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Artículos 2022: EL AÑO QUE VIVIREMOS PELIGROSAMENTE
2022: EL AÑO QUE VIVIREMOS PELIGROSAMENTE
A la memoria de Marco Rizzardini, amigo y compañero de sueños.
No salgo de mi sorpresa. La izquierda, casi toda, nada dice sobre los nuevos y viejos problemas de la seguridad, de la paz y de la guerra. Cuando digo nada, es nada. Mientras, los presupuestos militares crecen y crecen; las nuevas tecnologías se aplican vertiginosamente en la modernización de los arsenales nucleares y convencionales; aparecen nuevas formas de conflictos político-militares en las llamadas” zonas grises” donde el uso y abuso de conceptos como “guerras híbridas” se imponen sin saber con precisión qué significan. A los viejos términos conocidos como tierra, mar, aire, espacio, se le añaden el conceptualmente más complejo de ciberespacio; es decir, la red se convierte en instrumento al servicio de la rivalidad geopolítica.
Asombran la velocidad, los ritmos endiablados que anudan investigación básica, aplicación y producción en un continuo que no parece tener fin. No existen desde hacen muchos años tecnologías de doble uso: todas se aplican directa o indirectamente en un sistema que integra en un único mecanismo empresa, ciencia, tecnología, organización y estrategia-político militar. La llamada revolución en asuntos militares se convierte en permanente. No nos dejemos engañar: las clases dirigentes conocen con mucha precisión lo que pasa; simplemente que intentan, como siempre, eludir el debate y convertirlo en algo lejano, accesible solo a minorías. La llamada política de defensa (o de ataque, depende) es demasiado importante para que los ciudadanos la entiendan, la definan y la decidan.
Lo más grave es que los conflictos político-militares se acentúan y, tiene cierta importancia, se acercan cada vez más una península que siempre quiso ser un continente, Europa. ¿Qué es lo realmente está pasando? Que estamos viviendo una ruptura histórica, un cambio de época de grandes dimensiones. Sus características son básicamente cuatro: la primera, una crisis profunda de la globalización neoliberal que ha sido, no hay que olvidarlo, la pax americana, el modo de ejercer la hegemonía unipolar los EEUU; segundo, una gran transición geopolítica determinada por la crisis del poder norteamericano y la emergencia de nuevos Estados que cuestionan su dominio indiscutido e indiscutible. Tercero, una crisis ecológico-social de lo que podríamos llamar el “capitaloceno”; es decir, la tendencia a la mercantilización del conjunto de las relaciones sociales por un capitalismo depredador bajo hegemonía financiera. En cuarto lugar, la más importante, el declive de Occidente y la (re)emergencia de un Oriente que no acepta y que se revuelve contra el dominio de una civilización que ha pretendido ser la única y la indispensable.
¿Cuáles son los grandes problemas de esta transición? Hay que entenderlo bien desde el principio. Se trata del paso de un mundo unipolar hegemonizado por EEUU -y como aliado subalterno la Unión Europea- a un mundo multipolar que reconozca a las nuevas potencias económicas, culturales, políticas y político-militares. El desafío es enorme porque implica radical redistribución del poder a nivel mundial, nuevas reglas, nuevas instituciones y nuevas formas de relacionarse las grandes potencias. La “trampa de Tucídides” es el nombre que se le da a un viejo problema, a saber, que estos cambios fundamentales implican conflictos políticos, militares, convencionales o híbridos que, tarde o temprano, llevarán a la guerra. Estados Unidos, el que manda realmente, no va a aceptar la organización de un nuevo orden internacional que cuestione su poder y que le imponga nuevas reglas. Este conflicto existencial definirá los próximos años del sistema-mundo e implicará cambios sustanciales en las relaciones entre las grandes potencias y, a no olvidar, determinarán la orientación y el sentido que se les dé a los grandes problemas globales como las desigualdades, la crisis climática y energética y una pandemia que se extiende y muta por doquier.
