PSOE sino que están poniendo en trance de desaparición al socialismo.

Qué socialismo

El socialismo es patrimonio de la clase, de los y las humildes, de las personas empobrecidas y de las y los socialistas orgullosos de serlo y que lo han, lo hemos defendido en medio de descalificaciones, vetos, incomprensiones y amenazas. El socialismo de Pablo Iglesias, si se reivindica, ha de ser con todas sus consecuencias. Por eso hay que decir alto y claro:

  • A todas aquellas y aquellos que afirman ser socialistas y dicen serlo, su sitio está en construir un espacio socialista autónomo y diferente, que recupere el instrumento del pueblo trabajador al margen de quienes jurídicamente poseen unas siglas, pero legítimamente, no. No pueden seguir apoyando a personas que no sirven los intereses del pueblo. Pero tampoco a otras personas que, ajenas a la tradición pablista y socialista, quieren recolectar sus votos y su trabajo. No son socialistas y, además, disimulan sus nombres o no sabemos claramente lo que proponen salvo comerse el espacio socialista, aprovechando el descrédito de las cúpulas ex socialistas del PSOE.
  • Invito junto a otras muchas personas a rescatar el espacio que ha sido traicionado, destruido y ninguneado y recuperarlo como una construcción útil y necesaria. Para ello el socialismo se debe adaptar a los tiempos, pero no como plantean los y las socioliberales asumiendo el mercado, sino haciendo verdaderamente bandera de la defensa del fin del patriarcado, el enfrentamiento al productivismo destructor y la constante agresión al carbono que da vida y al medio que nos acoge. Defendiendo los derechos de los pueblos sin estado y buscando una nave republicana común. Haciendo política con y como personas electas desde abajo y por abajo, con mandatos revocatorios y limitados y siempre transparentes y diáfanos, primarias y listas abiertas.
  • Un socialismo preocupado por el pan, el techo, el trabajo y que se enfrente a los poderosos. Desde la mafia de Bruselas, a la deuda ilegitima, el euro alemán o la UE al servicio de los poderosos y de sus negocios privados. Un socialismo cotidiano en los barrios y con las y los que no llegan a fin de mes o nada tienen ya y que no necesitan discursos sino trabajo, pensiones dignas y rentas frente a la exclusión y por la dignidad. Basta de floridos discursos. Trabajo, comida y escuela. Para eso hay que plantarle cara a la oligarquía y no pagar la deuda impagable y criminal. Buscar otros caminos y otras soluciones.
  • No trabajemos “para el inglés” si es que de verdad somos socialistas y construyamos nuestra alternativa en el espacio de ideas, sueños y esperanzas del que nuevos profesionales se quieren nutrir. Respetamos todas las opciones políticas; todas tienen derecho a ser y estar si el pueblo las apoya. Pero en democracia no se construye sanamente, chupando de lo que fue positivo, no sea que… Al final se lucren la oligarquía y los capitalistas.
  • A las y los socialistas: por favor vamos a dejar de hacer el gilipollas –perdón pero no se me ocurre una expresión más clara y contundente-. Eso o no nos quejemos. Tenemos seis mesas como mucho para auto-organizarnos. Si no es así, adiós al legado de Pablo Iglesias, al menos en muchos años.
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Nadie se fía de un PSOE tocado

imagesDe Diagonal

“Tenemos al PP dentro… y los dirigentes de Juventudes Socialistas sólo están esperando que llegue su turno”. Así describe off-the-record un joven líder madrileño del PSOE la situación de su partido.

Tras obtener los peores resultados de su historia (23%) y la irrupción de Podemos (pero también de IU y ERC), Alfredo Pérez Rubalcaba presentaba su dimisión y convocaba un congreso extraordinario para elegir secretario general.

Rectificaba al poco y aceptaba unas primarias abiertas a todos los militantes. También dimitía Pere Navarro, líder de un PSC que se hundió en Catalunya (14,28%) y donde Guanyem Barcelona de Ada Colau será el último golpe en una ciudad que gobernaron durante 32 años.

Tomás Villasante, profesor emérito de la Universidad Complutense, resume el proceso: el PSOE “necesita buscar un príncipe para competir mediáticamente, ya que hasta el rey les ha pasado por la izquierda”. El problema es que “cambian de líder sin cuestionarse por qué la gente ha dejado de votarles y qué espera de ellos”.

Todos los candidatos, menos Pérez Tapias, cumplen el “JGR”, características que el periodista Javier Neira detecta en la renovación del régimen: jóvenes, guapos y radicales. Opinión que comparte la activista y filósofa Montserrat Galcerán: “La operación consiste en poner algún joven, fluido y que dé el pego, pero sin ningún discurso de transformación, democratización o regeneración”. Alerta de que las mujeres han quedado relegadas en esta renovación, lo que cree relacionado con sondeos internos: “El machismo da votos”, concluye.

“El PSOE se ha guillotinado”. Así de clara es la catedrática de Derecho Internacional de la Universidad de Oviedo Paz de Andrés al definir la apuesta por la monarquía del PSOE, enfrentándose a un 68% de sus votantes, que prefieren un referéndum (7 de junio, El País).

Algo similar al caso de Catalunya con el rechazo al derecho a decidir del PSC, cuyas bases defendían y sus cúpulas negaban. Rubalcaba señaló que tenían “alma republicana” pero ‘compatible’ con la monarquía parlamentaria.

Así se ‘vengaba’ del regalo envenenado que le dejó Zapatero con la reforma del artículo 135 de la Cons­titución y que le arruinó cualquier posibilidad en las elecciones de 2011. Ahora será él quien deje ese legado a su próximo secretario general.

Operación Renove

Galcerán cree que “un Suresnes II no tiene mucho recorrido”. Tampoco lo creen las élites y por eso adelantaron la abdicación del rey.

Llamativo fue el rechazo de Susana Díaz, para la que ha primado, según el profesor de Ciencia Política de la UNED Jaime Pastor, “el temor de que al embarcarse en esa aventura se viera debilitado el PSOE en Andalucía, su único bastión donde resistir si la renovación no funciona”. Xandru Fernández, profesor de filosofía en Xixón, se pregunta: “¿Qué quieren las camarillas económicas que apoyan al PSOE en Asturies o Andalucía? Proteger sus intereses”.

Por eso la espantada de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, va en esa clave: le dicen que no involucre al PSOE andaluz, porque esto va a salir mal.

No obstante, Fernández recuerda que “el PSOE es un cambiapieles y tienen cuadros e ideólogos suficientes para resituarse si quisieran”. Para Pastor, sin embargo, su crisis de centralidad es ‘irreversible’: ya no será el único referente en el centro izquierda y, sin poder apoyarse en el ‘voto útil’, “la tendencia va a ser al declive y sólo se sostendrán de forma desigual a nivel autonómico o local”.

Las opciones del PSOE son “ser un pilar cada vez más debilitado de una presunta regeneración del régimen con el nuevo rey, u optar por un giro a la izquierda para competir con Podemos e IU, bajo el riesgo de que la gente prefiera el original a la copia”, culmina. El agotamiento del discurso socialdemócrata se manifiesta en que los líderes del PSOE ya se refieren a él como utopía.

No hay una crisis de liderazgo ni de relevo generacional, sino de credibilidad: ni Eduardo Madina ni Pedro Sánchez, precandidatos en las primarias, se opusieron a Zapatero o Rubalcaba, a la troika, o a la sucesión sin referéndum de Felipe VI y ninguno tiene fuerza para contrarrestar las presiones de los poderes fácticos.

Y sólo José Antonio Pérez Tapias, partidario del derecho a decidir, plantea una solución a la cuestión catalana. Fernández recuerda que “en los últimos 20 años cualquiera podía jugar la carta del carisma, pero ahora nadie puede competir con Pablo Iglesias”.

Por ello está convencido de que para ganar necesitan ‘la carta de la credibilidad: actitudes y políticas, exponer resultados’, algo de lo que carecen. Quien ha entendido que es necesario desmarcarse ha sido Odón Elorza, ex alcalde de Donosti y único diputado socialista que rompió la disciplina de voto en el Congreso el día de la abdicación.

El PP, por su parte, está sosteniendo al PSOE, dándole tiempo para renovarse y hacer futuros pactos de Estado, como en Grecia o Alemania. Los elogios de Rajoy a Rubalcaba van en esa línea. “Si al PP se le hunde el PSOE, los siguientes son ellos”, puntualiza Villasante.

Queda por ver si el pacto de ‘facto’ en la reforma del régimen termina en una gran coalición. Eso desgastaría a ambos partidos, pero ya es requerido por Felipe González y los principales medios de comunicación. Ya sucede en el Parlamento asturiano, donde es el PP quien sostiene al Gobierno del PSOE.

