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PODEMOS y sus dos pilares; medios de comunicación y América Latina

images (1)«PODEMOS ha sabido aprender de la situación que existe en el siglo XXI gracias a las experiencias estudiadas en América Latina. El sur también puede enseñar al Norte, “la descolonización europea”

Aníbal Garzón, Rebelión

Las dudas y críticas sobre las posibilidades de PODEMOS en aparecer en los medios de comunicación de masas se ha olvidado de que parte de su gran logro ha sido saber aprender del proceso de victorias electorales de los gobiernos pos-neoliberales de América Latina

Después de la digestión post-electoral de los resultados de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo, en concreto en la circunscripción de España, al analizar decenas de artículos en las redes sociales y tener varias conversaciones con exiliados económicos españoles en las tierras del país más austral del mundo, Chile, creo estar disponible para hacer mi propia y breve interpretación.

Hace tres años en otras tierras lejanas, Bolivia, creí estar capacitado para poder escribir un artículo sobre el movimiento del 15-M, comparando el proceso del auge político de cambio del país andino con el país ibérico.

Parte de esa capacitación fue por la lectura de la obra «Estado, Campo de Lucha» que escribió el Vicepresidente boliviano Álvaro García Linera. En el ensayo García Linera explica las fases de la construcción y desarrollo político de los movimientos sociales en Bolivia [1]

De protesta a ruptura

La primera fase la llamó “el momento de develamiento de la crisis de estado” afirmando que es cuando el sistema político y simbólico pierde legitimidad en una parte de la población civil que empieza a obtener fuerza de protesta conjunta, lo que fue en Bolivia la Guerra del Agua de 2000 y Guerra del Gas de 2003.

Y la segunda fase la llama el “empate catastrófico”, que es cuando el movimiento de protesta se organiza bajo un proyecto a nivel estatal, pasando de la protesta a la construcción. Lo que fue la propuesta política del Movimiento al Socialismo (MAS) liderada por Evo Morales.

Si analizamos el caso de Bolivia con el de España, cada país con sus particularidades, podemos afirmar que PODEMOS con un excelente resultado de 5 escaños con 4 meses de historia fue justamente una práctica social inspirada en la base de Linera. El 15-M fue un movimiento social conocido por los medios a nivel internacional, y es lo que sería la primera fase que define Linera, y la construcción de PODEMOS justamente la segunda fase. Algo que señaló el mismo miembro de PODEMOS Juan Carlos Monedero en su frase; “Si el 15-M estaba muerto, ¿por qué estábamos aquí nosotros?”[2].

Es interesante resaltar que posiblemente PODEMOS no sólo haya sido un nacimiento de ruptura con el régimen español de 1978, pasando de la protesta del 15-M a la construcción política, sino también una ruptura de etnocentrismo, donde los países del sur también pueden enseñar a los del norte.

E igual que no nos debe dar vergüenza saber que la patata no es española y que la tortilla “made in spain” española está llena de productos indígenas de América del Sur, también es de orgullo internacional que PODEMOS haya aprendido del nacimiento paradigmático boliviano y su Proceso de Cambio, experiencia que conocen muy bien Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero [3].

Medios de comunicación

El otro debate esencial que nació y generó incluso muchas dudas dentro de la izquierda es que PODEMOS haya tenido un espacio tan amplio en los medios de comunicación de masas, la mayoría de ellos privados y por lo tanto, a priori, cercanos al modelo económico neoliberal actual en España. Este espacio no ha sido ofrecido a otros frentes estatales como Izquierda Unida y mucho menos los de la izquierda rupturista independentista en Catalunya, la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), o la Izquierda Abertzale o como la candidatura de Iniciativa Internacionalista en las elecciones europeas de 2009.

Mi experiencia en medios alternativos, como Kaosenlared, me da una visión de la extremada censura que ha existido en los medios de comunicación españoles. Represiones, marchas, protestas,… que son silenciadas. Ese silencio acaba generando una invisibilidad política ya que los medios de comunicación es uno de los actores principales de la esfera política al ser el puente entre los partidos políticos y la ciudadanía.

Por lo tanto, si hay espacios en los medios hay espacio en la política, y si PODEMOS ha tenido en 4 meses ese crecimiento, sin desprestigiar su trabajo de conferencias a nivel de todo el Estado y la militancia virtual en las redes sociales, es gracias a esos medios privados.

Todo esto produce varias preguntas contradictorias, que muchas veces nos hacen caer en desconfianza y oscurantismo aunque estemos con gran cercanía política a las propuestas de esta fuerza; ¿Por qué PODEMOS ha tenido ese privilegio en los grandes medios siendo los puentes esenciales entre política y ciudadanía? ¿Interesa a los medios, en vinculación con la “casta” política, dar una apertura a voces alternativas para fortalecer una imagen de democracia política española en un momento de fuerte crisis económica? ¿O los medios, y la casta política española, han estado 30 años (1978-2008) con una creciente despolitización social que no se han preocupado de nuevas posibles fuertes emergencias sociales? ¿Por qué dieron espacio los medios de masas españoles a Iglesias cuando se le conocía claramente su proyecto comunicativo por las experiencias de La Tuerka e Hispan TV?

Estas dudas sobre el enfoque de los grandes medios no deben generar una etiqueta malévola contra los representantes de PODEMOS, “sobre si son miembros del sistema”, “si son oportunistas”, “si son reaccionarios”, porque de esta manera es caer en la enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, como bien decía Lenin. Más que analizar a PODEMOS se debe analizar al verdadero enemigo, que es la casta y sus medios de comunicación.

PODEMOS no sólo aprendió de Linera sobre el proceso de los movimientos sociales, sino también de toda la América Latina sobre que los procesos que se viven hoy en esa región continental muchos de ellos han sido gracias a los medios de comunicación.

1- Si Evo Morales llamó a García Linera para ser el candidato a la Vicepresidencia en 2005 sin ser militante del MAS era porque García Linera era conocido en Bolivia al ser un tertuliano en los medios de comunicación oficiales.

2- Si Hugo Chávez consiguió llegar democráticamente el poder venezolano no fue simplemente por sus amplias oratorias sino por salir un minuto en los medios de comunicación tras el intento del golpe cívico militar de 1992 con una frase que hizo historia: “Nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder… lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”

3- Si Mauricio Funes fue presidente de El Salvador con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), sin ser militante del partido, fue por ser un periodista reconocido a nivel nacional que entrevistó a lideres como Fidel Castro, Felipe González, o Lula da Silva.

En conclusión, PODEMOS ha sabido aprender de la situación que existe en el siglo XXI gracias a las experiencias estudiadas en América Latina. El sur también puede enseñar al Norte, “la descolonización europea”. Si se quiere hacer política se debe estar en los medios, sin olvidarse de uno de los pilares esenciales, las bases sociales, aunque siempre estar alerta con la continúa contradicción de que la mayoría de los medios sigue en manos de los enemigos. Algo que aprendió Chávez tras el golpe de Estado y mediático de 2002.

Notas:

[1] http://old.kaosenlared.net/noticia/democracia-real-ya-movimiento-resistencia-movimiento-construccion

[2] http://www.eldiario.es/zonacritica/Podemos-repliegue_6_264633561.html

[3] Conferencia http://www.youtube.com/watch?v=R-hTpEvf9Lc

 

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“Una abdicación humillante para un golpe constitucional de perspectivas nada halagüeñas”

images«¿Qué sentido tendría para IU seguir siendo la peana sobre la que se levanta el poder de Susana Díaz, nuevo factotum del PSOE?

IU debe plantearse muy seriamente provocar unas elecciones anticipadas en las que el pueblo andaluz pueda expresarse inmediatamente en esta crucial disyuntiva entre la pseudoreforma taimada del régimen o la apertura de un proceso democrático constituyente».

Antoni DoménechGustavo Buster y Daniel Raventós

Juan Carlos de Borbón nos tomó a todos por sorpresa a primera hora de la mañana del lunes anunciando la abdicación de la Corona. Muy probablemente es verdadera la versión oficial, según la cual se trata de una decisión tomada hace meses, y en cuyo secreto estaban sólo los muy allegados a la Casa Real, Rajoy y Rubalcaba.

La abdicación estaría, así pues, concebida por ese pequeño cenáculo, por lo pronto, como un primer movimiento de pieza destinado a recomponer parcialmente, y hasta donde se pueda, los fenecidos acuerdos básicos que configuraron el arco político dinástico de la Transición (UCD, PSOE, PCE-PSUC –luego IU/ICV—, AP –luego PP—, CiU y PNV y otras formaciones regionales menores).

Y más perentoriamente aún, a encarar algunas reformas constitucionales que les permitan enfrentarse con alguna perspectiva mínimamente razonable de negociación al masivo desafío soberanista catalán, que tiene citas decisivas con la calle y con las urnas el 11 de septiembre y el 9 de noviembre próximos.  Y a partir de ahí, acaso comenzar una “segunda Transición” –también protagonizada y controlada por las elites— capaz de revertir la manifiesta crisis de la Segunda Restauración e insuflarle un nuevo soplo de vida.

Pero sólo los necios –y el lumpen académico conspiracionista o estructuralista— pueden creer que las elites, además de ser malísimas, no cometen nunca errores políticos de bulto. ¿Lo es la jugada de la abdicación? Seguramente no, en el sentido en que en el ajedrez no se consideraría necesariamente una mala jugada un “movimiento forzado”. Pero en política los tiempos y los ritmos tienen un papel mucho más importante que en los juegos de mesa de información perfecta.