La Unión Europea, desde el punto de vista político-militar, es un protectorado de los Estados Unidos cuyo instrumento fundamental es la OTAN. En junio de 2022 tendrá lugar en Madrid la cumbre de la Organización Atlántica donde se aprobará su nuevo concepto estratégico y, en paralelo, se definirá por la Unión Europea lo que pomposamente se llama la “brújula estratégica”, documento donde se concretaran sus prioridades político-militares. Para entenderlo, la UE va a alinear su política de defensa y seguridad con los intereses estratégicos de los EEUU que organizan dos campos de operaciones o áreas de decisión geopolítica: uno principal dirigido a contener, asediar y someter a China; otro secundario, dirigido contra Rusia y protagonizado fundamentalmente por la OTAN. El AUKUS (el tratado entre Australia, Reino Unido y EEUU) será el eje de una amplia alianza a la que pronto se sumarán los dos protectorados militares en la zona, Japón y Corea del Sur. India y Pakistán jugarán un papel decisivo en este “gran juego” que acaba de comenzar, sin olvidar una Indonesia que quiere ser actor propio.
Hablamos de Europa; es decir, de un teatro de operaciones secundario controlado por los intereses de unos EEUU que esperan que la Rusia de Putin sea derrotada a manos de una OTAN cada vez más fuerte y con mayor proyección política. La partida hace tiempo que comenzó. Se puede decir que, con mayor o menor implicación, las instituciones europeas y la mayoría de los gobiernos de los Estados comparten esta política y se preparan para un conflicto que, si no se para pronto, terminará de nuevo llevando a Europa a una guerra de grandes proporciones. La opinión pública está siendo trabajada durante años bajo la idea de que Rusia es culpable y pone en peligro la paz en una Europa siempre democrática, dialogante y de natural pacífico. Bastaría mirar el mapa con cierta atención para saber que a la propuesta de una “Casa Común Europea” de Gorbachov se le respondió con la ampliación de la OTAN hacia el este, con el preciso objetivo de impedir la recuperación de una Rusia en declive. Como suele ocurrir, el poder siempre aspira a más poder. En una alianza plena de complicidades, EEUU y la UE intervinieron abierta y sistemáticamente en las antiguas repúblicas soviéticas para desestabilizar a los gobiernos que ellos consideraban no suficientemente alejados de Moscú, propiciando todo tipo de conflictos civiles, étnicos y, al final, militares. Antes Estados fallidos que aliados de una Rusia convertida, de nuevo, en el “El imperio del mal”.
Ante tanta geopolítica, anta tanto rearme y propaganda de guerra parecería que las poblaciones solo les queda mirar hacia arriba, hacia los que mandan y esperar que los conflictos no vayan a más y que, de llegar, nos les pille. Hay que actuar y pronto. El “partido de la guerra” puede ser derrotado y la conflagración militar, evitada. Depende de los ciudadanos y de las ciudadanas, de las clases trabajadoras y de los intelectuales críticos. Una idea central: la dinámica del conflicto, el rearme y eventualmente la guerra nada tienen que ver con los derechos humanos, la democracia o la libertad de los pueblos. La clave es otra: que Occidente, liderado por los Estados Unidos, mantenga su hegemonía política, económica y militar; para ello deben impedir, cueste lo que cueste, el surgimiento y desarrollo de nuevas potencias que cuestionen su dominio y acaben imponiendo un nuevo orden internacional contrario a sus intereses y privilegios.
Para comprender la etapa que viene hay que entender bien dos asuntos fundamentales: 1) los Estados Unidos tienen una superioridad económica, política y militar clara, nítida; 2) la concepción de estratégica del Pentágono es preventiva, de conflicto político-militar prolongado en el espacio- tiempo. El objetivo es frenar y bloquear el despliegue del eje China/Rusia que incluye: a) guerra económica, comercial y financiera en el marco de un desacople planificado de las redes de valor y de suministro que tienen su centro en China; b) los conflictos indirectos y no convencionales llamados de “zona gris” donde los “híbridos” son una variante bien estudiada y aplicada con provecho; c) el ciberespacio como territorio privilegiado de competencia y lucha entre grandes potencias; d) la tecnología en general y su ciclo industrial-militar acelerado como variante clave de unas fuerzas operativas en despliegue multifuncional, complejo, y fuertemente autónomo ; e) la democracia y los derechos humanos como ideología que justifique la guerra y legitime los conflictos políticos–militares.
