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Mareas irrepresentables

187218058_640Monserrat Galcerán.  Militante social, ensayista y profesora de Filosofía

“Nuestro problema no es solamente que estemos gobernados por unos mangantes, es más amplio y complejo y tiene que ver con cómo articular una democracia real del 99% echando mano para ello de todos los instrumentos a nuestro alcance, desde los espacios territoriales a las redes virtuales. Un cambio de caras, aunque sea la de un rey, es una minucia en todo ello”.

El sábado 23F, tras volver de la manifestación en Ma­drid, no paraba de darle vueltas al mismo asunto: tantísimas personas ahí reunidas y tan poco eco en los medios, ninguna reacción por parte del poder instituido.

Me preguntaba qué hace falta para romper ese muro. Pero luego pensé que la cuestión no está ahí: lo que está fallando es la propia lógica de la representación política, por tanto, la solución no puede estar en el propio espacio de la representación, sino que hay que cuestionarlo, desafiarlo y rebasarlo.

El grito de “no nos representan”, mil veces coreado en las manifestaciones, pone de relieve esa ruptura, pero la propia expresión tiene dos sentidos distintos. Por una parte afirma que los representantes políticos no conectan con las exigencias ciudadanas, sirven a otros intereses, funcionan como “aparatos de captura” de una riqueza social que se apropian en beneficio propio, dando lugar a una corrupción rampante.

Por otra, insinúa que los/as ciudadanos/as no precisamos de ‘esta’ representación. Que podemos necesitar delegados o voceros, personas que faciliten los procesos de decisión y que establezcan enlaces entre unos sectores y otros, pero el propio grito hace estallar la dicotomía fácil entre gobernantes y gobernados o políticos profesionales y ciudadanos rasos.Es todo el sistema de partidos el que está saltando por los aires, abriendo un espacio inédito para reinventar la política

A su vez la lógica de la representación funciona a partir de dos principios: por un lado reduce los componentes de la sociedad a meros individuos abstractos, a los que considera como simples unidades numéricas. Se supone que éstos no tienen capacidades de autoorganización, sino que están aislados y desperdigados en el campo social; y que los partidos los preorganizan en función de marcos ideológicos.

La ley electoral establece el modo en el que esa masa amorfa es configurada de acuerdo a los criterios partidarios: las personas votarán en función de sus preferencias por una u otra formación electoral, pero su capacidad de incidencia se restringirá a elegir entre las opciones dadas, de modo que se les impida toda creatividad política y toda incidencia real en la solución de los problemas.

Por el otro lado, el poder político constituido se presenta siendo a la vez el ‘todo’ y la ‘parte’. Los políticos profesionales son una parte del sistema socio-político en la medida en que sus agentes no son todos y cualquiera de los ciudadanos, sino que incluye sólo aquellos cuya competencia ha sido reconocida y ‘legitimada’: los miembros de los partidos políticos, especialmente si están en el poder; los diputados o consejeros, las autoridades pertinentes.

Pero en función de la lógica de la representación pretenden ser también el todo, puesto que cada uno de ellos es como si hablara por boca de todos y por tanto el mapa político electoral pretende funcionar como un calco, más o menos adecuado, del mapa sociopolítico distribuido según los colores políticos. Cuando, de hecho, el primero es un sistema de encuadramiento del segundo y no una mera representación suya. Una pretendida lógica de adecuación oculta la disimetría sobre la que se sustenta la violencia de la representación.

Ahora bien, si en situaciones habituales esta restricción ya era desilusionante, no digamos ahora cuando la crisis hace estallar todo el edificio. Es todo el sistema de partidos el que está saltando por los aires abriendo un espacio inédito para reinventar la política.

Los poderes constituidos se oponen a ello con todas sus fuerzas, reduciendo la cuestión a un dilema simple: “O nosotros o el caos”. Para ellos, en ausencia de un ‘gobierno fuerte’ que responda a las directrices establecidas, el campo social se vuelve ‘ingobernable’. Mientras que en nuestra percepción el campo social se autoorganiza: se generan diversos procesos de agregación de grupos, colectivos, conjuntos ya articulados de ciudadanos que disponen de cierta organización en función de su territorio, su sector laboral, sus afinidades, etc.

Una manifestación multitudinaria no es un conjunto abigarrado de individuos/as. Se pueden distinguir los grupos territoriales, los grupos sectoriales, a veces con sus banderas y sus signos distintivos, la gente de los colectivos a que uno o una pertenece. Es expresión de un tejido sostenido por una actividad continua de comunicación a través de las redes sociales que nos mantiene informadas continuamente.

Por consiguiente, pienso que es erróneo seguir entendiendo los movimientos sociales de forma preferentemente defensiva, como si carecieran de dimensiones propositivas, las cuales estarían reservadas a los agentes políticos tradicionales. Di­versas iniciativas actuales, como por ejemplo las asociaciones de afectados por las hipotecas, nos muestran otro camino: en vez de sólo exigir que se resuelvan los problemas, dejando esa resolución al buen saber y entender de los responsables políticos, desarrollan los mínimos que debe cumplir una solución aceptable para la gran mayoría de la población, esa que designamos como el 99%. Para eso ponen en juego un ‘saber experto’ que es resultado de varios años de enfrentarse a los problemas y de intentar soluciones provisionales.

Ateniéndonos a esta especie de plantilla, creo que estamos en condiciones de formular un programa democrático común en el que deberían figurar ciertos mínimos, sin los cuales no dejaremos de movilizarnos. Entre ellos colocaría una renta básica o salario mínimo de 600 euros, la negativa a seguir pagando la deuda bajo el principio de “no debemos, no pagamos”; y la exigencia de educación y sanidad públicasy de calidad.