Y el movimiento forzado de la abdicación no se ha producido en el momento idóneo fantaseado (justo después de las elecciones europeas, para que no pasara factura política electoral a sus valedores e ideadores, y con tiempo por delante para encarar de otra manera el vértigo catalán). Sino tras elresultado electoral inesperadamente catastrófico cosechado por el bipartidismo dinástico, cuya primera consecuencia fue la defenestración política de Rubalcaba, arteramente aplazada unas semanas.

Todos los indicios apuntan a que la decisión de que el anuncio se produjera precisamente el lunes fue tomada con ciertos nervios y vacilaciones de última hora, que explicarían la impresión de improvisación comunicada a la opinión pública, así como la incomprensible “cantada” protocolaria de que fuera Rajoy, y no el propio rey, quien compareciera primero ante los medios de comunicación.

El momento no resulta precisamente oportuno para los desacreditados intereses de quienes necesitan perpetuar con afeites amañados en secreto el lamentable statu quo presente.

No es un buen momento, por lo pronto, para el propio Príncipe de Asturias, quien, de tener éxito la delicada maniobra sucesoria, comenzará su reinado teniendo que pechar con los numerosos flecos todavía sueltos del sinnúmero de escándalos protagonizados estos últimos años por la Familia Real, singularmente el del caso Noos de Urdangarín y su esposa, la Infanta Cristina (hermana del heredero al Trono).

Por si fuera poco, el inexperimentado heredero, que apenas tenía uso de razón cuando se forjaron las viejas complicidades tejidas por el famoso tranquil, Jordi, tranquil del 23F de 1981, tendrá que comenzar su reinado lidiando nada menos que con el bravísimo proceso democrático soberanista catalán en curso, ese inadvertido iceberg político en que ha terminado dando el fastuoso Titanic de la Segunda Restauración borbónica.  Bien es verdad que ningún momento sería aquí suficientemente bueno del todo, y que algunos esperarán jugar la carta de que el nuevo capitán del Titanic es también Príncipe de Girona…

No es buen momento, desde luego, para los pasajeros de primera clase de ese Titanic. Precisamente cuando las elecciones europeas acaban de hacer patente el desplome del bipartidismo dinástico, muro principal de carga del criminógeno cártel formado por las grandes empresas del Ibex, los grandes grupos mediáticos de comunicación y buena parte de dirigentes y exdirigentes de PP, PSOE, CiU y PNV, anchas puertas giratorias mediante: un cártel enseñoreado del capitalismo oligopólico de amiguetes políticamente promiscuos en que terminó fraguando la economía política de la Transición y al que el estallido de la crisis capitalista mundial y su pésima gestión por parte de la UE ha puesto patas arriba provocando un inaudito sufrimiento entre la población trabajadora española.

Pero no es buen momento, sobre todo, para un PSOE más hundido electoralmente que nunca, totalmente desnortado ideológico-políticamente y harto desvencijado organizativamente. Su secretario general, Rubalcaba, se había visto precisamente forzado a anunciar su “abdicación” de mala manera unos días antes que el monarca, aunque para hacerla efectiva después de él.

Las razones resultan ahora evidentes: había que paralizar cualquier reacción de los barones territoriales y del grupo parlamentario socialista en el proceso sucesorio, que no por constitucional es menos antidemocrático.

Y es evidente que muchos socialistas han empezado a comprender tras las elecciones europeas –unos de buena fe, otros porque a la fuerza ahorcan— que la única alternativa a la “pasokización” irreversible del PSOE es un giro drástico y creíble a la izquierda. ¿Qué harán ahora, en el momento crítico de esta inoportuna sucesión monárquica? ¿Aparecer coram populocomo parte esencial de una “casta” empeñada en arrebatar a todos los pueblos de España, y no solo al catalán, el “derecho a decidir”, votando en las Cortes con el PP y con la UPyD la Ley orgánicaad hoc que necesariamente tendrá que regular esta sucesión hereditaria?

La única voz disidente en la dirección socialista más allá de las posturas de las Juventudes Socialistas e Izquierda Socialista— ha sido la de Eduardo Madina, quien, tras reafirmar su “republicanismo”, ha asegurado con ingenuidad digna de mejor causa que el voto positivo de su grupo parlamentario a la Ley Orgánica no cerraría el debate sobre la forma de Estado en una reforma constitucional posterior. Siendo realistas, lo que verosímilmente cerraría para siempre es la credibilidad de cualquier eventual giro del PSOE a la izquierda en su Congreso de julio.

¿Y qué hará la UGT? Las primeras declaraciones de Candido Méndez han sido para exigir una reforma constitucional en su momento sobre el reparto territorial y las consultas directas a los ciudadanos. Preguntado sobre la república, Méndez afirmó que UGT no la plantearía, pero que en caso que surgiese la cuestión (¿?) su sindicato es una fuerza republicana. El tiempo para reaccionar es muy, muy corto. Al menos, CCOO ya ha emitido un rápido comunicado sumándose lacónicamente a las voces que exigen un referéndum constitucional.

Recuérdese que una Ley orgánica –desarrollo de la Constitución— exige no solo  mayoría absoluta (que ahora mismo la tiene todavía el PP en las Cortes), sino además, por razones de legitimidad política, que la mayoría favorable sea holgadísima, como de 2/3 cuando menos, y que no haya una oposición muy evidente en el tercio restante. ¿Cómo podrían votar a favor o incluso abstenerse CiU y PNV, como han anunciado, después de la prohibición de la consulta catalana?

Por lo demás, el pacto en la sombra entre Rubalcaba, Rajoy y la Corona, para ser efectivo y no una simple maniobra para salir del paso, tiene que abrir perspectivas para una reforma constitucional controlada que ofrezca la negociación de una formula territorial mínimamente razonable a CiU, y aunque vaya ya con mucho retraso, que aparezca inmediatamente como una alternativa plausible a lo que la prensa ha venido llamando el “choque de trenes” de la Diada el 11S y de la consulta de autodeterminación el 9N.

Ésta y no otra parece ser la explicación del voto afirmativo empeñado hoy por CiU. Y asalta inmediatamente la pregunta: ¿a qué coste mantendrá ERC su apoyo al gobierno de la Generalitat con la sola justificación de no entorpecer los preparativos de la Diada y la Consulta? ¿Y cuánto tiempo seguirá callada la ANC ante la complicidad de CiU con el proceso sucesorio español?

Por motivos obvios, el cenáculo que ha diseñado esta especie de golpe constitucional para iniciar la farsa de una segunda Transición demediada no puede ir a una reforma constitucional que exija referéndum. Es decir, sus reformas no podrían tocar, según el art. 168, ni el Titulo Preliminar, ni el I ni el II.

A la espera de descubrir el trapichero artilugio jurídico que se prepara, parece casi imposible ofrecer nada razonable a CiU –incluso a Durán— que no pase por tocar esos Títulos de la Constitución del 78. Así pues, Rajoy y Rubalcaba se enfrentan a un verdadero dilema: o abandonar toda idea de reforma constitucional, o someter las acometidas a referéndum. Y Más y Durán, a la de aceptar como buena una promesa insustanciada para salvar el régimen que llevó al Tribunal Constitucional la reforma del Estatut aprobada por el pueblo catalán o seguir acompañando el proceso democrático soberanista.

Es verosímil la conjetura de que el Rey haya anunciado a toda prisa su intención de abdicar –en vez de esperar, por ejemplo, todavía unas semanas a que amainara la tormenta de las europeas— pensando que se agotaba el tiempo en el que el PSOE de Rubalcaba podría aún perpetrar in extremis et in angustis, antes de iniciarse la desbandada, una última deshonra  a esta patria de la que tanto se llenan todos las bocazas y no dejar sólo y desairado al PP en la votación de la Ley sucesoria redactada por el gobierno.

Por eso se trata de una abdicación humillante: para el propio rey, desde luego. Pero sobre todo para el PSOE, si es que sus miles de militantes de verdad socialistas y de verdad republicanos no consiguen ser capaces de impedirlo.

Porque el paisaje “reformador” que veríamos después del trámite parlamentario de la Ley orgánica no podría ser más desolador: el otrora poblado arco político dinástico, reducido ahora apenas a un PP en horas bajas y a un PSOE pasokizado desde arriba, desventrado y desangrado por el estúpido harakiri de un Rubalcaba que lo que único que de verdad aprendió en la escuela de Felipe González es el siniestro arte “político” de llevar a las gentes hacia donde de ninguna manera quieren ir.

Mientras tanto, las plazas se llenan de ciudadanos indignados que se niegan a jugar el papel de comparsas en el triste carnaval de la Coronación. IU, ICV-EUiA, ANOVA, PodemosEquo-Compromís, el BNG y distintas fuerzas y organizaciones de las izquierdas sociales han llamado inmediatamente a luchar por la convocatoria de un referéndum en ejercicio del “derecho a decidir” de todos los ciudadanos del Reino de España. No tardarán en secundarlas otras: la cosa no ofrece duda.

La erosión de legitimidad del régimen constatada recientemente en las urnas se hará aun más irreversible en medio de la ruborizante campaña mediática pelotillera ad maiorem regis gloriama la que asisten estupefactos los distintos pueblos de España.

Hasta las elecciones municipales y autonómicasde mayo de 2015, cuando las gentes hartas de tanta y tan grosera manipulación en su nombre puedan por fin expresarse en las urnas a favor de las fuerzas del gran bloque republicano político-social que se anuncia.

Es más, puestos a jugar esta partida de ajedrez a que se nos fuerza, ¿qué sentido tendría para IU seguir siendo la peana sobre la que se levanta el poder de Susana Díaz, nuevo factotum del PSOE en el gobierno autonómico andaluz, una vez se ha hecho hoy pública su participación en la conspiración de los poderosos para negar al pueblo andaluz que pueda hacer oír su voz en esta cuestión democrática esencial?