La propuesta que debería defender una Europa realmente europea no es la que hace la OTAN o la que pretende articular la UE; es decir, prepararse para la guerra, impedir el desarrollo de China o bloquear la transición a un orden multipolar más representativo, plural e igualitario. Este no es el camino. Para Europa, una nueva guerra en su suelo sería un desastre de proporciones bíblicas, el apocalipsis terminal de una cultura, de una civilización. Las preguntas de una Europa verdaderamente autónoma, soberana, como afirma Macron, deberían ser: ¿cómo evitar la guerra?, ¿cómo crear las condiciones económicas, políticas y político-militares para una paz duradera y ecológicamente sostenible? La “trampa de Tucidides” se puede eludir; la guerra se puede evitar. La paz europea no tiene alternativa. Los intereses de nuestras poblaciones, de nuestros pueblos y Estados no coinciden con los de EEUU que lucha descarada y abiertamente por su hegemonía sobre nuestro planeta.
Hay que usar de nuevo tres palabras, tres conceptos: diplomacia, desarme y seguridad mutua.
Diplomacia, como tarea centralmente política que organice un acuerdo de paz, cooperación económica y ecológico social con Rusia. No será fácil, pero se debe trabajar para ello con tenacidad e inteligencia. En un marco más amplio se podrían encontrar caminos imaginativos para solucionar conflictos como los de Ucrania. Los intereses geoeconómicos, comerciales y energéticos de Rusia y Europa son convergentes y tienden a complementarse en el tiempo. Desarme, con objetivos claros y verificables. En su centro, una Europa desnuclearizada. Seguridad mutua, que permita a Rusia y a Europa diseñar políticas que fomenten la colaboración, defensa de bienes públicos comunes y disminuyan planificadamente los riesgos.
La “Europa Común” con Rusia y no contra ella. Un gran pacto Euroasiático que ponga fin a la definición-trampa del viejo Mackinder; dicho de otro modo, dar por terminada la ocupación y el control que EEUU ejerce sobre nuestro continente común. Esta sería la auténtica autonomía estratégica de Europa transformada en sujeto soberano y actor singular de un mundo que transita hacia un orden más plural, más representativo, más igualitario. ¿Utopía? Es posible. ¿El problema? que no tiene otra alternativa que no sea la guerra.
Manolo Monereo Sevilla 30 de diciembre 2021
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Artículos La calle Génova de Madrid impone los adelantos electorales. El trumpismo español a la ofensiva
La calle Génova de Madrid impone los adelantos electorales. El trumpismo español a la ofensiva
Carlos Martinez es politólogo y secretario general del Partido Socialista (PSLF)
La estrategia que impulsa Casado y la pelea politica por quien lidera el trumpismo españolista, si el propio “jefe” del PP, Ayuso y el “nacionalismo” madrileñista ultra centralista o VOX lo obligan a mover ficha al objeto de ganar en dos territorios del estado, Castilla y León y Andalucía donde piensan lo tienen fácil.
Ambas comunidades tienen configuraciones políticas internas muy diferentes, pero en ambos casos gobierna la derecha. Si algo les une es ser dos regiones, -en el caso andaluz una realidad nacional-, que sufren problemas muy graves en el sector agrario y en el rural, si bien en el caso castellano-leonés más agravadas.
Por lo pronto Castilla y León mueven ficha ya. El PP hunde a Ciudadanos y les deja con el culo al aire lanzándose a por todas. Pero surge algo nuevo en el panorama político y son los partidos de carácter comarcal y/o provincial nacidos al calor del abandono de Valladolid y el olvido de Madrid, lo que provoca su despoblación y la falta de oportunidades. Estos partidos-plataformas cívicos son la respuesta y el grito de la llamada “España Vaciada”. Lo que deben analizar ellos, es cuales son las causas reales de ese vaciamiento y por tanto las estrategias de Madrid durante muchas décadas y las políticas que impone la burocracia de Bruselas. Ambas son causa directa.
El vaciamiento programado del mundo rural en el siglo XX comienza en los cincuenta y son Asturias, Euskadi, Cataluña, País Valenciano y Madrid los grandes receptores de esa emigración interior. Posteriormente, a partir de años 90 serán los recortes en salud y educación que las políticas neoliberales europeas y españolas imponen, provocando la huida a Madrid y Europa de sus jóvenes. Su puntilla es cerrar escuelas, centros de salud, médicos rurales y liquidar todo tipo de servicios, incluidos comercios y bares que hacen imposible vivir en un pueblo.
