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La victoria de Mas: la victoria de las 300 familias

images (2)«La profundísima crisis económica que soportamos y soportaremos durante años ha venido a cuestionar el “oasis catalán” revelando lo que auténticamente es: una ciénaga. La corrupción, el sobrecoste de las obras, el robo a las arcas públicas implica directamente al “establishment” nacionalista». 

Eduardo Luque, analista

Se dice, y hay estudios que así lo demuestran, que Cataluña ha sido gobernada históricamente por unas trescientas familias. Siempre tuvieron hijos, sobrinos o primos en todas las esferas del poder. Ganara quien ganara, gobernara quien gobernase, siempre mandaban. Ellos y sus intereses quedaban a salvo.

Fueron furibundos españolistas cuando el control de las colonias cubanas aportaba, a través de la trata de esclavos, algodón barato para la industria catalana[1]. Giraron hacia el catalanismo cuando la relación con Madrid se volvió incómoda. Se volvieron a reencontrar con el gobierno conservador y españolizante de Maura cuando la lucha obrera representó una amenaza para sus intereses. Estuvieron al lado del general Martínez Anido cuando se aplicaba la “Ley de fugas” contra los dirigentes sindicales y estos eran asesinados en las calles de Barcelona. Fueron republicanos con la república, pero poco.

Dijeron defender el país y las “libertades nacionales de Cataluña” aunque, durante la sublevación del gobierno de Companys en 1934, uno de sus representantes más conspicuos, Josep Dencàs i Puigdollers (fundador de ERC y de las JEREC, conseller de gobernació y fundador con Francesc Macià de los “escamots” militares que perseguían a los sindicalistas de la CNT) no tuvo reparos, cuando Companys proclama “L´estat català”, en huir por las alcantarillas de Barcelona rumbo a la Italia fascista.

Previamente hace un llamamiento en Radio Barcelona para que los denostados españoles salvaran la Generalitat de Cataluña, acabando su discurso con un ¡Viva España! Mientras nacionalistas y obreros de izquierdas morían o eran encarcelados. Posteriormente, Gil Robles afirmaría en las cortes españolas que él, Gil Robles, propició el levantamiento de Companys; si eso fuera cierto,

Dencàs habría trabajado para la derecha fascista española. En plena Guerra Civil siguió teniendo fluidas relaciones con la Italia fascista de Mussolini, que le consideraba como un fascista catalán[2]. Gerald Brenan, en «El Laberinto español», le atribuye connivencias muy importantes con la CEDA y el nazismo alemán. Acabó organizando un partido denominado “Nosaltres sols”, con claras influencias fascistas, que adoptó por bandera la actual “estelada nacionalista”.

Algunas de esas trescientas familias no dudaron en financiar al propio general franco. En plena Guerra Civil, voluntarios catalanes organizaron el “Tercio de Nuestra Señora de Montserrat” que combatió contra la República y la Generalitat de Catalunya en Belchite o en el Ebro. Apellidos tan catalanes como Ciurana, Amiel o Sopena fueron condecorados con la Laureada de San Fernando[3].

Mientras, miles de catalanes de la columna Llibertat combatían contra Franco en la defensa de la Ciudad Universitaria de Madrid. Por ello, cuando el establishment mediático y algún renombrado político hablan de la Guerra Civil española como una guerra de España contra Cataluña, no sólo faltan a la verdad, sino que provocan auténtica repugnancia.

Este intento de reescribir la historia y adaptarla a la visión partidista pretende olvidar, como lo hizo el franquismo, a los miles de catalanes muertos en la defensa de Madrid o la de españoles extremeños, murcianos o andaluces defendiendo a Catalunya en el Ebro o en el Segre. Acabada la guerra, se refuerza la alianza entre el franquismo y la burguesía catalana[4], sobre las espaldas del subdesarrollo de otras regiones, en especial la andaluza.

Los méritos contraídos por la gran banca catalana en la previa al golpe militar de Franco y la existencia de una base industrial y comercial, que como hemos dicho tuvo parte de su génesis en la trata de esclavos, le granjearon como premio la industrialización del país con dinero público. Los obreros andaluces, murcianos, aragoneses…, esos que ahora “roban a Cataluña”, pusieron su sudor y su esfuerzo al servicio del país.

Las trescientas familias y sus representantes políticos siempre estuvieron cerca o en el poder, tanto en Madrid como en Barcelona. La democracia no modificó esta realidad: Pujol, Artur Mas, no son sino representantes de ese poder tanto como lo fue, en mayor o menor medida, Montilla o Maragall.

Incluso esa clase adinerada que presume de raíces catalanas nunca tuvo ningún reparo, bien al contrario, en ser ennoblecida por los Reyes de España, como lo fue, sin ir más lejos, el Conde de Güell, el marquesado de Comillas, que también recaló en su familia, o el Conde de Godó, nombrado en el 2008 “Grande de España” por Juan Carlos I.

La llegada del “tripartito” fue un momento de esperanza en un cambio que se hacía imprescindible. Se creyó que representaría un revulsivo. El balance en realidad fue tan pobre para las clases populares, como lo fue la acción conservadora de CiU. Tanto es así que la acción del ejecutivo de Maragall y Montilla acabó perdiéndose en un particular laberinto, que bien pudiera parafrasear a Marcel Proust[5] en la búsqueda de una “entidad nacional” en abstracto.

La situación actual se gesta precisamente en ese momento. La votación del nuevo Estatut de Catalunya el 18 de junio del 2006 fue el “clímax” de la acción del ejecutivo de “izquierdas”. La sentencia del Tribunal Constitucional el 27 de junio del 2010 anulando varios artículos del Estatut, votado por menos de la mitad de la población catalana, insufló nuevos aires al victimismo. El Maragallismo, con la complacencia de ERC y ICV-EUiA, lo habían conseguido, el cambio de modelo económico había quedó abducido por el debate sobre las esencias patrias. Ni Pascual Maragall ni Montilla supieron o quisieron cambiar las relaciones de poder en beneficio de las clases populares; es más, durante su mandato siguió creciendo la corrupción o el nepotismo.

Los medios  de comunicación, en manos de los de siempre, jugaron y juegan un papel central, callaron y ocultaron mientras pudieron. Uno de los casos más curiosos ha sido la evolución de la Familia Godó; de furibundo español, y monárquico por más señas, se transmuta en impenitente independentista, sobre todo desde el momento que el negocio familiar, “La vanguardia”, pierde un 25% de los lectores en el año 2012, con un descenso del 67% de su beneficio operativo. Aprovechando el ERE que ha puesto en la calle a 300 periodistas de la Corporación de Medios Audiovisuales de la Generalitat (CCMA), pretende hacer un pingüe negocio aprovechando la externalización de la publicidad de esa Corporación, puesto al que puja, y está muy bien situado, por un  pelotazo de más de 55 millones de euros.

El estallido independentista es hijo fundamentalmente de la crisis económica, de unas clases medias empobrecidas, temerosas, que pretenden soluciones cuasi mágicas en una vuelta a un irracionalismo romántico de buenos, patriotas catalanes contra malos españoles, de blanco y negro. En 2012, los recortes brutales llevados a cabo por Artur Mas provocan una enorme desafección hacia las políticas de CiU.

La solución para el gobierno conservador es lanzar la pelota hacia delante, e inicia una campaña de exaltación nacionalista. El objetivo era la victoria electoral en el mes de noviembre del 2012, saldada con un enorme fracaso. Ahorquillado por la presión de ERC, incapaz de articular ninguna alternativa más allá de profundizar los recortes, con una población que se manifiesta día sí día también contra las políticas del gobierno, Mas pone en marcha una cortina de humo en la exaltación nacionalista del “España nos roba”.

El tratamiento que se está dando a la Guerra de Sucesión de 1714 es reflejo de este dualismo simplista: se basa en una enorme manipulación histórica que ha contado con la inestimable ayudada de sectores intelectuales a sueldo del gobierno. Dar clase en la universidad y no ser catalanista comienza a convertirse en un riesgo de contraer la enfermedad laboral del ostracismo.

La universidad catalana comienza a mirar con lupa las propuestas de investigación que se presentan sobre temas “candentes” que puedan cuestionar el modelo educativo-lingüístico al uso, la crítica al actual sistema (por cierto, únicamente aplicado en Catalunya) es rápidamente anatematizado y criticado con el baldón de “españolista”, como si el deseo de que nuestros alumnos aprendan más, también lenguas oficiales o foráneas, sea poco menos que un atentado contra las esencias patrias; las invitaciones a rehacer las tesis doctorales o simplemente a no presentarlas comienzan a estar a la orden del día.

La penetración del nacionalismo conservador ha tenido un apoyo fundamental en la escuela catalana. La obligatoriedad del uso del catalán y la marginación real del castellano ha permitido que hoy en la escuela catalana esté mal visto usar el idioma de Cervantes. Poco importa que por esa causa se produzca un empobrecimiento cultural.

Los debates sobre el tema están tan absolutamente sesgados que no se tiene ningún empacho en mentir: tal y como se demostró en sede parlamentaria en el 2013, los exámenes para determinar el nivel de castellano para el Informe PISA se hacían en CATALÁN. Mientras, hasta que se publicitó el tema, tanto la Consellera Rigau como Artur Mas proclamaban que el nivel de castellano de los alumnos catalanes era similar a los de Burgos.

El independentismo se sustenta en una proporción cambiante de factores. Se ha vendido el proceso independentista como una cosa divertida, casi familiar, manifestaciones, cadenas humanas… Son momentos de reencuentro que no implican mayores esfuerzos individuales. Cuando Oriol Junqueras propuso una huelga general política hasta que Madrid cediera, el coro de voces en el interior de Cataluña alcanzó la luna.

Una cosa es asistir a una fiesta más o menos reivindicativa y otra bien diferente cuando la acción puede tener costos personales. La condición básica es vender el independentismo desde la vía democrática, un camino fácil sin problemas.