Con estas exigencias como base mínima podríamos iniciar procesos de confluencia por medio de los cuales ocupáramos y desbordáramos las instituciones que actualmente nos gobiernan, desmantelando
a­quellos resortes que nos bloquean y encauzando los recursos para la solución de los problemas.

Aun así y a pesar de toda la determinación por nuestra parte, un proceso como éste puede chocar con maniobras desconcertantes que deriven las cuestiones hacia caminos ya trillados. Entre ellas se sitúan las intrigas palaciegas que, un día sí y otro también, ocupan las cabeceras de los periódicos y que pretenden que la monarquía escape al descrédito cambiando un rey por otro. ¡Qué pobres astucias ante la gravedad de la crisis! Operan como si quisieran repetir un sortilegio: si la democracia fue deudora de un rey, la regeneración lo será del otro.

Para las mareas, este juego de manos tiene muy escaso valor. No porque en su momento no haya que encarar el problema de monarquía o república, sino porque la situación exige que se abra un horizonte político nuevo tanto a nivel nacional como regional-europeo.

Nuestro problema no es solamente que estemos gobernados por unos mangantes, es más amplio y complejo y tiene que ver con cómo articular una democracia real del 99% echando mano para ello de todos los instrumentos a nuestro alcance, desde los espacios territoriales a las redes virtuales. Un cambio de caras, aunque sea la de un rey, es una minucia en todo ello.

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Chávez se ha ido, ¿qué queda?

auton220-40406Rubén Martínez Dalmau , Profesor de Derecho Constitucional. Universitat de València. Fundación CEPS

«Fue una experiencia única. Por el Palacio legislativo desfilaron las mujeres, los discapacitados, los homosexuales, los sordomudos, los maestros y los niños.Todos encontraron su lugar en la Constitución de 1999. Si existe una primera Constitución integradora en el más fundamental significado de la palabra fue ésa. Cuando se finalizó la redacción del borrador constitucional lo velamos toda la noche y, casi un año después de conocer al chavismo, conocí a Chávez».

La primera vez que pisé Caracas, en 1998, yo era un veinteañero aspirante a profesor con una maleta llena de ilusiones. Conocía Venezuela por los sellos que mi primo Juan Fernando me enviaba desde Maracay, nombre que recordaba a selva y playas, y intercambio filatélico que me proporcionó placeres a raudales. Todavía recuerdo aquella primera y pálida estampilla de Bolívar que Juanfer me regaló cuando cumplí dieciocho años.
En el aeropuerto de Maiquetía me esperaba Gilberto Buenaño con su esposa, y me recibieron con un caluroso «bienvenido al Caribe». Me llevaron a picar algo y tomar cerveza en un local de la Guaira que hace tiempo reposa en el fondo del mar, después del deslave de Vargas. Esa noche dormí en su casa y me desperté en otro mundo, rodeado de bosques y agua. Al poco me instalé en un hotelito de la avenida Casanova, cerca de donde Rafael Caldera tenía su casa, «Punto Fijo», el origen real del puntofijismo.

Conocí al chavismo antes que a Chávez. Era una tensión palpable en las calles, en el miradas de las personas, en cualquier conversación de bar. Las tertulias de la tarde del Gran Café, en Sabana Grande, eran sobre Chávez y el fin del puntofijismo, mientras los veteranos del lugar ojeaban el Nacional, el Universal, o el Mundo, el único periódico vespertino que he conocido. «El Mundo lo dice antes», rezaba el eslogan rojo en uno de los altos edificios de la ciudad producto del desarrollismo de los años setenta, de la Venezuela saudí, la de Carlos Andrés Pérez; la misma que construyó una autopista desde el este hasta el oeste que hace imposible cruzar a pie desde Chacao a Las Mercedes y que quizás es lo único que une actualmente los ricos barrios caraqueños con los pobres.

Caracas estaba construida para los coches, para lo espacioso, para el alarde. Cómo si no se explica un campo de golf en medio de la ciudad. En alguna medida los venezolanos aún piensan así: piensan en grande. Tanto territorio libre, tanto petróleo, tanto recurso fácil, condicionan la forma de entender lo que les rodea. Chávez sólo podía existir en un contexto como ese.

Cuando aterricé al año siguiente de nuevo en Maiquetía iba derecho a asistir como asesor en la asamblea constituyente. Con Roberto Viciano como pilar desde la distancia, y gracias al buen hacer de varios amigos que aún conservo, me incorporé de lleno al trabajo en pleno y en comisiones.

Fue una experiencia única. Por el Palacio legislativo desfilaron las mujeres, los discapacitados, los homosexuales, los sordomudos, los maestros y los niños.Todos encontraron su lugar en la Constitución de 1999. Si existe una primera Constitución integradora en el más fundamental significado de la palabra fue ésa. Cuando se finalizó la redacción del borrador constitucional lo velamos toda la noche y, casi un año después de conocer al chavismo, conocí a Chávez.

Como soy mediterráneo, los míos me ha enseñado a respetar a los muertos. El respeto, en mi entorno, significa no hablar ni bien ni mal, sino guardar silencio. No es el momento de decir en qué acertó Chávez ni en qué se equivocó, porque siempre -en todo- nos quedaremos cortos.

Es el momento de comprender que sólo el hecho de que una persona no deje inmutable a nadie que la conozca ya es un mérito que la mayor parte del resto de los mortales no poseemos. «No soy una tacita de oro que le guste a todo el mundo», comentó Chávez alguna vez en uno de sus interminables Aló Presidente, que escuchaba el ama de casa mientras fregaba el piso o el taxista de Cuaricuao.

Por eso no quiero hablar más de Chávez, ni del chavismo. Quiero hablar de lo que quedará, si todo va por donde tiene que ir, después de Chávez: la Constitución de 1999. Un texto abierto que para él fue un éxito y un fracaso a la vez: el único proceso electoral que perdió en sus catorce años de gobierno fue cuando propuso una reforma constitucional y el pueblo, en referéndum, votó «No». Los votantes diferenciaron entre apoyar al Presidente y cambiar la Constitución. Porque sí, en Venezuela el cambio constitucional se vota, y no como en otras latitudes, donde las reformas se negocian con nocturnidad y premeditación.