IU debe plantearse muy seriamente provocar unas elecciones anticipadas en las que el pueblo andaluz pueda expresarse inmediatamente en esta crucial disyuntiva entre la pseudoreforma taimada del régimen o la apertura de un proceso democrático constituyente.

Pase lo que pase, los republicanos españoles siempre tendrán que agradecer al pueblo catalán la inestimable ayuda democrática prestada en este final de tragicomedia chabacana de la Segunda Restauración.

Pero queda a los demócratas catalanes –también en provecho propio— un último esfuerzo por realizar, acaso el más difícil y delicado: acompasar republicano-fraternalmente y sin tardanza su justa lucha por el “derecho a decidir” del pueblo catalán con la lucha por el “derecho a decidir” de todos los pueblos de España. Ojala sepamos todos estar a la altura de las circunstancias. Porque, como dice el refrán chino que tanto le gustaba a Hobsbawm, no se nos ahorrará vivir en “tiempos interesantes”.

 

Antoni Doménech es el editor de SinPermisoGustavo Buster y Daniel Raventós son miembros del Comité de Redacción de SinPermiso.

 

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Anguita : La solución es crear un Contra Poder Cuidadano

descarga (1)«No hay que pensar ya en coaliciones electorales, en frentes retóricos y ampulosos, NO «.

«Hay que crear un poder ciudadano en el que nosotros [los partidos] seamos una parte, la levadura de ese contrapoder ciudadano».

Entrevista Julio Anguita publicada por Publico. es

«Yo no creo ya a estas alturas que ninguna fuerza política pueda resolver el problema, la solución es el contrapoder ciudadano», asegura el excoordinador federal de Izquierda Unida, Julio Anguita.

Fiel al estilo directo que le caracteriza, el impulsor de ‘Frente Cívico: Somos Mayoría’ carga contra los tertulianos de la derecha mediática, contra los corruptos y contra los empresarios de la comunicación, por los que también ha perdido la fe.

Preguntado por cuál es la salida a la situación política y social de nuestro país, y por si Podemos e IU deberían unirse en una misma lucha, Anguita rechaza las palabras ‘frente’ o ‘coalición’. A su juicio, la izquierda debe coordinarse, acordar un programa de 15 medidas y debatirlo con los españoles: todo para crear un contrapoder ciudadano que eche del poder a quienes lo ostentan; todo, en el más puro ejercicio democrático.

¿Significan los resultados de las elecciones europeas el fin del régimen del 78, la caída del bipartidismo?

No, no. Puede serlo, pero no lo es. Puede, hay ahí un embrión, una carga genética que puede conducir a eso, pero a cambio de que se cree y desarrolle el contrapoder ciudadano. Ha sido un aviso. Ante el descalabro electoral, cuando la suma de los votos de lo que podemos calificar izquierda llega casi a igualar lo cosechado por el Partido Socialista, el crecimiento de Izquierda Unida y la irrupción de Podemos les han asustado.

Si no, ¿a santo de qué tanto lenguaraz  tertuliano hace esas descalificaciones, lanza esos insultos? ¿A qué santo ‘La Razón’ utiliza expresiones abyectas y llama ‘coletas’ a un señor que es el dirigente, la figura pública más conocida de un movimiento y futuro partido político? Se han desatado las lenguas más viperinas, menos educadas, de la derecha más reaccionaria ¿Por qué? El problema no es que si se juntasen Podemos, Izquierda Unida o Equo les pudieran inquietar, aunque algo les preocuparía. El problema es que este ascenso les muestra lo que puede ocurrir en la calle, lo que han creado, y les da miedo. Eso ha acelerado la decisión del rey. Él ha cumplido el papel en la farsa, en el montaje de la operación.

¿Qué lectura hizo el rey de las elecciones?

No sé qué lecturas hace, en este caso se las hacen al rey, y dice sí o no. No creo que pierda tiempo en cónclaves de discusión política.

Más allá de las calificaciones de la derecha, que se ha apresurado a augurarle una corta existencia a Podemos hablando de izquierda radical y de extrema izquierda… ¿Qué es lo que realmente refleja el apoyo de la gente a Podemos? ¿Qué están diciendo con esos votos?

Estoy harto; es una protesta. Por lo que conozco, quienes constituyen Podemos son profesionales, estudiantes, gente que todavía no ha encontrado su primer trabajo, gente harta, gente cabreada por tanto ladrón como hay en este país. ¡Pero si este es el país de los ladrones! No se levanta uno sin ver un cargo que roba, un empresario que roba. Sí, todos los días hay un ladrón que procesan y que llevan, pero todavía muy pocos han sido condenados.

Todo eso va creando una carga de rabia, de protesta. ¿Usted se da cuenta de lo que pasaría en cualquier otro país si hubiera la décima parte de los ladrones que aquí están todavía medrando? ¿Qué ocurre aquí? Hay una escasa capacidad crítica, que se manifiesta, eso sí, en momentos de rabia, en momentos de cólera, en estallidos.

¿A qué se debe este adormecimiento?

Pues mire usted, ahí tenemos que ver todos un poquito. Las fuerzas políticas -unas muchísimo y otras poquito- y los formadores de opinión, entre los que meto a ustedes, los medios. También a lo que se llama intelectuales orgánicos: catedráticos, escritores, pensadores, etc; los mismos que han ido creando esto.

¿Qué enfoque deberían aportar los medios al respecto?

En los medios no confío mucho. Tienen sus empresarios, y como empresarios están para ganar dinero y para conseguir medrar al aire del poder. ¿Usted entiende no? Hablo de los grandes medios, le doy poca cancha a los medios de comunicación, mientras no haya una ley que vaya contra la concentración de poder y de propiedad de medios de comunicación.

Una ley que garantice la transparencia, y que los medios puedan mantenerse con determinado decoro… Hasta que eso no sea posible yo no confío en los medios de comunicación, mire usted. Hay periodistas sueltos, personas, pero los medios como tales… mientras lo importante sea el ‘share’, el público que hay y que determina los ingresos por publicidad, poco se puede sacar de eso.

Anteriormente ha utilizado la palabra casta. ¿Alude al mismo concepto al que recurre Pablo Iglesias?

Sí, totalmente. Tenga en cuenta que es una expresión que yo he utilizado también muchísimo. Una casta es alguien que tiene unos privilegios que no tienen los demás. El concepto clase es distinto del concepto casta; la clase se define por la propiedad o no de medios de producción y el lugar que se ocupa en la producción económica, mientras que la casta es algo más semejante a la nobleza. Tiene unas prerrogativas… incluso por ley, y por uso y costumbre. Una casta une a individuos de distintas extracciones y procedencias dentro de un ámbito de privilegios expresos y de privilegios tácitos; eso es una casta.

Si uno de sus referentes es Pablo Iglesias, como ha dicho hace poco, ¿qué es Cayo Lara?

Mire usted, para mí ha llegado el momento… ante lo que ha pasado y lo que está ocurriendo, estamos ante una oportunidad para que todos se tengan que entender. Pero por favor: no para hacer un frente de izquierdas, aunque suene muy hermoso. Simplemente para dirigirse a los ciudadanos y decir: aportamos nuestro granito de arena, nuestro programa, que ponemos en común para discutirlo con vosotros, para que vosotros os constituyáis en contrapoder.

Un contrapoder que desaloje democráticamente del poder a los que ahora están ahí. No para corregir, para que haya una desviación, no. Para sustituir en el poder, y eso lo pueden hacer estos colectivos, estas fuerzas políticas. No hay que pensar ya en coaliciones electorales, en frentes retóricos y ampulosos, no. ¿Estamos dispuestos a compartir un programa de cosas inmediatas, razonables, dentro de la ley?. Con la Constitución en la mano se pueden hacer muchas cosas: nacionalizar la banca.

¿Pero esta idea en qué se materializa? ¿Se unirían detrás de unas siglas?

Eso ya vendrá después; tengamos el niño y después le ponemos el nombre. Lo importante sería que la ciudadanía viera a distintos colectivos decir: ‘Señores, nos dirigimos a ustedes en nombre de los 15 puntos que compartimos, sobre los que hemos llegado a un acuerdo. Ahora los queremos discutir con ustedes para que salgan a la calle a defenderlos’. Hay que crear un poder ciudadano en el que nosotros [los partidos] seamos una parte, la levadura de ese contrapoder ciudadano.

Ya lo dije cuando hablé del Frente Cívico: Yo no creo ya a estas alturas que ninguna fuerza política pueda resolver el problema, es el contrapoder ciudadano, estas fuerzas que he citado -entre ellas la mía, Podemos o Equo, las que pueden constituirse en garantes de que el proceso se va a iniciar, para actuar como levadura. Fíjese que palabra estoy utilizando: nada de vanguardia… levadura, simplemente para animar a los ciudadanos desde el ejemplo, desde compartir un programa común que sometan a debate para que la gente se lance a constituirse.

¿Qué pasos deben seguir para ganar un poco más de fuerza y llegar a constituir este contrapoder…?

La fuerza la van a ganar dirigiéndose a la ciudadanía. ¿Vamos a hacer mañana otras elecciones? ‘Ciudadanos, hemos llegado a un acuerdo, estos son los puntos que haríamos sin gobernásemos: el salario mínimo se montaría en tanto, la pensión mínima estaría en tanto, los canales de comercialización serían transparentes de tal manera ¿Qué pasaría con la banca? Haríamos esto ¿Qué pasaría con la deuda pública? ¿Qué pasaría con la vivienda? 15 puntos, esto es lo primero que haríamos.

Y necesitamos vuestra fuerza para que esto sea posible, constituidos en fuerza en torno a 15 puntos que vamos a discutir con vosotros’. Es muy sencillo; muy sencillo de decir, y muy difícil de hacer, porque significa romper los moldes de la política clásica.