Cuando Josep Fontana, a raíz de su intervención en el Congreso “España contra Catalunya”, planteó que no conocía ningún proceso independentista que no hubiera pasado por un baño de sangre («Que Cataluña se vaya a independizar sobre la base de un referéndum, eso no lo creo yo ni nadie que tenga tres dedos de sentido común. Es evidente que no lo van a consentir») fue rápidamente acallado. No es eso lo que se quiere vender.

El sentimiento de acoso por parte de un partido en Madrid heredero de actitudes franquistas, casposo e intolerante, ha promovido a su vez una reacción nacionalista excluyente. Todo ello son elementos de este cóctel que pretende, y lo está consiguiendo, romper las estructuras sociales en Cataluña y enfrentarse al resto del país.

El discurso sobre la independencia ha contaminado, tal y como deseaba el conservadurismo catalán, todo el espectro político. Para los conservadores, el proceso nos llevará a convertirnos en semialemanes, en europeos de primera, que podrán dejar de lado finalmente el subdesarrollado sur de Europa. El sueño de Artur Mas sería una Catalunya convertida en “colonia” alemana.

Para sectores de la izquierda radical, con una debilidad teórica inversamente proporcional al resultado electoral, nos llevará de forma mágica a las puertas de la revolución social. Para otra parte de la izquierda, porque es necesario seguir saliendo en la foto y están en juego los cargos e ingresos provenientes del juego parlamentario.

El argumentarlo independentista es de lo más variado. España nos roba, poco importa que no se haya hecho un debate pausado sobre las balanzas fiscales. Es un argumento simple, general,  creíble para una población que no quiere pensar. Que CiU o Artur Mas estén de acuerdo en los recortes impuestos por la Troika europea no importa: la culpa es de Madrid. Que la derecha catalana vote una y otra vez con el PP (su enemigo) aquellas leyes que perjudican a las clases populares, no importa: la culpa es de Madrid. La lengua esté oprimida, ¿treinta años con gobiernos nacionalistas y aún no han resuelto ese problema? la culpa es de Madrid, y especialmente la opresión de las libertades nacionales.

La debilidad argumentativa de alguno de los principales líderes intelectuales de la propuesta independentista es de tal calibre que provoca sonrojo. Hace unas semanas, la presidenta de la ANC[6] aseguraba en los medios que Cataluña es un país libre y que, por tanto, cualquiera podía decir lo que quisiera, pero añadiendo a continuación y sin rubor que era necesaria la independencia porque Cataluña era una nación oprimida…. Leer para creer.

Frente a una situación compleja de crisis generalizada, que amenaza con romper los delicados equilibrios del poder en Cataluña, se fomenta una campaña que permita aliviar la tensión y desenfocar los objetivos hacia nuevos/viejos enemigos. El fracaso de la campaña electoral de Artur Mas provocó sudores fríos al “establishment” nacionalista conservador. Lo que podría haber sido un momento determinante para romper los esquemas de poder en beneficio de las clases populares fue rápidamente neutralizado por una ERC que antepuso la cuestión nacional, la Independencia, a cualquier otra consideración de orden social.

La debilidad de las otras fuerzas de la izquierda, ICV, PSC, CUP, su miedo a no salir en la foto y los cálculos electorales hicieron el resto. Nuevamente Madrid y España serán el enemigo. El debate sobre independencia o no oculta todos los demás debates. Los medios han recibido las instrucciones de focalizar la actividad política sobre ese objetivo. TV3 se ha convertido en un modelo de manipulación informativa, que suscita comentarios poco favorables de la prensa extranjera.

Para sectores políticos catalanes, la reivindicación contra la opresión nacional no es óbice para envidiar a uno de los países más intolerantes del mundo, Israel. La penetración del lobby israelí en Catalunya viene de muy antiguo.

Algunos dirigentes cercanos a la ANC y próceres mediáticos de TV3 no dudan en defender al Estado sionista. Que éste oprima con la violencia más extrema a un pueblo que reclama sus derechos, Palestina, no importa. ¿Contradicción? No, es el espejo en el que se mira un sector del catalanismo conservador. El otro reflejo es la Liga Norte, una organización con fuertes impulsos fascistas, cuyos “grupos de ciudadanos” persiguen a los emigrantes por las noches. ¿Es un Estado policial el modelo del Independentismo conservador en nuestro país?

Mientras, la izquierda, que habría de funcionar de contrapeso, ni está ni se la espera. La confusión es la norma, la división la regla. Las llamadas a la unidad son la condición para crear más y más chiringuitos. Hoy hasta el más tonto hace relojes. Nuevos grupos de la izquierda aparecen en el escenario, apoyados, curiosamente, por los medios afines a la derecha. Disputan el espacio electoral alternativo amparándose en la visibilidad televisiva de una o dos figuras relevantes. Su discurso es parecido al de todos. ¿Que aportan de nuevo? Confusión y división.

Otros pequeños grupos, que se pretendían diferentes y alternativos, no se plantean la cuestión nacional sencillamente porque divide a la propia organización. Grupos minoritarios anticapitalistas hablan de la autodeterminación basándose, supuestamente, en textos clásicos. Olvidan que el mismo Marx, o Rosa Luxemburg, no apoyaban todas las formas de autodeterminación “per se”, sino aquellas que representaban avances para las clases populares.

Lo fundamental, la respuesta a la cuestión central: ¿qué catalanismo queremos o a qué Catalunya aspiramos? no se aborda, se oculta. Mientras, las fuerzas de la derecha fijan su hoja de ruta en un camino que no conduce a ninguna parte. Ni Artur Mas ni Oriol Junqueras, políticos mediocres sin visión de país pero al frente del proceso, no saben realmente adónde vamos.

El modelo que se dibuja es una Catalunya Neoliberal de recortes, de bajos salarios, inscrita en el euro, dependiente de la OTAN con bases militares en Barcelona y Tarragona. Seremos independientes de España pero dependientes de la OTAN y de la Europa de la Troika. Esta es la propuesta dominante.

No es cierto que el soberanismo gire hacia la izquierda, bien al contrario. Nace y se desarrolla, como hemos dicho, del miedo y de la desesperanza. No plantea respuestas sociales al Neoliberalismo rampante, sino que pretende una solución individual de país (dinero para Catalunya porque España nos roba), no pretende procesos de integración social, sino que se asienta en la exclusión hacia los demás (ya hemos oído a algún prócer económico pedir la expulsión de los inmigrantes para reducir la tasa de paro, aunque el conferenciante se cuidó mucho de definir quién era para él un inmigrante.

El movimiento social que apoya la independencia tiene una base muy conservadora, está dominado por la derecha, que ha visto en esta autoproclamación nacionalista la fórmula para distraer la atención sobre hechos brutales que podrían poner en cuestión su forma de dominación: el “Síndic de Greuges”[7] denunciaba hace unos meses que 50.000 niños en edad escolar pasan hambre, niños rebuscando en las papeleras de nuestros colegios algo para comer es un hecho no por más frecuente menos doloroso.

La respuesta al unísono de CiU y ERC fue pactada: se negaron a que los consejeros respectivos dieran explicaciones en el Parlament. Otro hecho, uno más, fue conocido el otro día: Catalunya es la segunda comunidad autónoma con mayor número de familias sin ningún tipo de ingreso (95.100 familias). Mientras, el decreto de CiU, con apoyo de ERC, impide de hecho que las familias con pobreza energética puedan aplazar el pago de sus recibos. Los “medios”, vienen llenos de la maldad de España y los españoles que nos roban.

Patética es la posición de la izquierda, tanto ERC como ICV-EUiA. No hace mucho, la formación ecologista pretendía diferenciarse de todos proponiendo un “pacto social” jamás explicitado para correr acto seguido a hacerse la foto con Artur Mas, olvidando por el camino la anterior propuesta. Hace pocas semanas, el ex fiscal anticorrupción, el señor Villarejo, siempre lúcido, recriminaba a ICV-EUiA, aunque podría extenderse perfectamente a ERC, un hecho gravísimo: que estas formaciones hubieran apoyado a CiU, un partido que ha votado una las leyes más represivas desde la Transición, la “Ley de Seguridad ciudadana”. De nuevo atrapados por su electoralismo se mueven en el limbo del sí pero no, no pero sí. Todo un sin sentido.

La profundísima crisis económica que soportamos y soportaremos durante años ha venido a cuestionar el “oasis catalán” revelando lo que auténticamente es: una ciénaga. La corrupción, el sobrecoste de las obras, el robo a las arcas públicas implica directamente al “establishment” nacionalista.

Los casos se suceden, tanto en la oposición, especialmente el PSC o ERC, como en el propio partido en el gobierno; al Cas Palau le suceden los escándalos sobre la privatización encubierta de los hospitales públicos, a éstos i al caso ITV últimamente se ha unido la acusación de cohecho, que implica a uno de los hijos de ese que se consideraba el “patriarca”, Jordi Pujol, otro de sus hijos es encausado por evasión de capitales (cerca de 30 millones de €), la propia CiU tiene embargada su sede por orden judicial…

Cataluña vive un momento de excepcionalidad histórica. El deterioro económico, político e institucional alcanza cimas difícilmente imaginables. El desgobierno de un gobierno que no ejerce, que carece de la más mínima alternativa a la situación agónica de las finanzas, conduce al país a un vertiginoso precipicio.

Mariano Rajoy y Artur Mas confluyen en el mismo objetivo, el primero porque puede generar un consenso de las fuerzas más “ultras” entorno a su figura, el segundo porque el enfrentamiento real o imaginario que se avecina le permitirá desviar la atención de los enormes problemas sociales que ha provocado; otros, como Oriol Junqueras, porque pretenden tener un lugar en los libros de historia.

Algunos más observan la situación sin saber qué hacer, palpándose la ropa y buscando permanecer en la foto. La situación social requiere hombres y mujeres con capacidad, inteligencia y visión de país, mientras que sólo encontramos, en la turba actual, alfeñiques y enanos políticos escasamente dotados. La situación del pueblo catalán es en este caso una variable secundaria. Siempre quedará la posibilidad de «echar la culpa a Madrid». Para ello ha sido preciso imponer un auténtico pensamiento único. La idea, la culpabilidad de España, ha sido ensalzada por los medios, por el poder político y económico.