Con Juan Torres pasé en Caracas quizás los momentos más tensos y más vitales que puedo recordar. En una de esas noches de insomnio en la casa del pez que escupe el agua -parafraseando a Herrera Luque- a alguien se le ocurrió reflexionar sobre lo principal que se había conseguido con la Constitución bolivariana. Marta Harnecker comentó en voz alta algo brillante, en lo que ninguno había caído: lo más importante era que el pueblo había recuperado la dignidad. Y en eso no tuvo que ver poco la Constitución de 1999.

Créanme cuando les insisto en que sobre Chávez se harán muchos y muy diferentes análisis, desde todas las ópticas posibles. Y todas, o la mayor parte, tendrán algo de razón. Pero si una cosa es indiscutible es que existe un antes y un después de Hugo Chávez. Y me alegro de haber estado tanto en el antes como en el después, porque nadie me va contar historias que no conozca por mí mismo.

 

 

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Cuando muere un socialista queda su semilla: Hasta siempre, Comandante.

avatar380016_1Para Construyendo la Izquierda, como alternativa socialista, el doloroso fallecimiento del Presidente y Compañero Hugo Rafael Chávez Frías, es un motivo tanto de profunda tristeza como de esperanza en que la Revolución Bolivariana mantenga su ruta, y el Socialismo del siglo XXI, con el que tal y como consta en nuestros documentos, CLI se identifica, prosiga su avance internacional.

 Chávez era el mejor amigo de los pobres y humildes del mundo. Sus acciones politicas internacionales fuerón claves para frenar tropelias de la Organización Mundial del Comercio y le causo grandes quebrantos al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacioanal, ayudando solidariamente a estados empobrecidos.

Damos el pésame al pueblo de la República Bolivariana de Venezuela y le pedimos constancia y profundización al transito hacía el socialismo y la democracia participativa y económica. Ese pueblo se ganó nuestra profunda admiración al esforzarse en el desarrollo de la democracia y la solidadridad en Venezuela. Se ganó nuestra profunda admiración cuando salió a la calle para rescatar a su presidente Chávez durante el golpe de estado que intentó Carmona en representación de la oligarquía económica. Y ahora, a la muerte del presidente Chávez volverá a ganarse nuestra admiración por la profundización de la tendencia iniciada y la defensa de su legado, que es el legado de todo el pueblo de Venezuela, y un gran ejemplo para el mundo.

Chávez rescato la palabra SOCIALISMO y le volvió a dar sentido. No hay obra humana perfecta, pero Hugo Chávez deja muchas realidades sociales ya construidas y, deseamos, consolidadas. La prueba de sus éxitos son el desprecio y la alegría de los oligarcas y los neoliberales, pues él demostró que se puede hacer otra política y que el socialismo es posible. Porqué Hugo Chávez si era socialista.

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CARTA REIVINDICATIVA POR EL TRABAJO DIGNO, EL PLENO EMPLEO Y LA RENTA GARANTIZADA CIUDADANA

MARCHA-11.- Por un puesto de trabajo digno y estable para todas las personas sin empleo. 

1.1.- Rechazo de las políticas de ajuste y austeridad que destruyen empleo y recortan derechos sociales. Suspensión inmediata por el Estado de la deuda ilegitima y odiosa. No a las leyes y tratados injustos que nos empobrecen.

1.2.- Derogación de la legislación que sostiene y estimula la precariedad laboral.

1.3.- Prohibición de los despidos laborales, deslocalizaciones y rechazo de los ERE’s. Derogación de las contrarreformas laborales. Prioridad del trabajador/a para elegir su reincorporación al puesto de trabajo en caso de despido improcedente.

1.4.- Reforzamiento de la gestión pública del empleo. No a la privatización de los servicios de empleo ni al recorte en políticas activas de empleo. Prohibición y penalización del prestamismo laboral.

1.5.- Puesta en marcha una bolsa de trabajo municipal que gestione de manera transparente y con la participación de las AA.VV, los sindicatos y las asambleas de parados/as el empleo generado en los servicios y empresas municipales (nuevos empleos, sustitución vacantes, etc.), el empleo creado por planes gubernamentales en marcha o que pudieran crearse. No a las empresas subcontratadas. Que la contratación se lleve a término directamente desde los ayuntamientos.

2.- Reducción drástica de la jornada de trabajo sin disminución del salario para garantizar el pleno empleo. Prohibición de las horas extras y destajos. Penalización de la Empresa que abuse y coaccione  al trabajador/a para realizar horas extras.

3.- Por una Renta Garantizada Ciudadana para las personas sin ingresos o bajos ingresos en aplicación del artº 24.3 del Estatut de autonomía.

4.- Prestación de desempleo indefinida con la correspondiente cotización a la SS hasta la recolocación definitiva.

5.- Prohibición de desahucio de su vivienda habitual a las personas y familias desempleadas. Por un parque público de vivienda de alquiler accesible.

6.- Servicios básicos de agua, electricidad y gas gratuitos para todas aquellas unidades familiares donde todos los miembros estén sin empleo.

6.1.- Gobierno de la Generalitat y ayuntamientos deben gestionar el pago del alquiler en el caso de vivienda habitual, la electricidad, el gas, el agua, los medicamentos las tasas municipales, la matrícula y libros de las escuelas públicas y la universidad.  Implantación de una tarjeta similar a la de los pensionistas para los trabajadores en paro para asegurar la gratuidad de tales servicios básicos.

7.-Transporte gratuito para todas las personas sin empleo para poder buscar trabajo con facilidad, realizar las gestiones necesarias y disfrutar del ocio con sus familias.