La PAC debe ser seriamente estudiada a lo hora de ver las causas del despoblamiento. La agricultura, además de la industria española, ha sido sacrificada en favor de Alemania y sus intereses. Los fondos y proyectos de desarrollo rural europeos no van más allá de promocionar el llamado turismo rural, el chorizo artesano local, el queso… -lo cual tiene sus límites- o la caza y la destrucción de territorio, pero no se crea tejido productivo y sobre todo nadie apoya la soberanía alimentaria española que haría de los territorios rurales piezas imprescindibles –más todavía- al objeto de conseguir una vida sana y una alimentación adecuada y suficiente. En lugar de eso, los grandes fondos de inversión acumulan tierras, montan macrogranjas de cochinos o el nuevo maná capitalista que son grandes centrales eólicas y huertos solares sembrados sin consenso y apoyo democrático de los pobladores al objeto de servir energía para las grandes urbes más próximas.
Estamos pues también ante una nueva neo colonización de la España vaciada. La respuesta de los partidos territoriales es desde la no ideología y la ambigüedad, pero alguien debe decirles que son víctimas de la ideología neoliberal y ahora del capitalismo verde. El problema es que sus enemigos si tienen ideas y tener ideas no solo no es malo, sino que ayuda a defender su proyecto territorial desde su derecho a su autonomía y a su libre federación, pues también Castilla y León es una creación artificial de la UCD que aúna León a la fuerza e impide las aspiraciones de el Bierzo. Todo eso se ha hecho en base a ideología. Es por tanto Castilla y León una víctima y la reacción de plataformas y coaliciones es lógica ante tanto abandono y castigo. Pero frente a esto hay que pensar que nada ha sido ni por fatalismo, ni por casualidad.
También para defender territorios concretos hay que buscar solidaridad, federación, comprensión, apoyo y la unidad de las clases trabajadoras y de los pueblos ante el engaño centralista, el olvido del bipartidismo y las promesas no cumplidas por parte del gobierno autónomo y del central.
Por lo pronto CyL es el laboratorio de la victoria del PP y VOX en el resto del estado español y Andalucía pronto vivirá la misma situación en el asalto planificado al Gobierno de Madrid, por parte del trumpismo madrileño y al que solo podremos hacer frente desde la unidad de las fuerzas del trabajo y antineoliberales. De todas ellas.
Lo cual no quiere decir que si está unidad no se produce y es muy difícil a pesar de la emergencia democrática y social que sufre el estado español, no veamos, entendamos e incluso apoyemos las justas reivindicaciones territoriales, locales, comarcales y municipales. Mucho ciudado que en el caso castellano y leonés pueden ser esas plataformas las que frenen al PP y por cierto no van a ser engañadas fácilmente a la hora de formar gobierno pues están llenas de personas decepcionadas de los grandes partidos y del olvido centralista.
De Andalucía pronto hablamos.
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Artículos Basta de mentirnos. El globalismo nos manipula y engaña sobre el mundo real
Basta de mentirnos. El globalismo nos manipula y engaña sobre el mundo real
Carlos Martinez es politólogo y secretario general del Partido Socialista Libre Federación
No es el primer artículo que escribo acerca de la situación geoestratégica mundial, la crisis del capitalismo y la división entre los estados y partidos con sus matices, partidarios del multilateralismo, la paz y el desarrollo de los pueblos al margen de la globalización neoliberal y quienes defienden el interés de multinacionales, grandes fondos de inversión y el complejo militar-bancario-industrial como autentico gobierno mundial, que confunden democracia con capitalismo.
Es cierto que en esta división los pueblos son meros espectadores explotados y ninguneados además de controlados por poderes reales que nunca son electos. No hay democracia si al final grandes entidades capitalistas imponen sus leyes, es decir su ley.
La crisis capitalista de nuestros días además se torna muy peligrosa porque la OTAN ha fracasado en su intento de dominación mundial vía militar, al no poder apropiarse del control total de materias primas e hidrocarburos y energías. La derrota en Afganistán además debilita más todavía el tinglado globalista en el que la OTAN es su brazo ejecutor. No deja de ser una chusca anécdota pero significativa que PP y VOX a órdenes de centros de control ideológico de los EE.UU estén de campaña por Latinoamérica al objeto de derrotar a las izquierdas populares e indígenas y extender la OTAN al continente suramericano.