Esta reivindicación independentista permite ocultar las auténticas contradicciones de clase. Bajo el paraguas de la bandera, el conflicto entre los poseedores y los desposeídos queda subsumido y desdibujado. La capacidad de reacción social en Cataluña se está viendo limitada precisamente por el descubrimiento de un elemento unificador. La independencia como proceso, objetivo y finalidad. Mientras, la ciudadanía confundida, abducida por unos medios que pintan un futuro esplendoroso, al que hemos de contribuir ahora con nuestro sufrimiento diario, en una alegoría casi religiosa. El sufrimiento actual nos conducirá a un Parnaso futuro, repleto de “esteladas” y donde correrán bajo las cuatro barras, ríos de leche y de miel.

 



[1] La familia Güell, mecenas del futuro beato catalán Gaudí, es un ejemplo. El mecenas de Gaudí, Eusebi Güell, tenía intereses industriales (minas de hierro) en Marruecos; cuando se produjo la guerra africana, fue una de las personas que más influyeron en la necesidad de la intervención militar en el protectorado. El padre, Juan Güell i Ferrer, había sido el fundador de la fortuna familiar, en buena parte basada en la trata de esclavos, enviando posteriormente su fortuna a Catalunya.

[2] Gran enciclopedia catalana.

[3] La más alta distinción que otorga el ejército español por méritos de guerra.

[4] En este sentido es aconsejable leer el artículo de Laura Freixas («Una generación de catalanes») publicado en la pág. 27 de El País del martes 21

[5] Marcel Proust autor de la ““À la recherche du temps perdu”.

[6] Assemblea Nacional de Catalunya.

[7] Defensor del pueblo en Cataluña.

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Se invierten los papeles en Kiev

images«Mientras los dirigentes de la OTAN se regocijan por el golpe de Estado en Kiev, presentado a la opinión pública de Occidente como una nueva revolución, en el terreno se invierte la situación. Después de desplazar a un gobierno de delincuentes que buscaban el mejor postor entre Washington y Moscú, ahora son los agentes de Estados Unidos quienes se ven obligados –ya en el ejercicio del poder– a enfrentar los disturbios que anteriormente organizaron.».

Tierry Meyssan, Red Voltaire

Durante los Juegos de Sochi, Rusia no reaccionó ante los acontecimientos ucranianos [1]. Mientras se producían los graves desórdenes registrados en Kiev y en otras capitales de provincias ucranianas, la prensa rusa siguió dedicando sus titulares a las hazañas de sus deportistas. El Kremlin consideraba, en efecto, que en cualquier momento los enemigos de Rusia podían tratar aún de convertir la fiesta deportiva en un baño de sangre.

Tal y como estaba previsto, para el momento de la clausura de los Juegos, el poder ya había cambiado de manos en Kiev. Ampliamente desinformada, la opinión pública occidental tuvo la impresión de que se había producido una revolución proeuropea.

Sin embargo, la divulgación de una conversación telefónica entre la secretaria de Estado adjunta, Victoria Nuland, y el embajador de Estados Unidos en Kiev, Geoffrey R. Pyatt, no deja lugar a dudas sobre la existencia del complot estadounidense [2]. A golpe de imágenes falsas, un gobierno de corruptos [3] fue presentado a la opinión como una banda de torturadores rusófilos [4]. Como en todas las demás «revoluciones de colores», misteriosos francotiradores posicionados en los techos dispararon contra la multitud y también contra la policía, y se responsabilizó al gobierno con esos hechos.

En medio de la confusión, la opinión pública occidental tuvo la impresión de que «el pueblo» se había apoderado de los palacios nacionales. La realidad es que, mientras los activistas –en su mayoría nazis– se batían en la plaza Maidan bajo los lentes de las cámaras de televisión, en otros lugares de la ciudad eran los politiqueros quienes penetraban discretamente en los palacios nacionales. Por ese lado, los europeos pueden dormir tranquilos: no fueron los nazis quienes se instalaron en el poder.

Los nazis ucranianos nada tienen que ver con la extrema derecha que se conoce en Europa occidental, por lo general abiertamente sionista (con excepción del Frente Nacional francés). Durante la guerra fría, los nazis ucranianos fueron incorporados a las redes stay-behind de la OTAN para sabotear la economía soviética. Posteriormente, Polonia [5] y Lituania se encargaron de arroparlos. Durante los pasados 3 meses de manifestaciones se les unieron islamistas tártaros especialmente traídos de regreso desde Siria, donde estaban en plena yihad [6]. Habitantes históricos de Crimea, a los que Stalin decidió dispersar por haberse unido a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, los tártaros viven hoy principalmente en Ucrania y Turquía. En la plaza Maidan demostraron la pericia adquirida en Siria: mutilando policías y sacándoles los ojos [7].

La revolución de la plaza Maidan sirve para enmascarar un golpe de Estado extremadamente clásico [8]. En presencia de «diplomáticos» estadounidenses, la Rada [parlamento ucraniano] violó la Constitución abrogándola sin referéndum. Destituyó, sin debate ni proceso, al presidente en ejercicio y puso los poderes legislativos y ejecutivos en manos del ex jefe de los servicios secretos, Alexander Turchinov.

Este nuevo dictador designó como primer ministro a Arseni Yatseniuk, lo cual coincide –¡Oh casualidad!– con los cálculos expresados desde mucho antes –en la conversación telefónica anteriormente mencionada– por la secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland. El nuevo primer ministro conformó un gabinete que fue presentado a los manifestantes en la plaza Maidan. Estos últimos, ahora mucho más numerosos y en una proporción en la que los nazis ya vienen siendo sólo una tercera parte, abuchearon a varios de miembros del nuevo gabinete porque son judíos.

En Crimea, donde está basada la flota rusa del Mar Negro y la mayoría de la población es rusa, el parlamento regional, también presa de una «inspiración revolucionaria», derrocó el gobierno local (fiel a Kiev) y nombró uno nuevo (pro-ruso). Simultáneamente, hombres uniformados, pero sin bandera ni insignias, tomaron el control de los edificios oficiales y del aeropuerto, impidiendo así la posible llegada de fuerzas enviadas por el nuevo gobierno de Kiev.

En Kiev, la Rada denunciaba un acto de injerencia rusa y llamaba a que se respete elMemorándum de Budapest. En 1994, Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia firmaron un acuerdo sobre el congelamiento de las fronteras de Ucrania a cambio de su renuncia al arma nuclear [9]. Para Moscú, sin embargo, ese acuerdo perdió toda vigencia desde que fue violado por Washington y Londres en el momento de la «revolución naranja» de 2004 [10] y, con más razón aún, con el golpe de Estado de la semana pasada.

¿Qué va a pasar ahora? El 25 de mayo tendrá lugar la elección del Parlamento Europeo y Kiev organiza una elección presidencial mientras que Crimea realizará un referéndum de autodeterminación. Cuando Crimea sea independiente podrá optar por reintegrarse a la Federación Rusa, de la que formó parte hasta 1954.

Por su parte, la Unión Europea tendrá que ver cómo se las arregla para responder a las esperanzas que tanto se esforzó por suscitar en Ucrania, y tendrá por lo tanto que pagar –no se sabe con qué fondos– al menos una parte de los 35 000 millones de deuda ucraniana. Por su parte, los nazis de la plaza Maidan no regresarán a la clandestinidad sino que van a exigir formar parte del gobierno.

Pero la historia no parará ahí porque todavía quedarán por resolver, para el Kremlin, los problemas de la parte oriental de Ucrania –con una numerosa población rusa y una importante industria de defensa– y también de Transnitria (la antigua Besarabia, que sirvió en el pasado de centro de investigación para la cohetería soviética). Este pequeño país, de población rusa, que no aparece en los mapas porque no es miembro de la ONU–, proclamó su independencia en el momento de la disolución de la URSS pero aún está considerado como parte de Moldavia. Resistió valientemente a la guerra que contra él desataron en 1992 Moldavia, la fuerza aérea rumana y los consejeros de la OTAN [11]. Logró conservar el modelo social soviético, adoptando a la vez instituciones democráticas, y hoy en día una «fuerza de paz» rusa garantiza su seguridad [12]. Como mínimo, una veintena de kilómetros cuadrados de territorio ucraniano podrían sublevarse y unirse a Transnitria, ofreciéndole así una salida al Mar Negro, pero Ucrania se vería entonces separada de su apéndice occidental. En el mejor de los casos, para unir territorialmente la península de Crimea con el territorio de Transnitria habría que tomar varios cientos de kilómetros de costa, incluyendo la ciudad de Odesa.

Por lo tanto, continuarán los desórdenes en Ucrania. Con la diferencia de que Estados Unidos y la Unión Europea se verán ahora en la situación del «cazador cazado» y será su turno de enfrentar el caos. Además de la pesada carga financiera, ¿cómo van a arreglárselas para controlar a sus victoriosos aliados nazis y yihadistas? La demostración de fuerza orquestada por Washington se halla ahora a punto de convertirse en un fiasco [13].

Fuente
Al-Watan (Siria)

[1] «Después de Yugoslavia, ¿le ha llegado el turno a Ucrania?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 de febrero de 2014.

[2] «Conversación entre la secretaria de Estado adjunta y el embajador de Estados Unidos en Ucrania»,Oriental Review/Red Voltaire, 8 de febrero de 2014.

[3] «L’Ukraine brade son secteur énergétique aux Occidentaux», por Ivan Lizan, ОднакоRed Voltaire, 2 de marzo de 2013.

[4] «Imágenes falsas en Ucrania», Red Voltaire, 6 de febrero de 2014.

[5] «Polonia, nueva cabeza de playa en el plan desestabilizador de la OTAN», por Andrew Korybko,Oriental ReviewRed Voltaire, 28 de febrero de 2014.

[6] «Yihadistas dan servicio de seguridad a los manifestantes de Kiev», Red Voltaire, 4 de diciembre de 2013.

[7] «Евротвари выкололи глаз и отрубили руку пленному бойцу», YouTube, 21 de febrero de 2014.