8.- Garantizar la formación de las personas sin empleo a través de las instituciones públicas. No a la externalización, privatización y fraude en la formación. La asistencia a los cursos de formación garantizará una prestación económica a las personas sin empleo que no perciban ninguna prestación o subsidio.

8.1.-  Control democrático de la formación ocupacional por sindicatos, AA.VV, asambleas de parados, etc., con el objetivo de asegurar su transparencia, calidad y efectividad. 

8.2.- No a las sanciones por abandonar cursos que no cumplan unos requisitos mínimos de calidad o se evidencien pruebas de fraude.

9.- Renovación automática de la tarjeta de residencia bien se esté trabajando o en el paro.

10.- Cesión gratuita por los ayuntamientos de un local permanente para las necesidades de los desempleados (información, asesoramiento) y la utilización de un local grande para realizar asambleas.

MARCHA CONTRA EL PARO 28 FEBRERO 2013

CARTA REIVINDICATIVA PEL TREBALL DIGNE, LA PLENA OCUPACIÓ, I LA RENDA GARANTIDA CIUTADANA

 

1.- Per un lloc de treball digne i estable per a totes les persones sense feina.

1.1.- Rebuig de les polítiques d’ajust i austeritat que destrueixen ocupació i retallen drets socials. Suspensió inmediata per l’Estat del deute il·legítim i odiós. No a les lleis i tractats injustos que ens empobreixen.

1.2.- Derogació de la legislació que sosté i estimula la precarietat laboral.

1.3.- Prohibició dels acomiadaments laborals, deslocalitzacions i rebuig dels ERO. Derogació de las contrareformas laborals. Prioritat del treballador/a per triar la seva reincorporació al lloc de treball en cas d’acomiadament improcedent.

1.4.- Reforçament de la gestió pública de l’ocupació. No a la privatització dels serveis públics d’ocupació ni a les retallades en polítiques actives d’ocupació. Prohibició i penalització del prestamisme laboral.

1.5.- Posada en marxa una borsa de treball municipal que gestioni de manera transparent i amb la participació de les AA.VV, els sindicats i les assemblees d’aturats / es l’ocupació generada en els serveis i empreses municipals (nous llocs de treball, substitució vacants , etc.), l’ocupació creada per plans governamentals en marxa o que puguin crear-se. No a les empreses subcontractades. Que la contractació es dugui a terme directament des dels ajuntaments.

2.- Reducció dràstica de la jornada de treball sense disminució del salari per garantir la plena ocupació. Prohibició de les hores extres i treball a preu fet. Penalització de l’empresari que abusi i coaccioni per fer hores extres.

3.- Per una Renda Garantida Ciutadana per les persones sense ingressos o baixos ingressos en aplicació de l’art 24.3 del Estatut d’autonomia.

4.- Prestació d’atur indefinida amb la corresponent cotització a la SS fins a la recol · locació definitiva.

5.- Prohibició de desnonament del seu habitatge habitual a les persones i famílies desocupades. Per un parc públic d’habitatge de lloguer accessible.

6.- Serveis bàsics d’aigua, electricitat i gas gratuïts per totes aquelles unitats familiars on tots els membres estiguin sense feina.

6.1.- Govern de la Generalitat i ajuntaments han de gestionar el pagament del lloguer en el cas de vivenda habitual, l’electricitat, el gas, l’aigua, els medicaments les taxes municipals, la matrícula i llibres de les escoles públiques i la universitat. Implantació d’una targeta similar a la dels pensionistes per als treballadors en atur per assegurar la gratuïtat dels esmentats serveis bàsics.

7.- Transport gratuït per a totes les persones sense feina per poder buscar feina amb facilitat, realitzar les gestions necessàries i lúdiques amb les seves famílies.

8.- Garantir la formació de les persones sense feina a través de les institucions públiques. No a l’externalització, privatització i frau en la formació. L’assistència als cursos de formació garantirà una prestació econòmica a les persones sense feina que no percebin cap prestació o subsidi.

8.1.- Control democrátic de la formació ocupacional pels sindicats, AA.VV i assemblees d’aturats amb l’objectiu d’assegurar la seva transparència, qualitat i efectivitat.

8.2.- No a les sancions per abandonar cursos que no compleixin uns requisits mínims de qualitat o s’evidenciïn proves de frau.

9.- Renovació automàtica de la targeta de residència s’estigui treballant o a l’atur.

10. – Cessió gratuïta pels ajuntaments d’un local permanent per les necessitats dels aturats (informació, assessorament) i la utilització d’un local gran per realitzar assemblees.

 

MARXA CONTRA L’ATUR 28 FEBRER 2013

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Ese hombre llamado Hugo Chavéz

entrevista-carlos-martinez-attac-inaki-gabilo-L-rKKxP5-175x130Carlos Martinez

Politólogo. Ha trabajado en una Unidad de Análisis al servicio de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.

Era cariñoso y simpático. Sin embargo, la derecha, la oligarquía y la inmensa mayoría de los medios de comunicación que son propiedad de ambas, le presentaron como a un dictador. Dieron una imagen de él cual si fuera mitad déspota y mitad inculto sargento chusquero. Hugo Rafael Chávez Frías, militar de carrera y diplomado en Estado Mayor, era licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, poseía una gran cultura, siendo un lector empedernido.

Chávez era un llanero, como le escuche decir docenas de veces mientras trabajé para él, unos breves pero intensos meses, hace ahora un año. Un llanero, es un hombre de Los Llanos de Venezuela, con mentalidad agraria, pero también de jinete rebelde, de lancero de Bolívar  Por eso cantaba, bailaba y era sencillo. Sencillo como los lugareños, alegre y con algo de sangre negra, por parte de su abuela paterna. Chávez hablada como el pueblo venezolano, por eso le entendían tan bien. Chávez heredó el espíritu libre y rebelde de los llanos.

