• Allende, entre la memoria y el olvido

    Ex dirigentes  de la UP –los mismos que fueron exiliados y sufrieron torturas– abandonan sus principios, olvidan y hoy participan de las acciones golpistas contra el gobierno de Venezuela. Hace 47 años estarían con Pinochet señalando que Allende quería instaurar un régimen totalitario y, por tanto, el golpe de Estado fue una liberación.

    Marcos Roitman Rosenmann, chileno, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense

    Los hechos significativos marcan el devenir de la historia chilena en el siglo XX. El triunfo de la Unidad Popular el 4 de septiembre de 1970 y el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973. Fue el primer gobierno socialista salido de las urnas. En ambos acontecimientos la figura relevante fue Salvador Allende: médico nacido en 1908, fundador del Partido Socialista, declarado marxista, ministro de sanidad a los 30 años durante el gobierno del Frente Popular encabezado por Pedro Aguirre Cerda, en 1938. Diputado, senador, presidente del Senado; impulsor de numerosas leyes sanitarias, de seguridad social, protección de los trabajadores y viviendas sociales; declarado defensor de la revolución cubana antimperialista; infatigable luchador social y, por último, presidente de Chile entre 1970 y1973.

    Dejó su vida en el palacio de gobierno defendiendo las libertades públicas y los derechos de los trabajadores, las mujeres, la juventud y los campesinos; en definitiva, del pueblo chileno. Llamó traidores y rastreros a los generales que se levantaron contra la patria, rompiendo la tradición constitucionalista. Inauguraban una larga noche. Fueron genocidas, torturadores, asesinos. Encabezados por el general Augusto Pinochet, secundado por los comandantes de la fuerza aérea Gustavo Leigh, de la armada José Toribio Merino y el general de carabineros César Mendoza. No fueron los únicos golpistas.

    El golpe de Estado fue la unión de civiles y militares más el apoyo internacional del gobierno de Estados Unidos y sus aliados en la región. Los acompañaba el entonces presidente del Senado Eduardo Frei Montalva, demócrata cristiano y ex presidente (1964-1970). Hoy se le llora como víctima de la dictadura. A su lado, Patricio Aylwin bloqueó y torpedeó cualquier acuerdo entre la democracia cristiana y el presidente Allende. Conspiró y brindó con champán la muerte de miles de chilenos. Hoy, plazas, calles y escuelas llevan su nombre. Lo recuerdan como el primer presidente post-tiranía.

    Hace meses se hizo pública el acta de una reunión privada entre la dirección de los empresarios chilenos y Frei como presidente del Senado en agosto de 1973. Este fue su consejo: Vayan a las fuerzas armadas, pídanle su intervención. Para derrocar al gobierno marxista no hay diálogo: esto se resuelve con balas. Junto a la plana mayor del Partido Nacional, citaré sólo a Onofre Jarpa, más tarde ministro del Interior de la tiranía. Son venerados como próceres, estandartes de las luchas democráticas. Pocos, los ya ancianos, los relacionan con el genocidio y menos se les confieren responsabilidades.

    Tal vez a los ya jubilados, chilenos o no, este recordatorio les resulte banal e injustificado. Sin embargo, vale la pena preguntarse cómo perciben esta etapa de la historia las nuevas generaciones. Y no me refiero a la militancia juvenil de los partidos políticos, sino a la juventud de la era digital, desenfadada, muchas veces desideologizada y, sobre todo, víctima de una educación de cuatro décadas, en la cual priman la manipulación, el olvido, la competitividad y la desafección por la memoria histórica. ¿Son conscientes de los crímenes de lesa humanidad de su pasado o siguen defendiendo, como hace el ex vicepresidente de Chile de la concertación y primer gobierno de Michelle Bachelet, Alejandro Foxley, que Pinochet cambió el destino de los chilenos para bien, convirtiéndole en el prohombre que puso al país en el umbral del progreso y en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos?

    Tal vez esto nos haga pensar. Muchos no quieren hacerlo. Es fatigoso y en ocasiones causa dolor. Saber la verdad de los hechos no les interesa y, lo que es peor, se sienten cómodos en su indolencia. Les basta una caricatura para identificar al gobierno de Salvador Allende y sus reformas: era un izquierdista cuyo proyecto era instaurar un Estado totalitario. Los chilenos se opusieron, lucharon y ganaron la batalla al comunismo y el marxismo-leninismo.

    No resulta extraño que la hoy candidata a la presidencia de Chile por la nueva izquierda –el Frente Amplio–, Beatriz Sánchez, de 46 años, universitaria, periodista, ex conductora de programas de televisión, cara conocida en los medios de comunicación, autoproclamada de izquierda y feminista, apoyada por los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric, fundadores de Revolución, Democracia e Izquierda Autónoma, se despachaba de la siguiente manera en la entrevista concedida a la revista del corazón Paula, el 30 de junio de este año. Pregunta: ¿Te sientes cómoda con el modelo de Salvador Allende?Respuesta: No es lo mismo, porque estamos en otro contexto. Yo prefiero un Estado que no sea totalitario, porque no creo en un Estado totalitario.

    ¿Era Allende un tirano, un dictador cualquiera? Eso parece insinuar su respuesta. Ante la repercusión de semejante metedura de pata se vio obligada a pedir perdón, eso sí, a petición de sus avales, los diputados Jackson y Boric. Lo peor no es lo dicho, sino que lo crea y no tenga pudor en decirlo. Además, es la opinión generalizada de las nuevas generaciones educadas en la desmemoria, el olvido y la mentira. Son pocos los interesados en romper la amnesia colectiva que encubre a canallas, traidores, golpistas y genocidas. Rescatar de la manipulación histórica al gobierno de la Unidad Popular y a su presidente, Salvador Allende, señalando que fue el momento más democrático y en el que la dignidad de un pueblo soberano brilló en el escenario internacional, sigue siendo la asignatura pendiente. Mientras tanto, sus dirigentes –los mismos que fueron exiliados y sufrieron torturas– abandonan sus principios, olvidan y hoy participan de las acciones golpistas contra el gobierno de Venezuela. Hace 47 años estarían con Pinochet señalando que Allende quería instaurar un régimen totalitario y, por tanto, el golpe de Estado fue una liberación. La posverdad se impone. Salvador Allende fue dictador, marxista-leninista y comunista. El resto es irrelevante.

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  • Rajoy, un desastre sin paliativos

    Fernando López Agudin, periodista

    No lo hará Felipe VI, al menos públicamente, pero bien pudiera repetir hoy sobre Rajoy lo que su padre, el Rey emérito Juan Carlos I, manifestara en el New York Times sobre el presidente Carlos Arias Navarro en la tensa primavera de 1976: “un desastre sin paliativos”.

    Ayer, el conflicto político residía en la demanda democrática de la sociedad española, hoy en la reivindicación democrática de la sociedad catalana; aquella negada por Arias Navarro, ésta por Mariano Rajoy, con idéntica argumentación: las leyes no permitían, como tampoco lo permiten hoy, satisfacer estos objetivos populares.

    Apenas pocas semanas después, el nuevo presidente Adolfo Suárez encargaba a los ingenieros jurídicos estatales, encontrar el tenue hilo capaz de hilvanar el referéndum sobre la reforma política en el ovillo de los Principios Fundamentales del Movimiento de la dictadura del general Franco.

    El fracaso del Gobierno Rajoy, que ha renunciado a la más mínima iniciativa política sobre Cataluña, agrava la crisis del Estado español hasta tal punto de amenazar con llevarse por delante las más altas instituciones estatales. La España de 2017 no es aquella de 1936, donde gobernaban en Alemania e Italia Hitler y Mussolini; ni siquiera es la que fue en un 1978 donde la guerra fría marcó los límites que la transición no podía rebasar.

    Rajoy no solo no ha buscado el diálogo con la Generalitat sino que, por el contrario, ha allanado el terreno para el choque entre la legalidad constitucional y la clara legitimidad democrática catalana. Los cuervos de la caverna madrileña, que amamantó hace una docena de años en su campaña contra el Estatut, le empujan hoy al precipicio de la involución.

    La Fiel Infantería se ha instalado en la Moncloa. La Brigada Aranzadi, la Brunete Mediática y la Policía Patriótica, tienen ya las manos libres para actuar sin cortapisas contra los separatistas, el 80% de la sociedad catalana que sólo pide votar, y la roja AntiEspaña, ahora morada, cómplice del separatismo. Leguleyos adiestrados por la banda de Trillo, tertulianos coordinados por Soraya y la Brigada Político Social de Zoido, se lanzan al ataque con la vana esperanza de liquidar el conflicto territorial de Cataluña el I de octubre.

    Como decía Aznar ya en el 2001, en una revista ideológica del grupo Vocento, es hora de recuperar “todo lo que se cedió en 1978 a los nacionalistas e izquierda”. La grave crisis catalana es su oportunidad para que la transición termine siendo un viaje de ida y vuelta a los tiempos preconstitucionales de Arias Navarro.