[8] «Golpe de Estado proestadounidense en Ucrania»,Red Voltaire, 24 de febrero de 2014.

[9] “Memorandum on Security Assurances in connection with Ukraine’s accession to the Treaty on the Non-Proliferation of Nuclear Weapons”, Voltaire Network, 5 de diciembre de 1994.

[10] «Moscú y Washington se enfrentan en Ucrania», por Emilia Nazarenko; «Ucrania: la calle contra el pueblo»,Red Voltaire, 24 y 29 de noviembre de 2004.

[11] «En 1992, Estados Unidos trató de aplastar militarmente la Transnistria», por Thierry Meyssan,Red Voltaire, 17 de abril de 2010.

[12] «Tiraspol, base avancée de l’armée russe?», por Arthur Lepic, Réseau Voltaire, 15 de agosto de 2007.

[13] «¿Puede Washington derrocar tres gobiernos a la vez?», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 23 de febrero de 2014.

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La izquierda institucionalizada se enroca.

imagesEmilio Pizocaro, periodista

Conversando ayer con un viejo militante me hizo la siguiente pregunta ¿Como vamos a creer a los dirigentes de IU cuando hablan de que son partidarios de un proceso constituyente si ni siquiera son capaces de practicar una democracia participativa en su interior?

Pareciera que se ha abierto la caja de los truenos con la publicación de los nombres que integran la lista de candidatos de IU a las elecciones europeas.  El método utilizado ya está ocasionando decepción entre su esforzados militantes y sus posibles votantes.

Por mucho que maquillen el proceso de “elección” de los candidatos, este fue producto de una intensa guerrilla de intereses entre las familias que dirigen la federación de la izquierda institucionalizada.

Para justificar el mecanismo utilizado, su departamento de relaciones publicas se ha apresurado a llenarlo de palabras biensonantes tales como, “pluralismo” o “representantes de los movimientos sociales”.

La verdad es muy distinta. Encabeza la lista un integrante del equipo de IU que gobierna en Andalucía con el PSOE ; un gobierno autonómico que, a pesar de algunos arranques demagógicos, aplica sin remordimientos las políticas neoliberales dictadas por el estado.

La segunda de la lista es parte integrante de la cúpula de CC.OO. Que nadie se equivoque con las siglas. “Comisiones” ya no es la ni la sombra de la gran organización de Marcelino Camacho.  Hoy es una superestructura incapaz de plantar cara al gobierno de Rajoy, con importantes grados de corrupción y desacreditada entre los trabajadores.

El resto de los candidatos son parte del cuoteo y trapicheo habitual en las formaciones políticas del sistema.

En esta vuelta, IU ha optado una vez más por sus funcionarios políticos, vamos, por la burocracia partidaria. ¿Tenéis alguna duda? Dadle una mirada a los perfiles de los dirigentes en redes sociales como Facebook o Twitter.

La gran mayoría de sus dirigentes no conocen más trabajo que el de funcionarios de CC.OO o de Izquierda Unida. Son muy pocos los que se salvan y menos aún los que estén en el tajo.

Aunque duela esta es la realidad. La opción de la federación de izquierda ha sido por aquellos políticos profesionales que han terminado siendo parte necesaria del régimen del 78. En efecto, IU entra perfectamente en las definiciones que hacen los sociólogos del régimen partitocrático español.

Según estudios de la Universidad Autónoma de Madrid en los partidos políticos se pueden distinguir tres niveles: abajo; la militancia que es fiel a los principios, en el medio; los cuadros intermedios que sirven como  moderadores y finalmente en la cúpula; los oportunistas acostumbrados a utilizar la ideología como un recurso discursivo.

En realidad produce una pena negra la deriva que lleva una herramienta política que fue tan valiosa en el tiempo de Julio Anguita.

Ahora todo parecer indicar que los tiros de la cúpula de IU van por el lado de la socialdemocracia. Con el ejemplo de Andalucía y unas encuestas que le dan un sostenido crecimiento ha llegado tempranamente la hora de los cuchillos por los puestos.

La burocracia partidaria se apronta a gobernar con el PSOE en la próxima legislatura. La ruptura y el proceso constituyente una vez más no está a la orden del día. Será un tema de estudio más que un quehacer político concreto. Claramente la revolución democrática no es prioridad para la dirección de Izquierda Unida.

Sino como se explica el discurso de Cayo Lara en al congreso de los comunistas españoles cuando pregunto ¿ Estáis dispuestos a gobernar?

 

 

 

 

 

 

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¿Puede Washington derrocar tres gobiernos a la vez?

images (1)«Washington trata de demostrarle al mundo que sigue siendo el amo. Para garantizar los resultados, emprendió las operaciones en Ucrania y en Venezuela mientras se desarrollaban los Juegos de Sochi». 

Thierry Meyssan de Red Voltaire

¿ Desde cuando el Imperialismo apoya Revoluciones?

 Washington, después de fracasar en 2011 en su intento de bombardear simultáneamente Libia y Siria, está tratando de hacer una nueva demostración de fuerza: organizar cambios de régimen en tres Estados al mismo tiempo y en diferentes regiones del mundo –en Siria (CentCom), Ucrania (EuCom) y Venezuela (SouthCom).

Para lograrlo, el presidente Obama ha movilizado prácticamente todo el equipo de su Consejo de Seguridad Nacional.

Primeramente, la consejera de seguridad nacional Susan Rice y la embajadora ante la ONU Samantha Power. Las dos son maestras en el uso de la jerga «democrática». Y durante años se han especializado en aconsejar la injerencia en los asuntos internos de otros Estados con el pretexto de prevenir genocidios. Sin embargo, y a pesar de sus generosos discursos, a ninguna de las dos les importan las vidas no estadounidenses, como lo demostró la señora Power en el momento de la crisis de las armas químicas en la Ghoutta de Damasco. La señora embajadora de Estados Unidos, quien sabía perfectamente que las autoridades sirias no habían cometido aquel acto, simplemente se fue a Europa para asistir con su esposo a un festival de cine dedicado a Charles Chaplin mientras que su gobierno denunciaba un crimen contra la humanidad atribuyéndolo al presidente Assad.

Están también los tres responsables por regiones: Philip Gordon (Medio Oriente y Norte de África), Karen Donfried (Europa y Eurasia) y Ricardo Zúñiga (Latinoamérica).

  • Phil Gordon (amigo personal y traductor del ex presidente francés Nicolas Sarkozy) organizó el sabotaje de la conferencia de paz Ginebra 2 hasta que la cuestión palestina se resuelva en función de lo que quiere Estados Unidos. Durante la segunda sesión de Ginebra 2, mientras que el secretario de Estado John Kerry hablaba de paz, Phil Gordon reunía en Washington a los jefes de los servicios secretos de Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Turquía para preparar un enésimo ataque contra Siria. Estos conspiradores han reunido en Jordania un ejército de 13 000 hombres, de los que sólo 1 000 han recibido un breve entrenamiento militar para pilotear blindados y tomar Damasco. El problema es que esa columna corre el riesgo de ser destruida por el Ejército Árabe Sirio antes de alcanzar la capital siria. Pero sus padrinos no logran ponerse de acuerdo sobre la manera de defender esa fuerza sin equiparla con armamento antiaéreo, que pudiera ser utilizado después contra la aviación de Israel.
  • Karen Donfried es la ex oficial nacional de inteligencia a cargo de Europa. Dirigió durante mucho tiempo el German Marshall Fund en Berlín. Actualmente se dedica a manipular a la Unión Europea para enmascarar el intervencionismo de Washington en Ucrania. A pesar de la reciente revelación del contenido de una conversación telefónica de la embajadora estadounidense Victoria Nuland, la señora Donfried logró hacerles creer a los europeos que el objetivo de la oposición de Kiev era unirse a la Unión Europea y que estaban luchando por la democracia, cuando en realidad más de la mitad de los amotinados de la plaza Maidan son miembros de partidos nazis y agitan retratos de Stepan Bandera, quien colaboró con la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
  • Para terminar, Ricardo Zúñiga es nieto del Ricardo Zúñiga que presidió el Partido Nacional de Honduras y que organizó los golpes de Estado militares de 1963 y 1972 a favor del general López Arellano. El nuevo Zúñiga dirigió la estación de la CIA en La Habana, donde reclutó agentes y los financió para fabricar una oposición contra Fidel Castro. Y ahora moviliza a la extrema derecha trotskista en Venezuela para derrocar al presidente Nicolás Maduro acusándolo de stalinismo.

La parte mediática de estas operaciones está en manos de Dan Rhodes, el especialista en propaganda que se encargó en el pasado de escribir la versión oficial de lo sucedido el 11 de septiembre de 2001 redactando el informe de la comisión presidencial. En ese informe, Rhodes eliminó toda huella del golpe de Estado militar que se produjo aquel día (al presidente George W. Bush se le retiró el poder sobre las 10 de la mañana y no se le devolvió hasta la noche, todo su gabinete y los miembros del Congreso fueron confinados en búnkeres, supuestamente para «garantizar su seguridad») para que sólo quedara el recuerdo de los atentados.

En las operaciones organizadas contra Siria, Ucrania y Venezuela, la narrativa estadounidense reposa exactamente sobre los mismos principios: acusar a los gobiernos de matar a sus propios ciudadanos, calificar a los opositores de «democráticos», adoptar sanciones contra los «asesinos» y, en definitiva, concretar un golpe de Estado.

El movimiento comienza siempre con una manifestación en la que mueren opositores pacíficos y ambos bandos se acusan mutuamente de los hechos de violencia. En realidad, fuerzas especiales o elementos a las órdenes de Estados Unidos o de la OTAN, convenientemente ubicados, disparan a la vez contra la multitud y contra la policía. Así sucedió en Deraa (Siria) en 2011, al igual que en Kiev (Ucrania) y en Caracas (Venezuela) en los últimos días. En el caso de Venezuela, las autopsias practicadas demuestran que 2 víctimas –un manifestante de la oposición y otro favorable al gobierno– fueron baleadas con la misma arma.

