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    ¿Qué pasa con la vacuna cubana contra el COVID-19?

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    Libertad de expresión y revuelta juvenil

    Libertad de expresión y revuelta juvenil

    Carlos Martinez es secretario general del PSLF y politólogo

    Cuando estas líneas puedan ser leídas pesará más en la retina y memoria de millones de españoles una suerte de violencia gratuita de jóvenes en muchos lugares del estado en favor de la libertad de un rapero, que la realidad de un movimiento muy amplio de protesta fundamentalmente juvenil más allá de determinadas siglas políticas y que tiene mucho de estallido social y protesta frente a una situación de paro, falta de expectativas y sobre todo de futuro.

    En primer lugar los pequeños grupos de radicales y “extrema izquierda” existentes no son capaces de desarrollar un movimiento tan amplio y en tantas zonas del estado español, ellos solos, ni tienen capacidad de una organización tan coordinada en lugares tan diferentes. Solo una causa que tan solo necesita un chispa para encenderse es capaz de generar esta respuesta sea más o menos adecuada según la inteligencia de cada cual. Lo cierto es que en España y los hechos lo demuestran hay serias carencias democráticas y es una democracia, es muy baja calidad. La Corona está blindada no solo por leyes represivas, sino por una “omertá” social e informativa, siendo la clave de bóveda de la defensa de intereses económicos y políticos corruptos o de dominio político.

    En segundo lugar el reino de España es el estado de Europa Unión con más presos de conciencia o de libertad artística y un sistema judicial muy duro y politizado con los disidentes más cerca de Polonia o Marruecos que de Alemania. Cuando un problema político existe y hay protestas, lo mejor es convertirlo en un problema de orden público y medios los hay, al objeto de diluir y desprestigiar la protesta haciendo olvidar el origen cual es un encarcelado por cuestiones que en Holanda o los EE.UU no son delito. Que más del 50% de personas jóvenes no tengan empleo, o expectativas de tenerlo y este no sea basura cuando se tenga ya nadie lo dice. Es mejor sacar comercios saqueados en televisión. Nadie va a justificar actos de provocación y/o violencia gratuita, pero tampoco se puede ignorar la causa de un movimiento que sí que tiene raíces en un malestar tan justificado como real, con una sociedad que ha decido destrozar el bienestar y acabar con la justicia laboral y el derecho a una vida digna para la mayor parte de sus habitantes.

    En tercer lugar la cuestión no es ya defender a un rapero, mejor o peor artista según gustos y más o menos coherente en lo personal. Pablo Hasél es una víctima más de la ausencia de libertad de expresión en España, pero puede no ser y para mí no lo es un referente de una lucha por la justicia y la libertad, dado su carácter y unas posiciones políticas cercanas al estalinismo que no comparto en absoluto, ni muchas y muchos de los jóvenes que están en la calle, pero sí que ha sido convertido por el aparato judicial del rey en un símbolo de la ausencia de libertad y sobre todo de la rabia de una juventud sin futuro a pesar de su formación y estudios o no. Además la mayor parte de los jóvenes no se informan ya ni en las televisiones, ni en la prensa, ni ven los telediarios que les resbalan ni hacen caso de los mensajes de una sociedad que o bien les ignora o bien les explota y menos de una monarquía ridícula, que necesita de la represión y las condenas, cuya ejemplaridad es nula. La mayor parte de las personas jóvenes tienen otros referentes culturales o informativos y por tanto la desesperación de los medios cortesanos solo les lleva a asustar a sus padres. Por tanto este estallido social está fuera de los cauces de la sociedad biempensante y la protesta evidentemente carece de una dirección politica al uso incluido en la izquierda. Hacer como hace toda la derecha y los monárquicos al vender este movimiento como un hecho promovido por algún partido de la izquierda institucional es desconocer la realidad politica de millones de personas jóvenes o querer simplemente desprestigiar pero no mejorar la calidad democrática. El terrible dilema es que con la monarquía del 18 de Julio en España no puede haber una democracia real, formal y laica y eso ya es sabido por importantes sectores juveniles al margen en muchos casos de ideologías.

    Hay pues que tratar de prevenir acerca de lo que son provocaciones y agentes del poder que siempre se infiltran en estos casos al objeto de mediante el caos volver a imponer el orden. Pero es esperanzador que las personas jóvenes se vuelvan a movilizar y además lo hagan por la libertad. La provocación puede venir de apedrear lugares que son un referente cultural como el Palau de la Música de Barcelona o de grabar imágenes de un saqueo convenientemente rodadas desde el interior de una tienda. No se sacarán nunca las imágenes de una carga policial contra manifestantes que ni queman nada ni tienen la intención de hacerlo como también ha ocurrido o detenciones cuando ya los jóvenes abandonan las concentraciones y sin ejercer violencia.