La grande y mafiosa subida de los precios de la electricidad es una muestra de una situación internacional que ni la Unión Europea ni los EE.UU controlan ya, con lo que son incapaces de frenar los precios, mientras el petróleo y el gas natural suben más y más, los oleoductos tienen origen en estados fuera de la órbita occidental. A esto hay que sumarle que China e India, aunque no solo, son grandes potencias económicas, en el caso de China seguramente la primera potencia económica mundial y que demandan mucha energía, mucha más que la vieja Europa que incapaz de tener una politica independiente se vincula a las directrices de los EE.UU gobierne quien gobierne y por cierto ya está muy claro a estas alturas que la politica exterior de Biden y Trump no son tan diferentes y no lo son porque ambos sirven al mismo patrón, el poder económico no electo.
Por si éramos pocos faltaba el asunto Ucrania y esta república ex soviética es territorio fronterizo y además tierra por la que pasan por ahora los gasoductos rusos, también Bielorrusia lo cual complica más la situación de la pobre Europa Unión.
A todo esto, surgen nuevas alianzas militares frente a la otra gran alianza la OTAN y China, Rusia e Irán conforman la suya, más otra alianza económico militar entre Rusia, China e India es decir la mayor parte de la población mundial no está en zona OTAN ni en Occidente, pues numerosos estados de África y América latina están más cerca de intereses propios y de no pelear con China y Rusia que de someterse a quienes les han expoliado, colonizado y arruinado en propio beneficio.
Estamos pues ante un mundo muy diferente del que nos hacen creer y encima los gobiernos no nos informan de la realidad aún en contra de sus propios intereses electorales y en el caso español de forma muy clara, que tal es su grado de sumisión al poder imperial de los EE.UU y las multinacionales. La OTAN ya es incapaz de asegurar nada y menos lo principal es decir las grandes rutas de transporte y comunicación de la energía, productos industriales y del trigo, mientras se fortalece la “ruta de la seda” china. Si esto no acababa de estar de situar en una mayor crisis al poder OTAN pues la conexión con Europa y África pasa a ser continental y/o de rutas marítimas mucho más cortas siendo ese es el futuro.
China además está en una plena ebullición interna de la que no se informa tampoco y con una nueva estrategia politica de dominación y explotación de su pueblo pero con un proyecto de cambio muy importante en cuanto a un mayor desarrollo de su propio mercado interno y mejorando la calidad de sus productos.
El principal problema es que en ambas partes, los pueblos, las clases obreras, son lo que menos importa y las y los que nada deciden, siendo solo sujetos de explotación y consumo, pero no de decisión democrática ni de reparto de la riqueza.
Es por eso imprescindible reconstruir nuevamente un socialismo internacionalista, democrático y ecosocialista, pero insisto internacionalista, que nos una en un proyecto común de reparto de la riqueza. Los pueblos trabajadores y explotados de la tierra debemos ser capaces de entendernos. Ese es el principal reto de las izquierdas y los sindicatos.
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Artículos España reino bananero
España reino bananero
Carlos Martinez es politólogo y secretario general del Partido Socialista (PSLF)
Ya lo hemos escrito, el estado español carece de una derecha democrática de ámbito estatal, otra cosa son las derechas nacionalistas no centralistas territoriales. La derecha española no es democrática porque no rompe su cordón umbilical con el franquismo e incluso condena las condenas al franquismo. Eso entre otras cuestiones le impide ser democrática.
Muchas derechas del mundo nunca reconocen las victorias de las izquierdas, puesto que las derechas, representan intereses de poder económico y dominación mundial al objeto siempre de garantizar el capitalismo. Jamás consienten que se cuestione el capitalismo, incluso aunque este destruya el planeta. Pero se alejan la mayoría de apoyar fascismos evidentes. Sin embargo, advertimos, un nuevo autoritarismo ha surgido a nivel internacional y ha sido recibido con alborozo por el derechismo mundial y español, el trumpismo. Aunque Trump no siga de presidente en EE.UU su doctrina autoritaria, antifeminista, antisocialista y teocrática tiene vigencia y es un agarradero ante la crisis del capitalismo mundial y las pandemias, para las burguesías y pequeñas burguesías atemorizadas y con miedo a perder o bien que ya han perdido, posición, capital y sobre todo miedo al futuro incierto y el caos capitalista. Esa es la nueva ideología de la derecha españolista, el trumpismo y un nuevo renacimiento ultra monárquico. Libertad para tomar cañas, pero no para ser iguales, tener un salario digno o derecho a una sanidad pública de calidad y por supuesto nada de libertad para poder decidir democráticamente entre monarquía o república.