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La rebelión de todas las bases

images«Nosotros y nosotras, los afectados de esta crisis, tenemos muy claro los puntos en común y qué futuro queremos para nuestras familias. La izquierda política, sin embargo, todavía tiene que demostrar que sabe confluir y,sobre todo, que quiere hacerlo».

Jose Coy, activista social

Previamente al 25-M hemos sido muchas las personas que hemos participado en las resistencias sociales contra los recortes, los desahucios, el paro, la precariedad y la exclusión social; hemos sido mucha gente la que hemos invertido muchas horas e ilusión en el 15-M, las mareas ciudadanas o las recientes Marchas de la Dignidad 22-M.

Y lo cierto es que teníamos miedo a que el bipartidismo, ese bipartidismo que sustenta las políticas austericidas y que sigue los dictados de la Troika y de los banqueros, saliera inmune de las pasadas elecciones europeas. Pero, afortunadamente, ese 49% en el que ha quedado el PP-PSOE nos demuestra que la lucha paga y que sirve para desgastar a los poderosos, lo que desde los movimientos sociales se vive con mucha alegria y optimismo.

Y es que la caída del bipartidismo tiene mucho que ver con el fuerte conflicto social que estos últimos años se ha vivido en nuestro país. Un conflicto que, desde mi punto de vista, hay que fortalecer, haciendo confluir de forma estable las luchas y los sectores afectados por la crisis.

Porque una cosa debemos tener clara: esto no lo arregla ningún político (aunque el cambio en las instituciones sea esencial), esto lo arreglamos los pueblos, lo arreglamos los trabajadores y trabajadoras en la calle con desobediencia activa, movilizando a millones de personas de forma estable y continuada. El 22-M fue un ensayo de lo que somos capaces como ciudadanía. Ese día dimos un ejemplo de dignidad y estoy convencido de que sólo con dignidad todas las personas a las que la crisis nos ha destrozado la vida podremos salir adelante.

Pero también necesitamos un gobierno al servicio de la gente, un gobierno que impulse políticas al servicio de las personas y de los bienes comunes. Y para eso hace falta generar una nueva mayoría socio-política que convierta el estado de malestar existente en contrapoder ciudadano.

Esto es lo fundamental, porque sin un pueblo organizado detrás, ningún gobierno podrá enfrentarse a la Troika con perspectivas de éxito. Porque es evidente que, si nos negamos a pagar la parte ilegítima de la deuda, o se si derogan las leyes antisociales para recuperar los derechos perdidos, o si se intenta recuperar para el sector público los sectores estratégicos de la economía, nos encontraremos con el muro de los poderes reales, que harán todo lo posible para evitarlo.

En este sentido, debemos ir asumiendo que en esta Unión Europea los pueblos del sur de Europa no tenemos ningún futuro y que el diseño que las élites europeas tienen para la franja sur nos lleva a sociedades sin soberanía política y económica y, como consecuencia de ello, a sociedades sin apenas derechos laborales, sociales y humanos. Si no nos unimos para evitarlo, nos dirigimos sin frenos al subdesarrollo, con un patrón de precariedad y empobrecimiento que durará décadas.

Hoy todos debemos de tener claro que sin la lucha social de los últimos años, ni el bipartidismo habría caído como ha caído, ni Izquierda Unida habría triplicado sus resultados respecto a 2009, ni Podemos habría irrumpido con tanta fuerza.

Pero conviene no perder de vista que, si sumamos los porcentajes de ambas formaciones, junto al de primavera Europea, suman poco más de un 20%, lo cual si bien importante, aún es insuficiente para transformar este país. Aún nos queda por convencer a muchos millones de ciudadanos y ciudadanas de que se puede cambiar la situación dándole la vuelta a la tortilla.

Porque, igual que otras políticas son posibles, también lo son otros políticos. Admiro todas las llamadas que se están haciendo a la confluencia, pero ésta no puede ser la suma aritmética de dos o tres fuerzas politicas. No podemos conformarnos con un 20%.

Necesitamos renovación, ambición, imaginación y altas dosis de generosidad de todas las partes para ser mayoria. Aunque, conociendo las diversas capillas de las izquierdas –de todos lados– y los altos niveles de sectarismo, reconozco que es una tarea harto difícil. Hay demasiado aparataje con intereses propios y mirada muy corta para que esto sea posible.

Pero es una tarea que nos incumbe a todos y todas. No podemos dejar que algunos profesionales de la política descarrilen un tren que tiene que ir desbordado de muchísima gente, agrupada o no en colectivos sociales de todo tipo. ¿Por qué no pensamos colectivamente qué alianzas políticas y sociales son posibles? ¿Nos conformamos con el acuerdo puntual de dos o tres fuerzas políticas por arriba o queremos superar los habituales espacios de la izquierda, creando otros nuevos y transversales? ¿Vamos hacia un gran polo sociopolítico que la gente sienta como suyo? No me cabe duda de que, si hiciéramos esto posible, el miedo cambiaría de bando.

Queda mucho por hacer, pero no tanto tiempo. Las oportunidades históricas son como los trenes, o los coges en su momento o te quedas en la estación esperando el siguiente. Con la salvedad de que la historia nunca te garantiza si va a haber otro tren, ni cuántas décadas tendrás que esperarlo.

Mientras tanto, el activismo social tiene que seguir llenando las calles en toda su pluralidad. El otoño se avecina caliente, como el invierno y la próxima primavera, porque cada vez somos más los que no nos resignamos, los que nos negamos a renunciar a nuestra la dignidad a pesar de las dificultades.

Nosotros y nosotras, los afectados de esta crisis, tenemos muy claro los puntos en común y qué futuro queremos para nuestras familias. La izquierda política, sin embargo, todavía tiene que demostrar que sabe confluir y,sobre todo, que quiere hacerlo.

En este sentido, creo que todavía tiene mucho que aprender de la izquierda social. Porque la confluencia para cambiar el país se hace desde abajo, donde ya estamos convergiendo en torno a reivindicaciones concretas y objetivos comunes. Ahora es momento de que esa confluencia se amplíe al terreno político en torno a un programa mínimo común. No sé si los aparatos contemplan esta perspectiva posible, pero en las bases este deseo es mayoritario.

Es la hora del protagonismo ciudadano, de quienes luchamos sobre el asfalto. Necesitamos un nuevo gobierno de la mayoría social y una nueva institucionalidad democrática real. Necesitamos conquistar en las instituciones las reivindicaciones por las que estamos luchando todos estos años a pie de calle

Estamos viviendo momentos históricos. Lo sabemos y hay que creérselo hasta las últimas consecuencias. El régimen del 78 y sus símbolos de consenso van descomponiéndose a pasos agigantados. El bipartidismo cae, el rey abdica, las cúpulas sindicales se ven sobrepasadas en las calles –tal y como sucedió en el 22-M–, aparecen nuevas corrientes de pensamiento muy potentes que traen consigo nuevos referentes que piden paso y reivindican nuevas formas de representación y de hacer política. Es momento de pensar a lo grande, hay un tablero con forma de mosaico que tenemos que agitar y desordenar, para después ir encajando las piezas con calma.

En America Latina se pensó a lo grande y llegaron las revoluciones ciudadanas que cambiaron el tablero y las condiciones de vida de millones de personas. En Grecia pensaron a lo grande y hay un nuevo sujeto politico mayoritario que es un ejemplo para todas las izquierdas europeas.

Es evidente que vienen tiempos nuevos, pero el futuro no está escrito. De modo que podemos ir hacia un nuevo modelo de país o, por el contrario, de cabeza a una sociedad más autoritaria y desigual. Todo depende de la ciudadanía organizada y de lo que hagamos los próximos meses. Lo cierto es que todo va muy deprisa y, por tanto, ya no vale de mucho lo que repetíamos en el 15-M: «Vamos despacio por que vamos lejos».

Quienes estamos afectados por la crisis y nos han arrebatado el presente y el futuro tenemos prisa. Quienes tomamos las carreteras hacia Madrid desde el movimiento dignidad 22-M, pidiendo pan, trabajo y techo no podemos permitirnos una pausa. Entre otras cosas porque la precariedad, los desahucios, la exclusión social, la pobreza extrema y el deteriodo social también van más rapido de lo que podemos soportar.

Antes hablaba de que hacía falta renovación e imaginación. Pues bien, imaginemos una nueva mayoría que esté representada por Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Vicenç Navarro, Tania Sánchez, Lara Hernández, Diego Cañamero,Teresa Rodriguez, Marina Albiol, Íñigo Errejón, Ada Colau… y tantas otras personas que a muchísima gente sí nos representan.

Pensemos con ellos a lo grande, pensemos cómo conquistar una nueva mayoría social y política para cambiar nuestro país. Ahora o nunca, todo o nada.

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Se abre un  nuevo ciclo

Carlos_Martinez_presidente_Attac_EspanaCarlos Martínez ,Politólogo y activista social.

Co-Primer Secretario de Alternativa Socialista

Decir que nada ha pasado tras las elecciones europeas y las aguas moverán a su cauce es terriblemente conservador. Incluso denota miedo. Miedo al futuro y a la propia seguridad personal y comodidad ideológica –no hablo de la material, esa hace tiempo que no existe- sobre cómo afrontar el futuro. Y todo con el trasfondo de las pasadas elecciones europeas.

En primer lugar las elecciones han sido europeas. En segundo lugar ha vencido la abstención y en tercer lugar todo denota que el sistema político está en crisis, una profunda crisis de credibilidad y de capacidad. Capacidad política y económica a nivel europeo.