    Estamos pues ante un estallido social, en un estado con carencias y una sociedad que no avanza hacía el reparto de la riqueza sino de su concentración en manos de los poderosos. Con una derecha egoísta, corrupta y mentirosa, una monarquía nada ejemplar, distante y ridícula y unos medios “autistas” ante una juventud que los cree ni los siguen y por tanto no puede encauzar. Una sociedad cuyos empleadores solo ofrecen salarios de mierda, empleos de mierda y contratos laborales tan falsos como un “duro amadeo” o una democracia que ni ilusiona, ni cumple con su función de estar al servicio de todas y todos, sino tan solo de los ricos cada vez menos y más ricos.

    En estos momentos emerge un nuevo proletariado juvenil en un capitalismo que regresa al siglo XIX en materia de derechos y capacidad explotadora y una poderosa fuerza político-económica que se reconduce hacía la destrucción del bienestar y la concentración de riqueza. La ausencia de partido obrero hace el resto, pero las fuerzas de la resistencia buscan fórmulas y métodos de organización y por tanto la cosa no pasa por demonizar y criminalizar, sino por acompañar y de ser posible tratar de formar y transmitir una cultura reivindicativa. Los luditas fueron el antecedente del movimiento obrero. Un partido obrero solo puede ser republicano, solo puede tener la semilla socialista en su interior y por eso la decimonónica derecha que sufrimos solo puede tratar de acusar a la izquierda republicana de terrorista al objeto de diluir sus exigencias y reivindicaciones al tiempo que reeditar el pacto del Pardo de la restauración canovista, solo que esta vez con el PSOE y no en su contra. Tal vez lo único por descubrir en muchas personas jóvenes es que como mucho son jornaleras y jornaleros nada más y nada menos.

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    La próxima degeneracion de la UE

    https://www.sinpermiso.info/textos/la-proxima-degeneracion-de-la-ue

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    Sr. MARLASKA, ESTA NOCHE QUUEN EJERCE LA VIOLENCIA

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    Necesitamos sindicalismo de clase

    Necesitamos sindicalismo de clase

    Carlos Martinez es secretario general del Partido Socialista Libre Federación

    No solo tengo clara la necesidad de los sindicatos para la clase trabajadora, sino que tengo militancia sindical desde que comencé a trabajar. Nunca he estado sin pagar una cuota sindical. Por tanto creo y vivo la necesidad de organización de la clase trabajadora y me preocupa la excesiva atomización sindical que vivimos. La unidad de la clase trabajadora es imprescindible para hacer frente a los retos que vienen, y hacer frente a las imposiciones de la CEOE al gobierno. Hemos de denunciar las “reformas” es decir los recortes que la Unión Europea impone al gobierno de España al objeto de recibir los famosos fondos de recuperación económica y que con el decidido impulso de Nadia Calviño se proponen recortar salarios, privatizar pensiones y limitar derechos laborales. Solo así se explica el NO haber liquidado la reforma laboral ya y no haber subido el salario mínimo interprofesional o congelar de facto las pensiones, pues las subidas son tan pírricas que apenas se notan.

    La destrucción del empleo industrial sufre un goteo continuo; la terrible desaparición masiva del empleo en la banca con miles de despidos más o menos encubiertos y la precarización galopante en los servicios incluso en las administraciones, señala un panorama muy negro para la clase trabajadora.

    La cúpula del PSOE en realidad juega el papel de verdadero garante de los intereses del IBEX y de la CEOE pues tiene votos entre las clases populares y por tanto aporta a la estabilidad monárquico-capitalista mucho más que el PP o los amortizados de Ciudadanos. Podemos amaga pero no da. Podemos habla y busca titulares o indica debilidades pero es parte del tinglado en realidad, además destruye o trata de silenciar a las izquierdas o el feminismo de lucha que no controla. En el fondo la CEOE se entiende muy bien con el gobierno, no necesita ya la interlocución de la derecha y esta es la demostración lo escrito y el retraso en las anulaciones de las contra-reformas de Rajoy.

