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Artículos Hemos de unir iniciativas por la paz. Por el alto el fuego en Gaza. Desde el internacionalismo
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Hemos de unir iniciativas por la paz. Por el alto el fuego en Gaza. Desde el internacionalismo
Carlos Martínez es secretario general del Partido Socialista (PSLF) y politólogo
La lucha por frenar la masacre contra el pueblo palestino por parte del estado de Israel ha sido capaz de unir en una lucha por la paz y la justicia mucho más que la guerra de Ucrania. Esto es una realidad, sin embargo ambas guerras, diferentes en su estilo y en su finalidad, tienen un origen común y este es el eje imperialista y el globalismo en el afán de la anglosfera por controlar el mundo. El imperio decadente, los bancos y dirigentes de la Europa Unión decadente necesitan de la guerra.
Norteamérica y el globalismo apoyaron y provocaron el golpe de estado del Maidan en Ucrania y de aquellos polvos estos lodos, es decir la guerra que se ha provocado por los EEUU. El imperialismo británico con la Declaración Balfour inicio la colonización sionista de Palestina y esta acaba con la solución final que Israel aplica desde 1948 contra el pueblo palestino colonizado, masacrado, expulsado de sus tierras y también apoya como colonia, su derecho no solo a la paz y la vida sino a la resistencia y la lucha contra el colonizador y exterminador.
La guerra de Ucrania no es en defensa de la democracia, ni de la libertad, ni mucho menos de Europa. Para empezar Rusia también es Europa. La guerra de Ucrania solo sirve a los intereses de dominio de los EEUU.
El genocidio de Gaza es parte de esa lucha del sionismo y la anglosfera es decir los estados anglosajones unidos, EEUU y Gran Bretaña con los grandes lobby de poder sionista en su seno y en su dirección política y económica. Los anglosajones, sus dirigentes apoyan a Israel sin fisuras a pesar de sus crímenes de guerra y de lesa humanidad, su limpieza étnica inmisericorde y niegan por tanto el derecho a la defensa del pueblo palestino, colonizado y masacrado con la decadente UE siguiendo sus órdenes.
Son los pueblos, las poblaciones, partidos, corrientes políticas alternativas, sindicatos, organizaciones y coaliciones de personas y grupos por la paz, trabajadoras, estudiantes e inmigrantes, junto a la gran diáspora palestina quienes están levantando la protesta y exigiendo el respeto por la vida, la paz y los derechos legítimos del pueblo palestino.
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Es de destacar dos grandes ejes de movilización pro-palestina, aparte de la “calle árabe” los pueblos árabes, magrebíes e islámicos que siempre responden a diferencia de sus Gobiernos y dinastías. Por tanto la respuesta de los pueblos islámicos es como siempre perfecta. Hablo aquí de la gran respuesta que se está dando en los EEUU con una valentía y continuidad envidiable y la gran movilización del pueblo ya multicultural, británico. No nos olvidamos de Francia y de Alemania. En España hay también grandes manifestaciones, concentraciones etc. etc. todas ellas silenciadas y ocultadas por las televisiones y grandes medios de comunicación, que vergonzosamente actúan a beneficio del sionismo en un estado en el que las simpatías por el mundo árabe eran claramente mayoritarias.
Partidos como el que está fundando Sara Wagenknet en Alemania, escisión de Die Linke, con una clara propuesta a favor de la paz negociada en Ucrania y opuesta al envío de armas alemanas a la guerra, en favor del alto el fuego en Gaza en el país más sionista de Europa por complejo de culpa. Momentum y los movimientos de la izquierda laborista en el Reino Unido junto con la Stop The War Coalition y otras muchas organizaciones están dando la cara con una contundencia muy grande y una continuidad ejemplar a lo que hay que sumar las honrosas intervenciones de Jeremy Corbyn en los Comunes y la calle. En los EEUU también hay grandes manifestaciones y muchas y muchos activistas movilizados junto con una cada vez más potente diáspora árabe y palestina. Partidos como el DSA los socialistas demócratas entre otros y toda la activa izquierda y movimientos pacifistas están dando una gran lección de movilización. Podíamos seguir hablando de ello, pero vamos al meollo, tras informar.