El PSOE, para Galcerán, sólo puede optar por “una política del miedo, dirigida a un electorado de centro, y presentarse como un partido estable, buen gestor y razonable”. En esa línea va Antonio Elorza (16 de Junio, El País), que compara a Podemos con el fascismo.

Pero un discurso del miedo arrasará los espacios intermedios (PSOE, UPyD o IU), como sucedió en Grecia, donde la confrontación con Syriza destruyó al PASOK. En ese clima de declive, una última pregunta ¿habrá escisiones del PSOE como en Catalunya, donde los hermanos Maragall se unieron a Esquerra?

Cuatro precandidatos para julio

Sólo Andalucía resistió en las europeas (35,12%) y por eso los barones territoriales intentaron convencer a Susana Díaz, presidenta andaluza, para que liderara al PSOE en las primarias.

Tras su rechazo, Pedro Sánchez, ‘el guapo’, (como lo define El País, apoyado por José Blanco y, parece, Susana Díaz), Eduardo Madina, José Antonio Pérez Tapias (Izquierda Socialista) y Alberto Sotillos (de 28 años, hijo del portavoz del primer Gobierno socialista, y que aspira a abrir un proceso constituyente) deberán reunir diez mil avales en 15 días de cara al congreso del 13 de julio. Carme Chacón o López Aguilar callan de momento, esperando a las primarias de otoño que elegirán candidato a la presidencia del Gobierno.

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Convocatoria 19 de junio ‘Monarquía ¡Abolición!

23DEMOCRACIA O MONARQUÍA

TENEMOS DERECHO A DECIDIR

Asistimos al secuestro del esencial derecho a decidir de la sociedad sobre el modelo de organización política, social y económica.

Como al inicio de la transición, cuando el poder quiso legitimar la monarquía mediante unas leyes aprobadas por las cortes franquistas -Ley de Sucesión de 1947 y Ley para la Reforma Política de 1976-, de nuevo fuerza una sucesión sin ninguna legitimidad y pretende avalarla con un trámite parlamentario.

En esta ocasión, ni tan siquiera existía marco legal para llevarse adelante la abdicación-sucesión. Este marco han tenido que improvisarlo de forma obscurantista y antidemocrática a través de un apaño del PP-PSOE el día 11 de junio en el interior del edificio que albergó a las Cortes franquistas y actualmente alberga el llamado Congreso de los Diputados.

Mientras en el exterior intentaban silenciar sin éxito la respuesta popular de rechazo a tal felonía mediante un brutal despliegue policial, que también atentó contra la libertad de prensa. Es una iniciativa político-policial contra las expresiones de rechazo a la monarquía que estos días se vienen sucediendo, que podemos considerar un auténtico golpe antidemocrático institucional.

La lucha por la libertad, la lucha por la democracia y la justicia social, pasa por diversos ejes, pero uno de primer orden es la abolición de la monarquía. En el Estado Español Democracia y Monarquía, la historia de al menos los dos últimos siglos lo evidencian, son antagónicas.

El día 19 de junio, Felipe VI, “el breve”, será coronado exclusivamente por el Régimen surgido de la transición y será jaleado hasta la baba por sus terminales mediáticas, en todas sus variantes. Seguramente nos encontraremos con algunos “graciosos gestos reales” para adornar el inicio del reinado. Pero los verdaderos problemas que sufren las gentes y los Pueblos seguirán siendo ignorados y despreciados por los de siempre.

Ese mismo día 19, apoyaremos la convocatoria de las 12h en Sol que delegación del gobierno está intentando prohibir, en un claro atentado a la libertad expresión y manifestación. También, a las 20h en la puerta del Sol convocamos una concentración en la que llevaremos a cabo un acto de destronamiento, en el que la voluntad popular pueda expresarse fuera del vasallaje omnipresente estos días en instituciones y medios de comunicación.

El camino hacia la Democracia y el Derecho a Decidir no va a finalizar el 19 de junio. Saldrá fortalecido de esta etapa y continuará, reforzado, hasta conseguir sus objetivos. No pararemos hasta que podamos ejercer nuestros derechos; y a través de un proceso constituyente, auténticamente democrático, el pueblo pueda organizar una sociedad al servicio de la mayoría.

POR LOS PROCESOS CONSTITUYENTES. POR LA REPÚBLICA.

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Avanza la crisis en Izquierda Unida

descarga (1)Declaración de integrantes de la Dirección Federal

La Pluralidad de IU pide cambios profundos en la organización

‘Ante el reto de cambiar el país, Izquierda Unida debe cambiar’

Los acontecimientos históricos que hemos vivido en las últimos tiempos, con la masiva movilización del 22 M; los resultados de las elecciones europeas, que han reflejado sendos seísmos en los ámbitos de la Unión Europea y el Estado español; y la reciente abdicación del rey, que abre un periodo de inestabilidad y turbulencias en el régimen de la transición; plantean un reto considerable a quienes tienen la voluntad de transformar el país en beneficio de la mayoría de la sociedad y de todos los pueblos del Estado, entre los cuales se encuentra Izquierda Unida.

El intenso hundimiento de los dos grandes partidos del “sistema del 78” en las recientes elecciones europeas, ha sido acompañado por un notable incremento de las opciones situadas a la izquierda del PSOE que, en conjunto, han reunido más del 20% de los votos. El resultado de la Izquierda Plural al triplicar votos y convertirse en la tercera fuerza política del país, junto a la potente irrupción de Podemos, han sido los principales factores del ascenso de las fuerzas transformadoras y son ya una base indispensable para afrontar los próximos retos y responsabilidades.

Para Izquierda Unida e Izquierda Plural los resultados de las elecciones europeas deben hacernos reflexionar sobre las causas de no haber cumplido con las expectativas electorales que señalaban de manera general un ascenso mayor, un mínimo de 12 % de los votos. Los estudios postelectorales indican que un 25% de los electores a Podemos, es decir, unos 300.000 votantes, habían votado anteriormente a IU, y alrededor del 32% procede de gentes que habían votado al PSOE.

Estos estudios demuestran que es necesario profundizar en las causas de dicha “movilidad” del electorado y que no puede zanjarse con explicaciones insuficientes, del tipo “Podemos ha pescado en caladeros electorales en los que no podía entrar Izquierda Unida”, o que “ha recogido el voto del descontento del 15M”.

En nuestra opinión, a los problemas de coherencia entre discurso y práctica, que lastran la imagen de la organización, se les une el déficit en la gestión de la comunicación, que no ha sido capaz de construir medios alternativos ni lanzar mensajes nítidos, y, especialmente, en el grave déficit de integración de la pluralidad, tanto la interna de Izquierda Unida en la campaña electoral, como de la pluralidad de la misma candidatura con respecto al conjunto de la ciudadanía y la izquierda social.

Los graves errores en la gestión del Bloque Social y Político, no pueden despacharse sólo con la asunción de responsabilidades individuales, que las hay, sino con una reflexión más profunda ¿Por qué no se hicieron propuestas al espacio de Suma para que pudieran participar en la candidatura en puestos de salida? ¿Por qué no se gestionó a través de primarias con listas abiertas en ese amplio colectivo, cuando estas mismas ideas se propusieron y defendieron en los órganos de IU a principios de año?

Los formidables recursos humanos y políticos de los que está dotada Izquierda Unida, y que jugaron un papel de liderazgo en las marchas del 22M, hubieran permitido conectar de modo natural con amplios sectores sociales; en cambio no fueron incluidos en la lista electoral, así como otros cuadros que sintonizan con los nuevos movimientos sociales y cívicos, sea por su juventud, su discurso, o su trayectoria en las luchas, etc., también fueron ignorados.

Tampoco se ha tenido la inteligencia para integrar, o visibilizar más, a aquellos activos de IU que podían haber recogido los sectores críticos de nuestro electorado; ni las potencialidades de la candidatura de la Izquierda Plural han sido utilizadas de modo suficiente como para dirigirse hacia los sectores que, previsiblemente y tras romper con el PSOE, buscaban aliento en otras candidaturas a su izquierda.

Deseamos que la reflexión y los cambios necesarios en Izquierda Unida vayan en dirección de superar los déficits en la gestión de la pluralidad interna de IU y de la Izquierda Plural. Solamente con una Izquierda Unida que integre y respete su rica pluralidad a todos los niveles, tendremos la credibilidad como para dirigirnos al conjunto de la sociedad, a las organizaciones, movimientos y personas, que desean organizar el cambio político social. Solo así tendremos la autoridad política y moral como para proponer y gestionar las alianzas, frentes y liderar el movimiento de la mayoría social para el cambio urgente que necesitamos en el país, y que pide la sociedad.

Apostamos por avanzar resueltamente en esa dirección, conscientes de que en este camino Izquierda Unida ya no es el único referente, y de que las vacilaciones, errores, sectarismos o ausencia de iniciativa y altura políticas, pueden debilitar a Izquierda Unida en beneficio de otras opciones. Opciones que, por otra parte, junto a la ilusión que han despertado tienen importantes retos y riesgos a superar.