    Quien vea mesura y proporcionalidad en la respuesta de Rajoy, como Pedro Sánchez, debiera hacérselo mirar por el oculista. La reacción de la Moncloa a su sensata propuesta de crear una comisión de estudio constitucional, en la que participaran todas las partes en conflicto, es de las manifiestamente mejorables y acabará siendo absolutamente reprobable.

    No en vano el PP cuenta con la muy inestimable ayuda del grupo parlamentario de Susana Díaz, alrededor de una cuarta parte de los que hoy se sientan en los escaños del PSOE, para tener atado y bien atado a Ferraz. Nada más útil para la Moncloa que azuzar la demagogia anticatalanista en Andalucía para evitar que las clases sociales ricas paguen al menos lo que pagan los territorios más ricos como Baleares, Valencia, Madrid o Cataluña.

    Como era previsible, tal y como analizábamos el pasado lunes 4 de setiembre, a Rajoy le entra por un oído y le sale por el otro el grito angustioso de la derecha catalana que demanda un nuevo Tarradellas. Ayer jueves 7 La Vanguardia volvía a insistirle que encauce el conflicto de Cataluña con el Estado. Contando con el apoyo del sector oligárquico del PNV, comprado a un precio de oro que niega a los catalanes, pasa olímpicamente de este minoritario sector catalán.

    Si Miguel Roca, en su calidad de redactor de la Constitución de 1978, pudo renunciar a una versión catalana del Concierto vasco, según cuenta Xavier Arzalluz, carece de sentido que pida ahora lo que rechazó entonces. Hasta que no termine la batalla judicial contra el derecho a decidir se mantendrá cerrada la ventanilla polaca de la Moncloa.

    Pero cuando se vuelva a abrir, Rajoy no estará en la Moncloa. Será imposible rehacer la relación de Cataluña con España si sigue como presidente de Gobierno. Tanto si pierde como si vence en su lucha a muerte contra el derecho a decidir de los catalanes.

    En ambos desenlaces, en los que se juega su vida política, va a morir matando. Es un muerto político que todavía no lo sabe. Convendría ya ir recuperando una vieja costumbre funeral de los judíos según la cual, cuando un cadáver era conducido al cementerio, sus correligionarios de la sinagoga tenían que gritarle al oído: ¡Fulano, Fulano, entérate de que estás muerto!

    No tardarán los que mandan tras las bambalinas, inquietos por la irresponsabilidad de la Moncloa, en gritarle al oído ¡Rajoy, Rajoy, entérate de que estás muerto!

    Fuente: Publico.es

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  • ¿ Futuro golpe mortal al dólar? La verdadera bomba de los BRICS

    Pepe Escobar, periodista de Asia Times

    La cumbre anual de los BRICS en Xiamen – donde el Presidente Xi Jinping fue alcalde – no pudo realizarse en un contexto geopolítico más inflamado.

    Una vez más hay que recordar que el núcleo central de los BRICS es «RC», es decir la asociación estratégica Rusa-China. Por tanto es primordial comprender que lo que se juega en el tablero de ajedrez de la península coreana afecta a estas dos naciones que comparten fronteras con la Republica Democrática Popular de Corea.

    Pues ben, Pekín ha impuesto un veto definitivo a la guerra y, el Pentágono esta muy consciente de ello.

    La sexta prueba nuclear de Pyongyang, aunque fue proyectada con mucha anticipación, ocurrió sólo tres días después que dos bombarderos estratégicos estadounidenses (B-1B) con capacidad nuclear llevaron a cabo su propia «prueba» junto con cuatro F-35B y unos cuantos F-15 japoneses.

    Todos los que están familiarizados con este “juego” sabían que Corea del Norte respondería a esta prueba de «decapitación » apenas disfrazada Por tanto habrá que volver a considerar a la única propuesta sólida existente sobre la mesa: el «doble congelamiento» propuesto por Rusia y China: Congelamiento de los ejercicios militares de EE. UU. /Japón/Corea del Sur y congelamiento del programa nuclear de Corea del Norte , de tal manera que la diplomacia tome el control de la crisis.

    Al contrario, la Casa Blanca, ha invocado una vez más a sus «capacidades nucleares» como un mecanismo de resolución de conflictos.

    ¿Alguien quiere una mina de oro en el Amazonas?

    En otro frente, en la frontera de India y China, enla meseta de Doklam, Nueva Delhi y Beijing decidieron, después de dos tensos meses, «replegar rápidamente» sus tropas fronterizas. Esta decisión está directamente relacionada con la cumbre de los BRICS, que la India como China iban a perder la batalla a lo grande.

    El Primer Ministro indio Narendra Modi ya había intentado una táctica similar antes de la cumbre BRICS de Goa el año pasado. Luego, ha seguido insistiendo que Pakistán debía ser declarado «Estado terrorista». La alianza China-Rusa la vetó debidamente.

    Modi también boicoteó, ostensiblemente, la cumbre de la Iniciativa Belt and Road (nueva ruta de la seda; un camino y un cinturón) en Hangzhou el pasado mes de mayo, esencialmente debido al Corredor Económico China-Pakistán (CPEC).

    India y Japón sueñan con contrarrestar la nueva ruta de la seda con un proyecto de conectividad; el Corredor de Crecimiento Asia-África (AAGC). Creer que la AAGC -con apenas una fracción del alcance y de los fondos disponibles de la ruta de la seda BRI- es entrar directamente en el territorio de la fantasía.

    Sin embargo, Modi emitió algunas señales positivas en Xiamen: » Nuestra misión es erradicar la pobreza; asegurar la salud, el saneamiento, la formación, la seguridad alimentaria, la igualdad de género, la energía, la educación».

    Brasil, por su parte, está inmerso en una tragedia sociopolítica más grande de su historia, un país «liderado» por una entidad corrupta, al estilo de Drácula; “Temer El usurpador”. El presidente de Brasil, Michel Temer, llegó a Xiamen ansioso por vender «sus» 57 privatizaciones importantes a los inversionistas chinos – incluyendo la minería de oro en una reserva natural amazónica del tamaño de Dinamarca. Si uno añade su política de austeridad masiva en el gasto social y una legislación anti-laboral durísima, y uno tiene la imagen de Brasil que actualmente está siendo administrado por Wall Street. El nombre del juego es sacar provecho del botín, rápido.

    El nuevo Banco de Desarrollo (NDB) del BRICS, una contraparte del Banco Mundial. sólo está empezando a financiar proyectos BRICS. Por tanto es erróneo compararlo con el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (AIIB). que ya esta invirtiendo en proyectos diferentes, el AIIB esta más centrado en la ruta de la seda . Ambos objetivos son complementario

    BRICS Plus

    En el escenario mundial, los BRICS son ya una gran molestia para el orden unipolar. Xi lo expresó cortésmente en Xiamen como: «nuestros cinco países deberíamos desempeñar un papel más activo en la gobernanza mundial».

    Dijo lo justo en el momento justo, Xiamen introdujo «diálogos» con México, Egipto, Tailandia, Guinea y Tayikistán; esto es parte de la hoja de ruta para un «BRICS Plus» -una conceptualización de Beijing, propuesta en marzo pasado por el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi, destinada a expandir la asociación/cooperación.

    Otro ejemplo del «BRICS Plus» puede detectarse en el posible lanzamiento, antes de finales de 2017, de la Asociación Económica Global Regional (RCEP) – tras la muerte de TPP.

    Contrariamente a un chorro de volteretas de occidente, la RCEP no es «liderada» por China. Japón forma parte de ella, al igual que la India y Australia, junto con los 10 miembros de la ASEAN. La pregunta candente es qué tipo de juegos puede estar jugando Nueva Delhi para detener el RCEP en paralelo con boicotear el BRI.

    Patrick Bond en Johannesburgo ha hecho una crítica interesante, argumentando que hay «fuerzas económicas centrífugas» que están rompiendo el BRICS, producto de la sobreproducción, la deuda excesiva y la desglobalización. Interpreta el proceso como «el fracaso del capitalismo centrípeto de Xi».

    No tiene que ser así. No hay que subestimar el poder del capitalismo centrípeto chino, especialmente cuando la ruta de la seda alcanza una velocidad superior.

    La nueva tríada; petróleo/yuan/oro

    Cuando el presidente Putin hablar que los BRICS revela el poderío de una verdadera bomba. Geopolítica y geo-económicamente, Putin hace hincapié en un «mundo multipolar justo»…, «contra el proteccionismo y las nuevas barreras en el comercio mundial».

    Putin recordó el conflicto Sirio (donde Pekín apoyó silenciosa pero firmemente a Moscú): «Gracias a los esfuerzos de Rusia y de otros países se crearon las condiciones para mejorar la grave situación que vivía Siria».