En el caso español además, la derecha y la prensa a su servicio, casi toda, han emprendido una campaña al objeto de defender y poner en valor a una persona como el rey Juan Carlos que ha defraudo al estado español, ha vivido a base de comisiones de grandes empresas y está imputado por varios tribunales europeos por operar en paraísos fiscales y defraudar. Un rey impuesto por un dictador. Los italianos e italianas cuando cayó Mussolini pudieron votar en un referéndum democrático sobre si querían una monarquía o una república pues su rey había colaborado con el fascismo y Juan Carlos no es que había colaborado con el fascismo español, sino que había sido buscado y aupado al trono por Franco y las Cortes franquistas y como heredero del dictador. Es decir Italia si tiene una Constitución democrática. En el caso español, no solo se nos hurtó el derecho a decidir en 1978 sino que ahora cuando varios grupos parlamentarios piden que se investigue a la familia real y su páter familia resulta que el parlamento, el Congreso de Los diputados avalado por unos letrados que ponen la monarquía y sus derechos dinásticos por encima de la soberanía popular que es la base de cualquier sistema parlamentario sea una república o no, lográndose con tal obstrucción leguleya, que no es que se vote no, es que no se pueda votar e investigar siquiera. Eso nos sitúa como estado bananero y medieval no parlamentario y democrático, se impide actuar en contra de la corrupción real, por una triple alianza de VOX, PP y PSOE más Cs, lo cual nos acerca a las monarquías del Golfo, donde un rey puede más que la soberanía del pueblo, inexistente y sin derechos humanos. Incluso en Chile con una constitución heredada del pinochetismo el presidente Piñera, también jefe del estado va a ser sometido a un juicio por precisamente actuar en paraísos fiscales.
Pero es que en el estado español, la cuestión monárquica va más allá de ser una mera forma de jefatura del estado, puesto que es una fórmula de tolerar la corrupción pues muchos han robado y todos los grupos monárquicos están pringados. La corona es la alianza entre las grandes empresas, los bancos y las grandes fortunas que controlan España, imponen sus leyes y defienden una constitución que impide no solo el avanzar hacia el socialismo, sino que lo único sagrado sean los derechos de la propiedad y las y los propietarios por encima del bien común, la justicia y el reparto.
Somos un país atrasado con vicios políticos que continúan tras la restauración borbónica del siglo XIX y cuando una II República trato de cambiar y modernizar sufrió un golpe de estado más un cruel genocidio ideológico.
Un país con una izquierda oficialista incoherente a la que sus cesiones ante los bancos, la CEOE, los poderosos y el rey provoca que precisamente esa derecha no democrática, pueda ganar elecciones. Luego Frenar a las eléctricas y acabar con tanta corrupción gran empresarial y lujuria expropiadora de lo público del capital, también es una forma de construir democracia e igualdad. En el reino de España como en cualquier país bananero, acabar con la pobreza sigue siendo una asignatura pendiente.
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Artículos Reconstruyendo el socialismo II
Reconstruyendo el socialismo II
Carlos Martinez
Es politólogo y secretario general del Partido Socialista (PSLF)
“Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales.” Albert Einstein
Este texto es continuación del artículo “Reconstruyendo el Socialismo I” y en él comentaba que veríamos quien elabora y construye socialismo ahora. No vamos a ocultar que el socialismo contemporáneo que hemos de reconstruir, parte de dos fracasos, las dictaduras estalinistas y burocráticas sin libertad y el reformismo fracasado, rendido al capitalismo de la tercera vía, para resumir el blairismo y el felipismo. Añado, también los populismos de “izquierdas” y anti partidos.