Debemos volcarnos pues, con estas asunciones, en la creación de un espacio de confluencia amplio, en el que converjamos con la ciudadanía movilizada y con el resto de la izquierda social y política, asumiendo objetivos de regeneración democrática, de democracia participada y nuevos roles y modelos de funcionamiento en las relaciones política-sociales, para poner en pie una alternativa creíble y capaz de transformar nuestra sociedad.

Izquierda Unida sigue siendo decisiva en la construcción de la fuerza social y política que transforme el estado español. No defraudamos esa esperanza.

Madrid 16 de junio 2014

Firman los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal de Izquierda Unida:
Montserrat Muñoz, Diosdado Toledano, Antonio Cortés y José Antonio Mesa.

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Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Naomi Klein, Antonio Negri , Slavoj Zizek apoyan a PODEMOS

imagesTreinta intelectuales de relevancia internacional, entre los que se encuentran Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Naomi Klein, Antonio Negri o Slavoj Zizek han firmado un manifiesto en apoyo a la formación política Podemos. A través de un blog titulado Apoyo internacional a Podemos, los firmantes de este manifiesto «celebran» la irrupción en España de esta iniciativa política.»Ante el paisaje desolador que las políticas de austeridad han diseñado para el Sur de Europa, es esperanzador que surjan alternativas dispuestas a dar la batalla por la democracia, los derechos sociales y la soberanía popular», dicen en el manifiesto, publicado en seis idiomas: castellano, inglés, griego, italiano, francés y alemán.

En su opinión, Podemos «ha sabido recoger la herencia del ciclo de movilizaciones populares» surgidas desde 2011 —como el 15-M—, y «lo ha hecho al fomentar la participación política de la ciudadanía a través de unas elecciones primarias abiertas y la redacción de un programa colaborativo, gracias a la constitución de círculos de apoyo y asambleas populares».

También alaban que hubieran renunciado a financiarse mediante préstamos bancarios, que publiquen en su web la contabilidad completa, y adopten «un compromiso firme con la revocabilidad de los cargos y la limitación de mandatos, privilegios y salarios», prosiguen.

Ante el avance de la xenofobia y el fascismo, indican, «urge que la esperanza que ha germinado con Podemos se extienda a todos los países: la resistencia de un pueblo que se niega a aceptar su sometimiento pasivo y reclama para sí ese poder que en esencia es solamente suyo: la democracia, la capacidad de decidir entre todos sobre lo que es de todos», proclaman.

Podemos presenta el grupo organizador de la asamblea ciudadana que se celebrará en octubre

El primer encuentro estatal de Podemos, que se celebró el sábado en la facultad de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), comenzó con la presentación de los 25 miembros del grupo que organizará la asamblea ciudadana de octubre. Luis Alegre, profesor de la facultad de Geografía e Historia de la UCM y coordinador de este equipo de trabajo, resaltó en su intervención el carácter democrático del proceso de designación del mismo, “en el que han participado más de 55.000 personas”.

Ha insistido también en “el reto organizativo” que supondrá la asamblea del próximo otoño, por “la creación de cientos de nuevos círculos y la modificación de los que ya existían”, que se ha producido tras los resultados de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo, que, según el profesor, han traído consigo “una ola de ilusión y de entusiasmo”.El objetivo de la asamblea ‘Sí se puede’ de otoño será “incorporar todas las ideas de los círculos y de la gente que esté dispuesta a colaborar con este proyecto”, aseguró Alegre. Por su parte, Pablo Iglesias se refirió a la asamblea constituyente como “un paso más hacia el cambio político en nuestro país y en Europa”. En ella se definirá “qué es Podemos, y cuáles serán los procesos de participación” de la plataforma, según explicó a Diso Press Miguel Vila, miembro del equipo de comunicación de Podemos. Los círculos, aseguró Vila, “no van a perder importancia, porque son la razón de ser de Podemos. Sin ellos nada de esto habría sido posible. Pero hay que buscar también otras herramientas de participación, que tengan la misma importancia”.

El encuentro del sábado, al que han acudieron miembros de los círculos de todo el país, fue también, según Luis Alegre, “un espacio de recepción de propuestas”. A lo largo de la jornada se realizó una asamblea de evaluación y diagnóstico político, así como de análisis de posibles escenarios futuros. También se celebraron diversos talleres, como el de la herramienta de participación ciudadana AppGree, y un plenario de cara a “ese momento constituyente que será octubre”, explicó Alegre.

 

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La crisis epocal

descargaJohn Bellamy Foster  , profesor de Sociología de la Universidad de Oregón y editor de Monthly Review

”La continuación misma de la especie humana junto con muchas de las otras formas “superiores” de la vida está ahora mismo en duda. El futuro e incluso la supervivencia de la humanidad descansan por tanto, como nunca antes, en la lucha revolucionaria de la humanidad misma”.

Un indicio de la gigantesca dimensión del reto histórico al que se enfrenta la humanidad en nuestros días es que la peor crisis económica desde la Gran Depresión, a veces llamada la Segunda Gran Depresión, se vea ensombrecida por la amenaza aún mayor de la catástrofe planetaria, que plantea la cuestión de la supervivencia a largo plazo de innumerables especies (incluida la nuestra) [1].

Por tanto, el mundo tiene la necesidad urgente de desarrollar el conocimiento de las interconexiones entre el profundo atolladero de la economía capitalista y la amenaza ecológica en rápida aceleración (en sí misma un subproducto del desarrollo capitalista).

Utilizaré aquí el término “crisis epocal” para referirme a la convergencia de unas contradicciones económicas y ecológicas tales que han minado las condiciones materiales de la sociedad en su totalidad, lo que plantea la cuestión de una transición histórica a un nuevo modo de producción. Se puede distinguir de las crisis de desarrollo corrientes que jalonan la historia del capitalismo.

Una crisis epocal de este tipo, como ha defendido Jason Moore, caracterizó a la transición del feudalismo al capitalismo desde finales del periodo medieval hasta el siglo XVII; una crisis de una época histórica completa que fue igualmente ecológica, económica y social en sus manifestaciones, extendiéndose desde una hambruna recurrente, la peste negra y el agotamiento de los suelos hasta las revueltas campesinas y la escalada de la guerra [2].

Me propongo argumentar que hoy en día se está produciendo una crisis epocal aún más trascendental que la que produjo la transición del feudalismo al capitalismo, surgida de la expansión ilimitada de un sistema capitalista dirigido al proceso de creación de riqueza abstracta.

Contrariamente al mito económico, el sistema de producción e intercambio capitalista no toma la forma de producción simple de mercancías, o circuito M-D-M, en el que una mercancía (M), con un valor de uso cualitativo definido, se intercambia por dinero (D), que es entonces intercambiado por otra mercancía (M) con un valor de uso diferente, para ser simplemente consumida al final.

Por el contrario, en línea con lo que Marx denominaba “la fórmula general del capital”, o D-M-D’, el dinero (D) se intercambia por capacidad de trabajo y mercancías con las que producir una nueva mercancía (M), que será vendida por más dinero (D’ = D + Δd o plusvalía).

De ahí que no sea el valor de uso, que cubre necesidades concretas, cualitativas, lo que constituye el objetivo de la producción capitalista, sino el valor de cambio, que genera un beneficio para el capitalista. Además, la naturaleza abstracta, puramente cuantitativa, de este proceso implica que no haya final para el incentivo de buscar más dinero o plusvalía, puesto que D’ conduce en el siguiente circuito de producción al impulso para conseguir D’’, seguido por el impulso para conseguir D’’’ en el siguiente circuito, en una secuencia infinita de acumulación y expansión.

Es característico del capitalismo monopolista una ulterior torsión de este proceso mediante el desplazamiento del valor de uso natural-material por un valor de uso específicamente capitalista, cuyo único uso “real” es aumentar el valor de cambio para el capitalista. De esta forma, mercancías derrochadoras y destructivas dominan cada vez más la producción, desde la maquinaria militar a los cambios superficiales en los modelos de automóviles, pasando por un embalaje excesivo. Aquí la formula general del capital de Marx, como atañe a la producción en sí, se ha metamorfoseado en D-CK-D’, donde CK se refiere a un valor de uso específicamente capitalista [3].

En el nivel más estratosférico representado por las finanzas contemporáneas, la fórmula general del capital, o D-M-D’, está siendo suplantada cada vez más por el circuito de capital especulativo, D-D’, en el que la producción de valores de uso desaparece completamente y el dinero simplemente crea más dinero [4].

Lo que los economistas llaman “la economía real”, el reino de la producción de mercancías asociadas al PIB, queda de esta forma subordinada a la lógica irracional de la fase de capital monopolista-financiero de hoy a un proceso de generación de riqueza organizado alrededor de la apreciación de los valores financieros y dependiente de una serie infinita de burbujas financieras. El capital financiero lleva cada vez más la voz cantante, en gran medida desconectado de la economía real de producción de mercancías y de valor de uso.