    En la península de Corea, está claro cómo China y Rusia piensan al unísono: «La situación está al borde de un conflicto a gran escala».

    El juicio de Putin es tan cáustica como la solución propuesta ;»Presionar a Pyongyang para que detenga su programa de misiles nucleares es erróneo e inútil. Los problemas de la región sólo pueden resolverse a través de un diálogo directo y sin condiciones previas de todas las partes interesadas «.

    El concepto de orden multilateral de Putin -y de Xi- es claramente visible en la Declaración de Xiamen, cuando propone para Afganistán un «proceso de paz y reconciliación nacional dirigido por los propios afganos».

    Este es un código para una solución afgana totalmente asiática (y no occidental) mediada por la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), liderada por China y Rusia, y en que Afganistán es un observador y un futuro miembro de pleno derecho.

    Luego, Putin ofrece una importante garantía: «Rusia comparte las preocupaciones de los países BRICS sobre la injusticia de una arquitectura financiera y económica mundial, que no tiene en cuenta el creciente peso de las economías emergentes. Estamos dispuestos a trabajar, junto con nuestros asociados, promoviendo reformas de la reglamentación financiera internacional y superar la excesiva dominación del limitado número de monedas de reserva «.

    Superar la excesiva dominación del número limitado de monedas de reserva «es la forma más educada de declarar lo que los BRICS han estado discutiendo durante años; cómo evitar el dólar de los EE. UU. Y los llamados petrodolares.

    Pekín está listo para acelerar el juego. Pronto China lanzará un contrato de futuros de petróleo crudo cotizado en yuan y convertible en oro.

    Esto significa que Rusia – así como Irán, otro nodo clave de la integración de Eurasia- puede pasar por alto las sanciones de EE. UU. mediante el comercio de energía en sus propias monedas, o en yuan. El yuan será totalmente convertible en oro tanto en las bolsas de Shanghái como en las de Hong Kong.

    La nueva tríada de petróleo, yuan y oro es en realidad una victoria para todos. No habrá ningún problema si los proveedores de energía prefieren que se les pague en oro físico en vez de yuan. El mensaje clave es que se pasará por alto el dólar estadounidense.

    La alianza “RC” – a través del Banco Central Ruso y el Banco Popular de China – ha estado desarrollando swaps de “rublos yuanistas” desde hace bastante tiempo.

    Una vez que esto vaya más allá del actual BRICS, de los aspirantes a miembros del «BRICS Plus» y más tarde de todo el Sur Global, la reacción de Washington puede ser nuclear (esperemos que no literalmente).

    Las reglas de la doctrina estratégica de Rusia y China no deberían permitir por ningún medio que Washington siga siendo dominante en Eurasia. Sin embargo, lo que los BRICS deben aspirar desde el punto de vista geo-económico no sólo concierne a Eurasia, sino a todo el Sur Global.

    El Partido de la Guerra en Washington que está empeñado en instrumentalizar a la India contra China  (o contra la alianza China-Rusia ) podría tener un muy duro despertar. Aunque el BRICS hoy pueden estar enfrentando disímiles olas de turbulencias económicas, la atrevida hoja de ruta a largo plazo, más allá de la Declaración de Xiamen, ya está esbozando un nuevo futuro para el Sur Global.

    Traducción: Emilio Pizocaro

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  • Corea del Norte en el gran juego nuclear

    Manlio Dinucci, escritor italiano experto en geopolítica
     El problema no es que Pyongyang tenga la bomba atómica sino las increíbles proporciones de los arsenales nucleares que poseen las grandes potencias, que otros 35 países estén a punto de adquirir armas atómicas y el hecho innegable que, ante la estrategia de EEUU, los poseedores de armamento nuclear están realmente más protegidos que los demás.

    Los proyectores político-mediáticos, enfocados en los ensayos nucleares y balísticos norcoreanos, dejan –como siempre– en la sombra el contexto general que rodea esos ensayos: el de una creciente carrera armamentística que, mientras que mantiene un arsenal nuclear capaz de borrar la especie humana de la faz del planeta, apuesta por el uso de ojivas y de vectores de alta tecnología cada vez más avanzados.

    La Federación de Científicos Estadounidenses estima que Corea del Norte ya tiene «materia fisible suficiente para producir 10 o 20 ojivas nucleares, pero no hay pruebas disponibles de que haya puesto en disposición operativa ojivas nucleares susceptibles de ser transportadas mediante misiles balísticos».

    También según la Federación de Científicos Estadounidenses, EEUU posee 6 800 ojivas entre las que se cuentan 1 650 ojivas estratégicas y 150 no estratégicas ya listas para ser utilizadas en cualquier momento.

    Agregando las 300 de Francia y las 215 del Reino Unido, las fuerzas nucleares de la OTAN disponen de 7 315 ojivas nucleares –entre ellas 2 200 ojivas listas para su lanzamiento– ante las 7 000 de Rusia, de las que 1 950 están listas para el lanzamiento.

    Según la Federación de Científicos Estadounidenses, hay alrededor de 550 ojivas nucleares estadounidenses, francesas y británicas desplegadas en Europa, próximas al territorio de Rusia. Para ser más claros, es como si Rusia hubiese desplegado en México cientos de ojivas nucleares apuntando hacia EEUU.

    Agregando las ojivas nucleares de China (270), Pakistán (entre 120 y 130), la India (entre 110 y 120) e Israel (80) el total de ojivas nucleares puede estimarse en alrededor de 15 000. Pero esos estimados son aproximativos, casi seguramente por defecto, y la carrera armamentista prosigue con la constante modernización de ojivas y vectores.

    A la cabeza de esa carrera está… EEUU, país que efectúa constantemente ensayos con los cohetes balísticos intercontinentales Minuteman III y se dispone a reemplazar estos últimos por otros más modernos, con un costo aproximado de 85 000 millones de dólares. El Congreso estadounidense aprobó en 2015 un plan –con un costo aproximado de 100 000 millones– destinado a potenciar las fuerzas nucleares con 12 nuevos submarinos de ataque –a un costo de 7 000 millones cada uno– que llevarán cada uno 20 cabezas nucleares. En ese mismo marco entra el reemplazo de las bombas atómicas estadounidenses B61, almacenadas en Italia y en otros países de Europa, por las nuevas B61-12, que son armas destinadas a asestar un primer golpe. La modernización de las fuerzas nucleares estadounidenses incluye además el supuesto «escudo antimisiles» que neutralizaría la respuesta del enemigo ante un primer golpe nuclear, como el que EEUU ha instalado en Europa contra Rusia y en Corea del Sur, no contra Corea del Norte sino en realidad contra China.

    Rusia y China están acelerando la modernización de sus fuerzas nucleares, para impedir que el otro bando tome ventaja. En 2018, Rusia desplegará un nuevo misil balístico intercontinental, el Sarmat, con un alcance de 18 000 kilómetros, capaz de transportar entre 10 y 15 ojivas nucleares y que, en el momento de su reentrada en la atmósfera –a velocidad hipersónica (más de 5 veces la velocidad del sonido)– puede incluso realizar maniobras evasivas para escapar a los misiles interceptores y penetrar así el «escudo».

    En esa situación, en que un círculo restringido de Estados monopoliza las armas nucleares y en que quien posee ese tipo de armamento amenaza al que no lo posee, es cada vez más probable que otros Estados traten de obtener armamento nuclear y que lo logren. Además de los 9 países que ya disponen de armas atómicas, hay alrededor de 35 más capaces de construirlas.

    Pero los periódicos y la televisión no hablan de eso, mientras que se dedican a sembrar la alarma sobre Corea del Norte, país al que se denuncia como única fuente de una amenaza nuclear. Y tampoco se habla de una lección que Pyongyang dice haber aprendido cuando recuerda que Gaddafi renunció totalmente a cualquier forma de programa nuclear y autorizó inspecciones de la CIA en territorio libio. Pero eso no salvó a Libia cuando EEUU y la OTAN decidieron destruirla.
    En Pyongyang estiman que si Libia hubiese tenido armas nucleares, nadie se habría atrevido a atacarla. Y otros pueden hacer ese mismo razonamiento y llegar a la conclusión de que, en la actual situación mundial, más vale tener armas nucleares que no tenerlas.

    Mientras que esa lógica peligrosa hace crecer las probabilidades de proliferación nuclear, el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares que la gran mayoría de los países miembros de la ONU adoptó en julio pasado está siendo ignorado por las potencias nucleares, por los miembros de la OTAN y por los principales socios de ese bloque militar (Arabia Saudita, Ucrania, Japón y Australia).
    Es necesaria una gran movilización para que Italia también se sume al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y ordene, por consiguiente, que las armas nucleares estadounidenses sean retiradas del suelo italiano, donde su despliegue constituye de hecho una violación del Tratado de No Proliferación Nuclear, ya ratificado por Italia.