Los partidos del sistema y el pacto europeo entre liberales, conservadores y ex socialdemócratas carecen tanto de credibilidad como de alternativas. Las fuerzas del sistema no tienen más propuesta que salvar el mercado capitalista, ser competitivos en el mundo a base de rebajar salarios y hurtar derechos sociales y democráticos y seguir. Seguir mandando.

Las nuevas recetas no pueden venir de la extrema derecha. Pero cuando la izquierda abandona los barrios y los pueblos y se hace un discurso temeroso y cuidadoso, confundiendo el rigor intelectual con la ausencia de energía y discurso de los sentimientos, no sea que se meta la pata o se diga alguna inconveniencia, la clase obrera harta y sin referentes y sus hijos parados y sin futuro miran hacía quien les ofrece ilusión y esperanza. Eso explica fenómenos como el francés y el español, de PODEMOS si bien ambos y afortunadamente para el Reino de España, son antitéticos y opuestos.

La gente se queja de que cuando hablan los políticos no les entiende y además no les hacen vibrar y esperar que todo pueda cambiar y que ellos sean los protagonistas de ese cambio.

La Unión Europea aburre. Es un nido de lobistas y hay mucha influencia de las multinacionales –más que de las personas comunes- sobre ella. Los funcionarios y eurodiputados, los comisarios utilizan un lenguaje alambicado y una jerga incomprensible. El resultado que llega a los barrios europeos son las privatizaciones, recortes sociales, deslocalizaciones industriales y constantes ataques a la agricultura autóctona. Lo peor es que la ausencia de alternativas potentes y que hagan volver a soñar, provoca desafección y desconfianza. La enorme abstención ha sido también una forma de protestar. Hubiera sido mejor que se votara y se iniciará algo nuevo, sin lugar a dudas, pero esa ha sido la realidad.

El panorama es que la socialdemocracia ha agotado sus propuestas, ha asumido el capitalismo no como algo inevitable, sino bueno y es incapaz de generar ilusión. Como mucho es un mal menor. Los conservadores y liberales, son otra cosa, son el sostén del sistema puro y duro y partidarios de la injusticia y la insolidaridad, por tanto ni pierdo el tiempo con ellos ni os lo hago perder. De todas formas han ganado las elecciones puesto que las clases acomodadas y las clases medias liberales si han acudido a votar, ellos si saben lo que vale un voto. Pero ni unos ni otros, insisto, tienen alternativas.

Las izquierdas europeas

En lo que según un amigo argentino, ellos denominan el “campo popular”, las cosas mejoran pero lentamente y sin mucha capacidad de movilización con las y los que sufren el paro, la exclusión y la violencia estructural de esta violenta y maleducada sociedad de mercado y consumo, excepto en Grecia y en menor medida en Portugal y Reino de España.

Las teorías clásicas ayudan, nos enseñan a analizar, pero no a conectar con el pueblo. Mejor dicho a construir pueblo, tal y como los marxistas italianos nos enseñaron. Hay además que decir también que ideas fuerza en los años treinta y cuarenta del siglo pasado, ya no sirven en su literalidad para estos tiempos. Sus prácticas políticas menos.

Por tanto hay que construir algo nuevo. Que recoja saberes y experiencias, pero que sepa ver las demandas e incluso las modas. No es solo el programa lo que les interesa a las personas. En el Reino de España la gente desconfía tremendamente de los programas y no se los lee, porqué desde la transición de política tras el franquismo, ningún programa de gobierno se ha cumplido. Ninguno. Tan solo en algunos ayuntamientos.

Cuando las ideas no bastan, los lenguajes políticos se tecnifican y el neoliberalismo ha ganado la batalla cultural, son seguramente esas mismas herramientas, pero utilizadas en nuestro favor las que nos pueden hacer cambiar. No se puede despreciar que estamos no en la sociedad de los compañeros y compañeras, sino de los fans y eso es difícil de tragar pero es así.

Tenemos las herramientas que tenemos y la radicalidad no es ya el programa, sino la forma de lanzar el mensaje. Frases que todo el mundo entienda. Propuestas que tengan que ver con la vida cotidiana y de lo local a lo global. Las alternativas son sencillas:

-Defender lo público y los servicios públicos del bienestar, incrementándolos y creando nuevo empleo de calidad con ellos.

– Como hay dinero, mucho dinero obtenerlo donde está oculto y robado a la sociedad, es decir en Paraísos Fiscales, SICAV, el fraude consentido y la delincuencia fiscal y financiera que los ricos practican habitualmente.

– Plantarle cara a la deuda, que es impagable y solo sirve como elemento de desposesión de las clases populares. Es decir de atraco y dominio. Hace falta un gobierno con valores y valor. Es imprescindible exigir y provocar al menos una quita muy importante y auditar la deuda.

-Defender el medio ambiente y el territorio. Para concienciar a amplias capas populares y obreras sobre las ventajas de un proyecto ecológico, hay que explicar y hacer pedagogía sobre lo concreto, por ejemplo que la implantación masiva de las energías renovables, puede crear cientos de miles de puestos de trabajo, al tiempo que abaratar sensiblemente el recibo de la luz. Hacer planes serios y eficientes de transporte público barato y potentes vías de circulación peatonal y en bicicleta protegidas y debidamente señalizadas en detrimento del vehículo privado. Así como la agricultura ecológica, no solo como fuente de alimentación sana, sino de desarrollo económico. Fabricación de nuevos materiales de construcción, reciclaje y transporte. Nuevos modelos de distribución alimentaria favoreciendo los mercados de proximidad y la soberanía alimentaria y con ello el abaratamiento de costes de transporte y por tanto de precio o simplemente mejora de la calidad del producto consumido.

-Banca Pública. Comenzar por hacer públicos y democráticamente controlados los bancos y cajas rescatados con dinero público.

-Acabar con las leyes hipotecarias y de vivienda. El poder fascista de grandes empresas de telecomunicación, eléctricas y bancarias debe ser no solo rebajado, sino controlado y los servicios de interés general deben contar con el sector público para su producción y distribución.

-Proteger los derechos ciudadanos y garantizar una renta solidaria y digna a las personas sin empleo de forma indefinida. Ir implementando la renta básica.

En el plano estatal y no solo europeo, pues en cualquier elección y de forma lógica se aluden igualmente a problemas del conjunto del reino y pensando ya en las próximas elecciones municipales, hay que hacer planteamientos políticos básicos y muy consensuados socialmente.

-Acabar con la corrupción del régimen del 78 del siglo pasado. La corrupción, no solo es una lacra, es la seña de identidad de un régimen monárquico que con una ley electoral impresentable pretende mantener el poder de las élites, no solo políticas, sino también económicas. No habrá regeneración política en este estado, sino se pone pie en pared a una poderosa oligarquía económica que maneja los hilos de la información y la política.

Hay más, muchas más, pero cuando la socialdemocracia se ha hundido es la hora de rescatar programas socialdemócratas, aunque con otras formas y nuevos  contenidos como el ecosocialismo y el republicanismo social. Aunque lo más importante es  que generen la esperanza de que esta sociedad injusta y este régimen corrupto se puede cambiar.

Posibles modelos a aplicar

Pero a la hora de proponer, también hay que analizar modelos de éxito. Es muy importante saber que se puede. No iré a los injusta y de forma racista denostados modelos latinoamericanos, sino europeos. Claro al hablar de Europa o bien nos referimos al modelo de bienestar que aún en crisis pueden servir como ejemplo práctico, o también a modelos de éxito electoral y de esperanza, como mínimo.

SYRIZA es pues el caso de libro. De sobra conocemos su gestación y su amplia composición y su programa, cuanto menos las personas informadas. Una amplia coalición donde hay desde antiguos maoístas, trotskistas, eurocomunistas y socialistas y socialdemócratas, pero que ha conectado con sectores populares, economía social, pequeños empresarios y autónomos así como con las víctimas de la crisis y tiene programa y líder. SYRIZA tiene un líder para ser primer ministro creíble.

SYRIZA tiene una cara que genera ilusión y una persona en la que el pueblo griego de izquierdas y progresista se identifica. Pero SYRIZA tiene una gestación no menor a los diez años. Es decir que SYRIZA ya se ha asentado y esto también da confianza. Hay quienes ven su programa desde las izquierdas, moderado, pero hoy en Europa los únicos que aterrorizan los mercados son los griegos de SYRIZA. Lo cual nos debe conducir a imitarlos en todo, pero sobre todo en su voluntad de victoria.

Estas elecciones europeas en las que he participado como candidato de la Izquierda Plural y representado a Alternativa Socialista he sostenido un discurso alto y claro, no depurado, pero si vibrante al objeto de transmitir la voluntad de vencer y de gobernar. Tsipras está convencido de que va a gobernar y para derribar al bipartidismo hay que vencer en unas elecciones democráticas o no hay nada que hacer.

Además SYRIZA ha elaborado un programa de gobierno y para gobernar Grecia, pero sin embargo, tiene muy presente a Europa de la UE, pues saben que su acción de gobierno sin una estrategia europea, es imposible de realizar, al tener el dogal de la deuda apretándole el cuello y ser este su principal problema. Es curioso que Alemania ha sido la principal instigadora de la deuda griega y ahora es su carcelero. En el Reino de España la cosa no es muy diferente.

La consideración final es que hace falta una izquierda amable y asumible. Asumible no quiere decir blanda o claudicante. Al contrario quiere decir consecuente, pero participativa y que sea consciente de que el problema no se soluciona mediante un programa maravilloso a presentar  a las elecciones, sino en cómo se  acompaña al pueblo en su sufrimiento y como se conecta con las necesidades reales de la gente.

