Más allá de las elecciones europeas: Apuntar más alto, apuntar más lejos

Artículos Debates Internacional

fraude-urna» Sin desafiar el dominio de la deuda no hay política institucional posible. Sin abrir las instituciones a la ciudadanía no hay política institucional posible. Sin desafiar el marco instituido para componer un nuevo acuerdo social no hay política institucional posible. Es mucho mas difícil, pero también es lo único posible. Si esa partida no la abrimos nosotros y nosotras, otros la abrirán y determinaran las normas y el marco de juego».

De Madrilonia

Si las municipales francesas nos han enseñado algo es que la hipótesis de la “regeneración” está tan muerta como el ejercicio de representación tradicional de la política. Francia y su abstención, Francia y el repunte de su extrema derecha apuntan directamente al corazón del ciclo electoral que se abrirá en España en apenas dos meses. Y lo que nos dice es algo muy sencillo: no hay lugar para la vieja política. No hay lugar para la gestión social de la crisis.

No vamos a dedicar un segundo a darle argumentos a los viejos dinosaurios de la política profesional, sea en clave bipartidista, sea en sus márgenes. Así como tampoco en la enésima pelea por ser el primero en una lista electoral o en la enésima componenda interna para no romper un aparato con más óxido que la oxidación misma.

Este es un mensaje a quienes han decidido desafiar la dimensión institucional en clave de nueva política. Con sus límites y sus problemas, pero también con toda su potencia. A quienes están intentando poner toda su inteligencia en construir espacios institucionales que desafíen la lógica-partido y que piensen a la altura del presente. Esto es sencillo: necesitamos que irrumpáis.

Y para que irrumpáis no es posible ni suficiente conformarse con la representación de una izquierda auténtica que se reparte las migajas del electorado: el presente da para muchísimo más. Tampoco basta con proponer una aplicación concreta que plantea un “método” si no va acompañado de la escalada de un desafío.

No se trata de encerrarse en el discurso de la casta y el otro, eso permite tan solo estar, existir, tener juego mediático. Tampoco basta con señalar sin más la potencia ciudadana. Creemos que hace falta abrir la situación de par en par y eso pasa por hacer crecer el desafío.

No se trata de que estas sean malas ideas, pero cada vez es más importante saber que el campo está siendo codificado por otras fuerzas. El bunker ha girado hacia lo “viejo” y no hay término medio en la composición del marco político. O un PSOE dispuesto a partirse en quince cachos y/o aliarse con el PP en una suerte de sacro santa alianza del régimen, o un gobierno que ve cómo empieza una sangría de votos a su derecha y que va a utilizar la mano dura y la criminalización tanto de los movimientos como de las mujeres o la pobreza para evitar su declive.

Ambas opciones al bipartidismo son opciones de derrota sólo si se ven desafiadas por una energía mayor. Esa energía es la potencia constituyente. Esa energía es la energía del presente. Os pedimos que desde vuestros lugares, desde vuestra forma de sentir la política elevéis el desafío y construyáis estas elecciones no como un cita puntual, sino como el lanzamiento de un ciclo amplio hasta (al menos) las elecciones generales del 2015.

Sin desafiar el dominio de la deuda no hay política institucional posible. Sin abrir las instituciones a la ciudadanía no hay política institucional posible. Sin desafiar el marco instituido para componer un nuevo acuerdo social no hay política institucional posible. Es mucho mas difícil, pero también es lo único posible. Si esa partida no la abrimos nosotros y nosotras, otros la abrirán y determinaran las normas y el marco de juego.

Desde Madrilonia no vamos a apostar por la abstención, ni siquiera por la abstención activa (no se nos ocurren elecciones mas activas que las que se avecinan). En lo que tiene que ver con lo institucional apoyamos y apoyaremos a las candidaturas que abran la coyuntura y sean capaces de componerse con el movimiento ciudadano (y no componer el movimiento ciudadano).

La abstención es comprensible porque expresa el signo de la desconfianza en el sistema de representación. Solo con herramientas que rompan de forma clara esa lógica se podrá generar la energía suficiente para irrumpir. Lo demás es jugar al viejo juego con palabras nuevas.

 

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