    A falta de conciencia política, deberíamos confiar al menos en el instinto de conservación.

     

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  • «¿Es una algarabia? No, sire es una revolución»

    Ramón Cotarelo, catedrático emérito de Ciencia Política

    El País no anda bien de chispa periodística. Quizá le parezca exagerada la similitud con la famosa información del duque de La Rochefoucauld a Luis XVI, aunque es pertinente. Pero podría haber hecho un juego más de casa, componiendo una portada con el titular: “Golpe del Parlament. El País, con la Constitución”. Al fin y al cabo, es el espíritu del titular real: “Los separatistas imponen…”.

    Claro que es una revolución. Encabezada por el Parlament, cual suele suceder. Y con un pueblo detrás, el que lo ha elegido y le ha mandatado. Los parlamentos se mueven a golpe de gestos simbólicos, hoy magnificados por los medios. La imagen de la jornada es la aprobación de la Ley del referéndum, la que echa a andar el proceso para que los catalanes y catalanas decidan si quieren constituirse en República independiente o seguir como están.

    El referéndum no es la independencia. El referéndum es una pregunta, no es una respuesta. No haber entendido algo tan sencillo puede costar a los nacionalistas españoles quedarse sin país. Porque si imponer lo que en otras partes del mundo civilizado se hace negociando sin problema cuesta tanta tensión, tanto conflicto, tanta confrontación, la mayoría acabará concluyendo que, en efecto, lo mejor es romper cuanto antes porque esto no tiene arreglo.

    Sí, es una revolución. La revolución de la República catalana. Los dos partidos dinásticos, cerrados en banda a la posibilidad y la excrecencia de Ciudadanos, también, pues el enfrentamiento con el independentismo venía de cuna, de cuando Rivera se fotografiaba in puribus. Pero ¿y Podemos? Es sarcástico que quienes venían cabalgando a lomos de la revolución no la hayan visto pasar a su vera hasta que han comprobado que ellos cabalgaban en un Clavileño.

    ¿Por qué no entendió el nacionalismo español la diferencia entre referéndum e independencia? Aparte de por pura incapacidad o por la consabida tirria hispana al pragmatismo porque, en el fondo, no es democrático ni cree en el principio democrático sino que se aferra de modo fetichista al principio de legalidad.

    Ese enunciado que comparten PP y PSOE frente a Cataluña de que sin ley no hay democracia es una tontería. Sin ley no hay democracia. Y con ley, tampoco. Las Leyes de Nürnberg eran leyes y el régimen, una tiranía. Todo depende de la ley y de la democracia.

    Solo la ignorancia de aquella diferencia y también del sentido vivo de democracia explica un exabrupto como el de la vicepresidenta del gobierno: hoy hemos vivido una patada a la democracia en el Parlament. Quiere decir puntapié seguramente. El Parlament propinando una “patada” a la democracia. ¿A qué democracia?

    “Sí”, responden quienes de buena fe en la izquierda se oponen al independentismo “la democracia del PP no es democracia (forma elegante de sintetizar años de saqueos, estafas, ilegalidades, gürteles, Lezos, Bárcenas, leyes mordaza, etc) pero lo suyo no es saltarse la ley, sino reformarla”. Quienes dicen esto saben (o debieran saber) que la minoría catalana jamás será mayoría en España, jamás podra reformar las leyes y deberá someterse siempre a la tiranía de la mayoría.

    “Bueno”, dicen otros seguramente también de buena fe, “en todo caso, no hay que tirar el niño con el agua sucia ni confundir el gobierno del PP (corrupto y profundamente antidemocrático) con el Estado. Alguna vez cambiará el gobierno, regirá la izquierda y el Estado español cambiará”.

    Eso es falso. Lo niega la experiencia histórica y lo niega la propia concepción de España de la izquierda que, en lo sustancial, es la de la derecha. Véase si no:

    La transición fue un proceso hoy muy cuestionado pero que, en todo caso, traía unos compromisos implícitos de carácter incluso lógico. El más evidente era que el franquismo se había acabado y nadie lo resucitaría. Justo lo que la derecha se ha puesto siempre a hacer al llegar al poder y, a partir de su arrollador triunfo electoral de 2011, a marchas forzadas: restaurar el franquismo.

    De modo vergonzante porque solo los más tontos de ellos se siguen declarando franquistas, pero efectivo. Apenas llegados a La Moncloa en 2011 suprimieron de un plumazo el pluralismo en RTVE, devolvieron la enseñanza a la Iglesia, pretendieron suprimir el aborto, reformaron la justicia para encarecerla y privar de ella a los más necesitados, destruyeron el régimen jurídico laboral, desmantelaron la sanidad pública, promulgaron una ley Mordaza, saquearon el fondo de pensiones y se dedicaron a enriquecerse ilegalmente, ellos y su partido, a cuenta de los contribuyentes que, en España son las clases medias y bajas.

    No hay garantía alguna de que esto no vuelva a suceder (de hecho sigue sucediendo hoy día; la Ley Mordaza sigue en vigor y se sigue multando a la gente a capricho de los agentes de la policía), sobre todo por la coincidencia de fondo que hay entre la izquierda y la derecha.

    La perpetuación del franquismo en todos los órdenes se mantuvo incólume durante los veinte años de gobiernos socialistas (Valle de los Caídos, Fundación Francisco Franco, callejero, honores, símbolos) y solo en tiempos de Zapatero se aprobó una menguada Ley de la Memoria histórica que los franquistas del PP han tirado a la basura.

    En realidad, desde que el PP llegó al poder en 2011, en el PSOE había clara conciencia de que estaba desmantelando los pactos implícitos de la transición. En alguna ocasión lo mencionó Rubalcaba. Y era obvio. Como obvio era que se trataba de volver al franquismo sin Franco. Basta con ver el panorama de los medios de comunicación.

    Pero no se hizo nada. En cuatro años de mayoría absoluta de un PP echado al monte no hubo ni una moción de censura, nada digno de considerarse oposición. Al contrario: refugiado el PSOE de Rubalcaba en su política de “pactos de Estado” (que fueron tan dañinos a la izquierda como los “pactos de familia” para España), se complotó una Ley de Seguridad Nacional que se aprobó ya en tiempos de Sánchez y que, según se dijo entonces, no era “contra los catalanes”. Esa misma a la que hoy se quiere recurrir contra los catalanes.

    No, el Estado español no cambiará nunca. Salvo mediante una revolución. La catalana.

     

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  • Las cloacas y Cataluña

    Koldo Campos Sagaseta, escrito y poeta.

    Las cloacas, aquellas desde las que decía Felipe Gonzálex se defiende el Estado de derecho, están haciendo horas extras en este septiembre en el que entramos. Las cloacas y todas sus sucursales, con sede en los grandes medios de comunicación, que se afanan en intoxicar a la opinión pública con los ojos puestos en un 1 de octubre en el que Catalunya decida su futuro, el mismo que por ella viene decidiendo el Estado español.

    El veneno vertido sobre el atentado de Barcelona es una buena muestra. El gobierno español, que hasta ahora había dejado la iniciativa a sus correveidiles en redacciones y tertulias, está nervioso y, después de años de silencio y desplantes, cuando el 1 de octubre ya se acerca, con la Diada por el medio, hace lo que mejor sabe y acostumbra: amenazar.

    Yo espero entusiasmado ese día porque no temo a las urnas y en consecuencia defiendo el derecho del pueblo catalán a decidir su futuro, ese derecho que como vasco yo todavía espero y que los españoles disfrutan. Lo que sí temo, y no me lo ha informado la CIA que, dicho sea de paso, no me merece ninguna credibilidad, es que las cloacas “afinen” sus canalladas y vuelva Barcelona a ser portada, pero no el 1 de octubre por proclamar su independencia sino el 30 de septiembre…

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  • Sobre las garantías del referéndum catalán

    Albert Noguera, profesor de Derecho Constitucional

    Desde la convocatoria unilateral del referéndum del 1-O, venimos escuchando a una parte de la izquierda estatal y catalana posicionarse en contra del mismo porque, según se afirma, se trata de un proceso que no tiene garantías suficientes.

    En concreto, al hablarse de la falta de garantías del referéndum, se combinan dos aspectos: en primer lugar, se afirma que no existen garantías en un sentido procedimental de las mismas; esto es que no existirían garantías de que se puedan abrir todos los colegios electorales, de que todas las personas puedan votar libremente, de una campaña electoral en igualdad de condiciones, etc. Y, en segundo lugar, lo anterior se combina afirmando que tampoco hay garantías en un sentido sustantivo de las mismas; esto es, que el proceso no garantiza que a su fin se protejan los derechos a las mayorías sociales, sino más bien lo contrario. Al ser, supuestamente, un proceso dirigido por la burguesía neoliberal catalana, se acabaría imponiendo un régimen de desmantelamiento de servicios y derechos sociales más salvaje que el actual.