La burguesía venezolana siempre lo despreció, le llamaban “el negro” como mote despectivo. Él siempre habló orgulloso de sus gotas de sangre negra.

Hugo Chávez, no era como los políticos y políticas al uso en el estado español. Hablaba con convicción, contundencia y frases rotundas, entendibles por y para su pueblo. Chávez no hablaba para las élites, mucho menos para contentar a las oligarquías. Chávez hablaba para su gente, para los pobres de Venezuela, de América y del mundo. Por eso no sentía vergüenza de cantar en público canciones llaneras, los cantos populares de su tierra, que en varias ocasiones le contemple desgranar. Era la vida, era tremendamente vitalista. Se desbordaba en palabras, pero sobre todo en acciones, en hechos, en programas.

Chávez visitaba obras, interpelaba en público a directores, alcaldes o ministros y si hacía falta les reprendía. Hugo Chávez presentado en Europa Occidental como un machista, tenía sin embargo a numerosos ministras en su Gabinete, así como el PSUV gran número de diputadas y numerosas mujeres, al menos tantas como hombres, ocupan los altos cargos de la Administración. También los Consejos Comunales están llenos de mujeres activistas, yo diría que más que hombres.

Hugo Chávez que en ocasiones hacía retransmitir en directo en tv consejos de ministros. Se comentaba en Miraflores (sede presidencial) que ponía en serios aprietos a sus ministros solicitándoles datos, acciones en marcha y fechas concretas de ejecución. Era infatigable sencillamente. Trabajar a su servicio eran horas de trabajo, seguimiento y duras jornadas de reflexión, lectura e informes diarios. Otras y otros en condiciones todavía más duras que el autor.

Pero lo que aquí me interesa resaltar -pues ya habrá cientos de artículos mucho más eruditos- era su carácter humano y su compromiso altermundista.

A Chávez lo vi por primera vez en el Foro Social Mundial de Belem en Brasil. Allí en medio del éxtasis de los militantes jóvenes del Movimiento de los Sin Tierra, nos habló con su sencillez y profundidad. Se declaró feminista y tuvo palabras de aprecio para Ignacio Ramonet y otros intelectuales europeos y Latinoamericanos del pensamiento crítico allí presentes. Cuando finalizó las muchachas y los muchachos latinoamericanos presentes, en especial brasileños, se abalanzaron al escenario y Hugo cual un cantante de rock se desprendió de una toallita que llevaba para enjugarse el sudor y la arrojó al público, a su público que era parte de la juventud revolucionaria latinoamericana. Chávez volvió a sellar su compromiso con el Foro Social Mundial. En ese mismo acto organizado por el MST cuyos activistas sencillamente lo amaban y lo aman, junto a Evo Morales, Rafael Correa y Lugo -el presidente electo derrocado en Paraguay- afirmó que allí estaban, comprometidos con la causa de la revolución y el socialismo internacional ” Un doctor de Harvard, un indio, un obispo y un soldado juntos”, que había de todo en esa banda del nuevo internacionalismo, un cura, un intelectual, un indio cocalero y un soldado del pueblo.

Después ya  en Venezuela, tuve la suerte de participar en el acto de constitución del Gran Polo Patriótico. En Caracas, cerca de Miraflores y en la calle, desgranó la gran aventura del frente antineoliberal, amplio, participativo y popular en el que un líder carismático ponía todas sus esperanzas. Porqué Hugo Chávez y eso debe servirnos de ejemplo, potenció un gran movimiento unitario popular y amplio, el Gran Polo Patriótico, de forma que aun teniendo  la fuerza electoral suficiente, junto con los socialistas del PSUV, llevó en sus listas a comunistas del PCV, que eran minoritarios y a socialdemócratas antineoliberales del MEP y del PTT Maneiro. Ojalá la lección se aprenda por estos lares.

Deseo finalizar manifestando mi repulsa por muchas falsedades que sobre el presidente Chávez, se están diciendo en el estado español, con un jefe de estado vitalicio e impuesto por un dictador, y a pesar de ello muchos periodistas se atreven a cuestionar su “pureza democrática“, afirmando la dificultad de los medios de información, la mayoría en manos públicas. Esta afirmación, es una monstruosa mentira. La mayoría de las cadenas de televisión venezolanas son privadas y la mayor parte de los periódicos también. Basta con viajar a Venezuela y comprobarlo. Pero afirmaré más, con menos ataques de lo que los periódicos y cadenas privadas constantemente profieren contra el que era su jefe del estado, si estás afirmaciones se hicieran aquí en España, para criticar al monarca vitalicio y no electo heredado de Franco, muchos medios ya hubieran sido cerrados y/o procesados. Por esto, al dolor que sufro por la muerte de un gran hombre de estado, gran socialista y humanista, lo veo incrementado por tener que escuchar tanta falsedad de tipos que jamás han estado en Venezuela, ni contrastado sus informaciones. Pero la mentira tiene las patas muy cortas y el cariño de su pueblo no se podrá ocultar.

Hugo Chávez, nos hizo mucho bien a toda la humanidad. Los verdes europeos debieran ahora recordar y en especial los centro-europeos su decidida actuación junto a Evo Morales en la cumbre de Cophenague, cuando la abandonaron y se solidarizaron con las reivindicaciones ecologistas y en defensa de la Madre Tierra, en lugar de criticarle con criterios eurocentristas y racistas.

Termino  pidiendo a las personas de izquierdas e informadas que puedan leer este artículo, que cuando analicen las actitudes y la obra de Hugo Chávez,  piensen como Latinoamericanos. A nosotras y nosotros tanta supuesta pureza y, muy supuesta horizontalidad, no nos ha servido, ni para hacerle cosquillas al sistema, mientras que los líderes latinoamericanos y sus pueblos sí que están creándole problemas al capitalismo depredador.