    De hecho las movilizaciones de CCOO y UGT del 11 de Febrero se enmarcan en una llamada de atención, precisamente porque cuando el gobierno últimamente habla de agentes sociales quiere decir la patronal. Por otro lado los sindicatos cada vez menos mayoritarios no pueden estar cruzados de brazos ante tanto escándalo y amenaza contra las clases populares, la constante pérdida de derechos sindicales, empobrecimiento generalizado, fusiones bancarias que tan solo perjudican a las clases populares y el enriquecimiento de todo tipo de especuladores a costa de nuestro sufrimiento. CCOO y UGT tenían que reaccionar, pero lo han hecho de forma muy tímida y controlada, es decir con lo más antisindical que hay que es mover tan solo a las burocracias sindicales y los comités de empresa del sector público o casi público. Delegadas y delegados con horas sindicales, que sabemos no son todos y todas, que no a las afiliaciones, a la clase trabajadora. El problema es que la clase trabajadora desconfía profundamente de las burocracias y profesionales del sindicalismo a los que considera parte de su problema que no de la solución y por tanto los y las sindicalistas “mayoritarios” deben analizar de verdad que está ocurriendo y porqué la juventud obrera les ha vuelto la espalda. Han hecho bien en decir algo, pero las concentraciones han sido tan pequeñas que el mensaje lanzado al gobierno y la jefa Calviño además de a la CEOE no es nada preocupante para ella y ellos.

    Necesitamos sindicatos, pero necesitamos sindicatos que están presentes más allá de la administración pública o en contadas empresas con tradición sindical. El sindicalismo debe responder a las condiciones de explotación tan salvaje que se vive y sufre en los sectores privados y nuevos sectores “uberizados” e hiperexplotados. El sindicalismo debe responder y actuar de forma diferente ante el precariado y plantar cara de una vez a la CEOE porque los patronos despiden a las y los trabajadores que se sindican, despiden a quienes se atreven a pedir las horas extraordinarias, despiden a quienes se niegan a trabajar estando en un ERE, los patronos están explotando salvaje y miserablemente a millones de trabajadoras y trabajadores.

    Por otra parte necesitamos sindicatos que se preocupen también de que está pasando con la salvaje destrucción de empleos bancarios y las fusiones bancarias al tiempo que nos cobran comisiones de usura y nos atracan miserablemente. Sindicatos que se enfrenten a todo esto en la banca, no con delgados vendidos, sino de verdad. Que exijan otro modelo económico.

    El turismo es una ruina y los empresarios hosteleros prefieren que siga la pandemia y las muertes a cerrar sus negocios. Pero el turismo no se recuperará hasta que no finalice la pandemia que ellos quieren prolongar aunque sea con el apoyo de jueces y presidentas frikis. Pero el gobierno central y los gobiernos autonómicos no tienen otra idea más que promover turismo y traer vuelos cuando los vuelos masivos son una de las causas más directas del calentamiento global. Necesitamos otro modelo económico y el actual se basa tan solo en bajos salarios, precariado, nulas condiciones laborales y explotación cruel y decimonónica.

    Esa es la realidad. La realidad será por tanto, la quiebra de miles de negocios familiares, el fin del pequeño comercio cuyo enemigo no son los cierres por la pandemia sino las multinacionales y el modelo Amazón y Uber que se imponen en contra de los intereses y necesidades de las clases populares y de una juventud sin futuro.

    La defensa de las pensiones públicas y su no privatización es imprescindible, y más lo será en la sociedad empobrecida y sin derechos hacía la que avanzamos de forma imparable Pedro Sánchez. De la misma forma que necesitamos una sanidad pública mucho mejor que la obsoleta y disminuida que sufrimos.

    Pobreza, muerte, desempleo y precariedad, es el panorama y ante todo lo aeirmado, la obligación de un socialista que desea estar y debe estar con la clase trabajadora es denunciarlo y corregirlo o contribuir a hacerlo. Esa es la sociedad de la post pandemia si no se remedia.

    Al objeto de acabar con ese panorama y se lo digo a las personas jóvenes es necesario estar organizados y organizados y no creer en las trampas individualistas que nos ponen. En los EEUU que sufren en sus carnes la ausencia de protección social desde siempre, emerge el socialismo, el socialismo de lucha y no la cosa esa que aquí nos cuentan en las televisiones o personajes como Felipe o Guerra que es el socialismo. Las personas y obreras y obreros jóvenes de los EE.UU están viendo la necesidad de las ideas de cambio de sistema, defensa de la tierra, la necesidad imperiosa de seguros médicos públicos… Y de sindicatos de lucha, de sindicatos que luchen.

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    Coronavirus y lucha de clases

    Coronavirus y lucha de clases

    Carlos Martinez es politólogo y secretario general del Partido Socialista Libre Federación

    En Madrid se está organizando una manifestación para el próximo 14 de Febrero y un amplio movimiento social y vecinal con el lema “NOS ESTÁN MATANDO”, es la respuesta obrera y popular al abandono de la sanidad pública, la falta de medidas de protección en transporte público y centros de trabajo; el “Madrid libre” que dice su presidenta con una actitud que raya en lo criminal y debe ser investigada, pues lo hace a base de la vida y de esclavizar trabajadores y trabajadoras de la sanidad, los cuidados, el comercio o la hostelería entre otros. Centros de salud cerrados como en media España y metros atestados por quienes van a limpiar la mierda de la burguesía o servirle en las terrazas de Serrano o sus barrios amplios y limpios.