Tras el velo mundial de las relaciones de valor capitalistas, cientos de millones de personas, incluso miles de millones, se encuentran empobrecidas y desamparadas y a menudo les falta lo más básico para su existencia material —alimentos adecuados, agua, ropa, vivienda, empleo, salud pública y un medio ambiente no tóxico— debido a los fracasos y contradicciones de la acumulación.

Mientras tanto, lo que los ecologistas llaman “riqueza real”, esto es, el producto de la naturaleza en sí, es extraída del medio ambiente a una escala cada vez mayor desprovista de cualquier preocupación tanto por la racionalidad de la producción como por la sostenibilidad de los sistemas naturales, robando tanto a las generaciones actuales como a las futuras.

Dado que las relaciones de intercambio desigual con respecto tanto a la naturaleza como al trabajo prevalecen en la economía internacional, este robo cae desproporcionadamente sobre los países más pobres, una parte de cuyos valores de uso naturales (y plusvalía económico) son desviados sistemáticamente para enriquecer a los países ricos en la cúspide de la pirámide imperialista mundial [5].

En todas partes, la estrecha racionalidad del capital monopolista financiero está entrando en conflicto con las relaciones materiales reales, socavando la producción real y la riqueza real —de hecho, todo el ámbito del valor de uso, el bienestar humano y la vida misma—, y generando una creciente enfermedad socioecológica que se extiende en todas direcciones a la vez. “La racionalidad económica capitalista”, escribe Samir Amin en Tres ensayos sobre la teoría del valor de Marx (2013), se ha transformado en el siglo XXI en la “irracionalidad social a escala del género humano” y la Tierra en su conjunto [6]. Para comprender el pleno significado de esto es esencial explorar con mucho más detalle las dimensiones tanto económicas como ecológicas de la crisis epocal del capitalismo.

Las dimensiones económicas

Las dimensiones económicas de la crisis epocal se pueden describir en función de tres tendencias que se refuerzan mutuamente: la monopolización, el estancamiento y la financiarización, combinadas, a escala mundial, con el arbitraje mundial de la mano de obra. A finales del siglo XIX y principios del XX tuvo lugar el surgimiento de la etapa monopolista del capitalismo, producto de la concentración y centralización del capital.

La empresa típica es hoy un casi monopolio u oligopolio con un considerable poder monopolista con respecto al precio, el producto y la inversión. Las empresas del sector industrial de la economía están muy concentradas, dominadas por unas pocas firmas gigantes que se benefician de rentas monopolistas sustanciales. Es igualmente cierto en la esfera de las finanzas, en la que los cuatro grandes bancos estadounidenses poseen casi la mitad del total de los valores bancarios.

En 2007, al principio de la Gran Crisis Financiera, las 200 mayores corporaciones contaban con aproximadamente el 30% de todos los beneficios brutos de la economía (tras subir desde el 13% en 1950), mientras que las 500 mayores empresas mundiales obtenían entre el 35 y el 40% del total de los ingresos mundiales (tras subir desde menos del 20% en 1960). Lo que se describe a menudo como una creciente competencia internacional es en realidad la rivalidad global intensificada de firmas monopolistas embarcadas en una mezcla de conspiración de precios y diversas formas de competición en lo que no se refiere al precio [7].

Estas corporaciones gigantes, con una extensión mundial, disfrutan de márgenes de beneficio cada vez más amplios, lo que genera crecientes problemas de desigualdad y absorción de plusvalía de capital y la ralentización de la tasa total de acumulación, especialmente en el núcleo de la economía capitalista mundial. El estancamiento, por tanto, más que un rápido crecimiento es el estado normal de la economía capitalista monopolista, contrarrestado a veces parcialmente por factores históricos específicos (como guerras, innovaciones que cambian una época, el esfuerzo de ventas y la financiarización) [8].

Lo que Paul Sweezy denominaba la “financiarización del proceso de acumulación de capital” ha sido el medio principal con el que el capital monopolista se ha adaptado en las últimas décadas a este estancamiento económico cada vez más profundo [9]. Ante la dificultad para absorber provechosamente la enorme plusvalía económica potencial a su disposición, las grandes corporaciones y los inversores ricos han vertido cada vez más sus plusvalías de capital en la esfera financiera para asegurar grandes retornos especulativos.

Las instituciones financieras respondieron a esta demanda adicional de sus productos proporcionando todo un conjunto infinito de nuevas y exóticas oportunidades especulativas (bonos basura, derivados, opciones, hedge funds, etc.) que han llevado a una explosión del crédito/deuda. Hasta las empresas productoras de mercancías como General Electric y General Motors crearon divisiones financieras para intentar capturar parte de los beneficios que se podían conseguir en las finanzas.

El resultado fue una serie de burbujas financieras que incentivaban la economía, pero a costa de una mayor fragilidad de todo el sistema. Finalmente, esta nueva superestructura financiera cobró vida propia, dominando sobre la producción, con lo que la toma de decisiones fue migrando cada vez más de los consejos de administración de las corporaciones a los mercados financieros [10].

La lógica del sistema bajo la actual fase de capital monopolista-financiero es, por tanto, que la acumulación de capital en el sentido tradicional, esto es, centrada en la formación de capital real, esté siendo subordinada a un proceso cada vez más abstracto de generación de riqueza mediante la promoción de la valorización de los valores financieros. D-M-D’ ha dado paso a D-D’ (una posibilidad que Marx planteó y Keynes temía) [11].

A escala internacional, el sistema está gobernado por el arbitraje global de la mano de obra, por el que firmas multinacionales gigantescas buscan los menores costos de la unidad de trabajo por todo el mundo, trasladando la mayor parte de la producción industrial a zonas exportadoras en el Sur global y estimulando el crecimiento de un puñado de economías emergentes dependientes de la exportación.

Las relaciones imperialistas se han intensificado en todo el mundo mediante un proceso acelerado de intercambio económico desigual (en el que la diferencia en los salarios es mayor que la diferencia en la productividad) y un sistema general de renta imperial [12]. No sorprende, bajo estas condiciones, que el PIB medio anual per cápita de los países en desarrollo (excluyendo a China) fuese solo un 6,1% del de los países del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá) en 1970-1989, cayendo al 5,6% en 1990-2006 (justo antes de la Gran Crisis Financiera) [13].

Las dimensiones ecológicas

Las dimensiones ecológicas de la crisis epocal se entienden mejor desde el punto de vista del análisis de Marx del metabolismo de la naturaleza y la sociedad (ampliado para tener en cuenta las relaciones del capitalismo monopolista) [14]. Según la concepción de Marx, la producción existía como un proceso social dentro del “metabolismo universal de la naturaleza”.

Los valores de uso materiales eran apropiados del “mundo natural” y transformados por la producción en valores de uso sociales para cubrir “necesidades humanas”. Esto constituía “la condición universal para la interacción metabólica entre naturaleza y hombre, y como tal es una condición natural de la vida humana”.

Marx vería lo que llamaba “industria extractiva” —“el pez pescado en el agua … o la madera talada en el bosque primitivo, o el mineral sacado del pozo”— como valores de uso naturales (riqueza real) proporcionada por la naturaleza independientemente del trabajo humano. Escribió en El Capital: “La Tierra, por una parte, el trabajo en la otra … son elementos materiales de cualquier proceso de producción” relacionados con el proceso metabólico universal de la naturaleza y, por tanto, no reducible a “formas sociales” [15].

Esta concepción de las condiciones naturales elementales a las que la sociedad debe adaptarse le llevaron a desarrollar su crítica de la “brecha insalvable en el proceso interdependiente del metabolismo social” asociada a la transgresión por parte del capitalismo de las “leyes naturales de la vida” [16].

Tan universal era esta brecha en el metabolismo entre la naturaleza y la sociedad bajo el capitalismo industrial —reflejada en el robo al suelo de sus nutrientes enviados a la ciudad bajo la forma de alimentos y fibras, dando como resultado la contaminación de los centros urbanos— que se extendió al comercio internacional, de modo que, a todos los efectos, algunos países roban a otros su suelo en el marco de un proceso general de imperialismo ecológico [17].

¿Cómo se puede aplicar este análisis del metabolismo de la naturaleza y la sociedad desarrollado por Marx a la crisis epocal actual? Contamos ya con un extenso volumen de obras que utilizan el concepto de “brecha metabólica” de Marx para analizar los problemas ecológicos de hoy [18]. Por el contrario, la otra parte del análisis del metabolismo naturaleza-sociedad, más relacionada con la mercancía, centrada específicamente en el rol de la producción de valor de uso, apenas ha sido tratada en un contexto ecológico.