    Este es un posicionamiento conservador y simplista de las garantías, nada propio de la concepción de las garantías que, tradicionalmente, ha tenido la izquierda crítica. Y explico por qué.

    1. El argumento de que no existen garantías en un sentido procedimental: la visión monista v. la visión pluralista del Derecho y las garantías

    Históricamente, la derecha ha tenido una concepción monista del Derecho y las garantías, mientras que la izquierda ha tenido una concepción pluralista de estos.

    La visión monista conservadora ha presentado, históricamente, el Derecho como algo desvinculado de la moral, como si éste fuera algo ahistórico fruto de una trascendente visión compartida en la comunidad, ajeno de las personas que lo redactan e interpretan y de la coyuntura social en que lo hacen. El Derecho encontraría en sí mismo su propio fundamento, sería universal, neutral, técnico, incuestionable y por tanto, debe respetarse y cumplirse.

    De acuerdo con ello, toda acción que se enfrente con la legalidad no sólo tendría la categoría de no-jurídica sino, además, la de anti-jurídica y por tanto, es perseguible mediante la violencia «legítima» del Estado. No existiendo, en consecuencia, seguridad jurídica o garantías de que pueda tener éxito. Quien debe permitir y otorgar las garantías para que algo se pueda realizar correctamente es el Poder «depositario del interés general».

    La razón por la cual la burguesía construye tal visión monista del Derecho y las garantías es obvia: si uno tiene el monopolio de determinar las normas de una sociedad y de los instrumentos para garantizar su realización o no, tiene el control de la misma. Y si, además, es capaz de hacer pensar a la gente que solo hay un único derecho neutral y unas únicas garantías para hacerlo efectivo, las del Poder, elimina la posibilidad en los ciudadanos de ampliar los márgenes de lo pensable política, económica y socialmente fuera de las fronteras de su dominio.

    Por el contrario, la izquierda ha tenido, tradicionalmente, una concepción pluralista del Derecho y las garantías. La legalidad y la seguridad jurídica no es algo a defender por sí mismo y que no se pueda transgredir, como si el Derecho fuera algo separado de la moral y que no dependiera de las personas. Toda Constitución y ley son creadas por legisladores e interpretadas por jueces con una ideología determinada en una coyuntura determinada, que son defendibles en aquellas partes que, de acuerdo con los principios éticos de democracia y dignidad humana, sean justos, pero que en sus otras partes injustas no son defendibles sino atacables.

    En toda sociedad donde existen contradicciones democráticas y sociales, el Derecho es siempre un campo de lucha entre, por un lado, el Derecho normativo, que se identifica con la autoridad y es el propio del positivismo jurídico, de acuerdo al cual el Derecho es el conjunto de reglas establecidas por quienes tienen el Poder para imponerlas al resto. Y, por otro lado, el Derecho sociológico, que es una herramienta discursiva y política poderosa para mostrar que es el Poder y no la gente quien vulnera lo que es justo. Cuando el Estado emite una norma de la que se deriva precariedad o cuando impide a los ciudadanos participar políticamente, ¿quién está vulnerando el Derecho? Los que luchan presentan también sus argumentos como argumentos jurídicos en contra del Derecho oficial.

    Por tanto, el Derecho no puede entenderse desde una visión monista sino pluralista, el Derecho solo puede ser un campo de lucha entre dos caras: lo normado que opera como Derecho oficial y lo querido que actúa como derecho alternativo.

    Y al igual que el Derecho es un campo de batalla, las garantías también lo serán. Las garantías no son instrumentos técnicos y neutrales, son también instrumentos ideológicos en disputa que operan en el seno de las contradicciones democráticas y sociales. Lo oficial-normado y lo querido-alternativo han tenido siempre garantías distintas y contradictorias. Un juez condenando, por vulneración del derecho de propiedad, a unos trabajadores que se han encerrado en protesta dentro de su centro de trabajo es una garantía del Derecho oficial que garantiza la propiedad como derecho supremo y sagrado. Por el contrario, una asamblea de trabajadoras creando una caja de resistencia para que aquellas compañeras que estén en huelga puedan continuar cobrando un salario y manteniendo en pie la huelga es una garantía no oficial pero indispensable para garantizar la eficacia este derecho.

    Cuando parte de la izquierda estatal y catalana afirma que está a favor de un referéndum pero que un referéndum no reconocido por el Estado no ofrece garantías procedimentales, parte de una concepción monista del Derecho y las garantías, como si sólo pudiera existir un único derecho y unas únicas garantías técnicas y neutrales otorgadas por el Estado y que si no nos conceden hay que resignarse. La visión del Derecho y las garantías de la izquierda siempre ha sido la contraria, la pluralista. El Derecho y las garantías son siempre un campo en disputa y, frente a las garantías del poder funcionales a los intereses del autoritarismo, hay que construir las contra-garantías de la lucha funcionales a la democracia. Así ha sido siempre en la historia.

    De acuerdo con ello, la posición coherente de la izquierda debería ser partir de una concepción no monista, sino pluralista de las garantías y, por tanto, llamar a participar, a abrir colegios electorales, defender las urnas, etc. para construir contra-garantías populares contra la represión del Estado y que permitan votar con toda normalidad. Y, sólo después del 1-O, pero no antes, en función de cuánta gente haya votado, con qué libertad lo haya hecho, etc. podremos valorar si el referéndum ha tenido garantías democráticas suficientes o no.

    2. El argumento de que no existen garantías en un sentido sustantivo: ¿un referéndum como mecanismo de opresión?

    Como decía, lo anterior se combina, muchas veces, con el argumento de que el proceso autodeterminista no es más que una estrategia de la burguesía catalana, secundada por un pueblo sin autonomía, como cortina de humo de la corrupción, y por tanto su fin se dirige no a garantizar sustantivamente los derechos de las clases populares sino a su desmantelamiento. Ello hace que no se pueda secundar la Ley de Referéndum.

    Se parte aquí de una visión voluntarista o instrumentalista del Derecho que reduce éste a un simple instrumento de imposición de la voluntad política y los intereses económicos de la clase que legisla. Por tanto, toda norma aprobada durante un gobierno donde participa el PdeCat (parte de la antigua CiU) sólo puede estar destinada a imponer un sistema opresor sin garantías sustantivas de derechos para las clases populares.

    Esta concepción, absolutamente reduccionista del Derecho, es incapaz de entender dos cuestiones:

    La primera es que ni las instituciones y el Derecho son objetos pasivos que son usados por el presidente de un gobierno cuando quiera para lograr los fines que quiera. Ni la sociedad es un ente sin autonomía que secunda ciegamente la estrategia del Gobierno. La compleja articulación de los diversos aparatos institucionales y de sus ramas, con mayorías y minorías distintas en el interior de cada uno de ellos, así como la movilización popular y su presión sobre el Poder, supone que el hecho de que un partido de derechas tenga la presidencia del gobierno no implica que pueda controlar el contenido de todas las leyes que se emiten. Sólo así se explica que haya sido durante el gobierno de Aznar cuando se hayan aprobado leyes como la de abolición del servicio militar obligatorio. Al igual que la sociedad civil, la institucionalidad está también atravesada por la lucha de intereses políticos.

    Y la segunda, es que en todo gobierno existen si bien normas jurídicas legisladas con el fin de tutelar, consolidar y desarrollar las relaciones y el ordenamiento ventajosos a las clases dominantes, como puede ser una reforma laboral, por ejemplo. Existen también, otras normas que simplemente otorgan facultades a los ciudadanos, sin ser necesariamente opresoras.

    Sólo si se entiende esto se puede llegar a comprender que la aprobación de la Ley de Referéndum no es un deseo unilateral de la derecha catalana sino el resultado de una compleja articulación donde la movilización popular y las presiones de ERC y la CUP en las instituciones han jugado un papel central. A la vez que la Ley de Referéndum no es un acto legislativo desmantelador de garantías sustantivas de derechos para las clases populares. Lo único que hace esta ley es fijar las condiciones para que los ciudadanos de Catalunya decidan libremente su futuro, sin determinar quién será la clase dominante en la futura República.

    Si del proceso deriva una mayor o menor garantía sustantiva de los derechos para las clases populares catalanas es algo que no depende del referéndum sino de quién obtenga mayoría en las elecciones a la Asamblea Constituyente y de la capacidad organizativa, agregativa y de lucha de las organizaciones sociales durante ésta. Y ello depende a la vez de que todas las izquierdas catalanas no miren el proceso con los brazos cruzados como si no fuera con ellos, sino que actúen unidas activamente, dentro y fuera de las instituciones, en la defensa de un programa de dignidad que permita ganar la hegemonía del proceso a la derecha.