 

 

 

 

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Con Chavéz


chiquitin
José Manuel Martín Medem

El cáncer más cabrón ha devorado lo que más nos duele pero lo mejor de América Latina le debe a Hugo Chávez la salud política de la dignidad y de la movilización del coraje para que lo que está cambiando no se joda. Las muchas palabras que se van a desbordar no deben paralizar lo necesario: la coherencia de lo acumulado para que el protagonismo personal se convierta en océano colectivo..

Los que lo celebran no lo respetan ni muerto pero las próximas elecciones en Venezuela van a ser el homenaje popular de la mayoría que por primera vez pudo participar en una democracia que contagió a América Latina.

Un abrazo para el pueblo venezolano en la solidaridad de los que sabemos lo que es bueno.

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CHÁVEZ

piquerasAndrés Piqueras, Profesor Universidad Jaume I

Supe por primera vez quién era Chávez, en 1992, en mi primer viaje a Venezuela. Justo cuando el comandante Chávez, junto con otros militares del MBR200, se levantó en contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez que venía asesinando a la población venezolana alzada contra las políticas de muerte que tres décadas antes que en Europa imponía el Gran Capital en América Latina (las tristemente célebres Políticas de Ajuste Estructural, que ahora empezamos a conocer aquí).

Su “por ahora” para hablar del levantamiento fracasado como hijo del pueblo, que pronunció cuando le detuvieron, marcó el principio de una nueva era en la relación entre Gobierno y sociedad en Venezuela.

Es cierto, como se ha dicho, que Chávez ha representado una experiencia nueva para la izquierda, que le ha costado mucho digerir y que tendrá que aprender a interpretar, más allá de esquemas tópicos  (ni caudillo popular a lo Pancho Villa, ni populista -por más que se empeñen en presentarlo así- a lo Perón, ni “comandante en jefe” tipo Frente revolucionario, ni líder guerrillero triunfante a lo Ché o Fidel). Todavía recuerdo cómo en Argentina, en 1999, me decían los compañeros que no querían saber nada con milicos. Sus razones tenían, pero este era un “milico” diferente.

Chávez es una construcción colectiva propia de la por más tiempo imposible cohabitación nacional entre un sistema representativo totalitario que privatizó la política para la burocracia oligárquica, y una “sociedad excluida” sin cauces de expresión ni de acceso a ningún beneficio de la enorme riqueza del país. Una población que según las propias fuentes oficiales estaba en la pobreza en más de un 60%, siendo a la vez la más desarticulada de todo el continente (sin apenas organizaciones sociales o políticas).

Chávez es en cierto modo el parto de esas circunstancias propias de un modelo corrompido hasta el tuétano, que se desgasta a sí mismo, y es incapaz también de ofrecerse a sí mismo por más tiempo la alternancia. Se trata del mismo capitalismo periférico que luego empezó a estallar en Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia y poco a poco en todas partes.

Chávez es el producto de mil luchas, y de otras tantas brutales represiones de una población cansada de vivir en la miseria mientras los petrodólares inundaban las cuentas de la oligarquía económico-política del país [que se adueñó privadamente de todo el ciclo de producción, distribución y consumo]. Una oligarquía que alternándose en dos partidos, COPEI y ADECO, evadió del país en treinta años el equivalente a 5 planes Marshall, que se embolsó en torno a 300.000 millones de dólares, y que hizo cómplices suyas a las burocracias de unos sindicatos totalmente verticalizados, las mismas que hoy hacen huelgas para la patronal contra la democracia (por eso mismo, ¡qué asombroso!, sin perder el salario).

Chávez es el resultado del descabezamiento de las escasas organizaciones y movimientos populares, de la eliminación sistemática de líderes y opositores llevada a cabo por los gobiernos que se llamaron “democráticos”. La autodenominada Coordinadora Democrática que ha venido saboteando el país durante el gobierno bolivariano, agrupa o representa a los mismos que masacraron o aplaudieron las masacres de Caracas (“caracazos”) en 1989 y 1992, y los asesinatos estudiantiles de 1991, los mismos que dejaron a un país exhausto tras vender todos sus recursos a las multinacionales de la OCDE. En ella está la escuálida burguesía venezolana, que se benefició con la miseria de todos los demás.

Chávez, y el sector del Ejército que le ha apoyado, tenía la fuerza que a una población masacrada ya no le quedaba. Es la propuesta del gentío cuando el gentío, desangrado, ya no pudo ir más lejos por sí mismo, y militares “nacionalistas” se levantaron para tomar el relevo y proponer una alianza cívico-militar prácticamente sin precedentes en la historia latinoamericana.

Por eso poco importa lo que Chávez-persona sea. Lo importante es que fue modelado por esa población que empezaba a ser pueblo, a ser sujeto social, y él tuvo que expresar su discurso, tuvo que aprender a ser ella. Lo importante es que por primera vez en la historia venezolana Chávez-pueblo ha abierto la posibilidad de que la “sociedad excluida” de siempre se autoorganice,  ha abierto la esperanza de que en breve ya no se necesite de él, como la mariposa ya no precisa de la crisálida, que sólo tiene sentido para posibilitarla.

La “revolución bolivariana” comenzó con desigual éxito a sentar los cimientos de esa metamorfosis: los círculos bolivarianos, los círculos de producción, los sindicatos bolivarianos, la Asamblea de Barrios, la Asamblea Popular, querían significar eso. Por primera vez hubo posibilidades para la población venezolana de una “cultura política”, de una formación social.