Las personas no quieren que se les robe, ni toleran la corrupción, quieren ser felices, tener seguridad en el buen sentido de la palabra, seguridad social, seguridad de que sus hijos van a poder estudiar, seguridad de tener una vejez tranquila y con pensiones dignas, seguridad de que sus hijos van a encontrar empleo, seguridad alimentaria y de garantía de alimentación. Pan, techo, trabajo, las Marchas de la Dignidad lo han entendido perfectamente. Las personas quieren felicidad en lo cotidiano y lo sencillo y libertad, en lo personal y colectivo.

Tsipras habla de la felicidad de las personas.

Tenemos ya algo avanzado y es que lo que los partidos políticos solos, tanto nuevos o novísimos de izquierdas, como los más clásicos no han podido o sabido hacer, ya existe y son las Marchas de la Dignidad. En las Marchas todo el mundo está y todas y todos debatimos, discutimos, acordamos e impulsamos.

Somos el nuevo espacio socio-político más convergente, porqué nuestro programa son las personas y su sufrimiento y cómo enfrentarnos a las causas del sufrimiento al objeto de buscar el pan y la felicidad. Es pues la deuda y el atraco a lo público y los servicios el objetivo a batir, ¿porque se piden votos? No, porque la injusticia y la insolidaridad, la desigualdad es lo que hace a las personas infelices.

Conclusiones urgentes

Creo que hay que construir nuestra SYRIZA.

El sistema en el Reino de España, comienza a temer, a temer mucho a una energía que las gentes vuelven a recuperar. Tanto que el viejo y nada edificante Borbón ha debido abdicar para frenar el auge de las izquierdas transformadoras y defender el régimen oligárquico que ha generado finalmente la transición. Las familias ricas y poderosas del franquismo, siguen rigiendo el estado ahora vasallo de los EE.UU y de Alemania. Por eso y ante tanta inseguridad hace meses, tal vez algún año, viene fraguándose una operación de volver a apuntalar el régimen en crisis y decadencia. Pero es que la Unión Europea también ha entrado en una profunda crisis y por tanto urgía tomar medidas y poner alguien serio, más joven y militar con las enseñanzas bélicas más actualizadas a controlar la autoritaria e inconstitucional en muchas de sus prácticas monarquía español. El nuevo rey militar es pues el triunfo de un golpe de salón oligárquico, que el régimen necesita para perpetuarse.

Los partidos políticos en este tema muy claro y sencillo, se deberán definir. Están con el pueblo y la democracia o con la oligarquía y su vasallaje extranjero, económico y militar. Esa será la línea fronteriza.

Ahora llegan las elecciones municipales y el precedente de Abril de 1931 aterroriza a los poderosos y a las cúpulas políticas sistémicas. Rubalcaba y Susana Díaz apoyando al rey y al régimen han demostrado que esto no es cuestión de edades, es cuestión de estar o no con la democracia y con la democracia económica a con la oligarquía tradicional y su principal herramienta de dominio, la monarquía.

Por todo eso, ahora las elecciones municipales y si hacemos lo mismo que en las elecciones europeas perderemos la posibilidad de vencer. Nosotros y nosotras no estamos aquí solo para asustar, estamos para ganar y gobernar, como pueblo y con el pueblo, para el pueblo.

 

 

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A Formar un Frente Popular Repúblicano

05 2012Miguel Manzanera Salavert

Las elecciones europeas han trasladado al plano político el descontento ciudadano, derivado de la crisis económica y la desastrosa gestión política de la misma. La ruptura de la Unión Europea ha aparecido como una posibilidad tras las elecciones, por el aumento de los movimientos euroescépticos en el seno de la ciudadanía europea, pero también porque una nueva crisis financiera podría traer el final del euro como moneda única.

La coalición gobernante en Europa, formada por el Partido Popular Europeo, la Alianza Liberal y los Socialistas, que mantiene la mayoría social, intentará gestionar la coyuntura con enormes problemas para evitar que la depresión económica erosione las instituciones políticas hasta disolverlas. Sin embargo, la crisis del neoliberalismo como doctrina económica y política es ya un hecho incuestionable. Atrapada Europa en la política militarista de la OTAN, ¿podrán los gobernantes europeos realizar otra política económica que la actualmente vigente? No parece fácil, y esa falta de perspectiva es la causa misma del crecimiento de los movimientos fascistas y euroescépticos en Europa.

El terremoto político derivado de la crisis capitalista, ha promovido la emergencia de un movimiento fascista de dimensiones preocupantes; pero mientras que en la Europa del norte la protesta de los votantes se dirige hacia partidos euroescépticos y de extrema derecha, en el sur europeo la protesta elige la izquierda. Ha sucedido en Grecia –donde ha triunfado Syriza como partido más votado- y Portugal –donde se nota un ligero retroceso de las fuerzas de izquierda en beneficio de la socialdemocracia, pero donde la derecha ha bajado también-; ha sucedido en la península ibérica, y ha sucedido con menos radicalidad, en Italia donde la izquierda socialdemócrata ha resucitado y la derecha populista se ha hundido.

El arco mediterráneo muestra tener una dinámica propia que requiere una estrategia común. Pero notemos primeramente que aquí la propia izquierda se presenta dividida en diferentes opciones, que pueden coincidir en su programa sin estar de acuerdo en los medios políticos para desarrollarlo, ni en las formas organizativas que se necesita implementar. Tenemos por un lado la izquierda heredera de las luchas obreras del siglo XX, enmarcada en la tradición que representan los partidos comunistas, por otro la nueva izquierda que nace de las luchas desarrolladas por los movimientos sociales. En Grecia, son respectivamente el KKE –Partido Comunista Griego- y Syriza; en Portugal, el PCP y el Bloco de Esquerda.

En el Estado español se complica más, porque a IU –vertebrada por el PCE- y Podemos, hay que agregar los grupos que nacen de las nacionalidades periféricas, que apuestan por una mayor descentralización de las decisiones políticas. En Italia la desaparición del Partido Comunista dejó un vacío, que ahora comienza a ser cubierto por la lista de apoyo a Tsypras, mientras no queda claro hacia donde se decantará la gente que anda confundida en el Movimiento 5 Estele de Grillo. También resulta significativa la victoria del Partito Democrático, afiliado a los socialistas europeos.

Lo más urgente para la izquierda del sur de Europa, es desenredar el embrollo que nace de esa sopa de letras y siglas, con un proyecto de futuro coherente fundado un programa consensuado por todos. La quiebra de las estructuras políticas corrompidas, el Estado liberal al servicio del capital financiero, pone al orden del día la necesidad de la transformación social.

En nuestro país, a pesar de que la quiebra del bipartidismo era algo esperado por los analistas políticos, la magnitud del cambio ha desbordado todos los pronósticos. Era de esperar. Los sondeos de opinión habían detectado una y otra vez la desafección ciudadana, sin querer mostrar las consecuencias electorales, optando por un conservadurismo que se ha mostrado equivocado.

Mientras que los barómetros del CIS indicaban el malestar de la ciudadanía, hasta límites que parecían imposibles de sostener, la anunciada quiebra del bipartidismo se pretendía disimular mirando para otra parte… ¿con el objetivo de influir en la opinión pública? Las dimensiones reales de la crisis estaban maquilladas por falsos supuestos de estabilidad social, cuando la crisis económica golpea brutalmente a la población.

Estas elecciones han supuesto un gran avance de la izquierda en el Estado español, que aun fragmentada en cinco formaciones políticas –IU, PODEMOS, EPDD, LPD y PRIMAVERA- ha conseguido más de 4 millones de votos –el 25,51% de los votos emitidos, con una abstención del 55%-, igualando los votos obtenidos por el Partido Popular, que ha sido la lista más votada. En mi opinión, hemos de reconocer el mérito de los cuadros políticos de la izquierda, para que haya sido así; pero esa inteligencia que la izquierda ha exhibido, debe ahora demostrar que no es fruto de un azar afortunado.

Es hora de construir un Frente Popular que haga factible un cambio de régimen político, absolutamente necesario para regenerar la vida política en el Estado español. La ciudadanía lo viene exigiendo cada vez con más fuerza, en manifestaciones y encuestas, y especialmente los resultados electorales han mostrado las posibilidades para ello. En los 36 años de democracia juancarlista, nunca el sistema político había quedado tan fragilizado ante la opinión pública como ahora.

Los acontecimientos se suceden con velocidad en estos años de crisis. El entendimiento es urgente, porque la historia va a seguir acelerada en los próximos meses; la descomposición del régimen monárquico ha empezado ya, y se profundizará a lo largo del año. El próximo otoño los catalanes celebrarán su referéndum de autodeterminación, agrandando todavía más las fisuras que se han abierto en los muros del Estado burgués. Entonces la izquierda tiene que estar bien organizada, con un programa viable y una fuerza social detrás; la falta de entendimiento sería fatal para el pueblo, la ciudadanía y la clase trabajadora -como ya sucedió en la II República-.

Ese programa estará vertebrado por la construcción de la III República, de carácter federal o confederal, para lo que sería deseable que Portugal participara en el proceso constituyente. La situación es favorable para reconstruir la Unidad de los Pueblos –o Naciones, como se quiera- Ibéricos.

El Pacto Republicano tendrá como programa la ruptura con el euro y la creación de una moneda propia. Buscará alianzas en el Mediterráneo, especialmente con otros países europeos, pero también con Estados progresistas en África y Asia. Frente a la política europea dictada por la OTAN, esa Unidad Ibérica tendrá que buscar nuevas alianzas en los países emergentes que han formado el BRIC y que están construyendo una nueva hegemonía mundial. Nuestros lazos con América Latina deben facilitarnos escoger esa vía.