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  • Cataluña: “Sin soberanía económica, la independencia es una ficción»

    Intervención de Diosdado Toledano en el Foro Internacional celebrado en la localidad de Chianciano-Terme en Italia, el 1 de septiembre 2017 (1)

    Gracias por la invitación, un saludo a todas las personas asistentes al Foro

    La conmoción provocada por el reciente atentado yihadista en Barcelona y Cambrils ha tenido una respuesta cívica de masas en la manifestación de Barcelona el pasado 26 de agosto, pero junto al clamor de “no tenemos miedo”, las tensiones del conflicto entre Cataluña y España también se han hecho visibles.

    Nos encontramos ante un excepcional momento de definición del conflicto entre Cataluña y el Estado Español que, a diferencia de otros momentos de la historia, tiene una dimensión europea, tanto en sus causas como en las consecuencias.

    Como es público, está anunciada la convocatoria de un referéndum sobre la independencia en Cataluña el 1 de octubre. Dicho referéndum se va a celebrar tres semanas después de la movilización de la “Diada” del 11 de septiembre, fecha tradicional donde se reivindican los derechos nacionales de Cataluña – hasta el año 2011 mayoritariamente en defensa del autogobierno y la autonomía- y a partir de 2012 en defensa del llamado “derecho a decidir” y la independencia.

    En estos días, el gobierno de la Generalitat y la coalición proindependentista formada por “Junts pel Si” (alianza electoral entre PDeCAT y ERC) y la CUP, definirán el procedimiento de la convocatoria, aprobando el proyecto de “Ley del referéndum de autodeterminación” que en su artº 4, apartados 3 y 4, concede al resultado un carácter vinculante (2). Para una decisión de tal calibre, en este proyecto de ley, no se exige una mayoría de 2/3 de miembros del Parlament tal como establece el Estatut de Autonomía para su propia reforma (3), ni siquiera establece un porcentaje mínimo de participación. Una votación de mayoría simple será suficiente para declarar la independencia de Cataluña.

    El gobierno del estado español, en manos de un Partido Popular en horas bajas, lastrado por la historia interminable de la corrupción, ha delegado en el Tribunal Constitucional las acciones jurídicas de respuesta al reto independentista. Políticamente cuenta con el apoyo fundamental del partido liberal Ciudadano´s y de la vieja élite del PSOE. En este conflicto, Unidos-Podemos apuesta por el reconocimiento pactado del derecho a decidir (versión light del derecho de autodeterminación), pero rechaza el carácter vinculante de dicho referéndum y, por tanto, la declaración unilateral de independencia. El PSOE, con la nueva dirección de Pedro Sanchez, ha dado un paso positivo y dialogante al reconocer el carácter plurinacional de España y proponer una difícil -por no decir imposible- reforma constitucional federalizante como salida al conflicto, pero se opone a pactar un hipotético referéndum y rechaza el convocado el 1 de octubre.

    La opinión de la ciudadanía en Cataluña ante dicho referéndum se encuentra gravemente divida y fragmentada. Según la última encuesta realizada por el Centro de estudios de Opinión, bajo el control de la Generalitat (4) los partidarios del Si a la independencia retroceden un punto del 45,3% al 44,3%, mientras los que rechazan la independencia avanzan más de dos puntos, desde 46,8% al 48,5%, el porcentaje de población partidaria del referéndum ha descendido hasta el 73,6% (en anteriores sondeos superó el 85%). La mayoría de la opinión de la sociedad española no simpatiza con el referéndum del 1 de octubre, y puede evolucionar desde la incredulidad a la hostilidad en el caso de materializarse el referéndum y la consiguiente declaración de independencia.

    ¿Cuáles son las causas o factores del ascenso independentista en Cataluña?

    Las diversas encuestas realizadas por el CEO en Cataluña (5) muestran que entre junio del 2005 y julio de 2009 la opción favorable a la independencia no superaba el 20%, mientras la suma de las opciones federalistas o partidarias de la Autonomía superaban el 70%. Entre principios de 2010 y julio de 2011 la opción proindependentista creció sin traspasar el 30%, mientras la suma de las otras opciones no independentistas obtenía el 66%.

    A partir de 2012, la opción partidaria de la independentista asciende hasta alcanzar su cota más elevada en julio de 2013 con el 48,5%, superando la suma de opciones no independentistas con el 45,3%. Desde entonces, la opción independentista ha tenido una evolución a la baja hasta llegar al 34,6% en el segundo trimestre de 2017, en cambio, la suma de opciones no independentistas recuperaban posiciones hasta alcanzar el 56%.

    La evolución del sentimiento independentista en Cataluña es inseparable de una serie de acontecimientos jurídico-políticos, pero especialmente, de carácter económico-social-políticos:

    1.- La sentencia del Tribunal Constitucional el 28 de junio de 2010 sobre el recurso presentado por el grupo parlamentario del PP contra el Nou Estatut de Cataluña aprobado en referéndum el 18 de junio de 2006 con el 74% de los votos y una participación del 49,4% (6). Dicha sentencia anula 14 artículos por inconstitucionales, cuando en los estatutos Andalucía y la Comunidad valenciana artículos idénticos no han sido cuestionados.

    Este acontecimiento generó un evidente malestar en amplios sectores de la ciudadanía en Cataluña, la protesta se expresó en la calle en la gran manifestación unitaria de 10 de julio de 2010, con 1 millón de participantes, sin embargo, dicha movilización fue puntual y no tuvo continuidad en el corto plazo. La manifestación del 11 de septiembre en 2010 tuvo baja participación, alrededor de 10.000 manifestantes (7).

    2.- El agravamiento de la crisis económica y del malestar social y político: A partir de 2009 la crisis económica mundial desatada en EEUU, hace estallar la burbuja inmobiliaria en España, con una rápida destrucción de empleo que elevará el paro hasta la cifra de 4.700.000 personas a finales de 2010.

    Las políticas de ajuste y austeridad que aplica el gobierno del PSOE bajo Zapatero, y Artur Mas (CiU) en Cataluña, provocarán un gran descontento social que dará lugar al nacimiento del movimiento 15-M de los indignados.

    En septiembre de 2011 PSOE y PP aprueban la contrarreforma constitucional del artº 135. En esos meses el conflicto socio-político antineoliberal hegemonizaba la protesta y la movilización social. En Cataluña el gobierno de la derecha nacionalista reprimirá brutalmente la acampada de los indignados en Pza. Cataluña (8), la protesta social ocupa plazas y calles, mientras la manifestación nacional del 11 de septiembre en dicho año se mantiene en niveles de baja participación.

    3.- La victoria del PP en las elecciones generales el 20 de noviembre de 2011 dan la coartada a Artur Mas y la mayoría de CiU, así como a las fuerzas políticas independentistas, para promover la campaña a favor del “derecho a decidir” y la independencia de Cataluña.

    Bajo el lema “España nos roba”, y el mantra de una España “casposa” e irreformable, la fuerzas proindependentistas, utilizan todos los medios propagandísticos a su alcance, especialmente el control de la televisión catalana, para manipular los datos fiscales y acusar al estado español de un expolio fiscal a Cataluña de más de 16.000 millones de euros anuales (8,5% del PIB de Cataluña), cifra posteriormente desmentida por el Consejero de economía del gobierno de la Generalitat Sr.Más Colell que los redujo a cerca de 3.300 millones (1,5% PIB cat), y lanzar el siguiente mensaje a la sociedad catalana: si la totalidad de la riqueza generada en Cataluña se distribuyera entre su ciudadanía, y no fuera despojada fiscalmente por el estado español, el nivel de bienestar social en Cataluña sería superior, alcanzando las cotas más elevadas de la UE (9).

    La omisión deliberada por parte del gobierno de la Generalitat y del independentismo, de los datos de la balanza de exportaciones/importaciones en el seno del mercado español entre la comunidad de Cataluña y el resto de comunidades (10), con un enorme superávit  de 17.548 millones de euros en 2016 (+8,6% PIB Cat)a favor de Cataluña, así como los datos de dicha balanza entre Cataluña y el mercado exterior (UE y mercado mundial), con un resultado deficitario de -12.683 millones de euros (-6,2% PIB Cat) para Cataluña facilitó el objetivo de “seducir” a una parte de la población catalana, que previamente no era independentista, que la independencia de Cataluña era la solución para recuperar el bienestar social perdido.

    En la sociedad catalana, hay un rechazo mayoritario a los gobiernos conservadores y post franquistas del PP, que está enraizado en la propia memoria histórica, guerra civil, dictadura, gobierno de Aznar y su apoyo a la guerra imperialista en Irak, recurso contra el Estatut de autonomía, etc. Este sentimiento de rechazo se incrementó como consecuencia de las brutales políticas antisociales del gobierno de Mariano Rajoy, entre ellas la contrarreforma laboral en 2012 (aprobada con el voto favorable de CiU, antiguo PDeCAT) que destruyó más de 1 millón de empleos, hasta alcanzar la cifra de 6 millones.