Hace falta un esfuerzo internacionalista para unificar las luchas por la paz, la lucha contra la masacre y el imperialismo en los pueblos del Norte y unirlos con los pueblos del SUR muy movilizados, activos y auto organizados en esa lucha a pesar de sus grandes problemas y dificultades internas o sus duras luchas contra la pobreza, la explotación y el colonialismo. Hace falta una Conferencia Internacional o como la queramos llamar. Estamos en una guerra hibrida y de fuego a la vez del NORTE contra el SUR que por cierto tiene la inmensa mayoría de población y recursos del mundo y hay que tomar partido. Con el futuro o con la guerra mundial.
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Todas las fuerzas al margen del globalismo y sus fundaciones falsamente progresistas hemos de comenzar a trabajar juntas, reconociendo en esto la gran capacidad de las organizaciones sindicales y políticas, sociales y por la paz del Sur global al margen de la OTAN y sus dominios.
Un gran esfuerzo conjunto que permita frenar a quienes nos dominan y desean la tercera guerra mundial para mantener sus privilegios e incrementar sus riquezas.
Por lo pronto creo que en África, Mundo Árabe, Asía y América del Sur, hay capacidad y los pueblos de Europa y los EEUU, pueblos sometidos a la censura, la represión y el sionismo que por tanto luchamos como un frente interno, una quinta columna interior en territorio OTAN y por tanto criminal y neocolonialista, debemos entre todas y todos buscar a través de organizaciones y coaliciones una gran coordinación para buscar y conseguir la paz y la paz nunca llegará sin reparto de la riqueza.
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Artículos La ausencia de cultura obrera, destruida por la “izquierda” globalista o la incapacidad del progresismo
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La ausencia de cultura obrera, destruida por la “izquierda” globalista o la incapacidad del progresismo
Carlos Martínez es secretario general del Partido Socialista PSLF y politólogo
El largo y duro transitar del socialismo-laborismo obrero a lo largo de su historia y sus conquistas han sufrido desde sus inicios en la Primera Internacional y siempre serios obstáculos y por tanto muchas derrotas.
La cuestión en mi opinión, no sería si determinadas corrientes socialistas eran más o menos radicales, sino si estas eran o no útiles a los intereses de la clase obrera. Ya sean desde el primer laborismo británico, el socialismo original de Pablo Iglesias, la socialdemocracia alemana hasta la primera guerra mundial y los posteriores intentos de reconstrucción del socialismo de clase y por la paz de los partidos socialistas/laboristas independientes de los años veinte y treinta. Todo ello en medio de un esfuerzo titánico no logró evitar el triunfo de los fascismos en buena parte de Europa que triunfaron gracias al apoyo de la burguesía y el miedo de gran parte de las clases medias. Es cierto que los logros de la clase obrera en esos años son muy interesantes, aunque no les demos importancia ya como el derecho al voto universal, la jornada de ocho horas o la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas y sus propuestas por la otra mitad de la clase y su espíritu de incorporar de lleno la mujer a las luchas obreras y políticas. No debemos desdeñar el derecho conseguido por los partidos obreros a su propia existencia legalizada y también la de los sindicatos de clase.
Pero desde siempre dos males aquejaron a a la izquierda obrera, primero la burocracia y las corrientes liberales en su seno y en segundo lugar la división que a partir de los años veinte se genera con la aparición de los partidos comunistas, surgidos en sus comienzos todos ellos, como escisiones de los partidos socialistas.