En su política económica buscará reconstruir el entramado de empresas y servicios públicos desmantelados por la política neoliberal, sin abolir los mecanismos mercantiles, revitalizando la economía mediante la erradicación del fraude y el robo que han corrompido el Estado hasta sus instituciones más esenciales. En política la III República debe hacer posible la participación ciudadana en las decisiones fundamentales, el control eficaz del poder político por la ciudadanía, el respeto escrupuloso de los derechos humanos, el desarrollo de una cultura de paz y responsabilidad.

Entre las fuerzas que pueden hacer posible esa transformación conviene subrayar especialmente, el papel de la nueva formación política que ha surgido de las urnas, Podemos, como resultado de tres años de luchas populares, organizadas desde el 15M. Representa un voto joven que rompe con las formas políticas organizadas desde el sistema, que ha comprendido los riesgos políticos de la coyuntura histórica y busca una transformación social que nos proporcione un futuro auténtico.

Una organización política nacida de la movilización social, con rasgos utópicos en su programa, que hace posible y necesaria la participación de la sociedad civil en la política; esas características proporcionan Podemos un carácter republicano en su misma raíz, que necesita hacerse consciente y madurar, proponiéndose como objetivo de la acción política. Con todo lo importante que nos ha aportado esa dinámica, el proceso constituyente que ha puesto en marcha, no debe obviar que son necesarias capacidad y formación políticas para poner en marcha un proyecto de futuro factible.

Pero no se puede soslayar el papel de IU como formación política con experiencia política y un programa político sólido. Una organización política lastrada por años de luchas difíciles y vicios burocráticos, pero con un acervo político que la joven generación debe respetar y ponderar con justicia. La adaptación de IU al sistema, es percibida por la ciudadanía como un obstáculo para el papel dirigente de las luchas sociales. Sin embargo, su larga experiencia y su resistencia frente a la disolución, deben servir de norte para un movimiento social joven, que puede perderse en los laberintos de la política sin un apoyo firme en la generación con más años de lucha a sus espaldas.

Tampoco debe perderse de vista que las formaciones nacionalistas constituyen la palanca imprescindible para la ruptura del Estado monárquico. Cataluña y en Euskadi son las naciones donde el bipartidismo se ha hundido más estrepitosamente, rebañando a duras penas un 25% de los votos en Cataluña, donde los partidos republicanos alcanzan el 40% de los votos; el bipartidismo obtiene todavía menos votos en Euskadi con un 24%, donde los republicanos superan el 38%. En ambos lugares, la burguesía agrupada por la Democracia Cristiana –CIU 21,86% y PNV 27,45%-, podría apoyar el advenimiento de la III República, decantándose a favor de la transformación social.

El próximo otoño será caliente, la temperatura política se va a poner al rojo vivo. ¿Dónde están las fuerzas políticas que forjen el futuro? Es necesario trabajar las alianzas políticas que hagan posible el cambio de régimen en favor del pueblo trabajador. Para que empecemos a avizorar ya el mundo nuevo, y este resultado político no se convierta en un espejismo momentáneo.

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Lo que hay detrás de la abdicación del rey es un golpe de estado de la casta.

descarga«Lo que pretende «la casta» con la abdicación del Rey es conjurar, antes que sea demasiado tarde la apertura de un proceso constituyente . Se trata de impedir que el pueblo, único titular de la soberanía , se exprese democráticamente».

Emilio Pizocaro, periodista

Este periodista lo adelanto en marzo del 2013.  Escribimos en esos días que el Rey Juan Carlos tenía los días contados. (Aquí van un par de enlaces donde hablamos del tema:  http://www.alertadigital.com/2013/03/06/sofia-y-el-club-bilderberg-presionan-al-rey-para-que-abdique/http://www.rebelion.org/noticia.php?id=164483,http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165807 ).-

¿Pero, porqué abdica el Rey justamente ahora? Muy sencillo, después del terremoto electoral del 25M el miedo cambio de bando.

El sismo ha sido muy fuerte. Ha estremecido los cimientos del régimen bipartidista,  arrinconando a la casta y lo más importante ha obligado a tomar urgentes decisiones a los poderes fácticos que son los que de verdad gobiernan España.

El 25M ha puesto sobre la cuerdas a los dos partidos que han mantenido la monarquía por más de 35 años. Juntos reúnen menos del 50 por ciento del electorado, esto significa, ni mas ni menos, que en las próximas elecciones se puede advertir una mayoría republicana.

En resumen, más vale prevenir que curar . Lo que acaba de hacer la casta política es iniciar un golpe de estado blando. Decimos esto porque un golpe de estado no más ni menos que la maniobra que permite hurtar al pueblo su derecho soberano a elegir a sus gobernantes y en primer lugar al jefe del estado.

Los comandantes civiles del golpe están en el PP y el PSOE. Además de Rafael Spotorno Díaz-Caro de la Casa Real, los principales conspiradores son; Rajoy, Rubalcaba, Bono, Duran i Lleida y Felipe González

Pero no hay que equivocarse, esta novísima forma de golpe de estado recién está dando sus primeros pasos. Esta maniobra de “trilero cutre” de la casta pretende pasar a la ofensiva en todos los frentes. Han constatado que la “gran coalición”, entre el PP y el PSOE, se ha tornado insuficiente, por tanto los próximos pasos serán el acuerdo con CIU y el PNV , con el objetivo de instaurar una Monarquía Federal.

Como era de esperar acompañan la maniobra golpista la mayoría de los medios de comunicación . Son imprescindibles para legitimar la siguiente etapa del régimen Borbónico. Ya escuchamos sus fuegos de artificio.  En un lugar destacado de este complot esta Juan Luis Cebrián y el grupo Prisa. (Hoy a la cadena SER se le vio la pluma.  Tenían listo, desde hace tiempo, la pieza radial con el “obituario de la abdicación” con los elogios de rigor al monarca de la corrupción).

Están asustados. Le tienen miedo al pueblo. Quieren finiquitar rápidamente el primer paso aprobando la ley orgánica que permita la coronación de Felipe lo más pronto posible. Es tal la crisis del régimen que necesitan simular que viene un tiempo nuevo.

La siguiente etapa de este aparente nuevo tiempo es la “monarquía federal para integrar en el poder a las burguesías nacionalistas de Cataluña y del País Vasco. En la conjura actúan en silencio los operadores de la embajada norteamericana que ya pilotearon en los 70 la transición de la segunda restauración borbónica.

La gran maniobra de las elites se venía venir.  Lo anunció la semana pasada el Presidente de la CEOE. Sin remilgos de ningún tipo Joan Rosell señalo la hoja de ruta del putsch;  «si fuimos capaces de reformar la Constitución prácticamente en 24 horas ¿porque no ahora? «. 

¿Cual es el significado de esta afirmación?  Esta claro. Lo más probable es que una noche de Agosto (al igual que lo hizo Zapatero hace tres años) se apruebe a espaldas del pueblo una reforma constitucional que asegure un nuevo ”consenso”  con el objeto de perpetuar en el poder a los mismo que nos han llevado a este desastre. Lógicamente todo se hara al margen del soberano en una democracia, es decir el pueblo.

Esta es la madre del cordero . Allí esta la clave del golpe de estado blando. Lo que pretende la casta con la abdicación del Rey es conjurar, antes que sea demasiado tarde la apertura de un proceso constituyente . Se trata de impedir que el pueblo, único titular de la soberanía , se exprese democráticamente.

Más allá de sus gastados discursos la casta es profundamente antidemocrática . Sus desesperadas maniobras están destinadas a hurtar al pueblo la posibilidad de construir una autentica democracia participativa.

A partir de hoy el escenario político ha cambiado radicalmente . El primer daño colateral lo sufrirán los independentistas Catalanes que verán como sus deseos de soberanía se negocian al margen de la voluntad popular. El segundo impacto lo sufrirá el PSOE, su corrupta cúpula traicionará una vez más  a sus militantes de base, que son republicanos de corazón.

Lo que viene ahora es una intensa campaña mediática para edulcorar el golpe. Sin embargo el putsch de la casta no ha terminado. Está en pleno desarrollo. Todavía necesita de un tiempo para consolidarse e imponerse en su totalidad.

Esto significa que la pelota está en nuestro tejado. Tenemos que recuperar la ofensiva. Se deben acabar las medias tintas que nos hará llorar en el futuro lo que no defendimos hoy. Hay que cruzarse en el camino de los golpistas. De partida, debemos salir con toda la fuerza posible al paso de la coronación  Felipe. Será un rey impuesto por parlamentarios que hoy representan una minoría de la población.

La movilización social unitaria es más urgente que nunca. Si no actuamos con la contundencia suficiente las reformas que ha impuesto el PP y el PSOE serán apenas el comienzo de una verdadera dictadura neoliberal.

Los poderes fácticos han declarado la guerra a la soberanía popular. Es hora de plantearse con toda seriedad una estrategia rupturista que mande al basurero de la historia a la casta y a todos los de su calaña.

Las consignas son claras; Fuera la Casta y la monarquía  , No nos representan , Democracia real Ya.

 

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Podemos ¿ Una victoria de Gramsci en España ?

descarga«La izquierda había abandonado demasiados campos de batalla sin siquiera oponer resistencia, nos hemos dejado arrebatar hasta las palabras sin luchar por ellas». 

Carlos Gutiérrez  

Una de las principales aportaciones de Antonio Gramsci fueron sus reflexiones sobre el fracaso de los procesos revolucionarios en los países a cuyas sociedades podríamos calificar como “avanzadas”.

La explicación de Gramsci para ese fracaso, grosso modo, era que en estos países la sociedad civil presentaba un panorama más tupido, y los anticuerpos, por utilizar un término muy comprensible, del sistema, eran más eficaces. Por eso en Rusia, por ejemplo, ante una sociedad más desestructurada y un aparato estatal de coerción más burdo, habría sido posible un proceso revolucionario.