    Este sentimiento de rechazo, fue utilizado por Artur Mas y su gobierno para tapar los efectos de la crisis de corrupción del caso Pujol, Palau de la Música, comisión 3%,  que amenazaba ponerlo en el centro de la crítica, así como el malestar provocado por los recortes antisociales aplicados por el gobierno de la Generalitat, sacando de la chistera el derecho a decidir y desviando la atención pública y la movilización ciudadana al poner en marcha la campaña por el “derecho a decidir” y la independencia.

    La hipocresía del gobierno de Artur Mas alcanzó cotas difíciles de superar, a la vez que ponía en marcha la campaña en defensa de la soberanía de Cataluña y por el ”derecho a decidir” su grupo parlamentario en el congreso de diputados votaba a favor de la Ley orgánica de estabilidad presupuestaria, concreción del Tratado de la UE de idénticos objetivos, que otorgaba  al estado español poderes para intervenir los gobiernos autonómicos en caso de incumplir los objetivos de déficit y deuda marcados, facilitando la recentralización del estado español.

    El impulso de la Generalitat a la campaña proindependentista con el concurso de las organizaciones de la sociedad civil (ANC, Omnium, etc.) obtuvo el efecto deseado: el 11 de septiembre de 2012 la movilización independentista alcanzó un nivel de participación histórica. Según los organizadores se manifestaron 1,5 millones de personas (según delegación de gobierno 600.000) en cualquier caso, fue el momento de inflexión del independentismo en Cataluña (11), cuya gran capacidad movilizadora continuará en las siguientes convocatorias de la Diada del 11 de septiembre en 2013, 2014, 2015 y 2016, así como en la consulta-referéndum de 9 de noviembre 2014 donde votaron 1.8 millones de personas a favor de la independencia (sobre un censo electoral en Cataluña de más de 5.300.000 personas).

    4.- La consideración del factor desestabilizador y/o disgregador de la Unión Europea es fundamental para comprender el avance independentista en Cataluña, fenómeno que no es exclusivo del estado español, y cuyo contagio se extiende o amenaza expandirse entre otros estados de la UE.

    La renuncia a la soberanía económica que significó la moneda única, el euro, se sumaba a las concesiones en tal sentido realizadas con la puesta en marcha del Tratado de Maastricht, el Tratado de Lisboa, el Pacto euro plus, artº 135 de la Constitución española, y el Tratado de estabilidad presupuestaria. Esta traición, renuncia o cesión de soberanía, gozó de un amplio consenso y complicidad entre las élites políticas del estado español y Cataluña. Desde el PP al PSOE, pasando por las organizaciones del resto de la derecha y centro nacionalista, CIU, PNV, etc., y la ausencia de la oposición del resto, salvo IU en la época en que Julio Anguita fue coordinador general, junto a otras organizaciones de la izquierda radical y revolucionaria de menor implantación.

    Este auténtico “contubernio” explica el silencio de todos ellos ante el rol decisivo de la UE en la gestión de la crisis y la imposición de las recetas económicas que priorizaban la devolución de la deuda a los países acreedores, y en consecuencia la reducción del déficit público a toda costa.

    En este contexto, las fuerzas independentistas pudieron culpabilizar exclusivamente del malestar social y la crisis económica a Madrid como símbolo del estado español. Un estado, por otra parte, con escasos poderes para imponer una política alternativa si permanecía en el marco de la UE.

    El cinismo hipócrita de las fuerzas mayoritarias del independentismo en Cataluña coaligadas en Junt pel Si, se expresa en su defensa de un proyecto de estado soberano catalán en el marco de la UE. Cuando saben perfectamente que los Tratados de la UE (12) lo hacen sumamente difícil, por no decir imposible.

    Pero en el caso, que un milagro lo hiciera posible, el nivel de deuda pública de la administración de la Generalitat que alcanza la cifra de 75.098 millones de euros, a la que habría que añadir la parte que le correspondería de la deuda del estado español, más la parte de la deuda exterior (privada y pública) que asciende a 1,911 billones de euros. La hipoteca de la deuda impedirá a Cataluña, en el caso de continuar en la UE (lo cual defiende a ultranza Junts pel Si), actuar como un estado soberano independiente al estar obligado a aplicar las políticas dictadas por Bruselas y Berlín, so pena de conocer las presiones y chantajes sufridos por Grecia.

    En este escenario, determinados sectores de la izquierda radical han idealizado el conflicto nacional haciendo abstracción del marco condicionante de la UE, y sueñan que es una oportunidad para desencadenar un proceso de transformación revolucionaria superadora del capitalismo. En este deseo, no tienen en cuenta que la hegemonía política del movimiento independentista la detentan partidos y organizaciones que defienden el capitalismo o no lo cuestionan abiertamente (salvo la minoritaria CUP), y que los sectores populares movilizados son fundamentalmente la pequeño burguesía urbana y rural, clases medias, etc. La mayoría de la clase trabajadora se mantiene distante, y no se dejará utilizar de carne de cañón en  la aventura independentista, su memoria sigue viva sobre las políticas de recortes sociales y apoyo a la contrarreforma laboral de CIU ahora PDeCat, que han provocado el aumento escandaloso de la desigualdad (13).

    Además, una parte importante de la sociedad catalana teme con razón, que en una sociedad tan integrada económicamente como la española, como demuestra las relaciones comerciales entre Cataluña y el estado español, la independencia tendría graves consecuencias sobre el bienestar general, y en particular de la clase trabajadora y los sectores más vulnerables. No se trata únicamente de las previsibles medidas de protección del mercado español respecto de las “exportaciones” de Cataluña, en ausencia de la necesaria redistribución fiscal de la riqueza que reequilibre la economía. La cuestión es más sencilla: el resto del estado español no podrá comprar productos catalanes porque no dispondrá de recursos suficientes, y si lo hace, será al precio de un grave endeudamiento que no podrá mantenerse indefinidamente en el tiempo. Sin contar con los efectos devastadores que ello supondría sobre las deudas respectivas y su credibilidad en los mercados…

    Ante la previsible derrota independentista y la frustración resultante ¿Hay alternativas?

    Ante el “choque de trenes” que se avecina, en una confrontación de poder, tiene ventaja la parte que goza de una fuerza superior, control del estado, instituciones representativas, Tribunal constitucional, fuerzas de seguridad, apoyo de una mayoría de la población en el conjunto del estado español sobre el tema en conflicto, y respaldo internacional, particularmente de la UE que no se arriesgará a legitimar un proceso que puede contaminar y extenderse entre otros estados que forman parte de la misma.

    En esta perspectiva, el desenlace inmediato del pulso es favorable al gobierno del estado español. El gobierno de la Generalitat y las fuerzas independentistas van al conflicto, con una sociedad dividida, donde la mayoría se posiciona contra la independencia, pero, donde la parte que apuesta por la independencia está super-movilizada.

    En el Parlament la opción independentista cuenta con un voto mayoritario de los grupos parlamentarios, Junts pel Si y la CUP que suman 72 escaños sobre 135, pero esta aritmética parlamentaria que se beneficia de una ley electoral no estrictamente proporcional, no se corresponde fielmente con la realidad social que en su mayoría apoyó opciones no independentistas (14).

    El aprendiz de brujo “Artur Mas”, vetado por la CUP (15), contempla junto a la dirección del PDeCAT (antigua CiU) como su base electoral se va rompiendo y estrechando, llena de fugas, retrocediendo hacia la irrelevancia, mientras ERC capitaliza la confrontación y le ha hecho el “sorpasso” tal  como reflejan las últimas encuestas.

    En el otro lado, el PP busca capitalizar la posible reacción de la sociedad española contra la independencia, presentándose como el baluarte de la defensa de la unidad de España, cuando en realidad el inmovilismo del PP-Mariano Rajoy es el principal estímulo del independentismo.

    Sin embargo, los evidentes riesgos que existen alrededor del desenlace de este conflicto, no augura una victoria plena y duradera para la derecha española y las fuerzas centralistas.

    El desgaste del PP continuará como consecuencia de los episodios de corrupción y una recuperación económica que no beneficia a una mayoría social que sigue sufriendo un elevado desempleo, enorme precariedad y pobreza laboral, resultado de la sistemática devaluación salarial aplicada.

    La previsible crisis política que provocará el conflicto con Cataluña puede girarse más pronto que tarde contra el PP, e impulsar un proceso que culmine con una moción de censura exitosa que fuerce la convocatoria de nuevas elecciones generales (en esta ocasión los diputados de PDeCAT en el Congreso deberían rectificar y votar a favor…), y abra la oportunidad de un cambio de gobierno que desplace al PP a la oposición.

    Pero, el victimismo que el resultado de la prohibición del 1 de octubre producirá en una parte de la sociedad catalana, continuará alimentando la voluntad de una parte de la ciudadanía de Cataluña de proseguir la marcha hacia la independencia en un futuro indeterminado.