Algunas de sus medidas también comenzaron a ser esperanzadoras: transformación institucional sin par, racionalización y conversión progresiva de la política fiscal, acuerdos con las comunidades indígenas para que recuperen el control de sus tierras, aguas y subsuelos, alfabetización y programas de nutrición infantil, reivindicación nacional de los recursos, fijación estatal de las tarifas eléctricas, creación del Banco de las Mujeres, Operaciones Milagro, Ley de Tierras para comenzar a distribuir las mismas a costa de los latifundios, “siembra del petróleo” para invertir buena parte de sus ganancias en el campo, Misiones sociales…

Demasiadas cosas para que los poderosos de la Tierra se quedaran de brazos cruzados. El gobierno de Aznar y las multinacionales españolas, que junto con el PSOE, se apresuraron a saludar el “derrocamiento” de Chávez (los primeros en el mundo)* y el según ellos “triunfo de la democracia frente al populismo” tras el fallido golpe de abril de 2002, no han dejado en todo este tiempo de vilipendiarle.

Chávez, que ha permitido que los media queden en manos de la burguesía, ha tenido que vérselas con lo mismo, sólo que en su propia casa (¿qué gobierno europeo permitiría eso?). Un presidente que se propone la tarea de distribuir la riqueza y al mismo tiempo no puede permitirse el lujo de incumplir de golpe con el FMI, ni de cortar el suministro energético a EE.UU., ha jugado permanentemente en la cuerda de la muerte.

Y es muy probable que al final haya terminado pagando con su vida tanta osadía. Su muerte es probablemente otro magnicidio más de los muchos perpetrados por EE.UU. en América Latina y el mundo.

La “democracia” de los poderosos, ya se sabe, sólo vale cuando les vale a ellos. Cuando a nadie se le ocurre desafiar a las diferentes versiones de lo mismo que han preparado.

Chávez se rebeló e intentó cambiar la base histórica de la sociedad probablemente más desestructurada de América, donde los niveles de individualismo, corrupción como hábito de vida en todas las esferas, desconfianza mutua e informalidad, se unieron a la falta de redes, estructuras u organizaciones sociales que pudieran dar cuerpo a algo remotamente parecido a una ciudadanía. El síndrome consumista formado en torno al gran surtidor del petróleo, la subordinación ideológica y el arraigado oportunismo, se acompañaron de una violencia estructural y uno de los niveles más altos de delincuencia en el mundo (durante muchos años Caracas ha figurado entre las 5 ciudades más peligrosas del planeta).

En las más de 10 veces que después del 92 volví a Venezuela junto a sus movimientos sociales, comprobé instalada la corrupción y el “trepismo” incluso en los círculos más cercanos a Chávez. Demasiada tarea para un solo hombre.

Según el oro negro se vaya haciendo más y más escaso, el petróleo de Venezuela cobrará cada vez más importancia. Según las contradicciones del Gran Capital estallen entre sí e impidan su dinámica de acumulación, más brutal se tornará. Un gobierno hecho por la gente (aunque todavía sin protagonismo político de las grandes mayorías), es, de todas formas, un “peligro intolerable”.

Todo depende ahora de la capacidad de esa gente venezolana de ser pueblo. Es decir, de tener muy clara su conciencia de clase y saber quiénes y dónde están sus enemigos.

Y lo mismo para el resto de poblaciones latinoamericanas.

El legado en el que agruparse y protegerse que deja Chávez no es despreciable. ALBA, UNASUR, CELAC, el Sucre, el Banco del Sur, la Universidad del Sur, TeleSur, lazos de mutua ayuda con países de otros continentes…

Por todo ello…        ¡muchas gracias Hugo Chávez!

Sabes que para muchos ya eres el nuevo Bolívar.

* Para una versión documentada sobre la implicación del gobierno español en el fallido golpe a Chávez de abril, ver http://www.pce.es/mundoobrero. Documento del 24.05.02.

 

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Hugo Chávez, un hombre bueno que vivirá para siempre

victor riosVictor Ríos

Investigador del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra

Tiempo habrá para aquilatar serenamente la contribución de Hugo Chávez Frías en la ingente tarea de saldar la histórica deuda social y cultural contraída por los Imperios y las oligarquías locales con las clases populares de su amada patria, la República Bolivariana de Venezuela, de su Patria Grande, Nuestra América, y de todos los pueblos y personas humildes del planeta. Tiempo habrá para dar a conocer más y mejor en esta vieja Europa datos y experiencias de los procesos de transformación impulsados por Chávez y la revolución bolivariana desde su primer triunfo electoral en diciembre de 1998 hasta nuestros días.

Con Chávez, el bravo pueblo venezolano ha sembrado e irradiado múltiples y valiosas enseñanzas para nosotros, hoy, aquí y ahora. Por ejemplo, una Constitución que ya la quisiéramos tener por estos pagos, con posibilidad de referéndums revocatorios de todos los cargos electos a mitad de sus mandatos, desde el Jefe del Estado hasta los concejales; con la incorporación de nuevos órganos de poder ciudadano, y de tantos otros derechos económicos, sociales y culturales que aquí se desconocen. Con Chávez se han impulsado unas políticas sociales de resultados reconocidos por organismos internacionales como la UNESCO, la Organización Mundial de la Salud, la CEPAL… Con ellas el pueblo venezolano y los de los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) están caminando hoy en la dirección opuesta a los europeos. Es decir, reduciendo la exclusión, la pobreza y las desigualdades. Las cifras cantan. Pero en estas líneas no voy a adentrarme en ellas.

Pues escribo desde el profundo dolor y tristeza que me atenaza en estos momentos. Sentimientos que en estas horas comparten muchos, muchos millones de mujeres y hombres venezolanos, latinoamericanos, caribeños y buenas gentes de todo el planeta. Sentimientos que me conducen directamente a evocar algunos de los momentos compartidos con un hombre bueno, un hombre a la vez audaz y realista, una persona que ya en vida pasó a ocupar un lugar indiscutible en la historia de Venezuela, de América Latina y de la lucha internacional de los pueblos por su liberación nacional y su emancipación social. Un hombre cuya contribución a hacer realidad el viejo proyecto de una unión latinoamericana y caribeña libre y soberana ha dejado sus frutos en lo que hoy ya es la ALBA, la UNASUR y la CELAC.