¿Qué tiene que ver todo esto con Podemos? Pienso que el principal acierto de la formación encabezada por Pablo Iglesias puede venir marcado por la comprensión del análisis gramsciano de las sociedades de los países desarrollados, y no se han quedado solo en el análisis, sino que a partir de ahí han llegado a la conclusión de que era necesario penetrar en el instrumento más potente de construcción de la hegemonía del sistema: los medios de comunicación.

En este sentido, tal vez una de las conclusiones políticas más fuertes que podemos sacar de este estupendo resultado electoral es que tal vez los puntos más sólidos del Sistema pueden esconder su propia debilidad, y que un ataque llevado a cabo con una mezcla de inteligencia y prudencia puede provocar grietas en el muro.

La izquierda había abandonado demasiados campos de batalla sin siquiera oponer resistencia, nos hemos dejado arrebatar hasta las palabras sin luchar por ellas. Hemos dejado ultrajar un concepto de nuestra tradición: la democracia, permitiendo que se emplee esta palabra para describir algo que no tiene nada que ver con su significado real, ya es hora de ir ocupando espacios y planteando debates en profundidad.

El debate sobre Europa ha quedado pendiente y me parece urgente que se aborde. También forma parte de nuestra tradición la actuación en los medios de nuestros “rivales” para desmontar sus argumentos y para hacer llegar a los ciudadanos nuestras propuestas. En ese campo tengo que decir que el diseño de la campaña de Podemos me ha parecido perfecto.

Creo que en Podemos, volviendo a Gramsci, sí han comprendido que estamos en una fase de guerra de posiciones, y que mientras no se vislumbra una posibilidad de cambiar el Sistema sí se puede ir avanzando y trabajando por cambiar el sentido común de una parte importante de la población.

Ese trabajo previo de influencia en el sentido común de las mayorías sociales lo han hecho penetrando por pequeños orificios en el mayor aparato de generación de consensos y de creación de tendencias: la televisión. Nadie puede negar, los resultados cantan, que esa estrategia ha sido todo un éxito y debe servir para reflexionar al conjunto de la izquierda, para seguir potenciando los medios alternativos y para estudiar cómo conseguimos acceder a los medios de masas.

Tal vez la izquierda ha olvidado que la principal ocupación de Marx fue estudiar cómo funcionaba el sistema, para saber cuáles eran sus debilidades, cómo vivían los oprimidos, y cuál era la composición interna de las clases sociales. Tal vez llevamos demasiado tiempo protestando por la omnipotente influencia de los medios de comunicación y sobre como sirven a los intereses de los poderosos y no hemos hecho nada por tratar de “asaltarlos”.

Y, por supuesto, llevamos muchísimo, demasiado tiempo, instalados en la “confortable y honrosa” derrota: afrontamos las elecciones sin demasiada ilusión, dando por sentado que con nuestro porcentaje de siempre podremos capear el temporal a la espera de unos buenos tiempos que parece llegarán sin que tiremos de ellos.

Creo que Podemos supone un cambio muy importante en cuanto a la manifestación de una voluntad de dar pasos con intención de conseguir la victoria. Me parece que si se ha hecho un análisis muy importante sobre la influencia de los medios de comunicación y del conjunto del aparato de creación de consensos, en este sentido hay que destacar algún trabajo de Pablo Iglesias sobre el cine y otro en preparación sobre la series de televisión.

Se trata de un trabajo aún incipiente pero que se debería seguir desarrollando. De todos modos quedan aún muchísimos temas clave por abordar, desde luego el más importante de ellos es la cuestión de clase y el estudio de cuál es la actual composición y situación de la clase trabajadora en nuestro país.

La cuestión de clase es uno de los temas que está aún, a mi juicio, demasiado ausente en el discurso de Podemos. Creo que es indiscutible que existe un importante número de jóvenes con estudios universitarios con aspiraciones frustradas a los que la crisis ha proletarizado o les ha obligado a emigrar, pero no debemos olvidar que, probablemente, la mayoría de los jóvenes no han alcanzado ese nivel de educación y se mueven en un mundo extremadamente precario y en circunstancias posiblemente más duras.Un discurso, que a veces puede abusar de una especie de neolengua, dirigido en exclusiva a una elite ilustrada sería un error muy importante.

No sé si es posible, pero resultaría muy interesante saber el grado de penetración del discurso de Podemos entre esas personas a las que el escritor socialista británico Owen Jones ha denominado Chavs, término posiblemente intraducible que se refiere a jóvenes que, por una u otra razón, no han tenido la posibilidad de acceder a la formación y viven hundidos en la precariedad, y que en algunos casos han creado su propia subcultura.

Si Podemos pretende empezar a construir para empezar a ir ganando posiciones debe contar con el apoyo y la participación de las mayorías sociales, por lo tanto debe huir de cualquier teoría que proclame la disolución de las clase sociales y el fin de la clase trabajadora.

Desde luego que quien considera las clases sociales como algo estático, impermeable y ajeno a la evolución de la sociedad también yerra de modo absoluto, pero es innegable, pese al ascenso del porcentaje de personas con educación superior o pese al proceso de tecnificación del trabajo, que la explotación del trabajo asalariado continúa siendo el pilar del Sistema.

Es imprescindible que Podemos no dé la imagen de un grupo que solo se dirige a jóvenes universitarios descontentos por lo mal que les ha ido la vida sino que se trata de un partido o movimiento que trabaja para el autogobierno de la mayoría social de explotados. Podemos debería, en mi opinión, cambiar una cierta tendencia a magnificar el “yo” para fomentar el “nosotros”, sólo así será posible trabajar sobre el sentido común y construir una sociedad democrática e igualitaria.

Antonio Gramsci también incidía de un modo muy vivo en la importancia de decir la verdad a la gente y en el potencial revolucionario de la verdad. En ese sentido, sigo pensando que el discurso de Podemos en cuanto a Europa ha sido insuficiente y tal vez apresurado. Es necesario decir la verdad sobre Europa y es necesario decir que la Unión Europea es irreformable y que el Euro es un fracaso absoluto.

Los excelentes resultados de los llamados euroescépticos y de la extrema derecha en algunos países tienen que servir también de reflexión para la izquierda europea. No se puede dejar el discurso crítico con el Euro en manos de la extrema derecha cuando es un discurso más que necesario imprescindible. Desde la izquierda no podemos defender una salida del Euro y de la UE sin ton ni son y tenemos que levantar la alternativa de una área económica alternativa de los países mediterráneos basada en valores distintos a los que actualmente guían a la UE, una especie de ALBA mediterránea.

Estoy convencido de que Podemos debe comprender, con Gramsci, que los procesos de constitución de las clases son largos y complicados, y los procesos de construcción de la hegemonía son aún más prolongados y tortuosos.

De ningún modo (sería su final y la decepción para miles de personas), pensar que cuando hablamos de “bloque social” nos referimos a una alianza electoral o electoralista. Si se quiere construir algo sólido y con la intención de cambiar las cosas de verdad es fundamental una correspondencia entre métodos y fines. Al mismo tiempo es necesario, por un lado, no caer en el sectarismo que impida alianzas, y, de igual modo, no caer en la ilusión de pensar que las alianzas electorales son un fin y no un medio.

Es muy posible que Podemos haya empezado la casa por el tejado, y que el inesperado éxito electoral le haya pillado en pleno proceso de formación. Las victorias espectaculares también tienen sus peligros, y creo que las gentes que están trabajando en Podemos son conscientes de ello. Me parece muy positivo que las aspiraciones no sean conseguir un porcentaje dentro del sistema sino trabajar con paciencia para tratar de cambiarlo.

De ningún modo se puede caer en el ya conocido error de acomodarse en un determinado porcentaje electoral y que el mantenimiento de esa cuota sea el objetivo final de la organización. Tampoco se puede caer en el error de tratar de “representar” a los movimientos sociales o pretender que “Podemos es el 15M”, eso sería reproducir los vicios de los partidos que hemos conocido hasta ahora.

Los retos por delante son muchos, pero el resultado electoral es un síntoma de un importante torrente de ilusión que se ha generado. En primer lugar creo que va a ser muy importante que se cumpla todo lo que se ha dicho y que los cargos públicos de Podemos prediquen con el ejemplo y respeten los protocolos económicos establecidos por la organización.

También es muy necesario que se desarrolle una estructura ágil y que permita un funcionamiento democrático que consiga alejar una innegable imagen de hiperliderazgo que no creo que ayude mucho. Podemos bebe mucho de la experiencia de sus impulsores en los movimientos sociales, la organización debe construirse en y con esos movimientos, pero no debe olvidar la importancia de recuperar un movimiento obrero y sindical que deambula casi como un zombi.

Tanto la mayoría social como el bloque histórico que hay que construir, y que son necesarios para cambiar las cosas, están constituidos por un conjunto de realidades diversas y el programa para el cambio radical debe ser fruto de la deliberación de esas mayorías, y no de directrices impuestas por personas que se autoatribuyan, en su condición de “intelectuales”, la representación de los otros.

Estamos ante un hecho muy importante, tal vez único en nuestra historia reciente, y muy posiblemente se han sumado diversos factores que han producido esta tremenda sorpresa: la crisis económica, el impulso del 15M, la entrada en el campo político de una nueva generación, el agotamiento del régimen surgido de los consensos de la Transición o el acierto político de atacar al sistema desde sus propias entrañas, quizás podríamos añadir bastantes más.

La ilusión se ha generado y ahora nos toca aprovechar su impulso para cabalgar sobre las olas y no defraudar a esa generación de nuevos militantes, son ellos los que deben recoger la experiencia acumulada y construir, junto con los más mayores, y con paciencia pero sin pausa, la alternativa de sociedad que se plasme en un mundo más justo, democrático e igualitario.

 

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