Calificar a los opositores de «democráticos» es un simple juego de retórica. En Siria, se trata de takfiristas financiados por la peor dictadura del planeta: la de Arabia Saudita. En Ucrania, son unos cuantos proeuropeos sinceros rodeados de un montón de nazis. En Venezuela, son jóvenes trotskistas de familias acomodadas respaldados por milicias a sueldo de dueños de empresas. Y en todos los casos aparece el seudo opositor estadounidense John McCain para proclamar su solidaridad con los opositores locales, sean verdaderos o falsos.

Del apoyo a los opositores se encarga laNational Endowment for Democracy (NED). La NED es una agencia gubernamental estadounidense que se presenta como una ONG financiada por el Congreso de Estados Unidos. La realidad es que la NED fue creada por el presidente Ronald Reagan, en asociación con Canadá, Gran Bretaña y Australia.

La dirigen el neoconservador Carl Gershman y Barbara Haig, la hija del general Alexander Haig (ex comandante supremo de la OTAN y posteriormente secretario de Estado bajo la administración Reagan). Es precisamente la NED –en realidad el Departamento de Estado– quien moviliza al senador «de oposición» John McCain.

En este dispositivo no podía faltar la Albert Einstein Institution, «ONG» financiada por la OTAN. Creada por Gene Sharp en 1983, la NED formó agitadores profesionales a través del CANVAS [1] –en Serbia – y de la Academy of Change –en Qatar.

En todos los casos, Susan Rice y Samantha Power adoptan invariablemente la misma pose de justa indignación antes de dictar la adopción de sanciones –a las que rápidamente se suma la Unión Europea– cuando en realidad son ellas mismas quienes se dedican a orquestar previamente los actos de violencia.

Queda entonces por llegar a concretar los golpes de Estados, lo que no siempre funciona.

Así trata Washington de demostrarle al mundo que sigue siendo el amo. Para garantizar los resultados, emprendió las operaciones en Ucrania y en Venezuela mientras se desarrollaban los Juegos de Sochi. Así garantizaba que Rusia no tomara medidas de respuesta, con tal de evitar que algún atentado de los terroristas islamistas le echara a perder la fiesta olímpica.

Pero los Juegos de Sochi terminaron este fin de semana. Y ahora le toca jugar a Moscú.

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¿Cuándo comprenderemos que la llamada globalización terminó?

43-45-3-e4326-150x150«Lo que está emergiendo ante nuestros ojos es un mundo que vive una decisiva redistribución de poder, el surgimiento de nuevas y la reaparición de viejas potencias que discuten el orden existente y que reclaman un régimen internacional diferente que reconozca las nuevas realidades económicas, culturales y político-militares·.

Manolo Monereo. Politólogo 

No duró demasiado. La llamada globalización fue siempre un proyecto político ligado estructuralmente a la hegemonía de los EEUU: fue el intento apenas consumado por consolidar un nuevo orden internacional  basado en su indiscutible dominio y, lo decisivo, que impidiese la emergencia de una potencia o de un conjunto de ellas que lo pusiese en cuestión. Un mundo ordenado de tal modo que la hiperpotencia norteamericana  nunca tuviera realmente que compartir su poder.

La globalización fue también una ideología mistificadora y encubridora de la realidad. Algunos la confundieron con un Imperio que dejaba atrás al sistema imperialista, liquidaba las arcaicas relaciones Centro-Periferia, ponía fin al Estado Nación y creaba una “multitud” esclarecida capaz de cambiar el mundo de base.

El ensueño no duró históricamente casi nada. Los diversos conflictos bélicos, las recurrentes crisis financieras y la “gran recesión” del 2008 pusieron de manifiesto que estamos entrando en un proceso de bifurcación histórica y que de nuevo  la hegemonía norteamericana  se cuestionaba radicalmente y con ella la globalización capitalista.

Lo que está emergiendo ante nuestros ojos es un mundo que vive una decisiva redistribución de poder, el surgimiento de nuevas y la reaparición de viejas potencias que discuten el orden existente y que reclaman un régimen internacional diferente que reconozca las nuevas realidades económicas, culturales y político-militares.

Retorna la geopolítica, los intereses estratégicos de los Estados, la competencia entre ellos y los durísimos conflictos para ganar influencia y ocupar espacios. Retorna la razón de la fuerza convertida en la fuerza de los Estados.

La verdad es que nunca se fueron y no será fácil situarse bien ante lo que viene, sobre todo, para los que estamos del lado de las clases subalternas y de la liberación de los pueblos.  No hay que olvidar, lo ha señalado recientemente Jean-Pierre Chevènement, que el fracaso de la anterior globalización capitalista costó una guerra de 30 años y millones de muertos.

El mercado autorregulado capitalista, en contextos imperialistas,  genera monstruos que siempre llevan consigo desolación y muerte, inmensos sufrimientos para las personas y los pueblos.

Nada explica mejor esta nueva dinámica política internacional que los conflictos que sufren Ucrania y Venezuela. Cada uno de estos estados vive enfrentamientos internos durísimos, determinados, en gran medida, por los intereses estratégicos de las grandes potencias en su  lucha permanente por  ganar influencia y poder, por recursos y espacios en disputa, por ganar ventaja y desgatar al adversario e imponer sus reglas y mercados para los negocios de sus empresas. A esto se le ha llamado desde hace tiempo imperialismo.

La primera cosa que sorprende y que asemeja ambas situaciones es que son “revoluciones buenas”: tienen el apoyo unánime de los medios de comunicación y sus protagonistas son presentados como valientes y dignos combatientes por la libertad. Los gobiernos no son solo “malos” son algo peor: el “enemigo”.

Poco importa que estos gobiernos sean legales y hasta legítimos según los criterios normalizados por el Occidente “democrático y liberal”. La demonización es tal que lo único posible es su derrocamiento. En un país como el nuestro, donde tanto se usa y se abusa del consenso como modo normal de resolver la contienda y el conflicto político (la Transición es la luz de nuestro mundo) se defiende casi siempre, para ambos conflictos, la solución de “masas e insurreccional “.

Si algo queda claro de los “papeles de Wikileaks” o del “asunto Snowden”  es que el “complejo integrado” comunicacional es un arma de guerra que engarza sólidamente a los poderes políticos, económicos, servicios secretos, los medios en versión completa, y los pone a disposición de las opciones estratégicas de las grandes potencias. Los EEUU han llegado a tal sofisticación, a tal capacidad de actuar en diversos planos y espacios, que convierten al mencionado complejo en un instrumento de poder solo comparable con el dispositivo político-militar.

La segunda cuestión que a nadie debiera extrañar es que Ucrania y Venezuela son objetivos geopolíticos de grandes dimensiones. Ucrania era el segundo Estado en importancia de la extinta URRS, zona de frontera y de tránsito de gas ruso, espacio en disputa entre Rusia y una Unión Europea cada vez más alemana, donde los intereses estratégicos norteamericanos están presentes con enorme fuerza.

Contener a una Rusia recuperada, que empieza a ser de nuevo determinante en conflictos armados (Siria), en un Oriente Próximo en permanente ebullición (Irán) y donde las “primaveras” árabes se han ido convirtiendo en fríos inviernos de restauración.

Más allá, el verdadero peligro: una alianza estratégica ruso-china ampliada a las ex repúblicas soviéticas, a Irán, desarrollando y ampliando la Organización de cooperación de Shangai  hasta convertirla en una alternativa a la OTAN.

Las conversaciones, filtradas, de la secretaria de Estado adjunta para Europa de los EEUU con su embajador en Kiev muestran bien a las claras que han sido y son actores “internos” del conflicto, que lo financian generosamente y que forman parte del Estado Mayor de la insurgencia. Es más, cuando dicen aquello tan ocurrente de que “se joda la Unión Europea” lo que realmente expresan es que esta es una aliada subalterna y que también aquí la administración  norteamericana es determinante, sobre todo, cuando se enfrentan a la vieja Rusia. ¿Para qué sirve sino la OTAN?

Los intereses estratégicos de EEUU sobre Venezuela son tan conocidos y evidentes que casi no merece mucho detenerse en ellos. Solo insistir que el fundamento último de su poder imperial reside en su capacidad para controlar América Latina y sus ingentes recursos naturales de todo tipo, especialmente los energéticos. Venezuela es el país con las mayores reservas de petróleo reconocidas del mundo, representa el esfuerzo más consistente para superar las  políticas neoliberales y es un eje fundamental en la vertebración unitaria de la región, dirigida a conquistar la independencia del vecino del Norte.

Ucrania y Venezuela son sociedades muy polarizadas y con una institucionalidad débil. En un caso (Ucrania) hay una polarización étnica y racial; en otro (Venezuela) es predominantemente social y de clase. Hay dos ucranias claramente diferenciadas, una es fuertemente nacionalista y anti rusa, xenófoba y antisemita, que ha sido capaz en estos años de independencia de crear un imaginario social basado en el odio a Rusia pero, sobre todo, el odio a los rusos de “dentro”, es decir, a la mitad de la población del país.

La otra Ucrania es la industrializada, la obrera, la minera que se considera por lengua, cultura e identidad próxima a Rusia y que se siente crecientemente excluida del país.

La polarización de Venezuela es básicamente social y de clase. Con el chavismo emergen los excluidos económicos, sociales y, sobre todo, políticos. La polarización existía ya  antes, ahora es visible y movilizada en nombre de un proyecto del país que le da voz, protagonismo y que busca su bienestar.

El eje exclusión-inclusión es decisivo desde el punto de vista político y marca toda la fase. Desde el primer día se le combatió sistemáticamente; se usó de todo contra el nuevo régimen: huelgas económicas, boicot, golpes de estado y cualquier tipo de provocaciones. Todo eso después de 18 elecciones ganadas, las últimas hace unos pocos meses.

La clave, en uno u otro caso, es la presencia de una oposición social y política férreamente unida, que nunca da tregua  al gobierno salido de las urnas y que busca permanentemente la confrontación. Lo decisivo es la presencia de una minoría organizada, militante, muy  cohesionada ideológicamente y con gran capacidad de mantener  el cuestionamiento de la legitimidad del gobierno.