    Sin soberanía económica la independencia es pura ficción

    El independentismo en Cataluña profundiza su camino hacia la incoherencia y la frustración. En la reciente proposición de ley  de “transitoriedad jurídica y fundacional de la república” (16) presentada conjuntamente por PDeCAT, ERC y CUP, en el artº 13 de “régimen jurídico de la continuidad”  se establece que las leyes orgánicas, del Estatut de autonomía y de la Constitución española que estén vigentes en el momento de entrada de esta Ley, pasan a tener rango de ley ordinaria cuando no se hayan incorporado a esta Ley y siempre que no la contravengan, ¿Por qué no se rechaza explícitamente la ley orgánica de estabilidad presupuestaria o el artº 135 de la Constitución española?

    La respuesta ímplicita a este interrogante se da en el artº 14 que tiene como título “Continuidad del derecho de la Unión Europea”. Este artículo establece:

    1. Las normas de la Unión Europea vigentes en Cataluña en el momento de entrar en vigor esta Ley seguirán aplicándose respecto de las obligaciones que eran de aplicación a las instituciones catalanas y de aquellas que se aplicaban en el territorio catalán por parte de las instituciones de la administración central del Estado español en las mismas condiciones que establece el derecho de la Unión Europea.
    2. Las normas de la Unión Europea que entren en vigor con posterioridad a la entrada en vigor de esta Ley se integrarán automáticamente en el ordenamiento jurídico de Cataluña, respecto de las obligaciones que sean de aplicación en Cataluña, en las mismas condiciones que establece el derecho de la Unión Europea.

    Nos encontramos ante una confesión de servilismo ante la UE y sus instituciones, de renuncia a la soberanía económica. Los independentistas de Cataluña son buenos chicos Sra. Angela Merkel, no tema usted , seguirán aplicando las políticas de recortes sociales necesarias para cumplir con los objetivos de déficit público y garantizar la devolución de la deuda.

    Ante esa situación, la izquierda revolucionaria socialista, soberanista e internacionalista, defendemos una estrategia realista y honesta. Honesta, porque es consciente de la traición, de la renuncia y pérdida de soberanía, tanto de España, como de Cataluña, en el marco de la actual Unión Europea. Realista, porque entiende que para resolver de manera satisfactoria y democrática el conflicto entre Cataluña y España, es necesario construir una fuerza político-social superior a la que poseen las derechas y el centralismo en España.

    El sentido común llama a no despeñarse en un referéndum, que no garantiza las mínimas condiciones de un debate democrático de todas las alternativas, como demuestra desde hace tiempo la exclusión sistemática en los medios de comunicación que controla o influye el gobierno de la Generalitat, de la opinión y alternativa que representa el federalismo de libre adhesión. Con unas reglas de juego impuestas din diálogo ni consenso, participar en el referéndum con el voto No, será utilizado por el independentismo para legitimar dicho referéndum y la declaración unilateral de independencia dado su carácter vinculante. En realidad, es hacer el juego a los objetivos políticos reales de ERC y PDeCAT que aparecerán más pronto que tarde.

    Como alternativa a este escenario de hipocresía, estafa política, frustración e impotencia, hay que crear una alianza de pueblos en el estado español, que permita recuperar la soberanía económica y política, para hacer realidad la democracia, así como desarrollar políticas superadoras de la crisis, y recuperar los derechos sociales y laborales eliminados derogando las leyes injustas. Para ello hay que romper con la UE y el euro.

    Este proceso, implica tarde o temprano abrir un proceso constituyente, romper con el régimen de la monarquía, y elaborar una Constitución federal de libre adhesión, que reconozca el derecho de autodeterminación de los pueblos. De este modo se crearán las condiciones de fraternidad y diálogo que facilitarán el encaje de las diversas naciones presentes en España en un proyecto común libremente compartido.

    Paralelamente, debemos avanzar en la construcción de un proyecto de colaboración con otros países de la UE, especialmente del Sur, basadas en la igualdad, la justicia y la solidaridad.

    Pero, en el conflicto que se va a producir, entre los gobiernos de Cataluña y España, que arrastran a importantes sectores de la población, hay un amplio terreno para lo desconocido e imprevisible.

     

    Notas

    (1) En este Foro Internacional intervinieron la diputada de Die Linke Inge Höger con el tema ·Die Linke es una alternativa a la socialdemocracia”, el representante de Invoge Democracy  Kunle Olulode de Gran Bretaña con el tema “Del Brexit a la afirmación de J.Corbyn”, los representantes de France Insoumise Gabriel Amard y Christian Rodriguez” que expusieron el tema “por un nuevo patriotismo: la experiencia y la propuesta de Francia Insumisa”, el representante de Unidad Popular  de Grecia Dimitris Mitropoulos con el tema “Después de Syriza que?.

    (2) En el proyecto “Ley del referéndum de autodeterminación” en su Título III, artº 4, apartado 3 se establece “El resultado del referéndum tendrá carácter vinculante”. En el siguiente apartado 4 “Si el recuento de los votos válidamente emitidos da como resultado que hay más afirmativos que negativos, implica la independencia de Cataluña. A tal efecto el Parlament de Cataluña dentro de los dos días siguientes a la proclamación de los resultados por la Sindicatura electoral celebrará una sesión ordinaria para efectuar la declaración formal de independencia de Cataluña, sus efectos y acordar el inicio del proceso constituyente”. Ver: http://www.elperiodico.com/es/politica/20170704/ley-referendum-cataluna-pdf-6147161

    (3) En el título VII del nuevo Estatut de autonomía de Cataluña relativo a la reforma del propio Estatut establece un procedimiento en los artículos 222 y 223, apartado b), el que se requiere el voto favorable de dos tercios de los miembros del Parlament para la aprobación de dicha reforma. El carácter extraordinario de la decisión de convocar un referéndum que en caso de ganar el SI y declarar la Independencia, derogaría en la práctica el Estatut, exige el respeto democrático al cumplimiento de lo dispuesto en el mismo. Ver: http://web.gencat.cat/es/generalitat/estatut/estatut2006/

    (4) http://www.elperiodico.com/es/politica/20170330/encuesta-independencia-cataluna-ceo-marzo-2017-5936855

    (5) Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Independentismo_catal%C3%A1n

     

    (6) Ver resultado y gráfico:

     

    http://www.elmundo.es/especiales/2006/06/estatuto-catalan/resultados/globales/09/

    (7) https://elpais.com/elpais/2010/09/11/actualidad/1284193026_850215.html

    (8) https://politica.elpais.com/politica/2011/05/27/actualidad/1306489864_137130.html

    (9) Ver la crítica de Josep Borrell en el libro “Las cuentas y los cuentos de la independencia). Ver: https://www.infolibre.es/noticias/opinion/2015/09/06/las_cuentas_los_cuentos_independencia_37329_1023.html

    (10) Ver Informe trimestral de julio 2017 de c-Intereg:

    http://www.c-intereg.es/informe_trimestral_cintereg_07_2017.pdf

    11) Ver gráfico, evolución opinión favorable a Cataluña como Estado Independiente, en especial en 2012 y 2013:

     

    (12) Artº 49 Tratado de Lisboa que establece procedimiento de adhesión a la UE de nuevos estados miembros. Ver http://www.europarl.europa.eu/atyourservice/es/displayFtu.html?ftuId=FTU_6.5.1.html

    (13) Ver artículo del profesor Vicenç Navarro: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/06/30/el-mayor-problema-que-tiene-hoy-catalunya-del-cual-no-se-habla-la-crisis-social/

    (14) Ver resultados últimas elecciones Generalitat Cataluña 27/09/2015:

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    (12) Artº 49 Tratado de Lisboa que establece procedimiento de adhesión a la UE de nuevos estados miembros. Ver http://www.europarl.europa.eu/atyourservice/es/displayFtu.html?ftuId=FTU_6.5.1.html

    (13) Ver artículo del profesor Vicenç Navarro: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2017/06/30/el-mayor-problema-que-tiene-hoy-catalunya-del-cual-no-se-habla-la-crisis-social/

    (14) Ver resultados últimas elecciones Generalitat Cataluña 27/09/2015:

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    (15) CUP es una organización independentista de izquierda radical que da su apoyo al actual gobierno de la Generalitat a cambio de garantizar la estabilidad del gobierno de la Generalitat mientras este mantenga la ruta hacia la independencia. En este apoyo facilitó la aprobación de los presupuestos antisociales de 2017.

    (16) Ver proposición de “ley transitoriedad jurídica y fundacional de la república” http://www.elnacional.cat/es/politica/documento-texto-integro-ley-transitoriedad-juridica-fundacional-republica_186198_102.html

    (17) foto intervención de Gabriel Amard y Cristian Rodriguez de Francia insumisa en el Foro Internacional celebrado en Chianchiano-Terme

     

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