Para mí ha sido un enorme privilegio, un gran honor, haber podido tratarlo en persona, acompañarlo en algunos de sus viajes internacionales y trabajar para él y al servicio de su pueblo con la intensidad y la exigencia que él era el primero en aplicarse a sí mismo de manera cotidiana. Recuerdo cuando entraba de pronto en el despacho para recabar una opinión sincera sobre un discurso recién pronunciado, su sentido del humor y su campechana autenticidad, cómo esbozaba una sonrisa franca y abierta al presentarme como miembro de su comitiva ante el presidente Zapatero en una visita de éste a Venezuela, diciéndole: «mira, éste es un subversivo compatriota tuyo que me traje aquí a trabajar conmigo». No olvidaré lo a gusto que se sentía departiendo con personas muy humildes durante una visita realizada al Bronx en compañía del embajador Bernardo Álvarez, aprovechando su estancia en Nueva York para intervenir en el 60º Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2005. Al acercarme a felicitarlo tras su vibrante discurso, me espetó en seguida: «no Víctor, esto no es obra mía sino de todos, soy yo quien agradezco a todo el equipo la tarea realizada». Cuán lejos están estos pequeños ejemplos, y tantos otros que guardaré para siempre en mi corazón y mi memoria, de los estereotipos forjados por sus detractores, interesados en combatir el cariño y el afecto que su pueblo le profesa, y temerosos del «efecto contagio» que ello podía provocar en otras tierras.

Su decisión de plantear la necesidad de poner rumbo a un socialismo del siglo XXI, comentada en una reunión privada en el marco del Encuentro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad celebrado en Caracas en diciembre de 2004, y luego lanzada en público en el Foro Social Mundial de Porto Alegre en enero de 2005, marcó un hito en la historia del socialismo y del movimiento revolucionario latinoamericano e internacional. Recuerdo las reflexiones y elaboraciones de múltiples documentos realizadas entonces en su Despacho de la Presidencia, a las que contribuían activamente múltiples compañeros venezolanos como Haiman El Troudi, Luis Bonilla, Luis Vargas o Gonzalo Ramírez, y cooperantes internacionales que estaban entonces allí como Marta Harnecker, Juan Carlos Monedero, Michael Lebowitz u otros que aportaban sus fecundas reflexiones desde aquí, como Paco Fernández Buey.

Las preguntas que nos hacíamos eran muchas y el presidente Chávez animaba a avanzar sin dilación en las reflexiones para traducirlas en acción política y de gobierno en la que el pueblo organizado tuviera también una participación activa. ¿Qué balance hacer de los socialismos del siglo XX? ¿Cuál debía ser el papel del bolivarianismo y de otras corrientes de pensamiento emancipador latinoamericano en la formulación de una propuesta socialista revolucionaria para Venezuela y para América Latina? ¿Cómo plantear la transición de la economía y los valores propios del rentismo petrolero heredado hacia una política económica que pusiera dicha renta al servicio de un nuevo modelo productivo y de relaciones sociales? ¿Cómo ir transformando los viejos aparatos del Estado para avanzar hacia un Estado Comunal, basado en una democracia participativa y protagónica de nuevo cuño?

Hugo Chávez no se cansaba de hacer pedagogía de modo permanente, de explicar su proyecto, proponer innovaciones y escuchar las demandas de su pueblo, de querer verificar siempre el grado de cumplimiento de la acción de gobierno aprobada y el buen uso de los recursos dispuestos. Comprendía y exigía. Exigía y comprendía. Y así ha sido hasta el agotamiento de sus fuerzas. Como botón de muestra no hay más que ver la retransmisión hecha por Venezolana de Televisión del Consejo de Gobierno del 20 de octubre de 2012, a los pocos días de su clara victoria en las elecciones presidenciales.

Hoy en la prensa el titular es unánime, pero no los sentimientos. Los medios digitales libres de verdad, independientes de los poderes económicos, describen el hecho luctuoso y acogen textos escritos por plumas que destilan tristeza y dolor. Los grandes grupos empresariales mediáticos internacionales y españoles -algunos venidos a menos en solvencia y a nada en credibilidad-, traficantes de información sin escrúpulos, como hemos tenido ocasión de ver muy recientemente, por fin pudieron poner el titular que estaban deseando semana tras semana. Pero a éstos últimos, el pueblo venezolano, los pueblos latinoamericanos y caribeños, y los que aquí nos sentimos solidarios con ellos y unidos hoy en su dolor, les vamos a mostrar que una vez más se equivocan: como Martí, Bolívar, Zapata, el Ché y tantas personas anónimas que han dado lo mejor de sí por forjar una humanidad justa y libre en una tierra habitable, Hugo Chávez Frías llegó para quedarse. Y vivirá para siempre. En el corazón de los venezolanos humildes, de los venezolanos buenos, y de todos los hombres y mujeres de cualquier rincón del planeta que no dejaremos de agradecerle que se haya dejado la vida en mostrar que sí se puede plantar cara a los poderosos, dar visibilidad y dignidad a las personas más humildes y transformar las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías sociales cuando éstas se dan cuenta del poder que tienen al perder el miedo y luchar unidas.

Seguir su ejemplo de compromiso con los de abajo, en Venezuela y en cualquier parte, nos hará sin duda mejores y más libres. Ese es el compromiso de su pueblo cuando inunda las calles anunciando que todos somos Chávez. Ese es el legado y el reto que nos deja. Permítanme que, con los ojos húmedos y un nudo en la garganta, les anuncie algo humildemente, pero a la vez con mi deseo expreso de contribuir a ello con gran convicción: ahora más que nunca, Chávez no se va.

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