Una cuestión crucial es cómo la cambiante estructura de valor de uso de la economía ha contribuido a una degradación ecológica planetaria. Marx mismo nos proporciona algunas pistas directas en esta área. Aunque él señalaba la existencia de valores de uso específicamente capitalistas (como la cerradura diseñada por el cerrajero, quien se beneficiaba así de la criminalidad promovida por el sistema), no analiza sistemáticamente tales fenómenos relacionados con el desarrollo histórico de los valores de uso, puesto que eran relativamente poco importantes en el capitalismo competitivo de su época [19].

La respuesta a la pregunta sobre las implicaciones ecológicas de la estructura cambiante de los valores de uso de la economía capitalista debe buscarse por tanto en el cambio histórico del capitalismo competitivo al monopolista (extendiéndose más allá de la época de Marx). Thorstein Veblen proporcionó los rasgos principales de un análisis en este sentido a principios del siglo XX en su libro El propietario absentista y la empresa de negocios en los tiempos recientes (1923). Veblen argumentaba que la producción de residuos —que en La teoría de la clase ociosa había definido como gasto que “no sirve a la vida humana o al bienestar humano en su conjunto”— había llegado a ser esencial en la nueva economía empresarial como un medio para aumentar las ventas y los beneficios frente a una demanda limitada.

Tales gastos improductivos habían penetrado tan profundamente en toda la estructura de producción, sugería, que “la distinción entre producción y venta se había difuminado progresivamente … hasta que sin duda será cierto ahora que el coste en tienda de muchos artículos producidos para el mercado es principalmente imputable a la producción de apariencias vendibles, normalmente ostentosas” [20].

Paul Baran y Paul Sweezy ampliaron esta argumentación en 1966 en El capital monopolista. Basándose tanto en Marx como en Veblen, analizaron ampliamente el crecimiento de los residuos económicos como un medio de absorción de plusvalía, en formas tan variadas como el gasto militar, el esfuerzo de ventas y FIRE (“finanzas, seguros y propiedad inmobiliaria”, por sus siglas en inglés). El esfuerzo en las ventas, insistían, ha crecido tan prodigiosamente bajo el capitalismo monopolista que la estructura de valor de uso de la economía ya no podía ser vista como una expresión racional de los costes de producción.

Lo que ellos llamaban “el efecto interpenetración” representa esta combinación de costes de venta y costes de producción, con el resultado de que una proporción cada vez mayor de lo que eran considerados costes de producción eran de hecho formas de residuos impuestos por el sistema, esto es, valores de uso específicamente capitalistas (CK).

La obsolescencia de los productos se creó intencionadamente en bienes de consumo duraderos, mientras que los bienes de consumo se diseñaron estructuralmente en su totalidad con un gasto enorme para promover formas adquisitivas extremas de conducta de compra. Con los residuos asociados al marketing penetrando en la estructura profunda de la producción bajo el régimen de la corporación gigantesca, el comprador no tenía otra opción que pagar por tales costos improductivos —incluido en el precio hasta de los bienes de consumo más necesarios como una condición para disponer de ellos—.

Todo esto era considerado “racional” y “eficiente” por una economía monopolista de estado asediada continuamente por problemas de mercados saturados, crecimiento lento y desempleo/subempleo [21].

El problema esencial, por tanto, en la crítica del capitalismo monopolista, como explicó Baran en una carta a Sweezy el 19 de diciembre de 1961, era contabilizar el “output económico imputable a inputs mal utilizados, y por ‘mal utilizados’ quiero decir aquí explotados en el sentido marxiano, desperdiciados en nuestro sentido [esto es, ‘que no llevan a y no son necesarios para la salud, la felicidad y el desarrollo del hombre’], subempleados en el sentido keynesiano”.

Visto “crítica y negativamente”, esto significaba: “Nada de aires acondicionados de pesadilla como los edificios de Chase Manhattan, nada del orden de sesenta millones de monstruos motorizados, nada de violar el país con superautopistas y vallas publicitarias”. No había ninguna forma factible, por supuesto, de calcular todos los inputs mal utilizados y los desechos económicos (y ecológicos) resultantes.

Pero la enormidad, incluso el predominio, de este fenómeno general no se podía negar. La enorme magnitud de tales gastos improductivos impedía el potencial de una sociedad más racional, más sostenible para satisfacer las necesidades humanas reales. Lo que Peter Custers, basándose en El capital monopolista de Baran y Sweezy en su Cuestionando el militarismo globalizado (2006), ha denominado “valores de uso negativos” es claramente visible hoy en una maquinaria de guerra estadounidense de un billón de dólares al año, pero también en los productos —muy a menudo tóxicos— que son la base del consumo cotidiano [22].

Todo esto se relaciona con lo que Juliet Schor ha llamado “la paradoja de la materialidad” [23]. Esto es, la idea de que, en la actualidad, lo que producimos y lo que consumimos está determinado menos por el valor de uso material del producto que por el valor simbólico que contiene desde el punto de vista del estatus social y la satisfacción de necesidades psicológicas, tal como se inculcan con el marketing moderno.

Desde este punto de vista, como decía Raymond Williams, el problema no es que seamos “demasiado materialistas”, sino que “no somos lo suficientemente materialistas”. Una sociedad del desperdicio, de alto consumo, en la que el mundo de las mercancías se ha transformado por la publicidad en un “reino mágico” dedicado a la persecución de necesidades simbólicas, será inevitablemente destructivo para el medio ambiente que la rodea [24].

La más amplia irracionalidad ecológica de la producción moderna incluye el extraordinario mal uso de los inputs naturales, especialmente los recursos energéticos. Como argumentaba Barry Commoner en 1976, en una charla titulada “Petróleo, energía y capitalismo”, los “valores sociales de uso” de la economía capitalista moderna se producían de una forma termodinámicamente ineficiente y con un uso intensivo de la energía, simplemente para ahorrar costes de mano de obra —puesto que el capitalismo, como Marx había señalado correctamente, se orientaba al desplazamiento de la mano de obra para bajar los salarios—.

Por ejemplo, las bolsas de mano, explicaba Commoner, se fabricaron cada vez más de plástico en lugar de cuero, a pesar de los mucho mayores inputs de energía necesarios en las primeras, simplemente porque esto servía para reducir los costes laborales (debido a la sustitución de inputs de mano de obra por energía de combustibles fósiles), proporcionando mayores márgenes de beneficio.

La naturaleza socialmente irracional de esta estructura de producción era evidente ante la generación de un mayor ejército de reserva de desempleados junto con una degradación ecológica enormemente ampliada [25].

Desde una perspectiva global, es importante reconocer que la periferia del sistema capitalista mundial está sujeta a más (si no a todas) las contradicciones económicas y ecológicas del capitalismo monopolista descrito más arriba, estando sujeta al mismo tiempo a aquellas desigualdades específicas impuestas por el imperialismo.

El saqueo del Sur global nunca ha dependido simplemente de un intercambio económico desigual, sino que también se ha basado en un intercambio ecológico desigual. Conviene señalar aquí que Howard T. Odum, uno de los ecologistas de sistemas más destacados del siglo XX, era también el analista más importantes del proceso de intercambio ecológico desigual.

En el enfoque de Odum, derivado en parte de Marx, era crucial la noción de lo que él llamaba “riqueza real” bajo la forma de la energía encarnada (emergy) incorporada en un producto social o natural [26].

Sobre esta base, Odum pudo demostrar que los intercambios de bienes producidos en la periferia de la economía mundial normalmente incluían más energía incorporada extraída del medio ambiente libre (fuera de las relaciones monetarias) que los bienes de países producidos en el centro de la economía mundial, creando una pérdida neta de energía incorporada o riqueza real para los países de la periferia en cualquier mercado internacional de intercambio de bienes.

El “libre comercio —escribió Odum— es un ideal basado en la premisa de un intercambio justo … Pero el libre comercio enriqueció a los países desarrollados, con un elevado nivel de vida, dejando devastados a los países menos desarrollados”.

La razón subyacente para ello era que los bienes producidos en la periferia generalmente contenían más “bienes gratuitos” de la naturaleza (no incluidos en la contabilidad basada en el valor del trabajo de la economía capitalista) que en el caso de los bienes producidos en los países centrales.

Por ejemplo, Odum calculó que en los años ochenta y noventa Ecuador exportaba hasta diez veces más energía incorporada que la que importaba mediante los mecanismos normales de “libre comercio”.

En cambio, Estados Unidos, bajo el mismo sistema de libre comercio, exportaba solo la mitad de la energía incorporada que la que importaba (y países como Holanda, Alemania y Japón solamente una cuarta parte).

El comercio entre el Norte global y el Sur global, argumentaba, tomaba por tanto la forma de “capitalismo imperial” en la que los países ricos ganaban a expensas de los pobres [27]. Esta desigualdad se acentúa aún más por la migración de las industrias contaminantes del Norte global al Sur global, para concentrar los efectos tóxicos de la producción en este último y los beneficios, en forma de plusvalía económica monopolizada por las corporaciones multinacionales, en el primero.