Sobre quien llevaba o no razón en la escisión, no es ahora la cuestión. Evidentemente si unos se han asimilado al sistema y renunciado a sus principios excepto corrientes socialistas por ahora minoritarias, los otros se han autodestruido, cambiado o reconvertido en entes que ya nada tienen que ver con su origen, caso italiano por ejemplo o auto limitados por propia voluntad su capacidad de acción política, caso español. Es cierto que en ambos casos (socialdemocracia y comunismo) existen poderosos partidos de poder y gobierno en Europa hay algunos en el campo socialdemócrata y otros en Asía y América Latina en ambos casos. Existen por otro lado otros partidos menores en ambos espacios. Pero en el territorio OTAN propiamente dicho, los partidos obreros han renunciado a serlo, por acción de unas elites de clase media que se avergüenzan de sus muertos y muertas, luchas y barricadas, incluso logros y conquistas pues colaboran con el neoliberalismo para ahora destruirlas o al menos limitarlas.
Las identidades personales, lo verde, o la mejora supuesta de la democracia liberal han sustituido a la construcción de la clase trabajadora como bandera y campo de acción.
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Han surgido en el territorio OTAN y en Europa específicamente, nuevos actores políticos que han destruido la idea, la praxis del partido que a pesar de sus fallos como toda empresa humana tiene miserias, pero es la que sigue, persiste y aunque triunfe un golpe o pierda unas elecciones continua su labor y reconstruye su estructura porque esta es necesaria a la clase obrera.
La tarea del partidos verdes en toda Europa y la del morado en España ha sido esta, destruir, desprestigiar y dividir a los partidos de la clase o con voto obrero pensando las “nuevas izquierdas” que suyos son estos votos y de paso cambiar el sujeto político de clase por las identidades y grupos sociales interclasistas, afirmando que ya no existe clase obrera, en lugar de analizar cual es la nueva clase obrera y cuáles son sus aspiraciones. Lo que ha traído una crisis de la izquierda, pero no ha servido ni a verdes ni a morados finalmente, mientras la socialdemocracia ha resistido mucho mejor que nadie estos embates.
Podemos ha cumplido ese papel en el estado español. Se apropio de algo tan hermoso y confuso a la vez como el 15M de forma injusta y falsa. Atacó Podemos el concepto y la estructura de partido para en nombre del poder de las bases de inscritos en una página web, montar un engranaje caudillista y de liderazgo hiperpersonalizado, dividiendo o tratando de destruir todo lo que no controlaba, apropiándose además de prestigiosos movimientos sociales para dividirlos.
El problema es que el globalismo que emana de fundaciones de los EEUU ha cooptado todas las élites dirigentes de los partidos verdes, morados, socialdemócratas y progresistas, en su guerra contra el SUR, Eurasia o los estados anticolonialistas del mundo no anglosajón. De todo el progresismo y negando la validez de sólidos movimientos de clase e internacionalistas.
Todas las élites ya sean postmodernas o socioliberales ha dado ese paso utilizando el pueblo de izquierdas, trabajador y librepensador, pero lo han hecho “trabajando para el inglés” es decir asumiendo las leyes jurídicas, políticas, económicas y culturales de los de los capitalistas. De esta forma los neofascismos avanzan sin nadie que les detenga y nuevamente con el apoyo de las burguesías que siempre apoyan en momentos de incertidumbre a la extrema derecha y los fascismos, antes y ahora. Se que suena panfletario, pero es la verdad.
La decadencia de Europa Unión y del imperio, dejan el protagonismo a los pueblos del SUR y las izquierdas eurocéntricas alejadas del internacionalismo se miran a su ombligo o se pelean por un ministerio. El voto de la mujer o la jornada de ocho horas no la consiguieron ninguna ministra o ministro.