Como cuestión previa debo señalar que las y los socialistas creen en el partido y siempre construyen partido u organización. Nuestro fundador en el estado español Pablo Iglesias pensaba que para la clase obrera la organización era su principal instrumento. Por eso junto a otros obreros y un médico, organizaron un partido y una unión sindical. Todos los partidos socialistas eran partidos obreros, al hablar de partido obrero, lo hacemos en el sentido político, no tan solo de ocupación, pues eran la antítesis de los partidos burgueses y como partidos deben ser la herramienta de liberación colectiva, permanente, no personal sino con liderazgos electos y democráticos. Esto no excluye los liderazgos personales por autoridad moral o capacidad de entrega y servicio, pero siempre temporales en un titánico trabajo que exige generaciones, luchas, fracasos y triunfos hasta alcázar una sociedad democrática y plenamente igualitaria como es la socialista. Pero el partido tiene ideas, principios y programa, además de un programa máximo o finalista.
Los partidos socialistas no son figuras, o conglomerados de alianzas personales y por tanto no pueden ser cesaristas. Es decir permanecen en el tiempo y deben tener para ser exitosos y socialistas una estructura democrática. Ningún líder sea hombre o mujer, se autonombra, lo designa otra persona o lo crea la prensa y la televisión, sino la militancia y quienes simpatizan. Todas y todos sabemos de la existencia de élites y oligarquías políticas que controlan y mandan en los partidos, aparatos que compran y venden, pero esto se puede combatir o bien construir o reconstruir una fuerza socialista que desee portar la democracia en su seno y para la sociedad. En última instancia, no hay mal que cien años dure. Por tanto ni los movimientos caudillistas, ni populistas son de la tradición socialista, ni de la clase trabajadora.
Hoy la politica, la burguesía dominante la ha convertido en un espectáculo y los y las líderes las fabrica la prensa y la televisión e incluso buenos aparatos de propaganda, costosos, en las redes sociales, por eso son personas con fecha de caducidad que llegan, estallan, se hacen famosas, prometen el oro y el moro y luego desaparecen tras haber prometido hacer algo diferente, ser otra cosa. Pero mientras tanto dañan y dificultan la organización de las clases trabajadoras y de eso se trata.
En nuestros días la reconstrucción del socialismo y la elaboración socialista se está produciendo de forma muy interesante además de en América Latina, en los EE.UU donde afirmar ser socialista era y es muy difícil y perseguido. Un país donde ser sindicalista o socialista es un pecado y hay que perseguirlo. Sin embargo un potente movimiento socialista emerge con fuerza y es el DSA (Democratic Socialist of America) que cuenta ya con un senador, al menos tres congresistas y bastantes cargos estatales y municipales en sus filas o como simpatizantes.
También son autores anglosajones los que más están produciendo partiendo de los clásicos, preferentemente de Marx pero teorizando el ecosocialismo como alternativa al cambio climático y la destrucción capitalista del planeta, desde el socialismo que no desde los partidos verdes y menos desde el capitalismo verde al que denuncian por igualmente explotador y especulador.
Hoy la figura más interesante en la reconstrucción del socialismo en el siglo XXI es Jeremy Corbyn, con su predecesor en cuanto a popularidad Bernie Sanders y ahora Alexandria Ocasio Cortez. Corbyn representa el socialismo ligado a la tradición obrerista del Laborismo y a la vez y en esto coincide con Sanders en su apuesta por la ecología socialista. Alguien se preguntará que hago citando a Corbyn y le responderé, el socialismo no es una teoría de catedra, es práctica, es hacer politica y construir programa para ya, es luchar por mejorar las condiciones de vida de las clases expropiadas por el capitalismo y por eso al igual que se cita a Pablo Iglesias o Largo Caballero hombres de acción, citamos a socialistas de hoy.
Desde el ecosocialismo las aportaciones desde un punto de vista socialista y ligado a la escuela marxista, son muy importantes y actuales. Las aportaciones teóricas de John Bellami Foster cuyos libros recomiendo y en espacial “La ecología de Marx. Materialismo y naturaleza” y veremos como sí que siguen habiendo pensadoras y pensadores socialistas que estudiando la sociedad actual hacen propuestas de acción.
Finalmente hay toda una pléyade de intelectuales jóvenes, profesoras, sindicalistas, políticos y políticas, que escriben y a la vez luchan por un cambio mundial, la igualdad y la justicia mundial, porque el socialismo es internacional e internacionalista.