El centro del discurso: construir el enemigo y organizar el mal en torno a él. El racismo siempre funciona, bien como el “otro”, bien como el pobre que nos quita el sueño ante su creciente libertad y protagonismo, las clases peligrosas como enemigas.

Ya sabemos cómo ha terminado Ucrania. Ahora desaparecerá de los medios. Nada o poco sabremos. Veremos cuál es la solidaridad real de la Unión Europea con el pueblo ucraniano y veremos lo que dan de sí las próximas elecciones. No será así con Venezuela, continuará la híper visualización de los conflictos, se contarán con pelos y señales los desórdenes públicos y nunca se dirá cual es la política real que se hace en ese país. ¿Hasta cuándo? Hasta que consigan poner fin al gobierno democrático venezolano.

 

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Libia, Siria, Venezuela, Ucrania….. el patrón que se repite.

imagesLa estrategia de Obama es calco de la estrategia de Nixon contra el gobierno chileno de Salvador Allende. Primero se inicia una campaña para hacer “hacer chirriar la economía”, se inicia el desabastecimiento programado, la especulación cambiaria….

Eduardo Luque, analista internacional

«Nuestra guerra es por la paz»

Nicolás Maduro

Las maniobras del gobierno de Washington para desestabilizar la democracia venezolana vienen de muy lejos. EEUU no puede permitir que el gobierno de Venezuela profundice su proceso revolucionario y se consolide en el poder. Según los papeles de Wikileaks, los correos enviados desde la embajada de Caracas al Departamento de Estado norteamericano y la Casa Blanca durante el período 2004-2006 revelan que EEUU invirtió 18 millones de dólares en penetrar las bases sociales del chavismo, utilizando para ello más de 30 ONGD de todo el mundo. Inversiones millonarias se produjeron igualmente en el 2008 y 2009.

Todo lo que está pasando en estos momentos en Venezuela tiene, en palabras del investigador francés Salim Lamrani, una fuerte impresión de «déjà vu». Estamos frente a un escenario similar al intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en abril de 2002.

La oposición venezolana a pocos meses de haber perdido unas elecciones democráticas, presidenciales y municipales, ha decidido intentar el asalto al poder por vía antidemocrática. Las elecciones en Venezuela, que auparon al poder a Nicolás Maduro, han sido un ejemplo de limpieza y transparencia como así lo han corroborado desde la Unión Europea hasta la Organización de Estados Americanos (OEA) o el Centro Carter.

Las algaradas callejeras que se producen desde hace semanas tienen como objetivo desestabilizar al país para justificar el uso de la fuerza contra Venezuela. La extrema derecha venezolana, incapaz de tomar el poder por vía democrática, ha optado por la violencia. La derrota en las elecciones presidenciales del 14 abril del 2013, aunque fuera por un estrecho margen de votos, representó para la oposición un terrible golpe que la sumió en un enorme desconcierto.

El cambio de estrategia de la derecha se orientó hacia una victoria en las elecciones municipales que permitiera iniciar el proceso de revocación del presidente Maduro y finalmente la caída del gobierno revolucionario. La derrota en las elecciones municipales del 8 diciembre por más de 1 millón de votos y cerca de nueve puntos porcentuales hundió todas las esperanzas de la oposición. El gobierno de Maduro tenía dos años sin procesos electorales para profundizar los cambios revolucionarios.

En ese momento se abre paso la necesidad de un golpe de Estado. No es ésta, como afirma Atilio Borón, una cuestión opinable; desde el primer momento los líderes opositores han hablado de la necesidad de un “cambio de régimen”, así el lema de la manifestación opositora del 12 de febrero era “ Saquemos al Maduro”.

Se ha apartado a líderes que habían sido derrotados en las elecciones y se apuesta por otros que se han negado a respetar la voluntad popular desde 1998. Antes fue Capriles Radonsky, ahora son Leopoldo López y María Corina Machado los líderes de las fuerzas opositoras. Los dirigentes opositores más importantes abandonaron en Navidades Venezuela y marcharon a Washington a pedir apoyo, dirección política y financiación.

Uno de los artífices teóricos del nuevo diseño es Pedro Carmona Estanga, el dictador más breve de la historia, que ocupó durante unos minutos la presidencia de Venezuela cuando Chávez recibió el Golpe de Estado que lo depuso en 1998.

La estrategia de Obama es calco de la estrategia de Nixon contra el gobierno chileno de Salvador Allende. Primero se inicia una campaña para hacer “hacer chirriar la economía”, se inicia el desabastecimiento programado, la especulación cambiaria…. Es un modelo de diseño claramente norteamericano, planteado de forma teórica por un agente de la CIA, Gene Sharp, en un manual denominado de la «dictadura a la democracia”, se incluye también en este método los ataques de la prensa, el terrorismo mediático para y en una fase posterior “calentar la calle”.

La oposición venezolana busca una situación similar a la de Benghazi en Libia o la guerra en Siria, el objetivo es destruir la economía y generar una crisis de gobernabilidad que justificara la intervención de las potencias occidentales llamadas en auxilio de la población para restaurar el orden. Nada de esto ha sucedido en Venezuela pero desgraciadamente no cejarán en sus propósitos.

La oposición es ya responsable de varios muertos en una situación que recuerda la matanza en puente Llaguno el 11 de abril del 2002, donde la policía metropolitana, a las órdenes de la alcaldía opositora, abrió fuego contra la población provocando decenas de muertos y heridos entre opositores y revolucionarios, mientras que grupos de militares golpistas intentaban desestabilizar las FFAA.

Ningún mandatario venezolano ha tenido jamás tanta legitimidad democrática como el anterior presidente Hugo Chávez que fue capaz de ganar 16 de las 17 elecciones a las que se sometió en 15 años, o del actual presidente Nicolás Maduro que desde su llegada al poder en abril de 2013, ha ganado claramente dos procesos electorales con total transparencia. A pesar de todo ello los medios de comunicación occidentales aliados con la extrema derecha están lanzando una campaña de demonización como pocas veces había soportado ningún otro país del mundo a excepción hecha del Irak de Saddam Hussein o la siria de Bassar Al-assad.

La punta de lanza de la actual revuelta han sido sectores estudiantiles de clase media y media alta. El centro neurálgico ha sido la facultad de derecho que recibió, según los mismos correos de Wikileaks, financiación directa de EEUU. Las reivindicaciones agitadas por los estudiantes, que no representan más allá de una pequeña minoría del conjunto de los estudiantes del país, son del tipo «Contra la carestía de la vida y la inseguridad».

La carestía está siendo fomentada precisamente por los grandes acaparadores ligados a las estructuras de la oposición. El 8 de noviembre del 2013, en pleno proceso de acaparamiento, se detectaba en Puerto Cabello, 47 contenedores que los importadores mayoristas valoraban en 12.799.000 $ cuando según la comprobación de los albaranes de importación el importe real era de 1.358.000$. Casos de ese tipo proliferan en un intento de evadir divisas y encarecer de forma artificial el precio de productos de consumo. La intervención decidida del presidente contra los acaparadores bajo la amenaza de nacionalizar esos recursos palió la situación.

La segunda gran reivindicación de la oposición es la inseguridad pública. Aun siendo un hecho real, la oposición obvia que las cifras más altas se producen allá donde la oposición ostenta el poder municipal. A estas reivindicaciones se ha unido una tercera, el “absolutismo chavista”. Hablar del «absolutismo» cuando la prensa en Venezuela está, en un 80%, en manos privadas es un  sarcasmo.

El gobierno de Maduro ha respondido con la movilización social de sus bases y la convocatoria de una Conferencia Nacional por la Paz, que se sustenta en el denominado Plan de Paz y Conciliación al que están convocados todos los sectores sociales y políticos de la nación.

Estamos frente a otro episodio de lo que se está dando en llamar «Guerra Fría 2.0», donde supuestas voluntades populares son truncadas por la acción «dictatorial» de los dirigentes políticos de turno, curiosamente siempre enemigos de Estados Unidos. Se justifica así la intervención de las potencias occidentales a favor de esta oposición tildada por los medios y de forma unánime como «democrática», «pacífica» o «prooccidental».

La condición “sine qua non” es manipular a la opinión pública tanto interna como internacional haciendo ver una realidad que sólo existe en los medios. Hace tres días el País, el Mundo, la televisión pública (La 1)…. se hacían eco de las masivas manifestaciones en Caracas contra Maduro.

Tal y como revela la “Red Voltaire”[1] las imágenes que aparecen de la ingente multitud, supuestamente opositora, no corresponden a ninguna manifestación, sino a la adoración de la divina pastora en la Catedral de Barquisimeto. Imágenes tomadas en Chile son presentadas como la represión policial del presidente Maduro, la instantánea de un grupo de cadáveres atribuidos a la acción de grupos armados chavistas corresponde a yihadistas muertos en Siria, la escena de una chica arrastrada por la policía corresponde a las movilizaciones contra Mubarak en el Cairo……

Da igual. La prensa, y muy especialmente la española, está empeñada desde hace decenios en una campaña sistemática contra la revolución venezolana. La democracia en Venezuela se encuentra en un grave riesgo; Europa y EEUU ,como estamos viendo en Libia, Siria o Ucrania, no dudan en violentar los principios democráticos más elementales con tal de imponer su modelo económico y su forma de dominación.

Casos como el de Ucrania (donde los grupos de extrema derecha con el apoyo de la Troika europea y EEUU han violentado el resultado electoral imponiendo otra realidad política), el caso griego o el de Italia (con su tercer primer ministro sin pasar por las urnas) son elementos que nos habrían de hacer reflexionar sobre el riesgo que corren las libertades públicas.

El modelo que ensaya Occidente contra gobiernos que no les son afines es simple. Primero, generar el conflicto económico, provocar la crisis o la escasez, después la algarada o el golpe de estado y finalmente la guerra. Una vez conseguido el objetivo, se han de administrar las situaciones e imponer un gobierno afín a sus intereses.