Una revolución epocal

En el presente análisis he argumentado que la crisis epocal de nuestro tiempo emana de la intersección peligrosa y perturbadora de las contradicciones económicas y ecológicas rastreables hasta la creciente distorsión, desplazamiento y degradación de los valores de uso naturales-materiales. Esto está vinculado no solo al proceso de acumulación directamente, sino también a la aceleración del rendimiento medioambiental que supone y la brecha que le acompaña en los procesos biogeoquímicos del planeta.

En la visión esperanzada de Marx, la “humanidad inevitablemente se plantea solo aquellas tareas que puede cumplir, ya que un examen cercano siempre nos mostrará que el problema mismo surge solamente cuando ya están presentes, o al menos en curso de formación, las condiciones materiales para su solución”. Hoy existe el potencial material —tanto económica como ecológicamente— para superar la crisis epocal de nuestro tiempo.

Este potencial se manifiesta en la explotación, el derroche, la capacidad ociosa, el desplazamiento de los valores de uso y la destrucción rapaz de la riqueza real que caracteriza al sistema actual. El gigantesco uso erróneo de los recursos humanos y naturales que constituye la moderna economía capitalista implica que ya hemos sobrepasado en mucho el potencial para redirigir la producción y el consumo para cubrir las necesidades humanas y para practicar la conservación a un nivel global, creando una sociedad con sostenibilidad ecológica e igualdad sustantiva.

Cumplir esto significa, sin embargo, romper con el impulso expansionista del capitalismo que está destruyendo hoy la Tierra como un “espacio seguro de operaciones para la humanidad” al haber cruzado límites planetarios críticos. Esto se manifiesta en brechas planetarias como el cambio climático, la acidificación de los océanos, la destrucción de la capa de ozono, la extinción de especies, la alteración de los ciclos del nitrógeno y el fósforo, la pérdida de agua dulce, la pérdida de tierra cultivable, la carga de aerosoles y la contaminación química [28].

Para el capitalismo el tiempo es dinero, y el futuro de la humanidad y de la Tierra se menosprecia sistemáticamente en relación con la posibilidad de hacer caja. El capital monopolista altera la estructura de valor de uso de la economía misma al generar valores de uso específicamente capitalistas que frecuentemente son de carácter negativo para acelerar la circulación de mercancías, el nivel del rendimiento medioambiental y la producción total, con el único objetivo de generar más riqueza para los ricos en la actualidad [29]. Après moi, le déluge! es por tanto el espíritu del capitalismo, particularmente en su fase actual de capital monopolista financiero [30].

Se sigue de ello que la actual crisis epocal requiere una no menor transición epocal de un modo de producción a otro, reminiscente de la transición del feudalismo al capitalismo, pero a una escala muchísimo mayor. De hecho, lo que se necesita, citando a István Mészáros, es el tipo de “cambio estructural … global epocal defendido por Marx” [31].

¿Cómo se producirá la necesaria transición revolucionaria? Estoy convencido de que fuerzas objetivas están hoy borrando progresivamente las distinciones anteriores entre explotación en el puesto de trabajo y degradación medioambiental (a medida que el capitalismo socava universalmente todas las condiciones reales-materiales de producción).

Este cambio dramático se produce más rápidamente en el Sur global que en el Norte global. Lo estamos viendo en lugares tan diversos como China, India, Egipto, Turquía, Sudáfrica, Brasil, Bolivia, Ecuador e incluso partes de Norteamérica (por ejemplo, en el gran movimiento que crece en torno a los indígenas canadienses ‘Idle No More’ [“Nunca más la inacción”]), cuyo surgimiento podría ser definido como un levantamiento “ecologista de la clase obrera” de amplias alianzas de grupos oprimidos en torno a condiciones materiales degradadas.

Esta ampliación de las luchas obreras a luchas medioambientales y el forjamiento de diversas alianzas comunitarias no debería sorprendernos, puesto que las primeras luchas de la clase obrera en Europa se dirigieron tanto contra la toxicidad de los centros industriales en los que los trabajadores se veían obligados a vivir como contra la explotación dentro de las fábricas [32].

La extensa privatización puesta en marcha por lo que Naomi Klein ha denominado acertadamente “capitalismo del desastre” se produce en respuesta a una nueva sociabilidad ecológica que abarca una visión de la producción humana en su sentido más fundamental como el metabolismo de la naturaleza y la sociedad [33].

Un elemento central en la crisis epocal, como hemos visto, es el mal uso de los valores de uso natural-materiales, tanto dentro de la producción estrechamente considerada como dentro de lo que Marx llamaba “la interacción metabólica de la naturaleza y la sociedad”, o producción humana en su sentido más amplio, más dialéctico. Todas las relaciones materiales, ya sean económicas, culturales-comunales o medioambientales, se ven afectadas.

Nos acercamos por tanto a un momento histórico —un producto de la vasta destructividad creativa del capitalismo de nuestra era— en el que estas diversas condiciones materiales ya no estarán tan desconectadas como lo han estado la mayor parte del siglo pasado.

Aunque toda clase de conflictos siguen presentes dentro de las comunidades trabajadoras en torno a los problemas laborales, medioambientales y culturales —con poderes que hacen todo lo que pueden por desunir a los trabajadores, en línea con el viejo principio de “divide y vencerás”—, surgen no obstante las condiciones objetivas que crean el potencial para una mayor alianza material contra el sistema.

Esta probablemente tomará la forma de una lucha correvolucionaria, en el sentido sugerido por David Harvey, personificada en una alianza de movimientos de género, raza, clase, indigenistas y ecologistas [34].

Todo esto depende, por supuesto, de que consiga la preeminencia una clase obrera ecologista (y un campesinado ecologista) capaz de iniciar una lucha amplia, contrahegemónica, para cubrir las necesidades humanas en línea con los procesos biogeoquímicos fundamentales del planeta (un mundo de igualdad sustantiva y sostenibilidad ecológica).

No cabe duda de que es una necesidad objetiva ni de que cada vez más lo será también subjetiva. No obstante, no hay ninguna certeza sobre el futuro de la humanidad. La continuación misma de la especie humana junto con muchas de las otras formas “superiores” de la vida está ahora mismo en duda. El futuro e incluso la supervivencia de la humanidad descansan por tanto, como nunca antes, en la lucha revolucionaria de la humanidad misma.

Notas

[1] J. Bradford DeLong, “The Second Great Depression”, Foreign Affairs, julio-agosto de 2013,http://foreignaffairs.com.

[2] Jason W. Moore, “Transforming the Metabolic Rift: A Theory of Crises in the Capitalist World Ecology”, Journal of Peasant Studies, vol. 38, nº 1 (2011), p. 11. Véase también Jason W. Moore, “The Crisis of Feudalism: An Environmental History”, Organization and Environment, vol. 15, nº 3 (septiembre de 2002), pp. 301-322.

[3] Véase John Bellamy Foster, “The Ecology of Marxian Political Economy”, Monthly Review, vol. 63, nº 4 (septiembre de 2011), p. 12.

[4] Karl Marx, Capital, vol. 1 (Londres: Penguin, 1976), pp. 247-257. El “movimiento total” del capital, implícito en la fórmula general es el de D-M…P…M’-D’, mostrando la transformación que tiene lugar en la mercancía como resultado de la producción. Véase Karl Marx, Capital, vol. 2 (Londres: Penguin, 1978), pp. 131-132. Sobre el capital orientado al interés o capital especulativo véase Karl Marx, Capital, vol. 3 (Londres: Penguin, 1981), pp. 515-524.

[5] Véase Howard T. Odum, Environment, Power, and Society for the Twenty-First Century (Nueva York: Columbia University Press, 2007), pp. 273-278; John Bellamy Foster y Hannah Holleman, “The Theory of Unequal Ecological Exchange: A Marx-Odum Dialectic”, en prensa, Journal of Peasant Studies (2014).

[6] Samir Amin, Three Essays on Marx’s Value Theory (Nueva York: Monthly Review Press, 2013), p. 55.

[7] John Bellamy Foster y Robert W. McChesney, The Endless Crisis (Nueva York: Monthly Review Press, 2012), pp. 67-72; Robert W. McChesney, Digital Disconnect (Nueva York: The New Press, 2013), pp. 36-41; Joseph E. Stiglitz, The Price of Inequality (Nueva York: W.W. Norton, 2012), pp. 39-47.

[8] Esta tesis central fue avanzada en Paul A. Baran y Paul M. Sweezy, Monopoly Capital (Nueva York: Monthly Review Press, 1966).

[9] Paul M. Sweezy, “More (or Less) on Globalization”, Monthly Review, vol. 49, nº 4 (septiembre de 1997), p. 3.