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Artículos Sobre el derecho a la defensa del estado de Israel y la colonización de Palestina
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Sobre el derecho a la defensa del estado de Israel y la colonización de Palestina
Carlos Martínez es secretario general del Partido Socialista PSLF y politólogo
Los mandatarios de los estados miembros de la OTAN y de la UE y por tanto sometidos a los intereses superiores de los EEUU, utilizan todos ellos un mantra para apoyar a Israel y justificar sus masacres y su limpieza étnica y es el derecho a la defensa de Israel, lo cual en medio del holocausto de Gaza quiere decir apoyarlo, porque aunque se hagan luego las manifestaciones de que respetando las leyes internacionales de guerra y a no asesinar demasiado, como diría Gila, pero niegan un hecho y es que el pueblo palestino es un pueblo dominado, oprimido y colonizado y por tanto tiene derecho a resistir y organizarse al margen de la potencia colonial.
Los estados de Europa Unión incluido el reino de España son antiguas potencias coloniales y por tanto su mentalidad está más próxima al colonizador que al colonizado. Su empatía, la de sus élites y sus fuerzas reaccionarias, está con el opresor.
La situación de Palestina, no solo Gaza pues Cisjordania también sufre bombardeos, controles racistas, colonias de población extranjera y ocupación militar está provocando una nueva ruptura entre el Norte global y político y el Sur global y político. Ruptura que ya la guerra de Ucrania aceleró. Es cierto que en el Sur hay estados temerosos, empobrecidos o rencillas que permiten al Norte maniobrar y que los estados árabes en el fondo no desean entrar en guerra con Israel, además de que tienen inmensos intereses compartidos, pero igual de cierto es que los pueblos árabes, islámicos y de color o antiguas colonias están cada vez más alejados tanto de sus elites como de los intereses de lo que ya cientos de millones de personas del mundo consideran sus enemigos, a saber Europa UE y los EEUU. A estos pueblos habría que añadir millones de habitantes de los pueblos del Norte sea cual sea su religión y nación de origen. En realidad lo que vivimos
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es una lucha de clases internacional de los ricos y poderosos contra las personas empobrecidas y pobres, las clases trabajadoras de un mundo. La rabiosa resistencia de las oligarquías occidentales que defienden con uñas y dientes sus capitales y la cada vez más decadente y en crisis cultural añade violencia a su afán de supervivencia. Por eso las élites del Norte recurren al fascismo y el autoritarismo porque el globalismo “progresista” ya no les basta para mantener su poder.
Palestina es un estado colonizado, fruto de una ocupación colonial tras la primera guerra mundial por el mandato británico que la Sociedad de Naciones otorgó a Gran Bretaña tras la derrota del Imperio Turco, antigua potencia administradora de la zona heredera a su vez del poder religioso musulmán y político del Califato Otomano que dominó la zona igual que gran parte del mundo islámico en Oriente próximo. Gran Bretaña como potencia colonizadora apoyó de forma decisiva la llegada de colonos fundamentalmente europeos sionistas de religión judía y ajenos a la cultura de la zona y de la ancestral convivencia entre musulmanes, cristianos y judíos originarios todos ellos de Palestina. Con una clara mayoría árabe tanto musulmana como cristiana.
Gran Bretaña protege que europeos y norteamericanos colonicen su zona de administración, al igual que se hizo en América del Norte o África del Sur, había hecho Francia en Argelia anteriormente o España en sus dominios americanos y todos ellos exterminando de una u otra forma a las poblaciones indígenas, excepto en el caso argelino. De hecho los palestinos en los años 1936/1939 luego antes que los grupos paramilitares judíos contra Gran Bretaña, inician una revuelta en protesta contra su colonización. La presencia de europeos sionistas con dinero para comprar tierras y establecer granjas y negocios alarma a las poblaciones y notables árabes que ya están allí y poseen una saneada economía. La respuesta colonialista será brutal y en esas seguimos.
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Israel no ejerce el derecho a su defensa propiamente dicho. Si lo hace es como potencia colonial al igual que los británicos reprimieron con saña las revueltas de la India por su independencia o los franceses masacraron a las guerrillas argelinas o marroquís o España luchó con desigual suerte contra los mambises cubanos y posteriormente los rifeños de Abd El Krim el Jatabi. Israel ocupa territorios que no le pertenecen y se arroga la propiedad de otros que logró expulsando y aterrorizando la población autóctona que ya estaba allí cuando ellos llegaron.