Europa se ha convertido en un eslabón de la cadena de dominación estadounidense. La UE y el Parlamento europeo son actores esenciales de este proceso que no duda en tomar partido por los dictadores, apoyando revoluciones “naranjas” o “árabes” o intervenciones militares decididas en el estado mayor de la OTAN.

La oposición venezolana lleva varios muertos sobre sus conciencias. Sólo el castigo a los culpables dentro de la más estricta legalidad y la movilización popular en defensa de la revolución pueden hacer fracasar los planes de la oposición y aventar el peligro de un asalto fascista al poder.

Lo que está en juego no es sólo la Revolución venezolana sino, indirectamente, el de toda América latina. Adolfo Pérez Esquivel lo denuncia estos días “La violencia y los ataques a Venezuela son un ataque a todos los gobiernos democráticos del continente,” pero como sabemos, la democracia se gana en las urnas pero se pierde en los despachos del FMI y el Banco Mundial.

 

 



[1] http://www.voltairenet.org/article182259.html

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Sobre la reunión IU-Podemos

Untitled-150x150Por Carolina Bescansa, Miguel Urbán y Pablo Iglesias

Somos conscientes de que, siendo uno de los objetivos del nacimiento de Podemos la búsqueda de la unidad de las fuerzas políticas confrontadas con la Troika, la reunión con Izquierda Unida tenía necesariamente que generar un gran interés. De todos los titulares de prensa surgidos de la reunión que mantuvimos ayer con los compañeros de IU, quizá el único respetuoso, tanto con el comunicado conjunto que se hizo público, como con las declaraciones que hicimos, fue el de Tercera Información: “IU y Podemos remarán juntos aunque no haya convergencia electoral”.

Muchas personas siguen planteándonos dudas, así que procedemos a hacer algunas aclaraciones para poder seguir dedicando nuestros esfuerzos, junto a una ciudadanía que quiere hacer las cosas de otra manera, a superar los zarpazos que está recibiendo nuestra democracia.

¿De qué hablamos en la reunión? La mayor parte de la misma fue un intercambio de pareceres sobre la situación política que vive nuestro país. Tanto los compañeros de IU como nosotros, compartimos el diagnóstico sobre el agotamiento de los consensos políticos del régimen del 78 y la necesidad de conformar un gran bloque social y político capaz generar mayorías políticas que, a nuestro juicio, ya existen a nivel social. Para nosotros es hora de abrir un proceso constituyente para lo que creemos que no es suficiente la suma de siglas sino el empoderamiento político de la ciudadanía mediante su participación activa y cotidiana.

¿Qué acordamos? Establecer un protocolo de relaciones para trabajar conjuntamente en el conflicto social y apoyar a los movimientos sociales y ciudadanos, porque pensamos que las alternativas no sólo se construyen en las elecciones sino ejerciendo la democracia día a día. Nos vamos a encontrar en las calles.

¿Se habló de listas para las elecciones europeas? IU expuso el modo en el que están trabajando: protagonismo de los militantes de su organización y acuerdos con formaciones políticas nacionalistas de izquierdas. Podemos expuso el modo en el que estamos trabajando nosotros y nosotras: primarias abiertas y participación ciudadana sin control de censos y creación de círculos como espacio de empoderamiento popular donde la ciudadanía tenga la última palabra. Seguiremos invitando a las gentes de IU y de otras organizaciones políticas y movimientos sociales a presentarse a las primarias abiertas para que sea la gente quien decida.

¿Nos parece interesante seguir debatiendo de estas cuestiones con IU y otros actores?

Nos parece conveniente (es una de nuestras obligaciones: terminar con la fragmentación y poder sumar allí donde otros tienen grandes dificultades para seguir creciendo) aunque, como señalábamos en el comunicado “en ningún caso el resultado de estos debates condicionará la apuesta por el trabajo conjunto de IU y Podemos. Que ambas fuerzas reman en la misma dirección está fuera de discusión para nosotros”. Del mismo modo, seguiremos hablando de todas estas cuestiones con el amplio y diverso grupo de organizaciones sociales y políticas en el marco de las conversaciones iniciadas en la segunda fase de Podemos. 

¿Se presenta probable un acuerdo de listas? Desde el máximo respeto a los mecanismos democráticos que está practicando IU, parece difícil que su metodología sea compatible con las primarias y la participación abierta que es la principal señal de identidad para Podemos. Nosotros nos debemos a nuestra metodología porque estamos convencidos
de que sólo devolviendo a la ciudadanía la responsabilidad, podremos construir una mayoría.

¿Significa esto que la reunión es un fracaso? En ningún caso. Para nosotros la reunión ha sido muy positiva. Ha quedado claro que remamos en la misma dirección, que vamos a seguir hablando, que vamos a dialogar sobre los programas, sobre su forma de elaboración, sobre las elecciones y sobre “los criterios para apostar por fórmulas de unidad y convergencia en defensa de la democracia y contra las políticas de la Troika”. Sabemos que es más lo que nos une que lo que nos separa.

Lo hemos dicho muchas veces; para nosotros lo importante es que, en estas elecciones, el método participativo sea un instrumento para ilusionar y movilizar a la gente. Nos gustaría que todos los compañeros lo compartieran pero si no es así, para nosotros es crucial seguir remando juntos y colaborando. El camino será muy largo y las europeas son sólo una etapa en el camino para construir la democracia. Nadie sobra en la tarea de construir una democracia en la
que haya sitio para todas y todos.

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Romper con el euro : Las elecciones europeas y la crisis

05 2012Miguel Manzanera Salavert

Las próximas elecciones europeas van a determinar las condiciones políticas en las que tendremos que afrontar la crisis económica, que seguirán siendo sustancialmente las mismas que ha habido hasta ahora.

Sin embargo, el predominio de los intereses del capital financiero en las decisiones políticas, estará limitado por la necesidad de restablecer el equilibrio social, ante las protestas sociales que pueden desarrollarse y la posible radicalización de la sociedad.

Ya se conocen los primeros sondeos acerca de los resultados, que auguran un ligero cambio en la composición en el parlamento europeo: avanza la izquierda y retrocede la derecha, pero en lo sustancial la correlación de fuerzas actual se mantiene. La socialdemocracia puede convertirse en la fuerza mayoritaria, suavizando la política liberal que ha predominado hasta ahora, pero harán todos los pactos que sean necesarios, fundamentalmente con el PPE (Partido Popular Europeo), para mantener estable el actual orden económico.

Esa tarea no va a ser fácil. Como consecuencia de la crisis estamos en una época de cambios e incertidumbre, y los dirigentes europeos toman buena cuenta de ello. Esta semana la Vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, propuso en una conferencia impartida en Londres la creación de los EE.UU. de Europa, a partir de una unión fiscal y política; para evitar la ruptura del euro, como consecuencia de las fuertes presiones que se ciernen sobre el área comunitaria, habría que cohesionar la UE.

Una huida hacia adelante para reducir los graves desequilibrios de la construcción europea y combatir el euroescepticismo, que alcanza ya un porcentaje de casi el 30% de los votantes europeos –incluyendo en ese espectro partidos de izquierda radical y de extrema derecha-. En efecto, grupos fascistas como FNF dirigido por Marina Lepen, y Alternativa para Alemania Bernd Lucke, son euroescépticos y se posicionan contra la actual Unión Europea.

Ante esa incertidumbre, se mantiene el debate sobre la posición que la izquierda debe tomar respecto de la crisis y la Europa. Dentro del PIE (Partido de la Izquierda Europea) – o bien, GUE-NGL por sus siglas oficiales-, las posiciones están divididas acerca de la cuestión. Entre los grupos políticos que pertenecen a esa formación, Die Linke, miembro alemán del PIE, está a favor de romper la moneda única. Syriza, partido de la izquierda griega, defendió la permanencia en el euro dentro de su última campaña electoral, en contra de la opinión del PKK (Partido Comunista Griego); este último retrocedió en votos tal vez por eso.

En IU, cuya dirección ha definido recientemente una opinión contraria a la salida del euro, hay corrientes internas del partido que defienden la ruptura con la moneda única, como forma de salir de la crisis económica consiguiendo un mayor equilibrio social, y avances sustanciales en desarrollo humano y bienestar social. Entre los que defienden la salida del euro está Julio Anguita y el grupo de intelectuales que firmaron el manifiesto ‘Salir del euro’.

Los argumentos a favor de que el estado español rompa con el euro puede resumirse en tres cuestiones: 1. Es perentorio acabar con las políticas económicas neoliberales, cau

santes de la crisis e incapaces de resolverla en favor de las clases populares, si no es a costa de expandir la desigualdad y la miseria. 2. Son necesarias reformas profundas en la sociedad española, ante la degradación de la vida pública por la corrupción de la clase política, reformas que no se podrán afrontar en el marco de la UE. 3. Abandonar las políticas imperialistas que están impulsando la confrontación bélica y el desarrollo del fascismo a nivel internacional. En lo que sigue intentaré desarrollar estos argumentos.

  1. 1.     Romper con el euro, el estado de la cuestión

Se debe señalar que la cuestión del euro es un debate teórico y político amplio, que incluye la teoría económica tanto como las decisiones políticas. Hasta cinco premios Noble de economía en los últimos años han recomendado la salida del euro: James Mirrlees (1996), Joseph Stiglitz (2001), Paul Krugman (2008), Christopher Pissandas (2010) y Thomas Sargent (2011) –según la revista Expansión, en 07.05.2013-.

Entre las razones que se aportan está la necesidad de cambiar el paradigma de la teoría económica, abandonando el PIB (Producto Interior Bruto) como medida de la riqueza, y desechando las políticas neoliberales que estrangulan la economía. Un dato que corrobora esa observación, es que la fuga de capitales alcanza la cifra de 255.000 millones de euros anuales en España.

Numerosos economistas europeos han participado en ese debate internacional. En Portugal João Ferreira do Amaral acaba de vender miles de ejemplares de su libro Porque devemos sair do euro, donde defiende un sistema económico según el modelo chino, a partir de una devaluación que permita exportar manufacturas a precios bajos. Se trata de competir con China manteniendo la democracia formal.