    La pandemia se está resolviendo en realidad a base de muertes, contagios y secuelas por los contagios. La pandemia se está resolviendo a base de abandonar a su suerte a enfermos de cáncer, del corazón o con daños traumatológicos pues están siendo criminalmente desatendidos por culpa de muchos gestores autonómicos y un gobierno que no se impone. La pandemia se está resolviendo a base de recetar paracetamol por teléfono, porque las consultas están cerradas. En Cataluña por ejemplo los centros de salud comarcales o de barrios están privatizados ya hace tiempo y se nota, en Andalucía o en Madrid cerrados y como mucho con consultas ¡por teléfono! La España rural y/o vaciada abandonada a su suerte y con pueblos contagiados sin asistencia médica. Todo menos reforzar personal, abrir más centros de salud o incrementar la atención primaria pueblo a pueblo y ¿quién sufre todo esto, por no hablar de la lentitud con la vacunación?: son las clases populares, la clase trabajadora, las personas más humildes, quienes sí que pagamos impuestos.

    La salud tiene clase. Los muertos, muchas y muchos jubiladas y jubilados, (que no todos), han sudado toda su vida, han trabajado toda su vida y esos muertos igual que quien se mata cayendo de un andamio, no importan a las poderosas y los poderosos. Por eso reivindicar sanidad pública es un acto de lucha por la dignidad, por la salud y la vida de la clase trabajadora.

    Pero que la salud tiene clase, también se manifiesta con las vacunas. Los países ricos, occidentales y cristianos han optado por apoyar a la corrupta industria farmacéutica de dominio angloamericano y que esta se enriquezca a base de vacunarnos, con vacunas, que en primer lugar han sido creadas con grandes subvenciones públicas, -también del Gobierno de España a empresas privadas extranjeras- de las potencias centrales así como con investigadores muchos de ellas y ellos empleados públicos.

    Se vacuna de forma gratuita, pero previamente pagada por los gobiernos es decir de nuestros impuestos, ósea que cada persona vacunada se ha pagado de sobra su vacuna y encima se compran las más caras y difíciles de distribuir y mantener. Esas mismas farmacéuticas que chulean a la Unión Europea y esta con cobardía y sumisión corrupta no les exigen responsabilidades. No contentos con todo eso, los gobiernos de la Unión Europea (TODOS) ahora se niegan a permitir que las patentes sean suprimidas y que Sudáfrica, La India u otros países asiáticos y americanos puedan fabricar vacunas, cuando el mundo necesita miles de millones de dosis y los países pobres no se están vacunando, prolongando la pandemia. Lo más seguro es que Asia, África y la vacuna rusa acaben copando el mundo no blanco en decadencia y fabricando sus productos como hicieron con el SIDA. De hecho a China y Rusia este problema no les afecta pues poseen su propia tecnología al igual que Cuba y España. La diferencia es que España no apoya como es imprescindible, su propia producción. El Gobierno de coalición ya debería estar haciéndose con naves industriales en zonas especializadas como el Polígono de las Ciencias de la Salud de Granada u otras zonas y poniendo en marcha centros de producción industrial de vacunas fabricadas por el sector público en lugar de depender de la mafia farmacéutica extranjera es decir británica, alemana o estadunidense.

    En esto, lo de la producción de vacunas, vemos otro apartado de la lucha de clases, el de los países ricos –sus élites y burguesías- contra los países pobres y/o empobrecidos impidiendo vía patentes no solo la producción sino la vida de los pueblos y votando de forma asesina en la OMC contra la liberación de patentes y la transferencia de tecnologías. Es en consecuencia una guerra de clases de los poderosos y grandes fortunas contra los pueblos, contra todos los pueblos del mundo.

    La Agencia Europea del Medicamento está siendo otra barrera de contención de vacunas más baratas y protegiendo no a los pueblos de Europa Unión, sino a los intereses privados de las farmacéuticas privadas. Da la impresión de que estamos gobernados por comisionistas, ¿o igual es verdad que así es? Todas y todos sabemos de las dadivas y regalos de las farmacéuticas a los “grandes y famosos doctores inmersos en el mercado sanitario”, las autoridades sanitarias y muchos medios de difusión o a jefes de estado corruptos.

    Finalmente la lucha de clases en estos momentos tiene en la defensa e incremento de la sanidad pública y la nacionalización de la industria farmacéutica un objetivo prioritario. Se trata de defender nuestra vida y nuestra dignidad. Por eso nos están matando, para doblegarnos y silenciarnos.        

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    Mareas y Movimientos sociales con las PAH catalanas

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    los hombres que susurran a las mujeres

    LLUÍS RABELL

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