Los pueblos colonizados tienen derecho reconocido histórica y jurídicamente por leyes y tratados internacionales a liberarse de sus colonizadores y a resistir contra los ocupantes. Es por ello que nadie considera a Bolívar, San Martin o Sucre terroristas sino libertadores o a Washington y Jefferson como terroristas, por haber iniciado una guerra de independencia contra los ingleses e incluso el IRA que en tiempos de Valera liberó a Irlanda de la opresión británica, o nadie considera terrorista, ahora, al FLN partido gobernante en Argelia y que tuvo que luchar duramente contra las fuerzas armadas coloniales francesas y grupos armados de extrema derecha de colonos galos. Nadie considera organización terrorista a la Resistencia Francesa por haber combatido contra las fuerzas de ocupación alemanas, excepto los nazis claro.
El pueblo palestino tiene pues derecho a resistir y a la Resistencia. De hecho los palestinos ya lucharon contra el ocupante británico en los años treinta del siglo XX y Gran Bretaña tuvo que destacar hasta 100.000 soldados del Imperio para combatirlos, por cierto, con apoyo de milicias integradas por sionistas europeos en apoyo de la colonia y contra los colonizados. Esa es la realidad ahora oculta y frente a la que se construye el discurso colonialista paneuropeo en favor de los grupos armados judíos que ya tras la segunda guerra mundial infligieron duras bajas a la administración británica y cuyo gobierno, laborista por cierto, en 1947 harto y arruinada transfiriera la patata caliente a los EEUU y Naciones
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Unidas, que estos dominaban, abandonando el territorio nacional palestino.
Hoy el estado de Israel que por cierto lleva la misma política de limpieza étnica desde 1948 sin variar, es un portaviones anclado en medio del mundo árabe y turco. Un gendarme armado hasta los dientes que defiende las rutas comerciales del corazón del mundo para los EEUU y los europeos de la UE en contra de cualquier intento serio de independencia y criterio propio de árabes, iraníes o africanos. Ese es el derecho a defenderse de Israel, el “derecho” de las oligarquías occidentales judeocristianas a dominar el mundo y sus riquezas energéticas y más ahora cuando un nuevo mundo aparece y Eurasia y gran parte de África y América Latina construyen sus propias redes comerciales e incluyendo las militares, al margen de las antiguas potencias coloniales más los EEUU y encima poseen mayor cantidad de tierras, materias primas, minerales, agua y población que los decadentes estados OTAN occidentales y aliados. Además tienen ya una fuerza militar superior y que tecnológicamente no tiene nada que envidiar a la occidental “otanista”. Por eso estamos cada poco tiempo al borde del abismo de guerra mundial. Porqué el mundo ya no es el que era y la importancia por tanto de la base militar permanente de Israel les es imprescindible a EEUU y las antiguas potencias colonialistas.
La paz es prioritaria para las clases populares del mundo, por eso en Gaza se masacra nuestro futuro y nuestras posibilidades de un mundo más justo, por eso se crea el inmenso campo de concentración de Gaza, como escarmiento mundial contra los pueblos que quieren ser soberanos. Por eso Palestina tiene derecho a resistir y nosotras y nosotros la obligación de apoyarles sino queremos ser esclavos y esclavas, en una sociedad en la que los poderosos nos quieren silenciados, incultos, precarias y precarios y sin derechos. El avance de las extremas derechas en Occidente también tiene en la necesidad de dominio de los ricos su origen. Es por eso que hay que buscar expresiones políticas al margen del globalismo y sus fundaciones que nos dispersan en
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luchas identitarias en lugar de hacerlo en luchas de clase y solidarias con contenido internacional. Mientras tanto gracias a los pueblos del Sur.