La misma revista Expansión, 30.05.2012, publicó un artículo de Matthew Lynn donde el autor daba cuenta de la posibilidad de que el euro se rompa; según esta autor hay varias razones para salir del euro:

1. España es demasiado grande para ser rescatada, y en caso de necesitarlo el euro se rompería; 2. la población no comparte la política de austeridad, como se puede ver por las protestas sociales; 3. en España hay una economía real, hace falta estimular las empresas exportadoras, lo que se puede conseguir con una devaluación que seguiría a la ruptura con el euro; 4. España es una nación con peso político que se puede plantear seriamente si le interesa continuar en el euro; 5. podría desarrollar otros horizontes políticos como las relaciones con América Latina; 6. existe un debate en el país que ha roto el tabú del euro.

También Costas Lapavitsas, economista griego que trabaja en la Universidad de Londres, ha escrito de forma crítica contra el euro en su libro Crisis en la eurozona. En 2014 fue invitado por la izquierda catalana para debatir el problema. La Vanguardia, 08.02.2014, publicaba un artículo sobre sus opiniones: la política de austeridad ha estabilizado las finanzas públicas y el déficit exterior, pero conducido a la recesión, transformando la crisis financiera en una crisis de la economía real, con desempleo y empobrecimiento de la población.

El estancamiento de las economías periféricas va a continuar, aumentando la desigualdad, y la crisis se va a trasladar a otros países comunitarios, como Francia e Italia. El euro ya ha fracasado, lo que puede generar problemas enormes, y reforzar el papel del BCE (Banco Central Europeo) no va a solucionar a la crisis.

Según Lapavitsas, los gobiernos que quieran hacer políticas progresistas no podrán permanecer en el euro. El ejemplo de Grecia, cuya situación es peor que la de Argentina en el año 2000, resulta significativo, pues si hubiera salido del euro hace dos años, ahora estaría recuperándose.

Por tanto, Lapavitsas expone una dura crítica de Syriza: no es posible ser radical y permanecer en el euro; es una política muy peligrosa, querer llegar al gobierno pensando que se puede cambiar la UE. Es necesario nacionalizar la banca e impedir la fuga de capitales, intervenir los mercados energéticos y de alimentos, etc. Nada de eso se puede hacer dentro del euro. Se hace necesario el Estado nación para proteger los derechos de los trabajadores.

  1. 2.     El debate en el estado español

A favor de la salida del euro están también varios economistas de nuestro país; destacan Vicenç Navarro (Universidad de Barcelona), Juan Torres López (Universidad de Sevilla), Gregorio López Sanz (Universidad de Castilla La Mancha). Además Pedro Montes, economista del Banco de España, se mostró contrario a la sustitución de la peseta por el euro como moneda oficial del estado español.

Como Montes había previsto, la pérdida de la soberanía monetaria ha sido nefasta para la economía nacional, al eliminarse el sector industrial por falta de competitividad con las fuertes industrias europeas. En términos económicos eso se ha manifestado fundamentalmente por el déficit de la balanza de pagos, calculándose en 700.000 millones de euros la deuda acumulada por este concepto entre 1999, año de la entrada en el euro, y 2013.

Juan Torres en Rebelión, 30.12.2013, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=178791, señala que la economía no mejora con las actuales políticas, impuestas por los grandes grupos económicos y financieros con una ideología de extrema derecha. Estamos en una espiral recesiva en la que el paro no baja, y mientras los salarios sigan bajando no se creará empleo.

Pero las soluciones económicas son políticas: necesitamos un gobierno veraz, creíble y con confianza pública; en cambio, tenemos una democracia en España de la más baja calidad. Para conseguir la capacidad de maniobra que nos permita salir de la crisis, tenemos que dejar del euro.

La importancia de alcanzar una auténtica democracia como fundamento para salir de la crisis, viene subrayado por Vicenç Navarro, quien ha publicado numerosas intervenciones para apoyar la salida del euro; en un artículo reciente publicado en El Público, 18.02.2014, nos da una clave importante para pensar la alternativa al sistema actual. Caracteriza a la izquierda a partir de la democracia participativa y la sensibilidad política hacia los derechos humanos, la concepción republicana de la vida política opuesta al liberalismo dominante.

En ese sentido, los EEUU donde domina el capital financiero y hay grandes desigualdades, es el país menos democrático del mundo. La acumulación del capital hace imposible o limita la expresión democrática. Pero la derecha piensa que la democracia es la protección del derecho de propiedad, y considera pragmáticamente que el mero hecho de participar de la vida social es conservador. A la derecha no le interesan las personas, sino los individuos aislados fácilmente manipulables, que van al mercado con billetes y monedas en el bolsillo.

El tercero de estos economistas, Gregorio López Sanz subraya la insolvencia generalizada de la banca, que ha sido disfrazada para engañar a la ciudadanía; ese factor hace materialmente imposible que se reactive la economía y augura un colapso del sistema monetario internacional. Además la reforma constitucional que hicieron el PSOE y el PP, hace imposible salir de la crisis.

Lo que está viniendo es una parálisis de la actividad económica, con posibilidades para un crack inminente. La libertad financiera ha llevado a la concentración de poder, y convierte la economía mundial en un polvorín. La necesidad de reformar el sistema financiero no se ha satisfecho; solo han salvado la cara de los banqueros creando una bomba de relojería mucho mayor.

  1. 3.     Condiciones de la ruptura

Las políticas neoliberales han provocado enormes problemas a la sociedad europea: pobreza, desigualdad y recorte sustantivo de los derechos. Especialmente en Grecia, España y Portugal; con menos brutalidad esa situación se prolonga en Italia y Francia. Es una catástrofe social en Europa: no hay poder de compra, ni de ahorro, ni acceso al crédito.

Se degradan las condiciones de trabajo, y se evoluciona hacia una sociedad con menor bienestar social. Es necesario romper con las políticas neoliberales y para ello se hace necesario salir de la UE y del euro, porque en las actuales circunstancias no parece posible cambiar Europa hacia una democracia participativa.

El resumen de los argumentos que se están barajando en el debate público, debe completarse con algunos ejemplos que nos ilustren acerca de lo que puede pasar. En el año 2001, Argentina rompió la convertibilidad de su moneda –el peso equivalía al dólar-, porque provocaba la recesión económica. Como consecuencia se produjo una fuga de capitales y colapso del sistema bancario.

La devaluación del peso que se produjo inmediatamente, alivió de la deuda entre 25-50% y permitió el aumento de la competitividad; se desechó el liberalismo, cambiando hacia una política económica basada en el gasto público, que permite la redistribución la renta.

Gracias a ello comenzó el crecimiento económico que se mantenido en la última década, llegando hasta aumentar la producción un 90%, al tiempo que producía la reducción de las desigualdades, disminuyendo la pobreza mediante la creación de trabajo.

Los pasos para romper con el euro, serían los siguientes: a) se impone el corralito, prohibición de sacar dinero de los bancos hasta un máximo de 400-500 euros a la semana; b) fijar la paridad de conversión del euro en peseta –o la nueva moneda que se cree, por ejemplo eurosur si se da una salida conjunta con varios países-; la deuda externa debe ser nominada en pesetas; c) emisión de billetes y monedas, distinguiendo los billetes españoles, o el eurosur; d) devaluación de forma que la deuda del país se viera reducida al 50%.

El mayor problema de la economía española es la deuda que alcanza la cifra de un billón de euros, el equivalente al PIB de un año, y sigue creciendo. Es una de las razones más importantes para romper con la actual situación económica.

Esa deuda es impagable. Por eso, si la deuda se nomina en la nueva moneda que se va a devaluar, y no se paga en euros, entonces la salida equivale a un default, declaración de insolvencia, con sus consecuencias crisis bancaria, huida de capitales, retirada de fondos, corralito, y contracción de la economía en un primer momento.

Pero si la deuda se paga en euros, se multiplicaría su montante por la devaluación y tampoco se podría pagar; se suspendería la financiación externa y los préstamos bancarios, o éstos se harían con un fuerte interés lo que llevaría al cierre de empresas.

Las contrapartidas de ese proceso pueden resumirse en una pérdida de poder adquisitivo y una menor influencia del sistema financiero; no pueden considerarse graves para la clase obrera. Se daría una importante inflación que llevaría al aumento de precios, la devaluación de la moneda y la pérdida del poder de los bancos.

El capital financiero pierde la posición dominante de la que goza con el neoliberalismo. Pero es evidente que, para que ese proceso pudiera realizarse en nuestro país, tendrían que darse dos condiciones:

1. el poder político tendría que cambiar de manos en el Estado español, radicalizando la democracia para permitir la participación popular y aboliendo la monarquía borbónica, sustituida por la III República; 2. Además tendríamos que cambiar completamente nuestras relaciones internacionales, rompiendo con la OTAN y buscando nuevas alianzas entre los países latinoamericanos que luchan por socialismo del siglo XXI.

En el aspecto jurídico debe contarse con el entramado legal que nos une a la UE. ¿Sería imposible salir del euro sin abandonar la UE? La cuestión viene planteada por el Tratado de Lisboa: no es posible la expulsión de un país, y existen otras penalizaciones cuando se falta a los compromisos.

Pero hay un mecanismo de separación voluntaria para salir de la UE: a) informar al Consejo de Europa, que establecería las cláusulas del acuerdo de separación; b) aprobación por la Comisión Europea con consentimiento del Parlamento; c) en caso contrario, un país puede separase unilateralmente después de dos años de haberlo informado.

Por tanto, la separación es posible, si bien es de temer una fuerte ofensiva capitalista contra el nuevo país que surgiera de la ruptura. Por ello, el éxito de esa decisión política está condicionado por los siguientes requisitos:

1. La voluntad consciente de la ciudadanía y los trabajadores para comprometerse con un nuevo modelo de sociedad, lo que incluye el cambio de régimen político; 2. La coincidencia del proyecto político con otros países del sur europeo, especialmente Portugal, con quienes se podría crear un unión confederal; 3. Un nuevo sistema de alianzas políticas a nivel internacional, acercándose al socialismo del siglo XXI que se desarrolla en América Latina, así como buscando protección en la alianza

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