[10] Sobre la historia de la financiarización véase especialmente Harry Magdoff y Paul M. Sweezy, Stagnation and the Financial Explosion (Nueva York: Monthly Review Press, 1987). Para una extensión del análisis a los años 2006-2008 véase John Bellamy Foster y Fred Magdoff, The Great Financial Crisis (Nueva York: Monthly Review Press, 2009).

[11] Foster y McChesney, The Endless Crisis, pp. 51-55; John Maynard Keynes, The General Theory of Employment, Interest, and Money (Londres: Macmillan, 1973), p. 159; Jan Toporowski, Why the World Economy Needs a Financial Crash and Other Critical Essays (Londres: Anthem Press, 2010). Keynes mismo hizo uso del D-M-D’ al desarrollar sus ideas que le llevaron a la General Theory. Véase John Maynard Keynes, Collected Writings, vol. 29 (Londres: Macmillan, 1979), pp. 81-82.

[12] Véase Foster y McChesney, The Endless Crisis, pp. 125-154; Amin, Three Essays on Marx’s Value Theory, pp. 79-90; Samir Amin, The Law of Worldwide Value (Nueva York: Monthly Review Press, 2010).

[13] Para una discusión más completa y fuentes de datos véase Fred Magdoff y John Bellamy Foster, What Every Environmentalist Needs to Know About Capitalism (Nueva York: Monthly Review Press, 2011), pp. 64-65 y 168.

[14] Véase John Bellamy Foster, Marx’s Ecology (Nueva York: Monthly Review Press, 2000), pp. 141-177.

[15] Marx y Engels, Collected Works, vol. 30 (Nueva York: International Publishers, 1975), pp. 56 y 62-65; Marx, Capital, vol. 3, pp. 754 y 955.

[16] Marx, Capital, vol. 3, p. 949.

[17] Marx, Capital, vol. 1, p. 860.

[18] Véase John Bellamy Foster, Brett Clark y Richard York, The Ecological Rift (Nueva York: Monthly Review Press, 2010); Rebecca Clausen y Brett Clark, “The Metabolic Rift and Marine Ecology: An Analysis of the Ocean Crisis Within Capitalist Production”, Organization & Environment, vol. 18, nº 4 (2005), pp. 422-444; Ryan Gunderson, “The Metabolic Rifts of Livestock Agribusiness”, Organization and Environment, vol. 24, nº 4 (2011), pp. 404-422; Stefano Longo, “Mediterranean Rift: Socio-Ecological Transformations in the Sicilian Bluefin Tuna Fishery”, Critical Sociology, vol. 38, nº 3 (2012), pp. 417-436; Matthew Clement, “A Basic Accounting of Variation in Municipal Solid-Waste Generation at the County Level in Texas, 2006: Groundwork for Applying Metabolic-Rift Theory to Waste Generation”, Rural Sociology, vol. 74, nº 3 (2009), pp. 412-429; Philip Mancus, “Nitrogen Fertilizer Dependency and Its Contradictions: A Theoretical Explanation of Socio-Ecological Metabolism”, Rural Sociology, vol. 272, nº 2 (2007), pp. 269-328; Rebecca Clauson, “Healing the Rift: Metabolic Restoration in Cuban Agriculture”, Monthly Review, vol. 59, nº 1 (2007), pp. 40-52.

[19] Marx y Engels, Collected Works, vol. 30, p. 58; Karl Marx, Theories of Surplus Value, parte 1 (Nueva York: International Publishers, 1969), pp. 387-388. En el pasaje anterior, citado de The Economic Manuscript of 1861-1863 (en Marx y Engels, Collected Works, vol. 30), Marx distingue entre: a) “valores de uso superiores” en el sentido de hacer bajar aún más la línea en la transformación social de los valores de uso, y b) valores de uso que eran “moralmente” superiores en “el sistema de necesidades”. Según el primer criterio (nivel de tranformación productiva de valores de uso), el aguardiente, decía, era superior al grano, mientras según el segundo criterio (necesidades) el grano era superior.

[20] Thorstein Veblen, The Theory of the Leisure Class (Nueva York: New American Library), pp. 78-80; Thorstein Veblen, Absentee Ownership and the Case of Business Enterprise in Recent Times (Nueva York: Augustus M. Kelley, 1964), pp. 300-301.

[21] Baran y Sweezy, Monopoly Capital, pp. 112-141; “Last Letters: Correspondence on ‘Some Theoretical Implications”, Monthly Review, vol. 64, nº 3 (julio-agosto de 2012), pp. 68 y 73; “Some Theoretical Implications”, Monthly Review, vol. 64, nº 3 (julio-agosto de 2012), pp. 45-58. Para una crítica de la expansión del márketing bajo el capitalismo monopolista véase Michael Dawson, The Consumer Trap (Urbana: University of Illinois Press, 2003).

[22] Peter Custers, Questioning Globalized Militarism (Londres: Merlin Press, 2006), pp. 11-12 y 36-38; John Bellamy Foster, Hannah Holleman y Robert W. McChesney, “The U.S. Imperial Triangle and Military Spending”, Monthly Review, vol. 60, nº 5 (octubre de 2008), pp. 1-19.

[23] Juliet Schor, True Wealth (Londres: Penguin, 2011), p. 41.

[24] Raymond Williams, Problems in Materialism and Culture (Londres: Verso, 1980), p. 185.

[25] Barry Commoner, “Oil, Energy and Capitalism”, charla ofrecida en la Community Church de Boston, 22 de febrero de 1976, http://climateandcapitalism.com. Véase también The Poverty of Power (Nueva York: Alfred A. Knopf, 1976), pp. 194-195 y 236-237.

[26] Howard T. Odum, “Interview of Howard T. Odum”, realizada por Cynthia Barnett, 16 de agosto de 2001,http://ufdc.ufl.edu, p. 40; Howard T. Odum y Elisabeth C. Odum, A Prosperous Way Down (Boulder: University Press of Colorado, 2001), p. 139; David M. Scienceman, “Emvalue and Lavalue”, documento presentado en la reunión anual de la International Society for Systems Sciences, Universidad of Denver, Denver, Colorado, 12-17 de julio de 1992; Foster y Holleman, “The Theory of Unequal Ecological Exchange”. “Energía encarnada” es más exactamente en relación al sistema de Odum, “emergy”, escrito con una m, lo que destaca que es el input de energía histórica y no la energía actual encarnada en el producto. Odum mismo había utilizado originalmente el término “energía encarnada” que se emplea en este artículo para simplificar. Sobre la relación de Odum con Marx véase especialmente Howard T. Odum y David Scienceman, “An Energy Systems View of Karl Marx’s Concepts of Production and Labor Value”, en Emergy Synthesis 3: Theory and Applications of the Emergy Methodology, Proceedings from the Third Biennial Emergy Conference, Gainesville, Florida, enero de 2004 (Gainesville: Center for Environmental Policy, 2005), pp. 17-43.

[27] Odum, Environment, Power, and Society in the Twenty-First Century, pp. 273-277; Odum y Odum, A Prosperous Way Down, p. 139; Howard T. Odum, Environmental Accounting (Nueva York: John Wiley and Sons, 1996), p. 217; Howard T. Odum y J. E. Arding, Emergy Analysis of Shrimp Mariculture in Ecuador (Narrangansett, RI: Coastal Research Center, University of Rhode Island, 1991), pp. 33-39; Foster y Holleman, “The Theory of Unequal Ecological Exchange”. Los datos de Odum mostraban que unas pocas economías ricas en recursos en el mundo desarrollado, como Australia, Nueva Zelanda y (presumiblemente) Canadá, también exportaban más energía encarnada que la que importaban.

[28] Johan Rockström et. al., “A Safe Operating Space for Humanity”, Nature, vol. 461, nº 24 (septiembre de 2009), pp. 472-475.

[29] Para una crítica medioambiental del rol del descuento en una economía capitalista véase Foster, Clark y York, The Ecological Rift, pp. 95-97.

[30] Marx, Capital, vol. 1, p. 381.

[31] István Mészáros, Social Structure and Forms of Consciousness, vol. 2 (Nueva York: Monthly Review Press, 2011), pp. 15 y 24.

[32] La indicación más clara de esto es F. Engels, The Condition of the Working Class in England (Chicago: Academy Chicago Publishers, 1969). Véase también Steven Marcus, Engels, Manchester and the Working Class (Nueva York: Random House, 1974), y Howard Waitzkin, The Second Sickness (Nueva York: Free Press, 1983).

[33] Naomi Klein, The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism (Nueva York: Henry Holt, 2007), y “Capitalism vs. the Climate”, Nation, 28 de noviembre de 2011, http://thenation.com.

[34] David Harvey, The Enigma of Capital (Nueva York: Oxford University Press, 2010), pp. 228-235.

Monthly Review. Traducción al castellano de Carlos Valmaseda para mientrastanto.org

 

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#Referéndum Real Ya! Junio entre los días 14 a 19

¿POR QUÉ UN REFERÉNDUM?apasaidoSoldifuOnline02basico

“Queremos ir más allá de las urnas, queremos decidir sobre todas aquellas cuestiones fundamentales, como son el modelo de organización del Estado o la elección democrática de la Jefatura de Gobierno.”

El pasado lunes día 2 de junio, Juan Carlos I de Borbón, el jefe del Estado estañol, ante la sorpresa de todo el país y de forma inesperada, presentó su carta de abdicación al presidente del gobierno Mariano Rajoy en favor de su hijo Felipe para que sea coronado como rey de España, con el nombre de Felipe VI, un proceso que tendrá lugar durante las próximas semanas. Para que la sucesión se haga efectiva, el Congreso y el Senado deben aprobar una Ley Orgánica que articule todo el proceso.

El Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español ya han adelantado que tienen intención de respaldar a la Corona y que trabajarán para aprobar una ley que garantice la coronación de Felipe de Borbón y la salida de Juan Carlos I sin contar con la ciudadanía.

En un contexto de crisis social, política y económica, y en el que la institución monárquica ha perdido apoyo popular (3,71 puntos según el CIS), los dos partidos mayoritarios han optado por continuar como si nada sucediera y sin tener en cuenta las amplias demandas de cambio de un sector muy importante de la población del país.

A esto se le añade el progresivo descrédito y desprestigio de estos partidos, visto no solo en las encuestas, sino también en las pasadas elecciones al parlamento europeo celebradas el 25 de mayo, en el que PP y PSOE obtuvieron menos del 50% del total de los votos y ambos perdieron un tercio de sus votantes.

Esto es una señal de que una buena parte de la sociedad está demandando un cambio y que estas necesidades no se están viendo correspondidas por parte de las instituciones y los principales grupos políticos del país. Muchos clamamos desde hace ya varios años por el derecho a la participación política. Democracia no es votar cada cuatro años.

Queremos ir más allá de las urnas, queremos decidir sobre todas aquellas cuestiones fundamentales, como son el modelo de organización del Estado o la elección democrática de la Jefatura de Gobierno.

#Referéndum Real Ya!
Junio desde el 14 hasta el 19 a las 12:00 de la mañana de junio de 2014. Presencialmente y por internet.

TODA LA INFORMACIÓN AQUÍ: http://referendumrealya.com/index.htm

 

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Se podrá votar por internet en el primer referéndum tras la abdicación

photo199157453583132633REFERÉNDUM REAL YA!
ENTRE EL 14 Y 19 DE JUNIO

«La iniciativa Referéndum Real Ya! pretende recoger la opinión de la ciudadanía sobre el modelo de Estado y sobre la posibilidad de abrir un proceso constituyente. Entre el 14 y el 19 de junio se podrá votar en las mesas electorales o por internet».

Por Diagonal

Las instituciones y los grandes medios han pisado el acelerador para coronar a Felipe VI en dos semanas. Los colectivos que demandan democracia y distintos procesos de consulta a la ciudadanía también. Una demanda de democracia que es defendida por el 62% de los españoles, según una reciente encuesta del diario El País.

Distintas formas de presión se han impulsado para incidir en la votación de la Ley Orgánica que debe regular la abdicación y el traspaso de la corona.

Una petición online de referéndum en la plataforma Avaaz conseguía 354.435 firmas en apenas unos días y desde el partido Equo se lanzaba una campaña con el eslogan “reinicia la democracia” para que los diputados no voten “contra nuestra capacidad de tomar decisiones”. En su página incluyen una larga lista con los usuarios de twitter de los parlamentarios para inundar sus timelines con peticiones de democracia. Por su parte, la Coordinadora 25S ha convocado un Rodea el Congreso el mismo 11 de junio a las 12.30 horas en Neptuno.

Pero quizá la acción más contundente es la convocatoria de un referéndum que se desarrollará entre el 14 y 19 de junio. Dos preguntas deberán ser respondidas en cientos de mesas y miles de ordenadores en todo el territorio español y en la diáspora del exilio económico.

La primera: ¿Está usted de acuerdo con que la jefatura del Estado español sea elegida por sufragio universal?

La segunda: ¿Está usted de acuerdo en que se abra un proceso constituyente para que la ciudadanía decida sobre el modelo organizativo del Estado español?

Voto electrónico

Como novedad en este tipo de consultas, un sistema informático contabilizará y validará los votos. Este sistema, llamado Agora Voting, gestionará la emisión de votos. Una herramienta que ya fue utilizada en las primarias de Podemos, donde participaron más de 30.000 personas y en las dos iniciativas de Congreso Transparente, un experimento participativo que permitió a la ciudadanía marcar el voto del diputado de Compromis-Equo Joan Baldoví en dos votaciones sobre energía y transparencia.

El sistema de voto Agora Voting estará complementado por una herramienta que permite validar los DNI de los votantes para evitar duplicaciones de voto. Este sistema, llamado Minshu, ‘democracia’ en japonés, ya fue utilizado en elmultirreferéndum catalán del 25 de mayo, donde coincidiendo con las elecciones europeas se preguntó a la población sobre transgénicos, la deuda, la soberanía energética o el valor vinculante de las Iniciativas Legislativas Populares.

Pese a la prohibición del Gobierno de Artur Mas, la incautación de material y el cierre de mesas por parte de la Policía, el multirreferéndum se votó en más de 400 mesas a lo largo de todo el territorio catalán.

Una experiencia que ha servido para perfeccionar el sistema que se utilizará en el Referéndum Real Ya! que se inicia el 14 de junio. “Fue un día de estrés”, afirma en relación al 25M Darío Castañé, desarrollador del sistema Minshu e integrante de la Confederación Pirata, “pero el sistema aguantó; ahora para el próximo referéndum hemos preparado una nueva versión pensada para resistir una afluencia mucho mayor de datos”.

En las mesas del referéndum sobre el modelo de Estado convivirán las papeletas analógicas con el voto electrónico, confirma Castañé. También se podrá votar desde casa o desde cualquier ordenador.

Nace una idea

Poco después de que Mariano Rajoy y el propio rey en un vídeo grabado anunciara la abdicación, la idea empezó a mascarse, cuenta Lorena Müller, de la plataforma DRY. Un hashtag (#referendumrealya), una lista de Telegram y algunas asambleas fueron dando forma a la idea. “En las redes había un montón de gente que quería decidir qué modelo de Estado queríamos”, cuenta esta activista. “Primero pensábamos en un referéndum para elegir entre república y monarquía, pero luego vimos que era más interesante iniciar una reflexión sobre el modelo de Estado, que incluyera un proceso constituyente”.

A la convocatoria del 14N-19N se han sumado decenas de colectivos y asambleas relacionadas con el 15M, los Iaioflautas de Barcelona, colectivos de la Marea Granate de exiliados económicos y también algunos círculos de Podemos, afirma Lorena Müller, aunque la directiva de este nuevo partido todavía no se ha pronunciado. “Nos están llegando muchas peticiones de mesas, no sólo para instalar en las plazas y calles, sino también en bares y tiendas”, cuenta. Para esta integrante de DRY, lo importante es que el referéndum se convierta en una acción que “visibilice el derecho a decidir”.

Izquierda Unida, por su parte, ha anunciado un proyecto propio de referéndum consultivo sobre la forma del Estado, que, según su propuesta, se debería realizar en el plazo de tres meses. En el caso de que la respuesta fuese favorable al cambio de modelo de Estado, se abriría un proceso constituyente. A diferencia del referéndum del 14N-19N, Izquierda Unida deberá contar para su aprobación con el voto favorable del parlamento, “algo completamente imposible dada la alianza entre el PP y el PSOE”, señala  Müller.

Proceso constituyente

Más allá de las diferencias, todos los grupos parecen coincidir en la necesidad de un proceso constituyente. Ante la evidencia de que la Constitución va a ser modificada para “intentar sujetar un sistema que ya no puede respirar más y salvaguardar los privilegios actuales” el Movimiento por la Democracia ha lanzado la iniciativa de una consulta por la democracia  que se realizaría entre el 15 de octubre al 6 de diciembre. Una consulta entendida como una movilización, “una llamada de atención a unos partidos e instituciones políticas que parecen más preocupados por su propia supervivencia que por los deseos y necesidades que tenemos”.

Una iniciativa que coincidiría con la consulta soberanista en Catalunya, prevista para el 9 de noviembre, donde las demandas nacionalistas intentan ser complementadas con demandas sociales por movimientos como el Procés Constituent o partidos municipalistas como las CUP.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, también defendió recientemente la necesidad de un proceso constituyente “para devolverle la palabra al pueblo” donde se puede discutir «todo y se vuelva a trabajar por un futuro democrático».

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